Partida Rol por web

Janus caminaba algo más lento que las chicas. Quizás fuese su pesada espada y armadura lo que hacía que se moviese más lento... no, en realidad no. Era la carga emocional de todo aquello, los recuerdos cayeron de forma pesada sobre la mente del guerrero, y no conseguía sacárselos de su cabeza. Pero gracias a Alissa, "despertó".

-No recuerdo mucho más... yo era pequeño. Recuerdo que vino un brujo y arrasó con el lago a llevarse el artefacto, y tras le lago el resto del pueblo comenzó a morir lentamente. Día tras día, semana tras semana-. El dolor era palpable en sus ojos y ahora las chicas tenían una explicación a su mechón blanco-. Sus fuerzas mágicas robaron la vida de muchas personas hasta convertirlos en horripilantes esqueletos. Lo intentó conmigo pero un hombre me salvó la vida. Lo único que pudo absorber fue... ¿el color de mi mechón?

Entonces sus palabras fueron cortadas de raíz cuando llegaron al inmenso cráter que en otros tiempos era un lago. Si, fue como si estuviese en aquel momento, en aquel instante, otra vez. El lago seco le trajo amargos recuerdos.

— No os preocupéis, Germund. La verdad es que sería difícil permanecer impasible ante la maldad de ese mago —le respondió al anciano con seguridad, ratificando su compromiso de ayudar al anciano y a su pueblo—. Espero que podamos verte de vuelta en el poblado cuando hayamos vencido a Azgum —la chica sonrió, y luego empezó a seguir a sus compañeros.

El cambio en la vegetación fue progresivo, y a cada paso que daban, la alquimista se iba poniendo más y más tensa, hasta que finalmente optó por sujetar el mango de su maza en busca de seguridad. Estaba segura de que aquel mal no sólo se limitaba a la naturaleza, sino que podría también afectar a los animales del bosque. La pregunta de Alissa hizo que Mara saliera de su ensimismamiento, y entonces giró un poco el rostro para mirar a Janus, mientras este respondía.

— Lamento que hayas que tenido que pasar por eso, Janus —la alquimista le puso una mano en el hombro—, pero nos aseguraremos de que no vuelva a suceder —le sonrió suavemente, aunque la misma se borró cuando se percató del cráter—. T-Ten cuidado, Alissa —le advirtió a la maga con un poco de temor, por si se le ocurría acercarse.

Ver como el bosque iba muriendo poco a poco no fue algo de su agrado después de todo la naturaleza era su lugar favorito para estar, además del pensamiento de todos los animales que se quedaron sin sus sustento y que debieron de huir del lugar para no acabar muriendo.

Después de que Janus hablo comento de manera simple, -Espero que la tierra se pueda curar al recuperar las piedras, tal vez no se pueda recuperar a los muertos, ¡Pero la vida podría volver a florecer!-, y con este pensamiento siguió avanzando hasta llegar al lago seco, -Bastante desolador-, soltó mientras observaba el lago.

A medida que recorrían el camino las dos chicas pudieron notar como el grupo no estaba solo... tenían el presentimiento de que algo les había estado siguiendo desde que abandonaron el bosque, hasta que al fin sus sospechas se hicieron realidad. Una de esas veces se giraron y pudieron ver a una criatura que se ocultaba entre las sombras y les observaba en la distancia, la suficiente como para no perderlos de vista pero la suficiente como para no dejarse ver con facilidad. Aunque no pudieran saber por completo la clase de criatura que se trataba, se notaba que había algo maligno en ella, una criatura que no debería estar allí... un siervo del brujo Azgum les espiaba.

El grupo de valientes aventureros continuó avanzando por aquel camino, sin cruzarse con nada ni con nadie, como si se tratara de un lugar fantasma. Podían sentir como algo extraño estaba ocurriendo, que no era simplemente la falta de agua en aquel lago, sino que era la misma vida la que se iba marchitando con el paso de los días desde que la piedra había sido robada.

Finalmente sus pasos les guiaron a un cruce de caminos. Este se dividía en 3 direcciones diferentes, hacia el frente y también hacia los lados. Desde allí no podían ver el destino de ninguno de los tres, tan solo las lejanas montañas donde el mapa indicaba que habitaba el malvado brujo. Todavía muy lejanas, sí, pero con una nube negra a su alrededor que de tanto en tanto resplandecía a causa de los relámpagos.

En la encrucijada se encontraron varios carteles. En el que apunta hacia la derecha pone "Al pueblo", hacia la izquierda "A la posada" y al frente "Peligro, no pasar".

¿Qué camino tomarían los jóvenes aventureros?

En cuanto noto la presencia Lanethe pensó en coger su arco pero al pensarlo mejor llego a la conclusión de que estaba demasiado lejos, solo tenia que esperar pacientemente a su momento, -Yo aviso, alguien malvado nos sigue desde lejos-, habla tranquila sin querer alertar al perseguidor.

Tiempo después llegarían al cruce de caminos, -¿No pasar?¡Suena encantador!, pero lamentablemente deberíamos ir antes al pueblo o posada-, en su voz se notaba algo de decepción.

-¿Dices que alguien nos persigue? Deberíamos emboscarle, preguntarle que quiere de nosotros y si tiene relación con Azgum.

Janus parecía ansioso con el plan de atrapar al perseguidor, pero no discutiría si el resto de sus compañeras preferían tomar rumbo al pueblo o cualquier otro sitio. No pudo evitarlo, en ocasiones echaba la vista atrás con desconfianza para ver si lograba discernir algo. Su mano temblaba, estaba inquieta por querer agarrar el mango de su espada.

— Estoy con Janus —Mara asintió al guerrero—, y más si dices que es alguien malvado, Lanethe. A lo mejor podría causar problemas después, y quizás también tenga algo de información interesante, no creo que nos esté siguiendo por nada.

Dicho esto, la alquimista empezó a ojear el lugar, en busca de algún sitio que podría servir para ocultarse mientras llegaba el tal desconocido. Quizás ella podría servir de señuelo mientras los demás observaban y esperaban.

Miré entristecida a Janus cuando nos reveló lo sucedido en su niñez. Quizá al oír el relato del viejo y enterarse de que era el mismo rufián que había destruido su aldea hiciera que los recuerdos fluyeran de nuevo en él, y por la cara que llevaba estaba segura de que así era. Hablarlo y contarlo le ayudaría a pasar un poco el mal trago, dando algo de paz a su espíritu.

-"Lo siento mucho Janus. Intentaremos deshacer lo hecho por ese malvado y restituiremos todas las piedras que haya robado. Llevaremos paz a las pobres almas que perecieron por su culpa." Dije seriamente.

Seguimos caminando y vimos cómo cambiaba el paisaje, pasando del verdor del bosque a cada vez ver menos árboles. Al llegar al lago, seco como un desierto, vimos de lo que era capaz de hacer la pérdida de la magia de la piedra. El socavón, lleno de fango y peces muertos, parecía un atentado contra la naturaleza. Un olor a muerte provenía de ese lugar, así que seguimos avanzando. Lanethe se dio cuenta de que alguna extraña criatura nos seguía, oculta a nuestra vista.

-"Estoy con vosotras, creo que es mejor que le embosquemos y averigüemos quién o qué nos sigue, y por qué lo hace. Puede que más adelante pudiera ser un peligro más que un estorbo."

Seguimos andando un poco hasta que llegamos a un cruce de caminos. A la derecha el pueblo, a la izquierda una posada y de frente... no sabíamos qué había de frente, pero sonaba peligroso.

-"Bien, creo que este es el sitio ideal para la emboscada. Podemos dividirnos en dos grupos y tomar uno el camino de la derecha y el otro el de la izquierda. Cuando avancemos un pequeño trecho, siempre atentos de ver qué hace la criatura, tendremos que estar pendientes de a quién sigue. El otro grupo se dará entonces la vuelta y cogerá por la espalda a ese ser, encontrándose entre la espada y la pared. ¿Qué os parece la idea?" Dije marcando una gran sonrisa que iluminaba mi rostro.

Los jóvenes se quedaron allí parados en mitad de la encrucijada decidiendo cuál sería su próximo destino. ¿Ir al pueblo, a la posada, o quizá por el camino peligroso? Parecía que la mayoría tenían claro que deseaban atrapar a la criatura que les había estado siguiendo atrás en el camino, pero lo cierto es que por más que miraban a sus alrededor no parecía haber signos de su presencia. Quizá esta se hubiera marchado ya o quizá era demasiado precavida para acercarse tanto al grupo... Pero el tiempo seguía corriendo y no quedaba mucho antes de que el malvado brujo Azgum llevase a cabo sus sombríos planes.

-Si queréis emboscar al ser estoy de acuerdo sino a la posada, ¡Yo voy a la derecha!, ¿Quién me acompaña?-, en ocasiones uno se pregunta si Lanethe es una fuente de energía y felicidad ilimitada.

Janus agradeció el apoyo de su grupo y asintió, sabiendo que aquello le ayudaría a superar un trauma de su infancia. Cuando decidieron que emboscar al ser era una opción, estuvo totalmente de acuerdo, pero la criatura, la persona o quien fuese no parecía dar signos de vida. ¿Qué había pasado con él? 

-No parece que vaya a caer en la emboscada. Quizás debamos continuar hasta la posada, descansar algo y pensar que hacer. Un buen plan puede salvarnos de una gran catástrofe. 

Mara miraba a todos lados, buscando algún atisbo de aquel ser que los seguía, pero parecía ser lo suficientemente inteligente como para no dejarse ver. No quería seguir con aquella cosa a su espalda, pero de momento no había otra opción. Eso sí, cuando mencionaron que querían ir a la posada, la alquimista frunció el ceño y puso los brazos en jarra.

— ¿A la posada a descansar? ¿Y qué acabamos de hacer toda la buena parte de la mañana? —protestó, aunque no estaba molesta del todo—. Creo que deberíamos avanzar por el pueblo a ver qué nos pueden decir, y de ahí seguir a la guardia del mago.

La criatura que nos seguía desapareció de nuestra vista y no pudimos hacer la emboscada, así que tocaba elegir hacia dónde dirigir nuestros pasos.

-"Creo que Mara tiene razón, y aunque me gusta bastante descansar en una cama en vez de en el suelo, creo que deberíamos de ir primero al pueblo para ver cómo está la población y ayudarles en lo que podamos. Quizá nuestra presencia y saber que vamos a recuperar su piedra les dé moral para aguantar un poco más. También les diremos que encontramos al viejo, por si están preocupados. Después, iremos a la posada si se nos echa la noche encima antes de llegar a la morada del malvado mago."

Esperé a ver qué opinaban os demás. Prefería ir primero al pueblo, pero si al final decidían ir a la posada, tampoco me iba a negar.