Partida Rol por web

Ishida asintió ante el plan de su compañero, tenía sentido, pero no le hizo nada de gracia que Eiji asumiera el mando. El no era su señor, y ese territorio no era el suyo.

-Está bien, lo haremos a tu manera. -Ishida preparo el arco dispuesto a tomar posición.- Esperaré tu señal.

Siguiendo el camino acordado, el samurai del clan Ichimaru se coloca en unos arbustos con buena visibilidad y carga el arco. Al poco ve a su compañero cerca de uno de los enemigos, con el silbato en la boca. En cuanto emite el sonido similar al de un pájaro. Una flecha vuela y se cuela entre las costillas del guardia más alejado. El momento de sorpresa da tiempo para que Eiji clave su acero en el otro guardia.

-Examina el campamento, yo vigilaré que no se aproxime nadie más. -Dijo con una nueva flecha ya cargada. Desde la pequeña colina y con la ventaja de la altura vería si alguien se acercaba más fácilmente.

En cuanto Eiji entro en una de las tiendas, se escucho un ruido entre los arbustos cercanos. Ishida pivoto con su arco, pero para su sorpresa no era otra que la mismísima Sakura, de algún modo había logrado escapar, aunque seguía con las manos atadas a la espalda.

-Me ha parecido oir tu voz Ishida-san. -dijo la mujer.

El samurai, soltó el arco y libero a Sakura de sus ataduras. En cuanto lo hizo, Sakura le abrazo con lágrimas en los ojos.

-Sabía que vendrías en mi rescate.

Justo en ese momento Eiji, que salía de la tienda pudo ver la escena en lo alto de la colina.

Al encontrar la escena no pudo sentir como si el suelo se lo tragase.. ishida.. casi lo empezaba a considerar un hermano, pero no del modo en el que se presentaba ante el ahora.

Agarró parte del estandarte que habia encontrado dentro de la tienda y se acercó a la pareja que se abrazaba en la colina, cuando llegó, lo arrojo a los pies de su amigo- he encontrado esto en la tienda.. quiza no eran los nuestros los que pretendian devolver la inestabilidad a nuestros clanes, quiza alguien estaba tan sediento de poder que aun quiere algo mas de los Takahashi- Cogió a su hermana por el brazo y la acerco a el- Vamos Sakura, monta conmigo como cuando eramos pequeños, volveremos con tu marido, ya habra tiempo para explicar esto-

La fugaz felicidad, la adrenalina de luchar codo con codo con su amigo se habia disipado del todo de su cuerpo, ahora solo tenia preguntas, muchas. Quiza habian sido imaginaciones suyas, y solo era un agradecimiento a quien habia jurado protegerla, pero no podia dejar de pensar en ello, casi mas que el motivo de su secuetro "habria sido el Propio Ishida el que lo habria orquestado todo para poder fugarse con ella?" nego con la cabeza mientras cabalgaba de vuelta hacia la aldea, seguido de cerca por "su amigo?"

Los samurais se miraron con una desconfianza que ambos había olvidado, les había costado años empezar a verse como camaradas de armas y no como enemigos. Pero la duda se instauro en la mente de ambos: ¿Y si el otro nunca le había dejado de ver como un enemigo?

Tras la vuelta a la aldea de los dos heroes con la mujer del señor. Una tension crecio entre los dos bandos, aunque se respetaron acuerdos y protocolos ambos bandos parecian estar en guardia, las acusaciones veladas de unos a otros se habian estado dando durante toda la visita, y finalmente fueron aplacadas por la idea de que revolucionarios de ambos bandos se habian aliado para intentar romper la fragil alianza.

Sakura volvia a estar con su esposo, la aldea habia abierto el nuevo barrio y la comitiva preparó su caravana para volver a las tierras de los Takahashi.

Las despedidas fueron protocolarias y frias. Como si ambos bandos no terminasen de creerse la falacia que habian construido para poder terminar el encuentro, y tan rapido como la caravana se perdio en el horizonte los hombres del clan Ichimaru prepararon la suya para volver a su fortaleza y prepararse para una posible traición.

Asi mismo, en el castillo del clan Takahashi los consejeros y generales empezaban a congregarse para la vuelta a la guerra, su hija no estaba segura en manos de gente no sabia protegerla, perteneciese ahora al bando que pertenecie, no dejaba de ser una Takahashi.

Capitulo 3

Recuerdo lo que hiciste para que todo esto empezase…

Han pasado meses desde que las pequeñas escaramuzas de asalto a granjas, campos y carretas se convirtieron en asaltos organizados de los dos clanes a puntos clave. Vuelta a la guerra. La fragil paz que se habia conseguido con el matrimonio de Sakura e Hideki hacia ya mas de 5 años se habia evaporado.

Los rumores de que Sakura y su hijo se habian trasladado a la morada del clan Yukimura habian trastocado las estrategias de Eiji, que habia estado perdiendo terreno en el campo de batalla. El solo queria una cosa, el bienestar de su hermana.

Nos encontramos ante el pequeño torreon del clan Yukimura, una hueste del clan Takahasi ha acampado frente a las murallas con Eiji al mando. Los pasos estan bloqueados y los suministros llegan solo tras pasar por el consejo del joven señor.

- No resistiran mucho mas, quiza si lanzamos un ataque temprano podamos reforzarnos en otros frentes y terminar esta locura señor...- uno de los consejeros intentaba cerrar rapido el asedio, todos eran conscientes de que aquel grueso de tropas era imprecindible en otros frente. Eiji movio una mano y nego - Quiero que Ishida salga, solos el y yo... de otra manera no lo conseguire...-

Como cada mañana Eiji aparecia frente a las puertas de la muralla con su espada en mano- Entregame a mi hermana.. Ishida!- gritaba- Y tu y tu familia podreis quedar en paz, por lo que una vez fue nuestra amistad, prometo no rerramar sangre del clan Yukimura ni hoy, ni mañana, solo vengo a por lo que es mio!-

El clan Yukimura no tenía una gran fortaleza, era más bien un punto estratégico y de apoyo. El único motivo por el que podían resistir era por que los ejercitos tenían sus fuerzas ocupadas en otros frentes.

El padre de Ishida, era un hombre que pese a no tener una edad especialmente avanzada, había sufrido varias perdidas de consciencia, el periodo de paz le había sentado bien y ahora todo parecía caerse a pedazos.

-Hijo, has traído el deshonor junto a esa mujer. Nuestro señor nos dará la espalda, nos condenas a todos.

-¿Que sabrás tú de honor padre? No entiendes lo que ocurre aquí. -Ishida estaba muy indignado, su padre hacía años que no salía de aquel lugar, había olvidado muchas cosas.- Justamente el honor es lo que me hace estar aquí.

Ishida salió de la habitación tan solo para encontrarse con Sakura en la siguiente habitación en la que entró:

-Por favor, no salgas. Mi hermano sabe que está desperdiciando recursos aquí, antes o después se tendrá que marchar. Él no comprende lo que ocurre.

-Ni él lo comprende, ni yo se lo puedo explicar con mis palabras. -Preparo sus armas, dispuestos a dejar la habitación.- Sean pues nuestros actos, los que se hagan entender.

Ninguna mañana había acudido a la llamada de Eiji, pensando que recobraría la cordura y se iría de allí. Pero había llegado demasiado lejos. Ese día el portón se abrió brevemente para dejar salir a Ishida ataviado para la batalla si fuera necesario. Se aproximo unos pasos a su antiguo amigo.

-Esa mujer dejo de ser de vuestra propiedad hace años. -dije con firmeza.- No voy a permitir que obtengáis un prisionero de guerra tan valioso. Si te preocupa su seguridad, entonces debes marcharte de aquí. No pienso discutir este asunto contigo, si fuera necesario lo haría con su padre, el líder del clan Takahashi, tú no tienes nada que hacer aquí.

Apretó su mano contra el mango de su arma, esto no era lo que queria, habia esperado que fuese Sakura la que cruzasé aquellas puertas en lugar de su amigo. Los hombres del clan Takahashi esperaban la reaccion de su señor, se contuvo el aliento durante unos segundos, entonces Ishida habló. Por detras, en las tiendas de sus hombres un murmuro comenzo a subir, la batalla era inminente, y no seria solo Ishida el que pagase por aquellas desafortunadas reivindicaciones.

Pero Eiji no entro en colera, no se dejó llevar por el dolor o el odio, agachó levemente la cabeza, el filo de su arma hizo el mismo movimiento y con su mano izquierda dió una orden de calma a los suyos- Ishida... mi.. amigo, estas respondiendo ante el señor del clan Takahashi. Mi padre se quito la vida cuando la guerra empezó-

Algunos generales desaprobaron con quejas que la informacion fluyera tan libremente tras meses de secretismo - Ahora dame a mi hermana para que pueda volver a casa con ella y podamos terminar esta contienda, como te he dicho, tu y tu gente estareis a salvo, Mañana al amanecer no quedara ni rastro de nosotros en este lugar y las lineas de suministros volveran a fluir por vuestras propiedades, sera como si una mala tormenta hubiese pasado- A penas podia mirar a Ishida a los ojos. Su tono abatido y su pose eran signo mas que evidente de que todo aquello le habia aplastado. Su padre, su hermana, su amigo. todo se desmoronaba- si no me entregas a Sakura, no solo mi filo probara tu sangre, cada muro, hogar, sera destruido y sus piedras serviran para adoquinar el camino hacia la capital del clan Ichimaru-

Ishida trago saliva al escuchar sobre la muerte del líder del clan Takahashi. Le hubiera gustado dejar todo eso a un lado ante tal noticia, pues era lo que sentía pero no era el momento de mostrar debilidad.

-Lo lamento mucho, no nos había llegado tales noticias. -Por la reacción de los generales enemigos se notaba que había sido intencionadamente.- Pero tengo que declinar lo que pides. Mi juramento es para con Sakura, de protegerla de todo mal, y eso incluye a miembros de tu clan, tras ese chapucero intento de secuestro no se ajusticio a nadie.

Sabía que aquel asedio no era algo que pudieran superar, pero el honor a menos le instaba a seguir adelante.

-Solo veo una solución. -Era algo que desde hace un tiempo sabía que llegaría.- Enfrentemos nuestras armas en duelo y que se decida así, que los kamis sonrían a los justos.

Aquello pretendía poner a Eiji en una situación peliaguda, rechazar el duelo sería una muestra de debilidad, pero aceptarlo, podía significar que su linaje acabará pues era el único heredero varón del clan Takahashi.

Cuando los dos contendientes estuvieron en posicion de lucha, las puertas de la torre del clan Yukimura se abrieron de nuevo. Un anciando atabiado en su armadura, con su katana en la mano cruzo las puertas. Era el padre de Ishida.

- Yukimura Ishida, como lider de tu clan te ordeno que te retires, este desafio debe ser para el señor de estas tierras, y como tal me pertenece, vuelve adentro y encargate de tu verdadero proposito- El hombre avanzo con paso firme hacia la posicion y colocó una mano sobre el hombro de su hijo, despues lo relevó.

- Si de verdad garantizais que con este encuentro, sea el resultado que sea, el asedio terminara, adelante, la chica es vuestra o nuestra la victoria- Agarró su arma con las dos manos para sostenerla bien, con fuerza, a pesar de su avanzada edad su postura era segura, firme, probablemente habia sido un gran samurai en su epoca dorada.

Aquello no estaba bien, Eiji habia perdido a su padre hacia poco y no queria aquello, pero cierto era que el desafio podia ser aceptado por el lider del clan, puesto que todo lo que peligraba le pertenecia. Asintió en señal de respeto y recupero su postura.

Lanzó un par de golpes para tantear al anciano pero este se movio como una serpiente y los esquivó, lanzando estocadas directas a la cara de Eiji. una de ellas consiguio rozar su casco, lo que le hizo retroceder. Las respuestas fueron mas crueles, haciendole perder la conmpasion por el anciano para pasar a un combate de verdad, a vida o muerte, recuperar a su hermana o terminar con todo. Los oficiales del clan Yukimura se asomaron a la muralla mientras que los del clan Takahashi se acercaban al lugar.

Fue cuestion de fisico, el anciano era bueno, agil para su edad, pero no podia aguantar el ritmo mucho mas tiempo, tras unos minutos muy intensos las fuerzas le fallaron y en un choque de filos la espada voló de sus manos para precipitarse a los pies de Ishida.

Eiji no era un hombre cruel, podria haber asegurado su ultimo golpe y con ello su objetivo, pero detuvo la punta de su Katana frente al rostro del hombre exausto, abatido pero de mirada desafiante.

- Vuestra hermana es libre, aunque siempre lo fue joven Takahashi, pensadlo asi, cuando termineis con mi vida, mis oficiales la sacaran por esas puertas aunque mi hijo se resista pues esta es mi ultima orden. Pero ella podia haber salido mucho antes y no lo ha hecho, ella era libre, pero volvera a estar cautiva, y esta vez sera en su propia casa-

Eiji desvió su mirada para cruzarla con la de su antiguo amigo y entonces undio la hoja en el pecho del lider del clan Yukimura, el odio se habia encendido en sus ojos, aquellas palabras lo habian envenedado mas que la mordedura de una serpiente.