Partida Rol por web

Para cuando llegó el equipo de rescate fue demasiado tarde. Encontraron el vehículo estrellado, pero extrañamente no había ningún herido o muerto en su interior. Trataron de seguir las huellas que había por el suelo, pero era todo demasiado caótico con aquel fango. Los rescatadores se preguntaron cómo ninguno de sus compañeros había decidido usar la pistola de bengalas para señalar su posición, pues comprobaron que en ese punto la señal de radio era débil. También comprobaron que si hubieran caminado unos metros la señal hubiera mejorado.

Llevaron un perro de rescate con ellos y para cuando los primeros rayos de sol bañaban las copas de los árboles, decidieron desistir de la búsqueda. Esta vez no había cadáveres desnudos, ni ropa perteneciente a los rescatadores o al equipo de reporteros que les acompañaban. No fue hasta días después que unos niños encontrarían la cámara, rota e inservible. Ni siquiera la tarjeta de memoria parecía funcionar.

Algo muy distinto pasó con Christina, algo que nunca hubiera imaginado y en lo que no podía reflexionar. La reportera que tenía una carrera prometedora en la tele, había sido la única que quedaba con viva, pero ¿a qué precio? Ahora vagaba sola por el bosque, como alma en pena, desnuda y cubierta de barro. No se dejaba ver y se dedicaba a crear espantapájaros de barro, mientras musitaba letanías para alejar a los muertos de los vivos...

No haremos daño a los vivos, mientras yo viva en sacrificio...

Amanecer rojo y día aún más brillante.

Ven y aleja al mal de aquí.

Espíritus malignos acechando en los pantanos en la noche más oscura del año.

Los que traen la muerte a las cosechas y nos dejan temblando de frío.