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[DM 24/07] Dragonlance - La Plaga de Morgion

Capítulo II - Investigación en Daron

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13/08/2024, 21:12
Ailas

Me decepciona más que me sorprende el que Kyliana no pueda hacer nada por mí en mi actual estado. En realidad, a nadie puede sorprender que su dios me considere más valioso muerto que vivo.

—Tranquila, niña, yo me voy pero Flechas de Muerte cuidará de ti —trato de señalar a mi amiga humana, pero no tengo fuerzas para extender el brazo y lo único que consigo es un inútil temblequeo—. Ya lo hemos hablado. Ella te encontrará una nueva casa de acogida lejos de Daron, donde estés a salvo.

Me planteo la posibilidad de dar más explicaciones al resto, pero las considero innecesarias. Si están aquí es porque Enrielle ha recibido y creído en mi mensaje. Y, si lo ha hecho, entonces ya sabe lo que tiene que saber respecto de Kaly y del lugar del que salió.

—Ahora, sabiendo que está con vosotros, puedo irme tranquilo —ensayo una sonrisa y me alegro de no poder ver la mueca espantosa en la que realmente se convierte—. Ahora ya puedo volver por fin a casa sin miedo a los minotauros. Si me encuentran... bueno, Morgion se ocupará de que lo lamenten tanto como yo.

Notas de juego

Tanto esperar para acabar muriendo por la enfermedad igualmente xD

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13/08/2024, 21:23
Kyliana de Mem

Sólo quiero examinarte, por si estás contagiada también. - Le aclaró a la niñita. - Pese a lo que mi extraña apariencia pueda transmitirte, ningún mal quiero para ti.

Fuera como fuera, lo primero en ese momento era Ailaserenth. No iba a rendirse y no iba a perderlo. Estaba convencida de que saldría adelante, aunque no acababa de entender porque no remitía la enfermedad.

Voy a volver a intentarlo... - Comentó entonces Kyliana asustada por la forma en la que Ailas se había rendido. - Aunque no sé si servirá... - Anunció inmersa en un mar de dudas, dispuesta a volver a utilizar un conjuro para sanar la enfermedad. - En la mansión Kenfort ya sucedió algo así. Traté de quitar la enfermedad a uno de los supervivientes y no mejoró. - Se detuvo unos instantes a pensar en ello. - Puede...

Kyliana se acercó al elfo y le pidió permiso con la mirada oculta tras la máscara picuda, por tal de examinarlo. Le hubiera concedido el permiso o no, la sacerdotisa no se lo pensó. Examinaría a su amigo quisiera o no y así como se encontraba de débil, nada podría hacer para evitarlo. Él podía rendirse a la enfermedad, pero ella nunca lo haría. 

Podría ser que la enfermedad haya desaparecido, pero que sus secuales perduren... - Le comentó al elfo. - Puede que sólo necesite reposo o algo de ayuda divina... - Kyliana se llevó la mano a la barbilla golpeándose contra el pico en el proceso. - Voy a intentar algo... confíe en mi maese Sëlanar...

Kyliana impuso sus manos sobre el rostro de Ailas acariciándole con ternura. En ese momento se retiró la máscara. No se veía miedo en el rostro de aquella mujer, sino esperanza en que Ailas se recuperaría y convicción en que ella no iba a contagiarse de la Pesta Escarlata.

¡Oh Señor, sana a este elfo, te lo imploro! - Alzó la voz transmitiendo energía divina a través de sus manos, por tal de sanar las yagas, pústulas y demás heridas causadas tras padecer la enfermedad. Una vez hubo concluido su sanación, volvió a mirar al elfo. - ¿Os encontraís mejor? - Le preguntó entonces.

- Tiradas (2)

Notas de juego

25 en sanar para examinar a Ailas.

Curo 24 pg a Ailas.

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13/08/2024, 21:39
Dungeon Master

Tampoco el nuevo intento de Kyliana por sanar al mago silvanesti parece mejorar significativamente su estado, si es que lo mejora en algo.

Sin embargo, la fe de la sacerdotisa de Chemosh en su dios continúa igualmente intacta tras su minucioso examen del túnica blanca. Y la clave se la da la propia debilidad del elfo, pues le recuerda a los ataques que le sobrevienen cuando éste hace un uso intensivo de su magia arcana.

Si Chemosh ha erradicado ya la enfermedad del cuerpo de Ailaserenth, el silvanesti necesitará tiempo, reposo y cuidados para recuperarse. En caso contrario, morirá sin remedio.

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13/08/2024, 22:18
Kyliana de Mem

No me gustaría equivocarme, maese Sëlanar, pero os puedo decir con gran convicción, que nada queda de la enfermedad en vuestro organismo, salvo las secuelas que a simple vista se pueden ver y que irán remitiendo a medida que el cuerpo se vaya sanando. - Le dijo entonces Kyliana realmente aliviada. 

Acto seguido se fundió en un abrazo con el elfo. Algo a lo que éste no estaba para nada acostumbrado y menos viniendo de aquella mujer a la que en muchas ocasiones la había consierado una inútil como curandera y poco más que un estorbo y a la que hubiera cambiado por cualquiera de los muchos amigos a los que había tenido que ver morir desde que ambos se conocían.

- La Peste Escarlata afecta más a quien tiene una menor constitución física. Más o más bien más rápido. - Le desveló al elfo. - Por eso habéis enfermado tan rápido y por eso vuestras lesiones son tan evidentes. Pero no temáis. Vuestros días sobre Krynn no han terminado. Aún tendréis que soportarme un tiempo. - Le sonrió. - Tengo alguna información. - Cambió de tema rápidamente. - ¿Os suena de algo un lugar llamado "La Cúpula del Mar de Azogue? - Le preguntó con la certeza de que habría oído hablar de tal sitio. - Igual me equivoco, pero creo que tendremos que volver a los Páramos de Nordmaar, ¿es así o voy totalmente errada?

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13/08/2024, 22:34
Biornthalar Adamiel

La visión del túnica blanca en aquel lamentable estado resultaba particularmente horripilante. Biornthalar mantuvo una cauta distancia con él, aunque en verdad sabía que todos ellos podían estar igualmente contagiados, en especial él mismo y lady Kyliana, quienes habían compartido con el morgionita su té, el cual bien podía haber estado emponzoñado o impregnado de aquella plaga maligna. Desde esta cauta distancia fue desde donde Biornthalar contempló a Kyliana invocar a su dios para que alejase la enfermedad de maese Selanar, la cual no dio signos de remitir en absoluto, aún cuando la sacerdotisa parecía convencida de que había logrado curarle. Según las palabras del morgionita, solo uniéndose al culto de Morgion o pereciendo, aquella peste abandonaría el cuerpo de quien la padecía. ¿Sería cierto que era así? La impresión que daba era que ninguno de aquellos esfuerzos había servido para nada, aún cuando el qualinesti no lograba discernir la naturaleza exacta de los sortilegios utilizados.

- Quizá esta plaga tenga más de maldición que de enfermedad. - dijo, desde el vano de la puerta - Mis conocimientos no abarcan este tipo de sortilegios, pero tal vez una disipación mágica pueda erradicar la plaga del cuerpo de su huesped.

Plasmó aquella sugerencia, fruto de sus reflexiones anteriores sobre la plaga, las cuales, en verdad, no tenían porqué ser acertadas. Mas bien valía probar cualquier cosa, antes que ver a aquel silvanesti perecer de forma tan sufrida.

- Tiradas (1)

Notas de juego

Yo probaría con un Quitar maldición, el Curar enfermedad me da que no hace nada. Que igual sí, vete a saber, pero por quemar opciones.

La alternativa a probar es un Disipar magia. Me parece menos probable que funcione, pero bueno.

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13/08/2024, 22:44
Ailas

El dilema en que me encuentro es francamente interesante.

Si decido desoír el consejo de Kyliana, podré morir en mi patria, propagando esta enfermedad entre esa raza odiosa que se la ha arrebatado a mi pueblo. En cambio, si opto por confiar en lo que dice, pueden pasar dos cosas: que me esté diciendo la verdad y yo sobreviva; o que me esté mintiendo, ya sea deliberadamente o por ignorancia, en cuyo caso moriré aquí en vano.

Su abrazo casi parece una invitación a que me teletransporte lejos de aquí sin más demora. A Silvanesti. A donde sea. Siento que no me queda mucho tiempo más de vida. Pero, por tentadora que resulte la posibilidad de vengarme de los minotauros, no es propio de un silvanesti como yo convertirme en un transmisor voluntario de los intereses de Morgion. No. Me quedaré aquí y moriré como he vivido los últimos años: como un exiliado.

El peso de esta decisión me aplasta. Solo quisiera que me dejaran solo para poder morir tranquilo, pero Kyliana es tozuda y se empeña en distraerme de tan oscuros pensamientos con preguntas sin sentido.

—No existe ningún mar de azogue —respondo, tan agotado mentalmente como lo estoy físicamente—. No hay suficiente en el mundo para que exista algo así. Y, aunque aceptásemos en un plano teórico que tal cosa pudiera existir, los barcos no podrían navegar por la densidad de este fluido, ni los marineros sobrevivir a sus efluvios tóxicos.

Hace tiempo que dejé de tratar de entender por qué Kyliana hace lo que hace y dice lo que dice. Sé que disfruta del caos y de tratar de perturbarme. Tal vez solo esté buscando una excusa retorcida para regresar a Nordmaar y tratar por tercera vez de matar a Morhlex, quién sabe. ¿A quién le importa? Desde luego, en mi lecho de muerte, a mí no.

- Tiradas (1)
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13/08/2024, 22:56
Enrielle "Flechas de Muerte"

Escuchar las palabras de despedida de Ailaserenth le rompió el corazón en miles de fragmentos diminutos y afilados que se clavaron en toda su alma. Seguía sin moverse del umbral y, tras ella, Bugambilia empezó a sollozar quedamente. Los miedos de la kender se hacían realidad una vez más.

Desvió la mirada de Ailaserenth hacia la niña. La superviviente de la que le había hablado en su sueño. Ailaserenth se había expuesto a la plaga entrando en aquel lugar infecto y salvando a una niña humana huérfana. Y ahora iba a morir por ello.

Ve tranquilo, amigo mío. —dijo con la voz temblorosa y los ojos llenos de lágrimas —Yo me encargaré de todo. Vuelve a casa en paz.

Entonces Kyliana retrocedió visiblemente aliviada, dando por curada a la enfermedad, si bien no lo parecía en absoluto. Y Enrielle había visto sanar ya muchas heridas potencialmente mortales.

Se secó las lágrimas rápidamente. Enrielle confiaba en Kyliana, pese a sus caóticos defectos.

¿Es eso cierto, Kyliana? Entonces hay que procurarle entonces otro refugio. Este desaparecerá en algún momento, como ya hemos visto otras veces. —miró un momento al túnica negra— Vamos, prueba eso también Kyliana, por favor...

Notas de juego

xD justo escribo un post más largo y me pisan todos xD

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13/08/2024, 23:25
Aelfryd Solanthian (Blackmoon)

La magia divina, en especial la proviniente de alguien como Kyliana, generaba una inquietud en Aelfryd innegable. Había recibido su ración de curaciones por clérigos en el campo de batalla y sabía del valor de dicha magia, pero la pronunciada en nombre de un dios oscuro no podría jamás causarle otra sensación. Pese a que todos parecían transigir con ella. Pese a que todos los instintos le decían que estaba mal.

─Si debía verse mejor, no está funcionando, Kyliana... ─observó el ex-caballero, lóbrego.

Los repetidos hechizos para recuperar al elfo no tenían una repercusión física evidente. Claro que podrían estar funcionando y él tuviera que recuperarse, como decía la clérigo, pero si esperaban una recuperación milagrosa, no la tenían. Bien podría ser que se hubiera equivocado... y que tras el abrazo se hubiera contagiado. Mucho convencimiento tenía en sus capacidades y las de su dios para desarraigar la enfermedad del cuerpo del túnica blanca. Y lo peor era que había escuchado a aquella extraña mujer aseverar cosas sin sentido con gran entusiasmo. ¿Cómo fiarse de ella?

Por otro lado la revelación de esa Cúpula del Mar de Azogue a Ailas no había servido de nada. Tal vez alguien con conocimientos más elevados, quizás algún miembro de las fes benignas que todavía quedaban en Palanthas pudieran ayudar. Lástima de no conocer a ningún cronista, los clérigos de Gilean eran conocidos por sus extensos conocimientos.

─Flechas, ¿tus contactos podrían conseguir información sobre esa "Cúpula del Mar de Azogue" en Palanthas, tal vez algún cronista, no sé.

La situación era muy compleja y la frustración por no poder hacer nada consumía poco a poco a Aelfryd. Ojalá hubiera un enemigo al que abatir, pero sin saber dónde se escondían esos morgianos no había un enemigo al que vencer, sólo un mar de muerte en expansión.

- Tiradas (1)
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13/08/2024, 23:50
Kyliana de Mem

- ¡A callar! - Le dijo a Blackmoon ante su insolencia. - ¡La curandera soy yo y no estoy desvariando! - Le reprendió. - ¡Sé lo que me hago! - Entonces miró a Enrielle. - No tengo que probar nada. - Dijo entonces y después miro de reojo miró a Biornthalar. - Yo misma me contagié de la Peste Escarlata y pude sanar. No se trata de una maldición, sino de una enfermedad y en este momento, la enfermedad ha salido del cuerpo de Ailaserenth. - Dijo ahora muy serena y algo molesta por la falta de confianza en ella. - Cuando digo que los días de maese Sëlenar no han acabado todavía, lo digo con conocimiento de causa. - Sentenció. 

La sacerdotisa se puso en pie y buscó un odre de agua. Se agachó de nuevo junto al elfo y le acercó el recipiente hasta los labios. 

Bebe. - Le dijo entonces. - Necesitas recuperar fluidos. - Asintió con la cabeza esperando que el cabezota del elfo le hiciera caso por una vez.

Durante sus investigaciones había obtenido valiosa información sobre la enfermedad que los morgionitas querían extender sobre toda Krynn. Para empezar había descubierto que se propagaba tanto por el aire, como por el contacto. Los síntomas empezaban a aparecer entre tres y cinco días una vez el sujeto había sido infectado. A partir de ese momento el deterioro era rápido y evidente. Unos cinco días bastaba para que las yagas, las úlceras y las hemorragias internas acabaran con la vida del portador. Algunos duraban más, como el señor Kenfort y otros menos como le hubiera sucedido a Ailas, pero la muerte era inevitable. Al menos por lo que sabía, si no se recibía cura, nadie sanaba por si mismo. 

Puede que sea un nombre metafórico... - Le dijo entonces a Ailas cuando negó la existencia de la Cúpula del Mar de Azogue. - Yo tampoco creo que exista un mar de mercurio y una construcción tan colosal como para que lo cubra por completo. Más bien debe ser un templo de Morgion... Puede que haya mercurio... Una fuente quizás. No tengo ni idea, pero allí tenemos que ir... - Fijó la mirada en el elfo. - Cuando hayas mejorado, claro está. Me gustaría llevarte conmigo a mi santuario en Torre Palanthas. Allí reposarás bien. Te llevaré a tus aposentos. El resto... - Miró a sus compañeros. - ... podéis regresar a pie y traer a los caballos. - Sugirió.