- Entonces tendremos que hablar con tu abogado. Y si sigues en silencio, llegaremos a juicio. - te dice uno de ellos, ya más serio. - Pero sí, tienes derecho a guardar silencio. Una chica con la mente clara, ¿verdad? Ni siquiera sus víctimas se lo esperarían.
Y te hacen caminar hasta la salida, donde Seiber es colocada en una silla de ruedas. Te toma de la mano.
Itsuki, aturdido, te dice.
- Llamaré a papá. Tú no digas nada. Todo va a salir bien.
Ni siquiera sus víctimas... ¿qué sabrán ellos?
Me dirijo hacia la puerta y miro a mi hermano, que de momento no ha reaccionado. Creo que no está terminando de asimilar lo que está pasando.
Tomo la mano de Seiber y la aprieto suavemente, suspirando.
Vuelvo a mirar por última vez a Itsuki y le sonrío un poco, con tristeza, antes de marcharme.
Te suben a un coche y todo se torna irreal.
Seiber descansa en tu hombro, mareada, quizás sin darse cuenta de todo aquello. Pronto estáis en comisaría, en una sala de interrogatorio.
Tenéis algo de comida y bebida en la mesa. No hay esposas, nada que resulte más amenazador que la propia sala. Pronto, entra un policía.
Os pide que os identifiqueis y deis otros detalles sin importancia.
- Quiero vuestra versión de lo que pasó en el último día de Aincrad.
Todo es extraño, parece ajeno a mí.
Tal vez una pesadilla.
De pronto estoy en la sala de interrogatorios, con "comodidades". Se creen que un poco de comida y bebida van a relajar este tipo de situaciones. Injustas.
Miro al policía y alzo una ceja.
-Lo siento. No pienso decir nada hasta que llegue mi abogado y pueda hablar con él.
El policía apunta algo, con una media sonrisa.
Has evitado que Seiber comience a hablar, ya que no parece consciente de esa situación. A partir de entonces, sigue tu ejemplo y calla.
- Está bien, os dejaremos esperando entonces.
Y se retira en silencio.
El policía sonríe, aunque yo también lo hago.
Esta vez creo que he ganado. Se va y miro a Seiber.
La tomo de la mano y suspiro.
-¿Cómo te encuentras?
Ella te observa, sonriendo.
Es una lastimera imagen.
- Estoy mareada. ¿Me pasas el agua? ... ¿Qué creen que hemos hecho?
Le paso el agua, si lo necesita incluso se la doy yo, pero solo si me lo pide, no quiero agobiarla.
Me encojo de hombros y suspiro, sonriendo con los ojos cerrados.
-Creen que hemos matado a personas. No digas nada al respecto, no aquí ni ahora. Quién sabe si nos están escuchando en este momento.
Asiente, obediente, como si fuera un animalillo asustado.
Se queda en silencio, y abrazada a ti. Asustada.
De pronto, escuchas ruido fuera. Voces que traspasan incluso las paredes insonorizadas. Es muy extraño. La puerta se abre de golpe.
Ves una cara conocida, por fin: aquel investigador con el que decidiste cooperar aquel día, en que te quedaste atrapada. Le sigue un hombre trajeado y que porta un maletín.
- Le digo que no puede ser.
- Exijo que libere a mi colaboradora. Está siendo injustamente acusada.
Intento mantener contacto con ella, sosteniendo su mano con seguridad.
Todo va a ir bien... no pueden encerrarnos.
De pronto oigo voces fuera y la puerta se abre. Alzo la cabeza y veo al policía con el que colaboré antes de quedarme atrapada.
Y... me está defendiendo. No puedo evitar sonreír.
- Rápido, sácala de aquí y ven conmigo. - te dice mientras te señala la silla de ruedas en la que viaja Seiber.
- Señor, esto es totalmente improcedente. No puede interferir en una...
- Cállese de una vez. No puede arrebatar a dos adolescentes de sus casas sin conocimiento de familiares. Tendrá la información que estime oportuna que tenga. Ahora, voy a llevarlas a casa.
Quiero... a ese policía...
Le daría tantos besos que seguro se asustaría.
Pero mantengo la calma, solo le sonrío con verdadero agradecimiento. Me levanto y espero instrucciones, o que me lleven a casa o lo que sea.
-¿Ves Seiber? Te dije que todo iba a ir bien...-Le murmuro, sosteniendo su mano antes de que la cojan para sacarla de este lugar.
Ella asiente, sonriendo, mientras se deja llevar.
Incluso pronuncia un suave "weeee" mientras la llevas con cierta velocidad entre aquellos pasillos.
El policía que te ha liberado se coloca a tu espalda.
- Pronto daré una rueda de prensa sobre todo esto. Necesito saber lo que sabes, tus declaraciones, lo que sientes y cómo te ha afectado.
Se dejará ver en los periódicos, y no hace falta que aparezcas.
Llevo a Seiber, aunque escuchar al policía que me ha ayudado me inquieta, pero me relaja el hecho de que yo no aparezca.
Me coloco a su lado y suspiro.
-Quisiera contarlo. Pero temo que pueda perjudicarme. Confío en usted, me ha ayudado antes de quedarme atrapada y también ahora. Antes necesito un abogado. No quiero tener nada que ver con la prensa. Solo quiero que esta pesadilla se termine...
- El abogado está detrás de ti. Irá contigo a casa, con tu padre. Te está esperando fuera. - responde, y efectivamente.
Tu padre te espera fuera, y corre hacia ti una vez que estás fuera.
Si te dejas, te abraza como si te hubiera vuelto a perder. Mei está también, junto con Itsuki. Por fin, los tres reunidos.
Y al rato también sale Ren de la misma comisaría. Lo cogieron después que a vosotras.
Asiento, y miro al abogado.
Al fin fuera, no pensé que saldría tan pronto.
Veo a mi familia y me dejo abrazar por mi padre.
Abrazo también a Mei, a Itsuki e incluso a Ren cuando lo veo salir. Menos mal que conozco a este policía...
El policía, tras su acto heroico, ha desaparecido.
Aunque escuchas voces de pelea en el interior. Supones que la actuación de tu amigo ha causado gran revuelo. Cuando todos salís, hay una gran expectación.
Grandes cámaras, periodistas, todo tipo de individuos esperando atención.
Al no ser quienes esperan, deciden ignoraros. Por suerte, todavía permanecéis en el anonimato. Todo parece girar en torno a la gran pregunta:
¿Qué pasará ahora?
Ves muchas imágenes que se repiten. Recortes de periodico, hojas impresas... Todo con una imagen. Una portada.
Lost in the Dark.
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