Partida Rol por web

Lo que contaba este tipo era muy similar a lo contado por Nick, además de agregar más información acerca de la tribu. Como suponíamos, esa gente había enseñado algún oscuro arte al músico para volver loca a la gente. Y si Nick me mintió hasta que se descubrió, este tipo también podría estar haciéndolo, por lo que me mantuve en todo momento atento a sus movimientos. La pistola la llevaba bajo la chaqueta y la desenfundaría en un pis-pás si le veía que intentaba hechizarnos.

-"Ha dicho que había un tal Eric en su equipo. ¿Qué pasó con él?" Le pregunté.

Recordaba que en la casa de Nick leí en la carta que Eric había fallecido, pero quería comprobarlo por la boca de este tipo. Tras contestarme, le pregunté por alguna cosa más.

-"¿Sabe dónde compró Nick su saxofón? ¿No le habló de alguna tienda de antigüedades o algún marchante?"

- ¿Sabe si después de su regreso, Nick tuvo contacto con alguna persona de la tribu, o más bien con alguien cercano a estas gentes? - Le preguntó. - Me parece totalmente imposible, pero quien sabe... - Dejó caer. 

No quedaba mucho más que preguntar. No al menos tras las preguntas realizadas por su compañero. 

- ¿Volvió a hablarle de los rituales y de la música de la tribu? - Comentó con interés. - ¿Sabe si alguna vez practicó esa música ya en el mundo civilizado? ¿O es la primera noticia que tiene de ello?

- Eric dejó en la tribu a la mujer que había tomado, y se volvió con nosotros. Fue el único de la dotación que se mantuvo en el ejército, pero falleció en un accidente hace unos años cuando su B-25 chocó contra el Empire State. Un accidente extrañísimo en un piloto tan experimentado como él.

- No, no sé nada de ningún saxofón, la verdad. - parece sincero.

- No creo que Nick, ni nadie que viva en el mundo civilizado tenga contacto con esa isla perdida del Pacífico.

- No, Nick y yo obviamos ese tema... era demasiado incómodo... Ni idea de lo que tocaba Nick en sus clubes, pero no quiero volver a oír esa melodía nunca más.

Es tarde y tenéis que volver a Nueva York, así que os despedís de él.

A vuestra vuelta a Nueva York os reúnen en un comité de investigación, que tras interrogaros, y por la presión social que está teniendo la muerte de Brittle hacen que el Fiscal General os lleve a Juicio.

Comienza el jucio, que es bastante mediático. Os hacen declarar, y suben a varios testigos. Vosotros mantenéis la versión que habéis preparado. 

Tras unos días, el Jurado se reúne para deliberar.

Una pregunta, ¿Durante el juicio mencionáis o decís algo de lo sobrenatural ocurrido con Brittle?

John pensaba que con a artimaña que habían planeado, podrían esquivar el juicio y que todo acabase en una investigación de asuntos internos, archivada tras unas pocas semanas gracias a la ayuda de McKenzie. Pero no. Finalmente el fiscal, que ya le tenía ganas a Rogers, quiso dar un paso más y llevo el asunto a juicio. Confiaba en que pudieran esquivar la pena de prisión y descartaba casi por completo la capital, pero la posibilidad estaba allí...

Durante las vistas en el juicio, John no mencionó en ningún momento nada sobrenatural. Eso podía jugar en su contra, dado que no les tomarían por locos en ninguno de los casos. No obstante, si les tomaban por locos, seguramente perderían la placa y acabarían internados en un sanatorio mental. Ellos no estaban locos y no iba a asumir esa carga. 

Confiaba en el escenario que habían preparado. Si todo salía como había planeado, lograrían esquivar toda culpabilidad y conservarían el empleo. Su reputación empezaría a verse resentida, pero siempre podían recuperar el prestigio mediante el trabajo y el buen hacer. Todo estaba en manos del jurado...

Tras varias horas de deliberación el jurado vuelve a la sala, así como el Juez.

- ¡En pie! - dice el alguacil - Preside el Honorable Juez Samuel Hauser. El Estado de Nueva York contra George Stone y John Rogers

El Juez se sienta, y toda la sala.

- Señores del Jurado ¿han alcanzado un veredicto?

- Sí, su señoría.

- Por favor entregue el veredicto al Señor Alguacil.

El vocal del jurado cruza la sala y entrega el veredicto al Alguacil.

- Que se pongan los acusados en pie para oír el veredicto - dice el Juez con voz calmada.

- Encontramos al Señor George Stone...

... No culpable.

- Por otra parte, encontramos al Señor John Rogers....

...Culpable de homicidio.

Un rumor se propaga por la sala de inmediato.

- Este Tribunal exonera de cualquier cargo de culpabilidad al agente George Stone, que cumplió con su deber. - dice el Juez.

- Respecto al Señor Rogers, este Tribunal le condena a siete años de trabajos forzados por homicidio y exceso de fuerza al disparar en la cabeza a un inocente estando desarmado en ese momento.

Empieza un alboroto en la sala enorme.

- ¡Orden! ¡Orden en la sala!- golpea fuertemente con su mazo 

Tras volver de ver al amigo de Nick, no podía dormir bien por las noches. Lo vivido con este caso, el juicio, la muerte del músico, pero sobre todo su música, me estaban volviendo loco poco a poco. Me habían empezado a salir ojeras, cosa que nunca había tenido. Tras varios días, sin saber muy bien qué hacer, llegó el día del juicio. Estaba bastante nervioso, aunque apenas se me notaba, debido a mi profesión. El juicio fue rápido y condenaron a mi compañero a prisión. Yo salí indemne, aunque no me sentía así, la verdad. John salió por una puerta y yo por otra, libre. Mi abogado me felicitó, sonriéndome, pero no sentía esa alegría. Algo por dentro me reconcomía.

Aquí no podía seguir investigando, ya que no encontré la tienda de antigüedades donde supuestamente Nick compró el saxofón. La única pista era esa misteriosa isla, donde la tribu idolatraba a dioses oscuros. ¿Allí podría conseguir respuestas o quizás me volviera más loco aún? La idea de viajar tan lejos no me gustaba nada. Quizás debería de ir a un psicólogo a que me tratara y me sacara de la cabeza esa maldita melodía y esos sueños tan malévolos. Iría a visitar a John a la cárcel, así compartiría con él lo que me pasaba. Tal vez a él le pasara igual...

La sentencia fue un jarro de agua fría. Estaba contento por Stone, pero no entendía la disparidad de pareceres. Su compañero totalmente libre y él condenado a siete años de trabajos forzados. Era demasiado, más teniendo en cuenta la verdad de aquel asunto. Por desgracia, aquella verdad era únicamente compartida con Stone y quizás alguno de los afectados por aquella terrible música que enloqueció a su compañero. 

No iba a apelar a un tribunal superior. Sus abogados no eran los mejores y no tenía más dinero para contrar a uno de mayor grantía. Sus posibilidades de salir con una condena menor, eran prácticamente nulas. En cambio, si se revisaban las pruebas, podía acabar en una posición bastante más comprometida. Quizás con suerte y buen comportamiento, en algo más de tres años pudiera empezar a pedir permisos penitenciarios y en algo más el tercer grado. 

Tenía que ser fuerte y aguantar. Algún día saldría de prisión y si aún tenía fuerzas tras ser sometido durante años a trabajos forzados, con la compañía de lo peor de la sociedad, negros, vagabundos y drogadictos, quizás podría demostrar al mundo el error de haberle encerrado todo ese tiempo...

Penintenciaría estatal Gateway. Carolina del Sur. 1952.

Un centenar de reclusos pican piedra bajo un sol de justicia.

- ¡Rogers! - te grita un guardia con gafas de sol que lleva una escopeta.

- ¿Sí, Jefe? - contestas, estás sin camisa, picando con un pico.

- ¡Descanso de diez minutos! Tienes visita.

- Claro, Jefe - dejas caer el pico.

- Hola John...

- ¡Que me aspen! ¡Díos mío George! ¿qué estás haciendo aquí? - arrastras tus pies engrilletados para acercarte más rápido.

- Ya ves... - esboza su sonrisa Andy García TM - Me ha costado cinco años, pero he conseguido poder verte. ¿te tienen a cuerpo de rey aquí, eh?

- Jajaja.. bueno, he tenido mis más y mis menos, pero estoy tranquilo. ¿Cómo van las cosas?

- MacEnzie me puso un par de años de chupatintas, pero ahora estoy de nuevo llevando casos. ¿sabes quién es mi compañero? Pues Dexter... - sonríe resignado- Jan sigue en tráfico.

- Jajaja La madre que le parió a Mackeinzie...

- Oye, el otro día... vino a verme Peggy Carter ¿te acuerdas de ella?

- Claro, la mujer del hombre que secuestró a su vecina en el 47, cuando empezaron esos casos de suicidios y muertes.

- Me pidió que te diera esto - te da un sobre de correos pequeño.

Lo abres, y dentro hay una nota manuscrita que dice:

"Estimado Señor Rogers, le escribo para agradecerle que salvara a mi marido. Seguí el juicio y sé lo que se publicó y su condena, y no sé cómo lo hicieron, pero mi marido se recuperó, y salió del hospital. No sé muy por qué, pero me encuentro en deuda con usted. Que Dios le bendiga. Peggy."

- Entonces... ¿la ola de suicidios se detuvo una vez murió Brittle? ¿Hicimos lo correcto?.

- Sí - contesta Stone - no sé si hicimos lo correcto, ni sé por qué ocurrió eso, pero lo detuvimos.

Rogers asiente con la cabeza en silencio (Russel Crowe style)

- Yo he conseguido recuperarme, y bueno... voy a casarme... ¡y ser padre!

- ¡No me digas! Pero George, si tú eres un rompecorazones... - sonríe emocionado.

- ¡Rogers! - grita el guardia - ¡Se acabó el tiempo!

- Tengo que irme...

- Espera... Dile a los señores Carter, que sólo cumplía con mi deber... yo... soy...

- Un Policía - dice George mientras te estrecha la mano y te sonríe

THE END

A Maesehector, Ank Durss & Edmund23 production

CAST OF CHARACTERS

George Stone      ANDY GARCIA

John Rogers        RUSSEL CROWE

Chief MacKenzie  JAMES CROMWELL

Peter Carter        SAMUEL L. JACKSON

Peggy Carter       WHOOPI GOLDBERG 

Nicholas Brittle    COLEMAN HAWKINGS

Vincent Clarck     DANNY DEVITO

Donald McDowell   GARY SINISE

Written by Edmund23

Music by Gregg Allman

Filmed in Panavision

Played and Produced in Comunidad Umbria.

Directed by Edmund23.

Call of Cthulhu RPG written by Sandy Petersen 

Copyright @ 1986 Chaosium Games

No animals were harmed in this story.

Ok, ok, six dogs were tortured and killed, but that's all. Really.