Partida Rol por web

Durante los siglos, este mundo a pasado por muchas penurias, guerras, hambres, epidemias, etc... Los acontecimientos que mas se recuerdan son dos, el que cuenta la leyenda sobre una gran guerra entre los dioses y que fue solucionado con la fabricación de la piedra de los deseos. El otro se trata del control casi absoluto que llegó a tener lo que empezó siendo un grupo sectario sobre todo el mundo. Eran conocidos por el nombre de "El dominio", dominaron durante unos 50  años. De eso hace ya 300 años, desaparecieron casi todos sus miembros despues de que un grupo de aventureros consiguiese llegar arriesgando su vida frente al lider de "El dominio" y tras enfrentarse a el en una dura batalla, le pudieron dar muerte y junto a el, tambien cayó el reinado de terror que habia levantado.

Segun dicen algunos rumores al parecer aun quedan miembros de la organización de "El dominio" con vida. Otros dicen que es imposible que aún sigan vivos, y otros simplemente prefieren no hablar del tema.

Oulander, tierra de promesas, donde los héroes consiguen alzarse como héroes, donde miles de peligros acechan en cada esquina, donde todos los caminos convergen en un sinfín de aventuras…

Al principio, solo existían cuatro dioses: Lidenur, Drakand, Vendión, y Holbner. A cada dios se le asoció con un poder basado en un elemento: así, Lidenur, piadoso, bondadoso, amable, protector, se asoció con el fuego, que todo lo protege, que da vida y calor; Drakand, mezquino, malvado, cruel, fue asociado con la tierra, que todo lo moldea a su antojo y que incluso es capaz de crear lugares donde nunca podría penetrar la luz; Vendión, el sabio, magnífico creador de la magia, templado, neutral, se asoció con el agua, mansa, capaz de destruir el fuego y moldear a la propia tierra, con paciencia; Holbner, irascible, guerrero, fuerte, orgulloso fue entregado al viento, que en sus peores versiones, acaba con el fuego, desplaza el agua y arranca la tierra. Todos ellos crearon las tierras de Oulander, que fueron destruidas, creadas y vueltas a destruir por terremotos, huracanes, grandes incendios…todo basado en la propia lucha infinita que mantenían las cuatro divinidades.

Pero con el paso del tiempo, todo se antojó aburrido. Vendión pensó en ese momento en crear Vida, algo que pensase y actuase por motu propio. Se lo comentó a los demás, que aceptaron entusiasmados. Así Vendión creó a los Elfosm, unos seres inmortales, imposibles de ser vencidos, dotados de una gran inteligencia y una gran capacidad física: personas perfectas. Pronto, los demás dioses vieron con envidia a la creación de Holbner, y crearon a las suyas propias: Drakand creó a los Humanos, seres imperfectos, dotados de una menor inteligencia y capacidades, pero mezquinos y ambiciosos, aunque también inmortales. Lidenur creó a los Shumis, criaturas salvajes parecidas a leones humanoides, seres puros e inocentes, nada belicosos. Holbner creó a los Orcos, criaturas pensadas para luchar y conquistar, sin otro objetivo en la vida. Estas criaturas comenzaron a luchar entre sí sin motivo alguno, tales eran las diferencias que asolaban a los propios dioses. Finalmente, al ver que todas las criaturas luchaban y morían sin sentido alguno, las cuatro divinidades decidieron compartir algo de cada una y entregárselo a todas, a fin de crear seres que tuvieran un motivo para hacer cosas, en menor o mayor medida. Los elfos siguieron siendo muy lóngevos, pero sus cuerpos se hicieron más débiles, y sus mentes menos perfectas: los humanos acortaron mucho su vida, pero ganaron la capacidad de discernir entre bien y mal de forma voluntaria, así como el criarse de forma rápida. Los Shumis y los Orcos, como criaturas menores, casi desaparecieron, y en su lugar se creó a medianos, gnomos, enanos..cada uno de ellos con sus particularidades.

Y así empezó todo. Se les proporcionó alimentos, animales, bestias. Se soltó la magia por el mundo, lo que provocó que apareciesen numerosas criaturas nuevas, numerosas cosas nuevas de todo tipo. Los dioses nunca dejaron de crear nuevas criaturas, monstruos, a fin de preservar el eterno equilibrio, aunque a las espaldas, algunos de ellos no podían sino hacer “trampas”, provocando numerosas guerras, muertes, y accidentes. La guerra encubierta sigue hoy día: y el resultado de ello es Oulander.