Partida Rol por web

Como siempre, Kylian tiene razón. Ahí está Lowenherz, en carne y hueso, frente a mí. Puedo verle y puedo tocarle y, sin embargo, siento que es un desconocido para mí. No veo en él al muchacho sencillo y sensible del que me enamoré, sino a un fanático sin alma al que no reconozco y que no dista mucho de los cultistas de Takhisis a los que hemos combatido hasta el momento. Todos ellos tienen elevadas razones para matar y para morir y estoy convencida de que el Lowen que me quería ha muerto ahí abajo, en los sótanos de Mem.

Profundamente herida, me enjugo las lágrimas y me doy media vuelta en silencio, resignada a asumir este luto con la misma entereza con la que he asumido todos los anteriores.

Todavía es pronto para saber si el sacrificio realizado ha servido para algo, pero está claro que no me ha merecido la pena que ahora siento. Aun así, ahora toca esperar y dejar que nuestra cosecha madure antes de recoger sus frutos. Veamos cómo asumen los goblins el haber quedado sin liderazgo y después podremos tomar la decisión de cuál es el siguiente paso que debemos dar.

Hasta entonces, tengo muchas quemaduras que atender y ayudar a otros siempre ha sido un bálsamo para aliviar mi propio corazón herido.