- Se establecerá un campo de batalla, donde no se os espera... Quieren cazarnos por sorpresa, creen que no podremos con ellos... Pero lucharemos... Justo en los grandes valles donde todo empezó, allí lucharéis... ¿Estáis dispuestos?
Y su figura comienza a desdibujarse en el viento, como desapareciendo.
Lo miro seria, aunque temblorosa.
Quieren masacrarnos a todos sin piedad, a traición. Pero vamos a vencerlos, o al menos a llevarnos a unos cuantos por delante.
Nunca pensé que diría esto pero... si tengo que matar, lo haré. Por mi vida y la de mis amigos.
Asiento con la cabeza como única respuesta mientras esa figura desaparece.
Ojalá solo sea una mentira, una ilusión...
Desaparece en una nueva ola de viento, no tan intensa como la que llegó cuando apareció ante vosotros. Pero también os obliga a cerrar los ojos.
Y cuando los abrís, estáis de nuevo en Aincrad, en esa zona donde desaparecieron todos.
Cierro los ojos y al abrirlo me encuentro de nuevo en el punto donde desaparecimos.
¿Irá informando a todos los Perdidos así? Espero que sí, aunque da algo de miedo.
Me quedo a un punto indeterminado y luego me giro para ver a mis amigos.
-Ha sido... ¿una ilusión? Decidme que sí...
Ren se deja caer en el suelo, dolorido en el mismo lugar en el que le golpeaste. Seiber sigue en estado de shock, sin reaccionar. Y los dos restantes se acercan a vosotros, intrigados.
- ¿Qué ha ocurrido?
Los miro aterrada al ver que no lo ha sido.
Me dejo caer en el suelo temblando de puro miedo y alzo la mirada para ver a Darker y a Zokka.
-Aincrad... va a ser destruida en una semana... y si no hacemos nada desapareceremos con ella...
Ellos dos permanecen en silencio, mirandoos con gesto grave. Parecen excépticos durante unos momentos, pero finalmente, sus gestos comienzan a mostrar que creen en lo que les dices.
Zokka se cubre la cara con las manos y Darker se aparta.
Un silencio abisal en vosotros.
Tendríamos que haber intentado escapar antes...
Me quedo en el suelo, sin mirar a nada en concreto durante un buen rato. Luego caigo en que deben saber que hay una oportunidad.
Pero temo que querrán luchar y como consecuencia, pueden morir también.
Si no se lo digo... va a ser peor.
-Habrá una batalla, querían pillarnos de improviso. Pero... tenemos que luchar...-Murmuro mirando al suelo, sin atreverme a mirar a nadie.
Seiber, que parece recuperarse poco a poco, asiente. Aprieta los puños que crujen por la violencia que imprime en ello.
Y te mira con determinación, mientras caen lágrimas por sus ojos.
- Lucharemos, por supuesto que sí.
No puedo llorar, aún estoy demasiado nerviosa.
Pero me levanto y asiento, mirándola seria.
-Y venceremos.-Aseguro y cierro los ojos para tomar aire y relajarme.
Todos los demás se unen, tomandoos las manos. Formando un círculo, un círculo de poder.
Vuestras vidas han cambiado por completo. Un tiempo límite que no podéis malgastar. Y aunque tenéis algunas ventajas, el enemigo también puede tener las suyas.
Pero hay esperanzas.
Juntos, venceréis.