Partida Rol por web

Observé a la loba cómo pasaba al lado de la cascada, y miré rapidamente a George.

Menos mal que no ha dicho nada, lo único que le falta es que lo tengamos atado y amordazado.

Curioso que no pasen por debajo de agua corriente, igual no les gusta la ducha.

Podriamos dejar a George y a las chicas aquí para siempre, asi estarian seguros, jejeje

Mi mente se despeja de pronto, y me siento como si me hubiese librado de un gran peso que aprisionara mi pecho, mi corazon e incluso, mi alma.

Sacudo la cabeza violentamente un par de veces y caigo en la cuenta de que me encuentro maniatada junto a Darma.

Como un borroso recuerdo lejano, rememoro los acontecimientos de los ultimos minutos no sin cierta vergüenza que acude a mis mejillas para ruborizar mi rostro.

Decido permanecer callada ante la tensa situacion que se vive a mi alrededor a la espera de la llegada de la luz que anuncia un nuevo dia.

La loba no volvió a aparecer y el resto de la noche pasó tranquilamente. Darma y Susanna fueron liberadas de sus amarres a primeras horas de la mañana.

-Vamos, hoy es el día, ahora estamos cerca del Castillo.

Van Helsing tenía una sonrisa triunfal en sus labios. Subieron a las carrozas y anduvieron unas cuatro horas. Cuando el sol estaba brillando en el cielo llegaron.

Era el castillo de Drácula, era el comienzo de la misión verdadera: acabar con el Conde y con el mal que de él se desprendía.

-Tenemos 10 horas de luz señores y vamos a aprovecharlas.

Estaba sobre mi caballo, cuando aquel castillo imponente se dibujó ante mí. Era hermoso, increible... Era perfecto para adueñarme de él luego de acabar con el Conde.

Galopé hasta quedar a la altura de la carroza de Van Helsing; Mis cosas seguian en una de las carrozas y mi chaqueta estaba cubriendo a Darma que seguía dormida luego de estar amarrada toda la noche. Me asomé por la ventana yl e pregunté al doctor - ¿Sabran por donde entraremos? porque no creo que siendo tan débiles de día esten al descubierto...

Roy subió un instante al pescante del carruaje para tener una mejor visión de conjunto de la fortaleza y sus alrededores...

Tras ello cogió sus armas y, abriendo su equipaje repartió munición extra en sus bolsillos, mientras la mitad de las balas de madera restante eran colocadas cuidadosamente en la canana y el resto en un bolsillo de su chaleco.

Bajó las estacas que habían confeccionado, para que se repartieran como Van Helsing creyera oportuno, guardando para sí la que había afilado en forma de cuchillo y, después de hacerse un espacio cómodo, subió al techo del carruaje con su rifle y los binoculares que había sacado de su bolsa, regalo de un joven teniente al que salvó la vida en una emboscada comanche...

De entrada déjemne dar un buen vistazo desde aquí a ese castillo y sus alrededores, por si hay gente vigilando, o cualquier otra cosa rara... dijo el cowboy con tono profesional

Los potentes rayos del sol del alba calientan mi rostro. Cierro los ojos respirando profundamente el aire cargado de humedad del rocio de la mañana. Al abrirlos, mi mirada descubre la majestuosa edificacion que se alza en lo alto de la colina. Sus limpidos muros me recuerdan al sueño marmoreo que tuve la pasada noche.

Una morada impia, una residencia para la inmortalidad.

Mis pensamientos vuelven a encauzar el peligroso hilo del temor a Caronte.

 - Memento homo quia pulvis es et in pulverem reverteris - Me digo a mi misma en voz baja intentando que nadie me escuche.

Sacudo la cabeza alejando esas palabras de mi mente y muestro una triste sonrisa, no forzada, sino dificil dada la situacion, al Sr. Hardee.

- Ve algo Sr. Hardee? - le pregunto escuetamente movida tanto por el interes, como por la intencion de retomar pasadas conversaciones agradables con el Tejano que, aun habiendo sucedido en menos de tres dias, ahora parecen distantes en el tiempo.

Dentro del carruaje, mientras intento dormir, ya que la noche anterior fué bastante movida, escucho a mis compañeros hablando, aunque no les presto gran atención.

Susanna debe de estar poseida, ha dicho algo muy raro, pero si es de dia, espero no correr peligro.

Levanto la visera de la gorra, y abro un ojo.

Consigo identificar un gran castillo, y pienso:

ahí debe de ser donde vamos.

Vuelvo a cerrar los ojos, y bajo la visera, cuando digo en voz alta:

-Cuando lleguemos, despertadme.

- ¿Tenemos plan para entrar? - pregunto con miedo. Aún temo las consecuencias de lo que podía haber pasado la noche anterior.

Miro a Darma divertido de su comentario, y le digo:

-Claro que si, mi querida Darma. Nos acercaremos, picaremos a la puerta, y cuando abran les preguntaremos: ¿es aquí donde la chupan? (refiriendonos a la sangre, claro), y sinos dicen que si, nos liamos a estacazos. Si nos dicen que no, esperaremos a que Roy y Alex hagan un plan mejor.

Después de sacar el sarcasmo que llevo dentro de hace varios dias, les digo:

-Yo primero estudiaria el terreno, a ver si podemos colarnos por algún lado, y vigilaría a ver si hay movimiento dentro y fuera. Me parece haber visto alguna ventana baja.

Roy, desde el techo del carruaje, no puede evitar el sarcasmo ante las palabras de Raymond sin apartar los prismáticos de su objetivo

¿Y qué se cree que hago aquí arriba, Raymond, tomar el sol? ¿O es que en su ejército de casacas rojas no utilizaban aún estos sorprendentes inventos?

Escucho aburrido a Roy y pienso:

Maldito paleto cuida vacas y peina ovejas, ¿pero quién se ha creido que es?, que por tener unos anteojos ya le da derecho a decir que en Europa somos prehistóricos?

Suelto un gruñido, y le digo:

-Señor Roy, si quiere le dejo mi catalejo, simplemente ha de manipularlo para que se haga mas largo, y así poder ver mejor.