Partida Rol por web

Eve sacudió la cabeza. Cerró los ojos y trató de relajarse.

-Está empezando, Jeremy -dijo desde su camilla-. No pienso dejar que esto ocurra.

Metió una mano en la túnica y buscó su pistola, fue entonces cuando cayó en la cuenta de que no la llevaba, se la había dejado a Jeremy.

-¿Sigues teniendo la pistola? -preguntó exaltada e incorporándose bruscamente- ¡Necesitamos un arma!

— Los árboles... — musitó Jeremy mientras salía de su ensoñación.

— La escopeta os la dejé, no se si la trajisteis de vuelta, yo encima solo llevo una pistola aturdidora. — respondió sin saber a que se refería. Su mente estaba entumecida -mas de lo normal- y el dolor no le dejaba sobreponerse a lo que se había fumado, así que se dejaba llevar.

Cuéntanos, ¿Cómo fue esa visita al jardín? ¿Te gustó? ¿Qué ocurrió?

El Jardín me gusta porque es un lugar tranquilo y no dejan entrar a nadie normalmente. Bueno, la ultima vez que estube yo fue con Ruth y su padre. Me querían enseñar una cosa muy bonita que había ocurrido. Una anomalía la llamaban: una planta muy especial estaba germinando en aquel lugar seco y terroso. Pude ver sus pequeñas hojas relucientes desprendiendo aquella luz irisada. A pesar de ser preciosa, me dijeron que no podía contarle a nadie lo que había visto.

Mi hipótesis es que el secreto debe haber salido a la luz y estarán discutiendo si tiene que ver con la tormenta o si hay que seguir cultivándola o arrancarla... cosas aburridas de mayores.

Tienes hambre y el papeo te costaría 1 Trueque, que no tienes. ¿Qué harás?

Aguantarme. Es molesto y a veces me da jaquecas e incluso una vez me desmayé. Pero no soy de robar, por eso me permiten quedarme aquí en el asentamiento aunque nadie cuide de mi.

Quizás ese dolor de cabeza me sirva para que otra vez no me olvide de estar frente al horno a la hora acordada. 

Asiento con la cabeza a Shatura y agarro el plato de comida de Eve: aquel escarabajo asqueroso que había infectado a su amiga.

El olor a comida frente a mi hace olvidarme hasta el odio y el miedo por aquel ser.

Tiro de la manga a Shatura para que se agache y poderme acercar a su oído.

- Hoy no he comido.

No se como pedirle si me puede invitar a mi a una ración, y vuelvo a llevar mi mirada al suelo avergonzada

–No tengo nada...- Shatura sentía rugir su estómago, pero también le daba mucho pena la cría. ¿Es que no se lo podía pedir a otro? De reojo, miró a Jackson- A lo mejor Jackson te da algo por haber cuidado tan bien a Ruth... Se lo digo, ¿Vale? Ven y pon cara de buena

Trago la saliva que se me ha acumulado al pensar en una buena ración.

Asiento y sigo a Shatura cogida a su pantalón.

Eve siguió tanteando sus bolsillos, hasta que notó la pistola en uno de ellos. Y sintió alivio. La tenía consigo.

Otro suspiro. "No voy a dejar que me pase esto a mí..." se repitió mentalmente. "No voy a dejar que me pase..."

— ... pero no te apures, ya buscaremos cuando volvamos a salir. Aquí dentro del asentamiento no las necesitamos. No se si te acuerdas lo que pasó ayer y la que liasteis. Casi tuvimos suerte que aparecieran los calavera esos.

Comentó mirando hacia el techo, tratando de relajarse y alejar el dolor de sus pensamientos. Todo era mas fácil con maría.

Si Jackson oyó o no la conversación entre Shatura y Alicia no dio muestras en ningún sentido. Su cara de mala leche era difícil de descifrar.

- Si has terminado de hablar con la niña – su tono era molesto hasta el punto de estar conteniéndose, probablemente por tratarse del ángel del asentamiento – puedes ir a decirle a ese fumeta que me da igual como esté. Si al final del día no está arreglado el motor del pozo yo mismo le partiré los huesos uno a uno. – desgranó cada una de las palabras lentamente para que fueran entendidas.

Los minutos pasaban sin que Shatura regresara. Oísteis pasos por el pasillo, pero cuando la puerta se abrió reveló a Kim. Su cara mostró sorpresa, y tal vez algo de miedo, al veros, pero cuando vio que Ruth tenía los ojos abiertos le dio igual todo lo demás, corrió hasta ella y la abrazó con todas sus fuerzas. Ruth parecía una muñeca entre sus brazos. Ahora el silencio era roto por los sollozos de Kim.  

Tosió para romper el hielo en aquella situación.

— Me alegro de ver que que al fin alguien viene a visitar a la pobre Ruth. — luego abrió un par de veces la boca para decir algo, pero decidió esperar unos instantes -de cortesía- para interrumpir ese momento.

— A este pobre viejo le rugen las tripas, ¿no habrás visto a la Dra. Shatura por ahí verdad?

Eve apenas se movió para girar la cabeza y ver mejor la escena. No sabía si lloraba de alegría por ver los ojos abiertos o de tristeza por seguir inmóvil.

Quizá podía elegir ella. ¿Qué le gustaría más?

Eve se hizo un ovillo en la camilla. Parte por el hambre. Parte por el miedo. Parte por la tristeza.

-Lo siento -dijo casi en un susurro.

Mis grandes ojos pasan de Jackson a Shatura. Entonces me repito por dentro las últimas órdenes de la médico y cogiéndome la camiseta con las dos manos, dibujo mi mejor sonrisa hacia Jackson de nuevo al tiempo que mi barriga profiere un ronquido que seguramente solo haya escuchado yo.

"Cara de buena, cara de buena, cara de buena."

—Hay más, Jackson— Shatura ignoró la nada velada amenaza para continuar hablando— Sabrás que fuimos a la Zona Roja y que Eliza ha muerto. Pero el tema es que la Zona Roja parece estar relacionado con la enfermedad de Ruth, que por cierto, Alicia la ha cuidado muy bien en mi ausencia. Creo que es posible que pueda haber más afectados en el asentamiento...y en otros también. Debería volver. Creo que allí está la solución, pero necesito que vengan Eve y Jeremy. Eve conoce el camino mejor que yo y Jeremy es el único que puede hacer crear algo para sacar los elementos que necesito para fabricar la cura. Y los necesito con los huesos enteros. 

Shatura tragó saliva y sonrió

—Son solo unas horas más. Unas horas más que pueden darnos algo que no tiene ningún otro asentamiento: una cura para algo que se está extendiendo. ¿Te das cuenta de todo lo que podrías conseguir con esa cura?

Puedes percibir que Jackson no ha oído nada de lo que le has contado sobre la cura, ya sea porque le suena a mierda inventada, le importe tres cojones o porque ha dejado de escuchar después de Eliza.

- ¿Qué habéis ido a dónde con Eliza y que está qué? – no es que haya oído mal, es que no quiere creer lo que le dices porque si lo creyera la reacción sería demasiado violenta y estáis en el puto comedor. En el comedor no hay violencia. Son las reglas. Claro que quien hace las reglas se las pasa por el forro de los huevos cuando quiere, ¿verdad?

- Vamos a hablar de eso con más calma. – aunque su tono sugiere que la calma que está mostrando le está costando toda su fuerza de voluntad a pesar de que seas el ángel del asentamiento.

Los dos tipos que estaban sentados frente a él ya está cada uno a un lado sujetándote por los brazos con indicaciones para que andes. Confían en que seas sensata y no les obligues a arrastrarte.

Jackson está de pie sin perderte de vista y el resto del asentamiento que está en el comedor no os quita los ojos a vosotros.

Alicia les trae sin cuidado. Lo bueno es que ahora la pequeña se puede dar un festín con la comida de vosotros tres y la que se han dejado en la mesa. Joder, se podría dar un festín durante una semana la pequeña.

- ¿Qué? ¿Shatura? – parece procesar las palabras despacio – No, no… no la he visto – alcanza a procesarlas sin soltar a Ruth, pero conteniendo ya más las lágrimas.

- ¿Ha dicho algo? – os pregunta con esperanza de que su hermana pequeña no se haya quedado como un vegetal.

Ruth sigue sin hablar, pero en cierta medida devuelve ahora el abrazo de Kim, aún con la mirada perdida.

Negó con la cabeza.

— Pero la vimos sonreír, pareció reconocer a su pequeña amiga Alicia. Creo que se ha ido a buscarnos algo de comer, si la encuentras quizá puedas traerla y ver si Ruth reacciona de nuevo. Sino puedes probar con comida, a lo mejor eso la despierta de su encierro.

Le rugieron las tripas o quizá era un espasmo de dolor, ya no podía distinguir, estaba hecho un cromo. Luego miró a Eve de reojo, siempre la había considerado un bicho raro pero parecía que le pasara algo.

— ¿Eve, todo bien? La comida estará por llegar, pero si no aquí nuestra compañera Kim se ha ofrecido a ir a buscarnos algo...

Shatura se dejó llevar con docilidad, aunque la cara de circunstancias era notoria para cualquiera que diese un rápido vistazo al ángel del asentamiento. Dudaba mucho que aquella reacción fuese por cariño hacía Eliza y tenía claro que tenía que medir mucho sus palabras para sobrevivir y conseguir que Jackson se conformase con pegarla una paliza en lugar de lo que se le estuviese cruzando por la cabeza. Mientras andaba, Shatura se tropezó con sus propios pies, momento que aprovechó para intentar hacer contacto visual con Alicia y vocalizar, desde el suelo la palabra "enfermería", acompañándolo con un movimiento de ojos en dirección a donde estaban Jeremy e Eve. Dudaba mucho que pudiesen huir o esconderse en su estado. A sus ojos, era imposible. Pero merecían esa oportunidad.

Pues el plan había surtido efecto tal y como predijo Shatura: yo ponía cara de buena niña, la doctora le decía al jefe que había cuidado bien de Ruth y... bingo: tres platos de comida para mí.

Como Shatura había cumplido con su parte, estaba dispuesta a devolverle el favor. Respondo con un asentimiento seco de cabeza a sus vocalizaciones. Quería que fuera a la enfermería, y allí que me dirigiría.

-¡Hmh!

Me enfundo un par de mendrugos de pan en cada bolsillo, cojo los platos de comida con dificultad y salgo con cuidado hacia la enfermería.

Mi plan es encontrar una de esas neveras que la médico usa para guardar las medicinas y muestras especiales y entaforar allí mi fantástico alijo de comida. Si no se echaba a perder y me la gestionaba bien, podría durarme una semana buena o incluso más.

Luego iría a ver a Jeremy para explicarle lo ocurrido y comprobar si Ruth por fin había salido del shock.

Haciendo un poco de malabares te llevas los tres platos que traía Shatura y los restos que estaban comiendo Jackson y sus dos hombres; de eso puedes sacar al menos raciones para dos días más. En la enfermería hay una vieja nevera portátil donde puedes guardarlo todo con esa ilusión infantil que no para en pensar en que sin hielo dentro poco hará para evitar que se eche a perder la comida, pero tú has comido cosas que a la mayoría le parecían en mal estado y nunca te ha pasado nada salvo quejarte un poco del sabor ácido y fuerte.