Estamos en el reino de Gorn en una gran sala, sentados alrededor vuestro hay media docena de chamanes, os exolicaban y hablaban a vosotros tres indistintamente.
La muerte blanca aumenta. OS dice el de mas edad.
El primer día de este mes de agosto del año 1497 del oso hubo un terremoto. dijo el nas joven
El segundo día hubo un ecliose . dijo el nas obeso
el tercer día el cielo ha salido rojo. dijo el chamán más delgado.
El fin de esta era ha llegado y un ser helado esta despertando para cubrir el mundo de hielo y de muerte Blanca. Por eso OS hemos hecho llamar para que salveis el mundo. Y detengais este mal helado. Hablo el chamán vestido con piel de oso. Para ello hay que ir a las furias de los titanes (g5) encontrar la entrada olvidada al mundo subterráneo y llegar hasta la selva tormentosa pasando por el gran ojo de huracán desde el subsuelo allí duerme la gran anguila, hay que despertarla para que actúe.
¿ como es la estancia donde habitan los chamanes ? Y el reino principal desde donde gobiernan? Vosotros estáis ante la presencia de estos en una gran sala. Han oido hablar de vosotros por algún motivo y OS confian la seguridad del mundo conocido al daros esta misión.
La cabaña donde se encontraban estaba situada en el epicentro de la aldea. Como el resto de cabañas, estaba construida en adobe y los techos eran de hierba y paja impermeabilizada con grasa animal, aunque aún así, no acababa de ser del todo funcional cuando las lluvias eran abundantes o cuando la nieve empezaba a derretirse. Fuera como fuera, en el interior hacía una agradable temperatura gracias a la chimenea central.
Las llamas rojas danzaban sin descanso, mientras que el humo escapaba por la chimenea de la cabaña. En las paredes adornaban los trofeos de caza que los mejores cazadores de la historia del clan habían logrado abatir. Entre ellos, destacaba la figura de un oso de pelaje grisáceo, del cual no solo se había conservado la cabeza, sino todo el cuerpo, el cual había sido embalsamado por los mejores taxidermistras de Krin (D9), un pueblo vecino con una arraigada cultura de la muerte.
Fuera como fuera, los ancianos chamanes habían hablado y habían determinado que la única manera de sobrevivir a la muerte blanca era combtiéndola. Debían viajar lejos. Eso lo había entendido, pero no el resto. Penetrar en el subsuelo y llegar a una selva donde reposaba una anguila, eran conceptos que escapaban a su entendimiento. Los ancianos hablaban de forma enigmática siempre y por mucho que uno les preguntase, difícilmente obtendría más repuesta que nuevos enigmas.
- Salgamos cuanto antes. - Dijo Thath poniéndose en pie. - Todo el tiempo que pasemos aquí, será tiempo perdido y muchas vidas se perderán si no nos apresuramos.
Había ido por que siempre ibamos los tres juntos a meternos en líos ellos me cubrían las espaldas y yo también. El lugar era sencillo lleno de historia, pero muchos hermanos del clan no resistirían la tentación de lanzar alguna llamarada de fuego y ver como ardía este reseco y viejo material, la ciudad entera era una tentación llamandome para que les prenda fuego, yo llevaba mucho tiempo con Alataz y Thath por lo menos el suficiente para resistir esas tentanciones y centrarme en los ancianos, el que tenía el ropaje del oso, esperaba que no se me aproximara mucho no sabía se podría reprimir mis ganas hacer arder la piel. Cuando saliera de aquí tendría que alejarme otra vez como de costumbre y hacer arder algo o me saldría salpullidos durante dos o tres semanas.
Otra de las razones de estar allí era por que mi jefe de clan me había dicho que el ave de hielo iba a despertar y arrasar el continente algo terrible para nuestra especie. Que ayudara todo lo posible para impedir que el Dios ave helado haga su cometido.
Uf, menuda responsabilidad como si fuera tan fácil impedir que un ave titanica destroce el mundo conocido, y aquí estaba Thuka esperando escuchar alternativas.
Parecía que había una alternativa, era despertar otro mitico titan para que se enfrentara al primero, claro como una hormiga iba impedir el avace de un elefante, pues llamando a otro elefante para que haga su trabajo, en este caso yo me sentia la hormiga, todos eramos las hormigas en busca de otro elefante en este caso de una mitica anguila que hablan las leyendas.
Había estado toda la reunión en silencio, con el ceño fruncido y mirando a los chamanes sin pestañear. Me limité a soltar unas pocas palabras. - "Vale... marchémonos entonces..." - Y con esta escueta frase bastó para que los tres saliéramos de la presencia de los chamanes y deambulasemos por el poblado hacia la salida.
La aldea no era gran cosa en cuanto al lugar; un buen puñado de cabañas con materiales paupérrimos, olor a mierda y frio. Por el camino hacia el exterior de la población no me contuve a la hora de expresar lo que pensaba de lo sucedido. Aunque guardaba cierto tacto hacia That, al fin y al cabo eran sus chamanes.
"La verdad es que todo eso que nos han dicho es dudoso... incluso para mi." - Proseguí con mi explicación. - "No te negaré lo dicho sobre la muerte blanca, ¿Pero seres helados y anguilas? ¿Pasadizos ocultos en los titanes que llevan a la selva tormentosa?" - Poco a poco voy elevando el tono, pero sin llamar llamando la atención de los transeúntes de alrededor. - "Nos están pidiendo una tarea imposible y no veo que nos hayan facilitado nada para llevar a cabo esta tarea, si eso nos la han complicado con sus palabras confusas y carentes de información." - Hago una pausa y respiro, obviamente no me gusta nada de esto.
Si he ido muy rápido a la hora de indicar que hemos salido de donde los chamanes decidmelo y el mensaje se cambia.
Antes de partir al pasar por la puerta un consejero se acerco a nuestros aventureros.
La Muerte blanca es la mensajera del mal que se avecina, si logramos parar a la bestia helada pararemos su maldición. Os hemos dado unas mulas para el viaje y raciones de carne y frutos secos para tres días. Además irá con vosotros un cuarto miembro salataharal, el dice que conoce atajos y que ha estado por el lugar sera vuestra guía viene de los bosque de los elfos Ada seguro que será su ayuda de gran valor, peor Salataharai no es un elfo es un medio orco, tiene una historia intereante. Espero que todo vaya bien pues el oraculo nos dice que nos queda menos de dos meses para el despertar d la bestia.
En la calle principal había un hombre alto apoyado en la pared, a su lado había cuatro mulas con equipo de provisiones para tres días al rededor había algunos curiosos de todo tip: jóvenes, madres, abuelos; todos miraban llegar al grupo, había rumores que ellos eran los elegidos, ellos terminarían con la muerte blanca y con la amenaza del Titan, según la leyenda despertaba cada mil años según se decía destruía todo y se volvía a dormir. Toda vida quedaba destruida para dar comienzo una nueva era; todos estaban en peligro de muerte.
Vaya parece que ya os han soltado el rollo esos viejos chochos, ya tengo ganas de partir de este lugar, se echa de menos los bosques elficos de Adal.
Me quedo mirando a los recién llegados, prestando atención a Alaraz, estoy impaciente por encontrar antiguos reinos perdidos y camaras llenas de tesoro.
Estamos a un par de semanas de las montañas esas, ¿quereís directos o teneís intención de desviaros y pasar por algún otro sitio?
Mi pregunta era más por tantearles que por interes.
Thath estaba ansioso por partir. Los chamanes habían confiado en él para aquella misión y eso era motivo de orgullo entre su pueblo. Esperaba poder regresar victorioso, pero lo cierto era que una gran responsabilidad pesaba sobre él y no estaba del todo seguro de que pudiera lograr si objetivo. De hecho, no sabía ni porqué le habían elegido a él, pues no se creía mejor que la mayoría de habitantes de Gorn. Pero si los ancianos le habían elegido, tenía que ser por algo. Ellos no se equivocaban.
Nada más abandonar la estancias de los chamanes, aquel extraño trío se topó con su cuarto miembro. Era un orejas picudas y a tener de su porte, de cómo hablaba y de cómo les miraba, tenía mucha más seguridad en sí mismo y en el éxito de la misión que el propio Thath, lo cual por otra parte, no era muy difícil.
- Thath. - Se presentó de forma directa y sin adornos. - Tú eres el guía. - Le recordó. - Tú decides el camino. Además, los datos aportados por el consejo de ancianos, son confusos. - Como siempre. - Pensó. - Pero sinceramente, el tiempo corre en nuestra contra y prefiero no dar rodeos. Si estamos tan lejos, partamos cuanto antes, directamente hacia el objetivo, el camino ya nos desviará. De eso estoy seguro... - Y es que ni creía que fuera a ser un camino de rosas y sin duda en algún momento sucederían cosas que les desviarían del camino, pero esperaba poder sortearlas con éxito. De lo contario, Gorn y en realidad toda Terrania, estarían condenados.
Resignado, compruebo las alforjas y subo a la mula. No me digno a dirigir la mirada o la palabra a ese mestizo... encima de Adal, ya solo por esas dos cosas Salataharai no contaba con la escasa simpatía que me quedaba.
"Algo es algo..." - Digo mientras acaricio la cabeza del animal que cabalgo. - "¿Nos vamos entonces?"
Me presente ante el nuevo componte del grupo, los orcos no son muy de fiar, pero despues de la presentación ya subidos a las mulas susurre algo a mis compañeros, mirando de reojo al nuevo, por favor decirme que le puedo incinerar ahora y aquí mismo, uf darme ese gusto, no creo que lo soporte durante el resto del camino.
comente sabiendo que ni siquiera habíamos empezado a salir del lugar. La mulas eran animales nerviosos y fibrosos, nos darían buen resultado. pero otras veces me había equivocado con estos bichos lo mio era el fuego no el trato de animales. azuce me mula para ponerme delante del grupo, pues sabía que terminaría detras pronto, siempre me pasaba. Prefería caminar eso era todo
los pj comienzan su viaje a tierras peligrosas durara varios días
Que cada uno haga una tirada 2d6 +int, otro 2d6+sab. y otro 2d6 + sab.
es decir cada uno que haga una tirada dos con sab y un tercero con int, para ver como avanza poco a poco el viaje
Algunos curiosos salieron a despedirnos, habían puesto muchas esperanzas en nosotros, nos pusimos en marcha y me temía que iban a ser dos semanas interesantes. No sabía que nos esperaba en aquellos parajes y me temía que los peligros iban a ser numerosos, me avisaron los jefes del clan que fanáticos y sectarios partidarios de la nueva era y de la oscuridad, nos impedirían realizar la misión, cuando los chamans nos confirmaron la misión estaba claro que seríamos objetivos de estos.
No quise comentarlo a los demás hasta llegado el momento pues ya tenían bastante preocupaciones, por eso no me fiaba del tal Salataharai, podría ser uno de esos fanáticos infiltrado.
Motivo: sab
Tirada: 2d6
Resultado: 8 [2, 6]
El viaje no había empezado muy bien. Simplemente por la composición del grupo, uno ya podía presagiar un desastre. Y es que se trataba de un grupo de seres huraños, desconfiados y taciturnos. De hecho, el de sangre mestiza, su guía, parecía ser el más alegre de los cuatro y no era más alegre que un lapida de cementerio.
Fuera como fuera, iniciaron la marcha con un terrible comentario Thuka que nadie tomó muy en serio, salvo Thath. Le miró con desaprobación cuando propuso incinerar a Salataharai. Poco después comprendió que no iba a hacerlo. No al menos de manera inmediata.
Fuera como fuera marcharon en dirección a las montañas. Una marcha silenciosa, casi un entierro, en la que no faltaron miradas de desconfianza y poca amabilidad. Thath solo esperaba que aquello cambiara un poco antes de enfrentarse a los desafíos del camino, pues de no ser así, si viaje posiblemente acabaría de manera prematura.
Motivo: Sabiduría
Tirada: 2d6
Resultado: 11 [5, 6]
El trayecto iba a ser tenso. Entre las amplias posibilidades de cosas desagradables que podían ocurrirnos en esta aventura y que el mestizo para nada era de mi agrado, todo apuntaba a desastre. Lo único que podía hacer por ahora era tener el arma lista y no darle la espalda al nuevo integrante cuyo objetivo era guiarnos en un principio.
Motivo: Int
Tirada: 2d6
Resultado: 9 [6, 3]
Nos vamos al apartado DOS.
Los Domingos nos relajaremos en los post hasta el Lunes, así lo retomaremos con más fuerza, jeeje