Derek intenta detener el duelo a gritos pelados, advirtiendo que hay gente entrando a la cueva. Y funciona: Silvester y el Conde se detienen, sables en alto, y se vuelven la vista monte arriba. Los soldados hacen lo mismo. De pronto, setenta cabezas, que hasta hace segundos tenían los ojos puestos en lo que estaba a punto de convertirse en una auténtica guerra, giran hacia la caverna, convertida en el nuevo foco de atención.
Lo hacen justo a tiempo para escuchar dos disparos que vienen de la cima del monte. Ethel, que está yendo hacia la entrada de la caverna, se encuentra con dos hombres del Conde Manfred heridos a tiros. El grupo que se ha metido en la caverna les disparó para poder pasar. Ethel le sigue los pasos, y Derek, Brant y Tatyana van tras ella.
(sigue...)
—¡Están entrando a la cueva! ¡Son los que robaron la pólvora! ¡Soldados! ¡Cubridme! ¡Todos a la caverna, ahora, ahora!
Corre tras Ethel, monte arriba, abandonando la lucha con Silvester. Sus hombres, sin saber bien qué hacer, van con él.
—¡Ethel, no entres ahí, es peligroso! ¡Vuelve! ¡Ethel!
(sigue...)
—¡LIEBER! ¡HIDEPUTA, VUELVE AQUÍ! ¡TROPA, A MÍ! ¡TRAS ELLOS!
Silvester y su grupo van detrás del Conde en una persecución desorganizada, en la que los soldados de Manfred que están en la retaguardia se enzarzan en combate con la vanguardia de la tropa Wick. Intercambian disparos de rifles, de pistolas, algunos se valen de espadas y dagas y cortan tela, piel, carne y hueso. Hay pocos muertos pero sus gritos llenan la noche. Todos, sin embargo, avanzan a paso lento hacia la cueva.
(sigue...)
Ethel es la primera en llegar a la caverna. Se encuentra con que los diez seguidores de la sacerdotisa ya están ahí. Dos barriles de pólvora están ubicados en la entrada de la cueva. Por dentro es inmensa. Hay una pequeña cascada y aguas termales. También hay tres grandes huevos del tamaño de una persona. Huevos cubiertos de escamas verdes. Huevos puestos por la criatura que se refugia aquí. Un penetrante olor a azufre baña la caverna. Olor a azufre y a carne quemada: hay restos de carcasas animales chamuscadas devoradas, probablemente vacas, mulas y ovejas.
—…el monstruo será purificado por el fuego. El cuerpo de esta criatura y sus huevos arderán hasta que no quede nada de él. Ni Manfred ni Silvester ni aquel científico lo usarán para saciar su vanidad. ¡Al pecado se lo reduce a cenizas!
Helga repara en la presencia de Ethel. Su rostro es febril y delirante.
—Ah, ahí estás. ¿Cómo era que me habías llamado? ¿Falsa profeta? ¿Recuerdas lo que te dije? Que nos íbamos a volver a ver, yo con una antorcha en la mano, tú en la hoguera. Solamente nos falta preparar tu hoguera, hereje. Habrá tiempo luego de destruir esta cueva.
La sacerdotisa sostiene una antorcha a escasos centímetros de un camino de pólvora. El camino desemboca en un barril colocado al lado de los huevos. En eso llegan Derek, Tatyana y Brant. De los diez seguidores de Helga, tres tienen rifles en las manos. Otros dos, que están desarmados, se mueven hacia Ethel para apresarla.
Situación: todos en la cueva. Veis tres barriles de pólvora. Uno de ellos está al lado de los huevos de la cocatriz para reventarlos, y la sacerdotisa tiene la antorcha a punto de prender la pólvora. Por ahora no veis rastro de la cocatriz. Silvester y Manfred están avanzando hacia la cueva pero tardarán en llegar. Derek, soy buenazo así que te dejo recuperar 2 puntos de magia por el descanso que hiciste en el campamento. Con 2 puntos podrías invocar a un elemental, hacer dos curaciones o dos ataques, u otra cosa que se te ocurra que no sea muy OP.
Ficha de los seguidores de Helga: Puntos de vida 4 / Ataque 1 / Daño desarmados 1d2, daño rifle 2d6 / Defensa 13
Ficha de Helga: Puntos de vida 12 / Ataque 3 / Daño puñal 1d4 / Defensa 16
Esos huevos que ves dentro de la caverna no son de cocatriz. Lo sabes por el libro que leíste: una cocatriz no puede poner huevos así de grandes. El olor a azufre y las carcasas de animales calcinados que hay en la caverna tampoco son normales. Una cocatriz no puede echar fuego...
Bien jugada tu forma de detener la batalla entre Silvester y el Conde. Quién te dice, a lo mejor logras detener esta nueva batalla antes de que empiece...
Lo tenía muy claro, era consciente de que al dar ese paso se encontraría con los traidores del campamento, aquellos que iniciaron la revuelta entre Silvester y el Conde. No quería ser la heroína de esta historia, pero una cosa aprendió muy bien al pasar tanto tiempo en el bosque y es que jamás se ataca a la cría de un animal, jamás. Ya de por sí la cocatriz era peligrosa, ni imaginar cuando vea arder a sus huevos. No quiso imaginarlo, esa mujer estaba loca.
—En otra historia, en otro lugar posiblemente debería estar ardiendo y tal vez ese sea mi destino—dijo en un tono seguro al apuntar con su arco—, pero sé que hoy no será ese día. Te acabas de condenar sola al generar el conflicto entre Silvester y el Conde, también ante la madre de esos huevos. No lo permitiré, así muera en el intento créeme no lo voy a permitir.
Y sin más disparó aquella flecha que sin intención de matarla iría hacia el costado del abdomen, a la altura de su estómago. Buscaría que se clave en ese lugar para que comenzara a desangrar lentamente y al ver que dos de sus seguidores intentaron acercarse a ella, miró a Tupac.
—No lo permitas, no lo permito. Juntos mi querido amigo.
Así que pase lo que pase, el lobo no permitiría que la toquen.
Motivo: Disparo arco
Tirada: 1d20
Resultado: 16(+3)=19 [16]
Motivo: Disparo arco daño
Tirada: 1d4
Resultado: 1 [1]
Motivo: Disparo arco
Tirada: 1d20
Resultado: 4(+3)=7 [4]
La única idea que rondaba la mente de Brant en aquellos instantes era la de sacar a todo el mundo con vida antes de que se torcieran más si cabe las cosas. Qué ironías de la vida. El solitario que odiaba cooperar y colaborar con los demás como un grupo, luchando precisamente para que no se rompiera esta unión. Quizá todo era producto de un mal sueño y despertaría de un momento a otro en el frío lecho de una posada...
El caso es que al poco rato estaban en la cueva, donde pudieron presenciar mejor lo que había ocurrido con los barriles robados y la causante de la revuelta: la sacerdotisa y sus acólitos. El cazarrecompensas arrugó la nariz, cuando aquel fuerte olor a azufre inundó sus fosas nasales. La cocatriz no andaría muy lejos y esos religiosos parecían estar convencidos de prender fuego a sus huevos. Y cualquiera un poco listo conocía de sobra lo que sucedía cuando a una madre le hacían daño a sus crías. "Vamos a morir todos aquí si no les paramos los pies" —pensó, desenvainando su espada y amartillando su pistola. La batalla iba a estar servida.
—Sabía que no era trigo limpio esa maldita fanática... —dijo, escupiendo al suelo, bastante enfurecido—. Acabemos con esto de una vez.
Brant se hizo mentalmente con la situación, barriendo con la mirada a los individuos y valorando la mejor forma de actuar. Viendo que Ethel no se lo pensaba y disparaba a la sacerdotisa, él se lanzó a la carrera, a por los seguidores que se acercaban de un modo peligroso a la pelirroja, para dejarles fuera de combate.
Motivo: Disparo
Tirada: 1d20
Dificultad: 13+
Resultado: 5(+1)=6 (Fracaso) [5]
Motivo: Ataque con espada
Tirada: 1d20
Dificultad: 13+
Resultado: 16(+3)=19 (Exito) [16]
Motivo: Daño espada
Tirada: 1d8
Resultado: 1(+3)=4 [1]
Motivo: Ataque múltiple
Tirada: 1d20
Dificultad: 13+
Resultado: 15(+3)=18 (Exito) [15]
Motivo: Daño espada
Tirada: 1d8
Resultado: 3(+3)=6 [3]
He puesto lo del ataque múltiple basándome en lo que dice la descripción del talento, ya que en principio acabaría con el primero de los seguidores al hacerle 4 de daño (la vida que tiene). Si no es así o me he equivocado, se ignoran esas últimas tiradas :)
El caos continuaba reinando y Derek no tenía muy claro qué podría hacer allí, sus poderes mágicos se habían agotado y sin ellos era poco más que un campesino desarmado. No sabía luchar de otra manera, ni siquiera tenía armas. Las palabras de Ethel a la sacerdotisa no eran erróneas, esa mujer acababa de firmar si no su sentencia de muerte algo parecido, pero cuando la flecha de salió volando revivió los recuerdos del pasado y como había terminado todo al ocurrir exactamente lo mismo que entonces. Hubiera querido detenerla pero el disparo fue más rápido que el y la flecha volaba, Brant salió al encuentro de los soldados y el seguía allí de pie sin poder hacer nada. Algo podría hacer, no podía depender solo de sus poderes mágicos pero eso parecía por el momento, miraba a todas direcciones mientras el mundo se movía a cámara lenta o eso le parecía, su corazón latía cada vez más deprisa mientras valoraba opciones, pero nada venía a su mente.- ¿Silvester? Quizás sea tarde y ellos han sido los últimos en unirse a las filas, quizás se los lleven por delante. Yo podría defenderlos pero también podría descubrir quiénes son. Maldita sea.
Entonces Derek vio los huevos y se percató del olor en su nariz, aquella era su oportunidad.- ¡Salid todos de ahí! ¡No es una cocatriz, no se que habéis seguido o que se ha metido ahí dentro pero no es una cocatriz!¡Los huevos son muy grandes, huele a azufre y los cadáveres de los animales están quemados!¡Las cocatrices no usan fuego de ninguna manera!¡Corred!- Salió disparado a tirar del brazo de Ethel cuando volvió a gritar.- ¡Brant retrocede!
Solo esperaba que de nuevo funcionase y que no sea lo que imaginaba que podría ser.
En la cueva había un fuerte olor a azufre, por lo que cuando entró en la cueva, Tatyana se llevó una de sus manos tanto a su boca, como a su nariz, para tapar lo más posible aquellos orificios. Allí estaba aquella sacerdotisa con sus seguidores y los barriles de pólvora, junto a unos huevos Oh no... Esto puede ser una carnicería si no conseguimos arreglarlo... pensó Tatyana.
Vio que Ethel disparó a aquella sacerdotisa, por lo que llegó a la conclusión que antes de que llegaran habrían tenido un encontronazo. Brant empezó a desenvainar y comenzó a correr. Tatyana comenzó a preparar una flecha en su arco, apuntó y justo antes de soltar la cuerda, escuchó las palabras de Derek que la detuvieron - ¿Cómo? ¿Qué es esto entonces? - vio cómo salió corriendo para coger a Liselot - ¡Brant, regresa! ¡Hazle caso! - aquel chico le preocupaba aunque habían pasado poco tiempo juntos. Para Tatyana, había demostrado su valía y en el fondo, su corazón al ir a ayudarla cuando se fue con Pavlinka en el camino.
Aquella situación comenzó a no gustarle nada ¿Qué rastro hemos seguido entonces? Con la flecha aun colocada apuntaba hacia aquel grupo mientras iba retrocediendo, como Derek había dicho, pero preparada por si tenía que disparar.
Motivo: Tiro
Tirada: 1d20
Dificultad: 16+
Resultado: 8(+2)=10 (Fracaso) [8]
Motivo: Daño
Tirada: 1d4
Resultado: 1(+2)=3 [1]
Apunta a la sacerdotisa, te dejo la tirada por si acaso.
Entiendo que al retroceder, ya estoy haciendo una de las dos acciones que hay por hacer, por eso puse una tirada. Si al final son dos, lo realizo
Dos hombres caminan lentamente hacia Ethel para apresarla. Uno de ellos se lanza sobre la cazadora sosteniendo una roca en la mano, y le suelta un golpe en la sien derecha que por un momento la aturde [1]. A causa del porrazo, la flecha de Ethel surca el aire y en vez de hundirse en el estómago de la sacerdotisa Helga, le pasa rozando, desgarrando la tela y la carne que hay debajo, pero sin clavarse en ella [2].
Entonces entra Brant en acción. El cazarrecompensas primero dispara a la sacerdotisa Helga y falla. Su espada, sin embargo, es certera: cercena de un solo tajo el brazo del hombre que golpeó a Ethel. El tipo mira atónito cómo su brazo se eleva un par de metros en el aire antes de desplomarse a causa del shock. Inmediatamente Brant gira sobre sí mismo y con una finta le hace perder el equilibrio al otro acólito que amenaza a Ethel. Una estocada al pecho y un revés que le destroza la garganta son suficientes para terminar con él [3].
Una mujer, también seguidora de Helga, corre hacia Ethel. Antes de que pueda tocarla, el lobo Tupac le salta encima y de un mordisco le desgarra el vientre [4]. La pobre infeliz grita de dolor mientras sus entrañas se desparraman. Otros dos fanáticos se tiran encima del lobo y logran inmovilizarlo. El animal gruñe y lanza mordiscos sin ton ni son, pero está atrapado. Uno de los acólitos que porta un rifle apunta a Brant y dispara: la bala se hunde cruelmente en su cadera derecha, provocándole una ráfaga de dolor que se extiende por todo su cuerpo [5].
Dos disparos a Tatyana fallan. La arquera, luego de tirarle con el arco a Helga y fallar, comienza a retroceder hacia la salida, alarmada por los gritos de Derek. El sanador, por su parte, evade los ataques de otro grupo de fanáticos, se mueve hacia Ethel y tira de su brazo, implorándole que abandone la lucha y se marche de allí.
Motivo: Ataque a Brant
Tirada: 1d20
Dificultad: 16+
Resultado: 14(+1)=15 (Fracaso) [14]
Motivo: Ataque a Ethel
Tirada: 1d20
Dificultad: 16+
Resultado: 8(+1)=9 (Fracaso) [8]
Motivo: Ataque a Tupac
Tirada: 1d20
Dificultad: 14+
Resultado: 11(+1)=12 (Fracaso) [11]
Motivo: Ataque a Derek
Tirada: 1d20
Dificultad: 13+
Resultado: 11(+1)=12 (Fracaso) [11]
Motivo: Ataque a Brant2
Tirada: 1d20
Dificultad: 16+
Resultado: 1(+1)=2 (Fracaso) [1]
Motivo: Ataque a Ethel2
Tirada: 1d20
Dificultad: 16+
Resultado: 17(+1)=18 (Exito) [17]
Motivo: Daño a Ethel
Tirada: 1d2
Resultado: 2 [2]
Motivo: Ataque a Derek2
Tirada: 1d20
Dificultad: 13+
Resultado: 2(+1)=3 (Fracaso) [2]
Motivo: Ataque a Tatyana
Tirada: 1d20
Dificultad: 16+
Resultado: 6(+1)=7 (Fracaso) [6]
Motivo: Ataque a Tatyana2
Tirada: 1d20
Dificultad: 16+
Resultado: 14(+1)=15 (Fracaso) [14]
Motivo: ¿Disparo a quién? 1 Ethel, 2 Brant, 3 Tatyana, 4 Derek
Tirada: 1d4
Resultado: 2 [2]
Motivo: Disparo a Brant
Tirada: 1d20
Dificultad: 16+
Resultado: 18(+1)=19 (Exito) [18]
Motivo: Daño a Brant
Tirada: 2d6
Resultado: 5 [2, 3]
Motivo: Ataque de Tupac a los que atacan a Ethel
Tirada: 1d20
Dificultad: 13+
Resultado: 12(+2)=14 (Exito) [12]
Motivo: Daño de Tupac al que ataca a Ethel
Tirada: 1d6
Resultado: 2 [2]
[1] 2 de daño para Ethel, está en 5 puntos de vida.
[2] Ethel le hace 1 de daño a Helga.
[3] Brant mata a 2 fanáticos.
[4] Tupac le hace 2 de daño a un fanático.
[5] 5 de daño para Brant, está en 4 puntos de vida.
(sigue...)
Helga, herida por la flecha de Ethel, instintivamente suelta la antorcha, que queda peligrosamente cerca del reguero de pólvora que desemboca en los barriles junto a los huevos. La pólvora se enciende. Si nadie intenta apagarla, la explosión destruirá los huevos.
(sigue...)
Tatyana, al retroceder, se topa con el Conde, que ha entrado a la cueva.
—¡Ethel, vete de aquí, es peligroso, la cocatriz está aquí! ¿¡Hermana Helga!? ¿!Qué es esto!? ¡Detén esta locura, Helga!
Detrás del Conde vienen veinticinco soldados suyos. Es un grupo de personas tan grande que bloquea la salida de la cueva.
(sigue...)
Y, por si fuera poco, el embotellamiento en la entrada de la cueva empeora cuando un instante después llegan Silvester y su tropa, persiguiendo al Conde.
—¡Ahora sí, Lieber! ¡No hay escapatoria! ¡MATADLOS A TODOS! ¡FUEGO!
A Silvester, ciego por la furia, no parece importarle lo más mínimo quién tiene adelante ni la posibilidad de que os pueda herir o matar. Sus treinta soldados, siguiendo las órdenes al pie de la letra, levantan los fusiles y apuntan hacia todo lo que tienen delante: los hombres del Conde, los fanáticos de Helga y vosotros.
Varias cosas: 1) el barril junto a los huevos está a punto de explotar. Si alguien quiere impedirlo y apagar la pólvora puede hacer una tirada de Manipulación dificultad 13. En caso de fallar le explotará un barril al lado y recibirá 2d6 de daño. 2) El lobo Tupac está inmovilizado por dos fanáticos, Ethel (y los demás) pueden elegir abandonarlo y ponerse a salvo o atacar a los que lo retienen para liberarlo. 3) Podéis intentar abandonar la caverna esquivando los disparos de la tropa de Silvester pero con una tirada de Destreza dificultad 18; en caso de fallar vais a recibir unos cuantos disparos. En tu caso, Tatyana, si quieres intentar esto tu dificultad es de 15, porque eres la que está más cerca de la salida. 4) En vez de abandonar la caverna pasando a través de la tropa de Silvester y sus disparos, os podéis poner a cubierto de la ráfaga de tiros con una tirada de Destreza dificultad 4 (os cubrís detrás de una roca). 5) Si se os ocurre otra cosa, ¡adelante!
Esta abominación es un croquis de la cueva hecho con Paint, para que quede un poco más claro la posición de cada uno. Azules = Tropa de Silvester bloqueando la entrada. Verdes = Tropa del Conde. Rojos = Fanáticos de Helga (algunos ya muertos). 1 Brant, 2 Tatyana, 3 Ethel, 4 Derek. Círculos negros = huevos.
El golpe la dejó un tanto mareada y aún así, no pudo evitar el querer deshacerse de aquella maldita falsa profeta que había ocasionado esto. Así que no lo dudó en medio de tanta revuelta, donde Derek intentaba sacarla de allí y Brant se encargó de quitar a los que quería llevársela, fue su lobo lo único que la cegó. No estaba dispuesta a perder a Tupac, prefería morir antes de dejarlo.
Por ello cogió una flecha liberándose de su amigo, haciendo oídos sordos al Conde y disparó, salió muy mala y luego otra con lágrimas en los ojos. No le importó que todo explote, sólo quería liberar a ese animal que era parte de su vida. Entonces pensó que ya con esa segunda flecha podría generar una distracción y que su lobo pueda zafarse e ir con ella. Tenía que intentarlo.
—¡Tupac! ¡Conmigo!
Motivo: Disparo flecha
Tirada: 1d20
Resultado: 1(+3)=4 [1]
Motivo: Disparo flecha
Tirada: 1d20
Resultado: 13(+3)=16 [13]
Motivo: Disparo flecha daño
Tirada: 1d4
Resultado: 3 [3]
Motivo: Doblon
Tirada: 1d2
Resultado: 2 [2]
Motivo: Disparar
Tirada: 1d20
Resultado: 5(+3)=8 [5]
Que Gafe por favor.
Brant se palpó la parte inferior del costado, allá donde la bala se había alojado con muy mala leche, contemplando la palma de su mano, ensangrentada, con una mueca de dolor. Por desgracia, su armadura no era eficaz contra ese tipo de armas de fuego y apenas había conseguido amortiguar el disparo. Arrodillado y falto de oxígeno, se apoyó en su propia espada para recuperar el equilibrio, apretando los dientes mientras lo hacía. Tenía ganas de cortarle la cabeza al cabrón que se había atrevido a dispararle a bocajarro sin ningún tipo de pudor.
—Hijos de puta... —maldijo, escupiendo un sanguinolento salivazo al suelo—. Retroceded... Cubriros... —Arrastraba las palabras sin poder remediarlo.
El problema era que todo se estaba retorciendo más y más. La concatenación de personas en la cueva empezaba a ser preocupante y sabía que, desde un extremo o desde otro, la muerte se iba a cernir sobre ellos con total seguridad. Medio trastabillándose, aún con una mano taponando la fea herida de bala, optó por lo más sensato en ese instante: cubrirse de los disparos del ejército y aguardar...
Motivo: Cubrirse
Tirada: 1d20
Dificultad: 4+
Resultado: 14(+1)=15 (Exito) [14]
El caos y el desastre aumentaban en el interior de la cueva. Detrás de Tatyana estaban las tropas, tanto del Conde como Silvester; delante, la sacerdotisa con sus fanáticos; el grupo de aventureros en medio de ambos y a lo lejos, los huevos de la "cocatriz" que estaban en peligro por culpa de los barriles de pólvora. Sabía lo que tenía que hacer pero el tiempo iba en su contra.
La chica observó a Brant que se cubrió detrás de una roca, se encontraba arrodillado, sangrando y se acercó rápidamente para ayudarle. Como hizo con Pavlinka, se rasgó otra parte de su ropa, hizo una bola con el trapo improvisado y presionó un poco en la herida de su compañero para que no sangrara más - Saldremos de esta... - le decía. Su mente no solo estaba allí en aquella cueva, sino también en momentos del pasado.
Aquella mañana Tatyana se despertó temprano. No escuchaba ruido en la cocina como era normal, así que inspeccionó un poco la casa. Primero pasó por la habitación de sus padres, la cual estaba vacía y bajó al primer piso. Fue a la cocina, que estaba vacía y por último a una pequeña sala en la que solía estar con sus padres y su abuelo. La casa estaba sola. Tatyana por aquel entonces era un culo inquieto, así que salió de casa y se dirigió al bosque como otras veces había hecho, sabía a dónde iba tenía que ir. Unas semanas antes, en otra de sus excursiones al bosque, descubrió tanto a su padre (Aleksei) como a su abuelo (Víktor) que entrenaban con el arco y, desde un matorral, los observaba.
Estaba llegando al lugar y ya los vio. Sonrió. Fue hacia el matorral de siempre y justo cuando se iba a sentar, pisó una ramita que estaba más seca de lo normal. Miró hacia sus familiares y a pesar de los silbidos de las flechas, los dos hombres se dieron cuenta de que alguien los observaba. Cambiaron su objetivo y se fueron acercando poco a poco hacia donde estaba la chica. Tatyana se quedó inmóvil, rezando porque nos dispararan. Su padre alargó la mano hacia el matorral, echó hacia abajo las ramas y vio a su hija - Pero... ¿qué haces aquí? ¿No ves que esto es muy peligroso? ¿Qué hubiese pasado si hubiese disparado? ¡Estarías herida Tat, herida! - la chica no dijo nada pero entendía la gravedad del asunto, agachó la cabeza con algunas lágrimas amenazando salir.
Su padre continuó con aquella regañina y su abuelo escuchaba la reprimenda que estaba recibiendo su nieta - Bueno, bueno, mi querida nieta lo ha entendido, no ha pasado nada grave y todo está bien... - llevó su mano a la cabeza de Tatyana y la acarició - Mírame pequeña, ¿cuánto tiempo llevas observándonos? - la chica alzó la cabeza y le respondió - Unas cuantas semanas - su abuelo la miró pensativo y después dirigió su mirada al arco - Coge el arco y dispara.
Aleksei miró anonadado a su padre - Pero padre... es demasiado pequeñ... - su padre lo interrumpió - Nunca se es demasiado pequeño para aprender, además, los niños a esta edad son como esponjas. Hazle caso a tu viejo, tengo una intuición - le sonrió y Aleksei suspiró rendido pero con cierto aire divertido. Después de aquellas palabras, los tres fueron hacia el claro en el que estaban entrenando. Un escalofrío de la emoción recorrió el cuerpo de Tatyana cuando el arco estaba en sus manos. Imitó todo lo que había visto en su padre, corrigiendo todo lo que había escuchado de su abuelo. Puso una flecha, apuntó y disparó. La flecha dio casi en el medio de la diana improvisada y miró a su abuelo que asentía lentamente - ¿Ves? Literalmente una esponja querido... ¡Es hasta mejor que tú! - y empezó a reírse a carcajadas. Su padre estaba sorprendido por la habilidad de su hija y ante el comentario de su padre, comenzó a reír también. Después, su abuelo añadió - A partir de hoy, entrenarás con nosotros... - y así fue cómo día tras día, padre e hija, iban entrenando sus habilidades.
Mientras seguía ejerciendo una ligera presión en la herida de Brant, la mirada de Tatyana se desvió hacia sus dos amigos. Derek quería sacarla de allí, pero Líselot se liberó de Derek y disparó las siguientes flechas, con la intención de ayudar a su lobo Tupac es tan especial para ella... Y para mí... esbozó una ligera sonrisa. Poco después vio que Derek se dirigía hacia la salida y sus pensamientos no se lo reprochaba, al fin y al cabo, lo conocía lo suficiente como para saber que lo hacía por un bien mayor.
Los años fueron pasando, Tatyana creció y su habilidad con el arco mejoró. En la aldea formaron un pequeño grupo los niños y fue cuando conoció a Hedy y a Líselot, ésta última estaba acompañada por una cría de lobo. Con éstas dos hizo una mayor amistad que con los demás, aunque siempre se juntaba con todos. Uno de los días, recibieron una carta en la que su padre debía de partir para luchar en la Guerra de los Destronados y tiempo después, murió en batalla. Sus dos amigas la apoyaron en todo y el vínculo entre abuelo y nieta creció.
Tiempo después, su abuelo cayó enfermó y fue cuando conoció más en profundidad al sanador de la aldea, Derek. Iba todos los días de visita e intentaba ayudar en todo lo que podía al sanador. Cada día que pasaba, crecía una amistad entre ambos. Tatyana lo admiraba mucho. Su abuelo también murió y aquello fue lo que la convirtió en la Muda de Wickland. Los únicos que estaban para ella eran sus dos mejores amigas, Derek y su madre.
De la Muda de Wickland, debido al desenlace con el panadero de la aldea, los ogros y al recaudador de impuestos, pasó a ser la Muda Asesina de Wickland y junto a Hilda y Líselot huyeron. Después de algunas semanas juntas, la primera tuvo que marchar, jurando que se volverían a reencontrar y con la segunda... No sabía exactamente desde qué momento, pero se había enamorado de ella...
Aquella vidente tenía razón, hay una gran tristeza en mí y ahora entiendo lo del fuego... pensó. Los soldados seguían luchando por detrás y los fanáticos por delante. Y antes de ponerse de pie, miró a Brant y le susurró - Me gustaría que me hicieras un favor... Si algo me pasara, me gustaría que cuidaras de ella... - señaló con su cabeza a Liselot - Es lo mejor que me ha pasado después de la muerte de mi padre... siempre ha estado ahí para mí y yo para ella - le decía con cierto brillo de ilusión en los ojos - La quiero Brant... Con toda mi alma... - le terminó confesando. Miró hacia donde estaba los huevos y la pólvora - No me impidas lo que voy a hacer... Por favor, prométeme que cuidarás de ella... - y justo antes de levantarse, añadió - Y mi verdadero nombre es Tatyana Orlov...
Aprovechando una de las distracciones, se dirigió rápido hacia donde se encontraba la pólvora que estaba a punto de explotar. En su rapidez, miró a Liselot y en un momento que parecía que sus miradas se cruzaron, de sus labios salió un "te quiero".
Cuando llegó donde estaba aquel nido, empezó a trastear la pólvora para que no hubiese un mal mayor Sé que estaríais orgullosos de mí...
Motivo: Manipulación
Tirada: 1d20
Dificultad: 13+
Resultado: 9 (Fracaso) [9]
Motivo: Manipulación
Tirada: 1d20
Dificultad: 13+
Resultado: 5 (Fracaso) [5]
Motivo: Doblón (TIRADA HECHA POR EL DIRECTOR)
Tirada: 1d2
Resultado: 1 [1]
Te dejo la segunda tirada como te pregunté por privado, por si acaso, pero vaya TT
Silvester había perdido el control completamente, no era la primera vez que lo veía pero las circunstancias hacían que la situación fuese extremadamente peligrosa, y eso era casi un eufemismo. Derek se sentía indefenso hasta el punto de sentirse un estorbo dada la situación, no tenía ni un poco de poder mágico con el que hacer ni el menor de los conjuros, su intento por alarmar a los demás y así evitar el derramamiento de sangre inminente fue inútil, absolutamente inútil.
Nadie se detenía y todos parecían tener su propio plan sin contar con ninguno de los que allí estaban, acciones egoístas para llevar razón sobre temas disparatados sin que se dieran cuenta que ya fuese por la bestia o por el hombre iban a morir casi todos siendo optimistas. Miraba hacia todas partes intentando encontrar la solución a como parar todo aquello mientras su enfado iba aumentando junto con un estrés y ansiedad cada vez más grandes.
Estaba agotado, exhausto por no sentir verdadero descanso desde hacía meses, mentalmente derrotado viendo como cada día era una lotería de supervivencia no solo para el si no para cada persona con la que se encontraba, el mundo se estaba pudriendo lentamente mientras personas como su protegido, la sacerdotisa o los innumerables nobles corruptos que campaban por el hacían lo que querían sin consecuencias. Había sido demasiado. El disparo hacia Brant, la lucha de Ethel y el intento suicida de Tatyana era demasiado.
Comenzó a hiperventilar mientras su cuerpo temblaba, dobló la espalda mientras gotas de sudor caían por su frente como gotas de lluvia hasta llegar al suelo.- Eso es.- Pensó. Allí apestaba a fuego y si no querían salir de la cueva que cada vez más parecía una tumba, el los sacaría. Había heridos y muertos, pero no todo podía hacerse.- Un problema a la vez Derek.- Dejó que la rabia que sentía fluyera libre por su cuerpo, por una vez quiso perder el control y ser el quien crease el caos, la intención era un caos controlado que pudiera salvarles de aquello pero sería difícil de predecir. La sangre en sus venas hervía mientras hacia acoplo de todas sus fuerzas, de todo lo que le quedaba forzando un límite que no sabía donde estaba intentando extraer un poder de donde fuera, exprimir cada centímetro de su ser. Y por fin lo notó, el torrente de magia que necesitaba, normalmente controlaba cuanta usaba pero esta vez salió disparada sin control.- ¡TENEMOS QUE SALIR DE AQUÍ O MORIREMOS TODOS EN UNA LUCHA SIN SENTIDO! ¡Y SI NO QUERÉIS HACERLO POR VUESTRO PROPIO PIE OS SACARÉ COMO SEA! ¡PERDONADME PERO NO SE ME OCURRE OTRA MANERA!- Gritó como nunca lo había hecho antes, gritó hasta que su garganta doliese para alertar al resto. Pequeñas rocas a su alrededor temblaban fruto de lo que venía a continuación. Alzó las manos hacia el techo de la cueva concentrándose en formar unas nubes allí mismo, cada vez más grandes y cada vez más negras. Las hacía girar y chocar entre si mientras un viento comenzaba a soplar, primero era una brisa y rápidamente se convirtió en algo parecido a un huracán.
La primera gota de lluvia apareció y milésimas de segundos después la siguieron millones de ellas, un diluvio que no parecía parar mientras Derek intentaba provocar lo que parecía una riada que apagase los fuegos y se llevase a todos los que había dentro hacia fuera.
Me acabo de volver completamente loco lo se, no tengo claro ni si puedo hacer esto pero es todo lo que se me ha ocurrido que podría medio funcionar. Gasto por supuesto los 3 puntos que me has regalado y a cruzar los dedos.
La intención es que la cueva sea un lugar insostenible para mantenerse ahí y que además apague el fuego, dificulte el combate y los disparos.
Tatyana apela a los manotazos para dispersar ese caminito de pólvora antes de que el fuego llegue al barril. Lo logra a último momento, evitando que el fuego continúe esparciéndose hasta generar la explosión. La hermana Helga le hunde un puñal en el tobillo izquierdo. Retira la hoja ensangrentada y se arroja sobre Tatyana [1].
—Maldita seas maldita seas maldita seas defendiendo a ese monstruo ¡MALDITA SEAS!
Ambas están en el suelo de piedra, Helga encima de ella, blandiendo aquel puñal cerca de la garganta de la cazadora.
[1] Tat gasta un Doblón. Tiene un éxito automático en apagar la pólvora. Consecuencia inesperada: recibe 1 de daño y es herida en el pie. Se le va a hacer difícil correr.
(sigue...)
Brant se pone a cubierto. Ethel falla sus tiros, pero las flechas pasan por al lado de los que retienen a su lobo y la distracción que provocan le permite a Tupac escapar. Los soldados de Silvester levantan los fusiles y apuntan. Delante estáis todos vosotros. Ethel no ha llegado a ponerse a cubierto. Tatyana tampoco. Su muerte es inminente. Y entonces, antes de que se efectúen lo disparos, Derek invoca unas rabiosas nubes negras que giran, chocan, truenan y generan una intensa lluvia.
Aquella abrupta tormenta mágica dentro de la cueva deja atónita a las tropas del Conde y de Silvester. El agua lo alcanza todo, y muy pronto la pólvora de los fusiles está mojada. Clac, clac, clac. Los soldados gatillan en vano. Sus mosquetes no producen la chispa necesaria para abrir fuego. Los seis barriles de pólvora robados por los acólitos de Helga están igualmente inutilizados. Brant comprueba que su pistola no le servirá de nada hasta que pueda secar su pólvora. Una fuerte ventisca os sacude a todos. El agua se acumula a una velocidad insospechada. Os llega casi hasta las rodillas. Tatyana, que está en el suelo y con la sacerdotisa encima, está tragando agua y comienza a ahogarse.
El grito del monstruo retumba por toda la cueva. Aparece desde las profundidades de la caverna. A medida que abandona las sombras, su fisonomía se hace visible. Una cocatriz es una criatura mitad gallo mitad lagarto. Tiene plumas y escamas. Pero lo que tenéis enfrente solamente tiene escamas. No es una cocatriz.
Es un dragón.
Fin del capítulo PLUMAS Y ESCAMAS
Sigue en el último capítulo, FUEGO DE DRAGÓN...