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[DM 24/07] Dragonlance - La Plaga de Morgion

En la Capilla de Chemosh

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21/07/2024, 23:39
Valev

—Aquel que sustenta mi existencia más allá de la muerte está complacido contigo, ama —afirma tu sirviente no-muerto, arrastrándose para emerger de su claustrofóbica cripta bajo el altar de Chemosh una noche en la que acudes a rezarle a tu oscura deidad—. Y algo decepcionado también, pues pensaba concederte el trono de huesos de Herida del Alma cuanto le ofrendaras en su capilla al emperador solámnico y a quienes viajaban con él.

»Se te concedió poder para abrir los santuarios de los dioses y lo aprovechaste debidamente. Tú fuiste Su instrumento para que pudiera elevarse sobre sus pares como el primero de ellos. Lamenta que no destruyerais también el templo del Viento Negro, pero sirves a un señor generoso y no apartará de ti su favor. Bien al contrario, desea premiarte y corresponder a tus esfuerzos; empoderarte, para que la próxima vez que tengas que servirle, no le falles de nuevo.

»Mientras todo el mundo tenía los ojos puestos en la guerra, los adoradores de Morgion robaron en secreto el sudario en que fue envuelto el cuerpo mortal de Takhisis. Hasta ahora lo habían mantenido oculto pero, con la desestabilización provocada en Herida del Alma, han encontrado la ocasión perfecta para actuar. Están usando el Sudario para desencadenar una plaga como nunca antes ha conocido Krynn.

»El Señor de la Muerte no se complace con la enfermedad y las hambrunas, aunque tampoco le disgustan las inevitables defunciones que llegan tras ellas. No obstante, desea recuperar la reliquia que le fue arrebatada y castigar a los ladrones para demostrar su primacía sobre el Panteón de la Oscuridad. Por ello, ama, te ofrece el inmenso honor de ser su campeona en esta disputa.

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22/07/2024, 21:16
Kyliana de Mem

Kyliana se sintió reconfortada al escuchar las palabras de Chemosh a través del putrefacto cuerpo de su amado Valev. El guardián de su templo le había comunicado lo complacido que se sentía su dios patrón con ella y pese a que no había cumplido con a la perfección su cometido, le daba la enhorabuena y le acababa de nombrar su campeona. Aquel hecho le llenaba de orgullo y satisfacción y cualquier duda que pudiera haber surgido en su interior, se disipó casi e inmediato. Al menos por el momento.

Markham luchó a mi lado en la Herida del Alma. - Le confesó a Valev y por ende también a Chemosh. - Formó parte de nuestra familia por unas horas. Ante todo soy una mujer de honor y no blandiré mis armas contra los que luchan conmigo. No a menos que sea estrictamente necesario. Y créeme cuando te digo que por un momento pensé que podríamos llevar a Emperador a nuestro lado de la balanza. - Suspiró. - Me equivoqué... - Apretó los puños llena de rabia. - Es un ególatra. Un niño consentido y caprichoso. Vuelve a estar en mi lista y no vovleré a fallar si tengo una nueva oportunidad.

Entonces llegó una increíble revelación. El motivo por el cual la epidemia estaba asolando Ansalon no era otro que el hecho de haber quitado los ojos de una antigua reliquia. Sin duda esa era una misión a su altura. Recuperar la mortaja de Takhisis sería algo con los que el Vendabal iba a estar totalmente de acuerdo. Si con ello acababa la epidemia, el equilibrio se recuperaría de nuevo y ella a su vez, también estaría satisfecha.

Acepto dicho honor, como no puede ser de otra forma... - Le devolvió la respuesta a Valev. - Sería de mucha utilidad saber por donde empezar a buscar... - Dejó caer.

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22/07/2024, 22:06
Valev

—Morgion es un dios taimado y guarda sus secretos con gran celo, ama. Tendrás que arrancárselos por la fuerza a sus sirvientes —añade Valev, con una inquietante mueca que en el pasado podría haber sido una de sus encantadoras sonrisas torcidas—, incluso si para ello tienes que matarlos primero.

»El Señor de la Muerte dice que allí donde florezca la Peste Escarlata habrá al menos un cultista del Viento Negro expandiéndola. Si permaneces atenta a las noticias y no te demoras cuando oigas hablar de un nuevo brote, tal vez consigas atrapar al responsable antes de que escape.

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23/07/2024, 14:16
Kyliana de Mem

Comprendo... - Dijo muy seria la sacerdotisa. 

La mujer se mantuvo algunos segundos en silencio y reflexionando sobre lo que acababa de decir. No tenían una pista realmente fiable, sino que iban a tener que adentrarse en el terreno para realizar investigación de campo. Para ello iban a ser necesarios, muy seguramente, conjuros útiles para llevar a cabo interrogatorios. Al fin y al cabo, los soervos de Morgion eran fanáticos y muy probablemente preferirían la muerte antes que hablar en contra de los intereses de su dios patrón.

Eso haré entonces. - Afirmó con rotundidad. - Seguiremos la pista de la enfermedad y daremos con la mortaja. 

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23/07/2024, 14:39
Kyliana de Mem

El Altar de los Caídos.

Kyliana de Mem pasó algunos días yendo y vieniendo de un lado para otro. Se había obcecado en recolectar una serie de utensilios que aparentemente no tenían sentido alguno, ni relación los unos con los otros. Quizás por ello, se mantuvo algo ausente durante los primeros días tras su regreso a la Torre de Paso de Palanthas. 

Tras conseguir hasta el último de los elementos que necesitaba, contempló su creación y una lágrima resbaló por su mejilla. La sacerdotisa había creado un pequeño altar en el templo de Chemosh, dedicado con esmero a sus compañeros caídos. Cada objeto cuidadosamente seleccionado representaba la esencia de aquellos que había perdido en el camino. El altar, sencillo pero lleno de significado, estaba dispuesto con una solemnidad que reflejaba su profundo respeto y cariño por cada uno de ellos.

Para Glinthalas, colocó una flecha en el centro del altar, una flecha que una vez había volado con la precisión y gracia que solo un elfo arquero podría lograr. Esta flecha era símbolo de su destreza y aguda visión.

A un lado, descansaba un anillo de barba que pertenecía a Thorwyn, un recordatorio de su orgullo en su herencia y de la fortaleza inquebrantable del enano guerrero. Este anillo, robusto y meticulosamente trabajado, hablaba de la dedicación de Thorwyn a su gente y a su propio honor.

Para Lowenherz, había un pequeño escudo con una corona grabada. Este escudo representaba su liderazgo y su valentía, además de su derecho y deber de proteger a los demás. La corona grabada simbolizaba su nobleza y su dedicación a la causa, un recordatorio de la realeza en su linaje y la responsabilidad que ello conllevaba.

El sello de Briand Le Besco estaba a su derecha, reflejando la nobleza y dedicación con la que vivió de la embajadora de su pripia casa. Este sello, una vez usado para autenticar documentos importantes, ahora servía para certificar la memoria de su lealtad y valentía.

Un poco más allá, una pequeña porción de barro simbolizaba a Klunurig Tzé. Este objeto sencillo, casi insignificante a primera vista, representaba la conexión profunda de Klunurig con la tierra y su habilidad para transformarla con su magia.

La piel de oso de Drey Drachentod era imponente, extendida con cuidado sobre el altar. Era un homenaje a la fuerza bruta y al espíritu indomable del bárbaro.

Para Ulfgar, había colocado un pequeño yunque, símbolo de su habilidad como herrero y su dedicación al arte de la forja. Este yunque era un testimonio de su trabajo incansable y su espíritu indomable.

Un cuenco representaba el inagotable objeto mágico que entregaba gachas mágicas, a Balgros. Se trataba de un símbolo humilde pero lleno de significado. Este cuenco era una representación de su generosidad y de su rol como guerrero poderoso, capaz de sostener a sus compañeros con fuerza y sustento.

Una vara representaba a Wylas, la cual Kyliana colocó con reverencia, simbolizando el poder arcano y la sabiduría del mago que aquel hombre llevó dentro y que no pudo desarrollar.

Un pequeño corazón roto representaba a Freya, un símbolo de su valentía y de las heridas emocionales que había soportado en su vida. Este corazón roto reflejaba el dolor de su pérdida y la fortaleza con la que había enfrentado su destino.

Finalmente, una pequeña balanza para Lady Corynn la dirigente de la Torre de Alta Hechicería, estaba perfectamente equilibrada en el altar. Esta balanza simbolizaba su habilidad para medir el valor de cada acción y su lucha por el equilibrio en un mundo lleno de desbalances. Representaba su juicio justo y su maestría en la magia.

Kyliana de Mem se arrodilló frente al pequeño altar que había creado en el templo de Chemosh, su corazón estaba lleno de pesadumbre y gratitud. La luz de las velas parpadeaba suavemente, proyectando sombras danzantes sobre los objetos cuidadosamente dispuestos que representaban a cada uno de sus compañeros caídos. Cerró los ojos y dejó que un momento de silencio se asentara en la habitación, sintiendo la presencia de aquellos a quienes había amado y perdido.

Con voz suave pero firme, comenzó a recitar sus plegarias, dejando que sus palabras fluyeran desde el corazón.

- Amigos y compañeros, hoy me inclino ante este altar en vuestro honor. Cada uno de vosotros, valientes y sabios, dejasteis una huella imborrable en mi vida y en la de todos los que tuvieron la fortuna de conoceros. - Comenzó sus oraciones. - En este lugar sagrado, donde los recuerdos y las esperanzas se entrelazan, elevo esta plegaria por vuestras almas valientes. Cada uno de vosotros ha dejado una marca indeleble en mi vida y en mi corazón. Que Chemosh, guardián de las almas y señor de la muerte, os acoja con su misericordia infinita. En cada amanecer y cada atardecer, en el susurro del viento y el murmullo de los ríos, sentiré vuestra presencia. Vuestras enseñanzas y vuestras historias seguirán guiando mis pasos, recordándome la importancia del coraje, la lealtad y el amor. - Para ese entonces, sus lágrimas ya inundaban su rostro y resabalaban por sus mejillas hasta gotear contra el suelo del templo. - Descansad en paz, queridos amigos. Seguiré caminando la Senda hasta que ésta me precipite al abismo e imploro que entonces nuestras almas se reencuentren en los reinos más allá de este mundo. Hasta entonces, viviréis en mi corazón y en mis recuerdos, como faros de luz en la oscuridad. - Tragó saliva con la voz quebrada. - Que así sea...

Kyliana permaneció arrodillada un momento más, dejando que sus palabras resonaran en el silencio del templo. Abrió los ojos lentamente, y con una última mirada llena de amor y gratitud hacia el altar, se levantó. Su corazón estaba cargado de tristeza, pero también de una profunda gratitud por haber compartido su vida con tan valientes compañeros. Con un suspiro, se apartó del altar, dejando que las llamas de las velas continuaran ardiendo en honor a sus amigos caídos.

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25/07/2024, 11:16
Kyliana de Mem

Una mañana cualquiera.

Kyliana regresó al Templo gallina en mano. La pobre, pese a no conocer el destino funesto que le esperaba, trataba de zafarse del agarre de la mujer que la había secuestrado. El aleteo cesó justo antes de acceder al interior del Templo. Fue entonces cuando Kylina a miró a la gallina con cierto desprecio y acto seguido negó con la cabeza.

¿Te rindes sin más? - Le dijo. - Por eso eres carnaza y tu vida no vale más que unas miserables monedas. - Suspiró ante la simplicidad de aquel animal. - Si me comportara como lo haces tú, hubiera muerto hace mucho tiempo...

Sin más accedió al Templo. Todo seguía como siempre a excepción de la capilla dedicada a los héroes caídos, de la cual Kyliana se sentía especialmente orgullosa. Aquel nuevo lugar de oración le reconfortaba gratamente y esperaba que en un futuro, siempre con el beneplácito de Chemosh, sirviera para comunicarse con las almas de aquellos a los que estaba dedicado el altar.

Atravesó las tres puertas malditas que le conducirían al mayor secreto que atesoraba dentro de aquel santuaro profano y entonces, una vez en el interior de la sala donde se ocultaba la criatura, le pidió a Chemosh por la luz que iluminaría la palma de su mano. Ni un rayo de luz natural podía colarse al interior de aquella instancia y sin luz de candiles o lámparas, la oscuridad era total. Cuando diseñó aquella cripta, sus ojos podían ver en aquella negrura infinita, pero no ahora que había vuelto a cambiar.

La luz titilante iluminó el espacio, revelando una figura al fondo de la sala. Valev se retorcía en la penumbra. Kyliana obsevó de nuevo su piel color gris ceniza, estirada. Sus ojos oscuros reflejaban una malevolencia eterna, mientras su boca se torcía en una mueca de sufrimiento perpetuo. Los cabellos rizados antes llenos de vida,  caían en mechones desordenados sobre su rostro descarnado, finos y quebradizos.

Toma. - Le dijo Kyliana. - Come. 

Soltó el ave en medio de la cripta y un movimiento rápido en las sombras, fue sucedido por un aletero nervioso, un chillido y el escalofriante sonido de un mordisco que desgarró la carne e hizo crujir huesos. Pocos minutos después no quedaba nada de la gallina con la que la sacerdotisa de Chemosh había ofrendado a su más leal y único vasallo. Valev se presentó ante ella con la boca ensangretada y alguna pluma pegada a su putrefacto cuerpo. 

Durante el tiempo en que Valev estuvo entretendio devorando a aquella criatura y sintiendo como la sangre aún caliente se derramaba por su boca y sus labios, Kyliana aprovechó para pedirle a Chemosh por que la verdad le fuera revelada. Quería preguntarle algo al no-muerto y no se fiaba de que sus respuestas fueran sinceras.

¿Todavía tienes hambre? - Le preguntó.

Aunque no se refería al hambre física que nunca dejaba de sentir aquel ser regresado de entre los muertos, sino más bien a un hambre metafórica que representaba el eterno sufrimiento al que su antiguo amor estaba siendo sometido por el dios al que ella adoraba con fervor. Desde que Valev fue prácticamente devorado por aquel cocodrilo en los lodos del pantano que casi acabó también con ella mucho tiempo atrás, siempre quiso hacerle regresar. Sin embargo, el regalo de Chemosh había sido cuanto menos muy amargo.

Me gustaría poder volver a tocarte como hicimos en la pasado. - Le confesó. - Has sido la única persona a la que he amado más allá de la mera amistad o como una persona ama a su familia... - Suspiró. - Pero no obstante... - Le miró de arriba abajo. - No eres aquel joven del que me enamoré y acercarme a ti a una distancia inferior a un metro me aterra. ¿Me harías lo mismo que a esa gallina? - Le preguntó sin esperar una respuesta sincera. - ¿También acabarías conmigo para devorarme? - Le preguntó.

Notas de juego

Previamente a las preguntas, lanzo zona de verdad.

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25/07/2024, 15:04
Valev

—Yo siempre estoy hambriento, ama —confiesa con voz monótona y carente de sentimientos la criatura que vive escondida en la capilla de Chemosh—. Pero a ti no podría devorarte. Tú no lo permitirías. Él no lo permitiría tampoco. No, no soy el que era, pero Aquel que sustenta mi existencia más allá de la muerte me ha advertido de que existen tormentos todavía peores que esta existencia que llevo.

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25/07/2024, 15:46
Kyliana de Mem

- ¿Peores que ésto? - Le preguntó muy asustada. - ¿Y por qué quién sustenta tu existencia te ha advertido de tal cosa? 

La pregunta era muy obvia. Si alguien que se comportaba siempre como se esperaba que lo hiciera, ¿por qué su amo iba a amenazarle con un tormento aún mayor al que ya soportaba? 

¿Alguna vez has pensado en acabar conmigo? - Le interrogó. - ¿Has querido traicionar a Chemosh? - Añadió una nueva pregunta. - Contesta, pues si no lo haces sabré igualmente la respuesta...

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25/07/2024, 16:09
Valev

—Continuamente, ama —reconoce sin pudor la criatura, con una sonrisa siniestra—. Pero solo son los sueños desesperados de un alma atormentada. No importa lo que yo desee. Nunca ha importado. A nadie. Así que continuaré existiendo hasta que te aburras de jugar conmigo y escojas dejarme morir para pedirle a Él un nuevo juguete. Pero te aseguro que hay cosas más temibles que la soledad.

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25/07/2024, 16:46
Kyliana de Mem

- Y aún habiendo deseado mi aniquilación de forma tan intensa, nunca has alzado una mano contra mi... - Dijo conmovida la sacerdotisa. - ¿Qué te detiene? - Le insistió. - ¿El miedo o la lealtad? 

Ya sabía la respuesta, pero deseaba escucharla de boca de aquella criatura atormentada. Quizás hasta le sorprendía la revelación. Tampoco era demasiado transcendente que dijera una y otra cosa. Al fin y al cabo Valev le era útil, al menos por el momento. 

Lo que tenía claro era que ese Vale, no era el Valev que conoció en vida. Al igual que. Enrielle o a ella misma, morir había hecho un cambio evidente y sin retorno en su alma. No obstante, la existencia de su esclavo era bastante más terrible que la suya propia o la de Flechas de Muerte. La suya era una existencia llena de dolor y hambre y ni un solo sentimiento bueno. El Valev que conoció en vida no era mucho mejor, pero al menos si fue capaz de amar. O eso quería creer la sacerdotisa. 

Habla sin tapujos. - Le empujó Kyliana. - Ninguna repuesta tuya condicionará lo que pase después... - Tras decir aquello, dudó de sus propias palabras. - O puede que sí...

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25/07/2024, 16:57
Valev

—Yo sirvo a mi ama. ¿Por miedo? ¿Por lealtad? ¿Por devoción? ¿Por imperativo divino? Supongo que por ninguna, o por una mezcla de todas ellas. No sabría decirlo —responde el condenado de forma ambigua, encogiéndose de hombros, antes de añadir con sarcasmo—. Desde luego, no por las gallinas.

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25/07/2024, 18:14
Kyliana de Mem

- Ya... - Kyliana bajó la mirada. - No por gallinas...

Quizás en algún momento tuviera que llevarle algo mejor a aquel desgraciado. Lyanna Windrider era de todos los aprendices de Ailas, la que peor le caía. La única con la que no había repetido nunca y sin duda la aprendiz a la que menos echarían en falta tanto en Paso Palanthas, como su propia familia. 

La séptima e insulsa de una serie de hermanos de una casa noble de séptima categoría... - Se dijo a si misma. - Es una opción desde luego...