Partida Rol por web

Mientras Henry tomaba a Megumi en brazos y se alejaba a una distancia prudencial de la pelea Luna hace una serie de extraños movimientos como si lanzase un puñetazo y colocara la palma de su mano delante, todos notan una fuerte corriente de aire que empuja a Aileen hacia atrás, la chica no llega a caer al suelo, pero tiene que retrasar su posición varios metros.

Por su parte Morten se disponía a atacar a Brian, el hombre de mar le da un fuerte golpe al chico que lo deja un poco aturdido. Por su parte Dagobert carga con su escudo por delante contra Luna la cual ve como se acerca a gran velocidad, pero en el último momento parece detenerse como si una fuerte corriente de ahora le empujase.

Cuando están algo alejados pueden ver como Meguimi se pone de pie

Megumi sentía el dolor en los brazos de Henry, la chica le mira mientras su agarra la herida y dice:

• No… tengo que morir, os estáis haciendo daño entre vosotros… yo tengo que morir… si la situación sigue así alguien morirá por mi culpa…

Mira a los ojos de Henry y le dice:

• Nadie debe morir por salvarme, desde que nací estoy condenada… si puedo evitar que al menos una sola persona sobreviva con mi muerte que así sea

Mira de nuevo a Henry y sonríe con dulzura mientras dice:

• Soy consciente de todas vuestras habilidades y que eres capaz de llamar a tu arma y cuáles son tus intenciones… por favor, hazlo

La chica se pone de pie y cierra los ojos delante de este dándole la espalda a los demás

Veo como empiezan a alejar a Megumi, es algo que no podemos permitir, el viento que no se de donde narices pudo haber salido dificulta demasiado el lanzar la lanza así que me concentro en avanzar.

Dagobert trata de cubrirme yo sigo a la chica. Digo algo dolorido por el golpe 

Me dan igual el restro de gilipollas con matar a la chica todo esto habra terminado

El puñetazo de Luna tal vez no llegó a golpear a Aileen, pero Luna no parecía molesta, con alejarlos bastaba.

Manteniendo su zurda bien abierta, fue abriendo el puño y dirigió su diestra ahora también abierta hacia Brian para darle un manotazo, no podía permitir que se acercara a Megumi.

Manteniendo su primer muro, paso a crear un segundo muro con su segunda mano, le molestaba lo insistentes que podían llegar a ser, y le molestaba pensar que Megumi estuviera en manos de alguien que no sabía de que lado estar, solo podía esperar que confiar en el, fuera un aliciente suficiente para que le protegiera de verdad.

Podía engañar a todos menos a ti, ¿verdad? La dije cuando terminó de hablar. Llamé a mi hacha, la cual vino a mi enseguida. Miré a Megumi a los ojos. Soy un puto asesino enfermo de sangre, pero tienes algo que... parecía que sentía lástima hacia ella.

Trataré de que sea rápido y no te duela demasiado. Alcé mi hacha, sosteniéndola con ambas manos, para dar un golpe más fuerte y certero.

El hacha aparece en su mano, Meguimi sonríe con dulzura y dice:

• No eres el primero que lo hace de esta forma, hoy me han venido de golpe todos los recuerdos, pero este método suele ser usado por el portador de la daga… Aquí, con un fuerte golpe aquí.

La chica se señala un punto concreto del pecho y sonríe dulcemente para cerrar los ojos mientras dice:

• Gracias.

En ese momento el hacha se clava con fuerza en el corazón de la chica, esta escupe sangre y comienza a caer, de sus ojos salen lágrimas, pero puede verse que su rostro es sereno, hasta que pesadamente cae al suelo ya muerta.

La situación era cada vez más apremiante, tanto defensores como atacante sentían que el tiempo se agotaba que la noche pronto terminaría y tanto una como otra decisión iban a ser absolutas. Brian se lanza en carrera a atravesar a los defensores, no lo tenía fácil ya que Luna parecía ser capaz de alguna forma controlar las corrientes de aire, apareció una delante del chico que no le dejaba avanzar, Dagobert con su escudo se disponía a golpear a Luna con él, pero algo sucede.

Todos pueden sentir un fuerte dolor de cabeza y como sus armas se desvanecen, por puro instinto ven a Megumi cayendo al suelo, la chica estaba ensangrentada a los pies de Henry, la voz de Meguimi resuena en sus cabezas entonces:

• Es lo que debía hacerse… algún día lo comprenderéis… solo había una única forma de salvarme, vosotros representáis a la humanidad, lo bueno y lo malo de ella, las virtudes y los defectos… ira, gula, envidia, templanza, humildad… algún día todos elegiréis lo mismo y en ese momento será cuando yo me salve… y la humanidad ascienda o se condene

La voz de la chica se desvanece y todos pueden ver como el sueño se vuelve borroso, están despertando.

Aileen se despierta sobresaltada, estaba en su cama, en su habitación, aquello había sido un sueño? Lo había soñado todo? No estaba seguro, sin embargo, sentía que el corazón le latía a mil, en su interior sabía que aquello había sido real o al menos en cierto modo, mira a su lado, todo está como siempre, su habitación, sus cosas, pero esa lanza ya no está, no hay ni rastro de ella.

La chica se levanta dispuesta a seguir con su rutina, todo parecía normal, sin embargo, se dio cuenta de algo, era como si algo le faltara, como si una parte de ella hubiera desaparecido, como si sintiera que algo importante había desaparecido, aunque realmente no sabía el que era.

Benjamín se despertó, a su lado tenia a Laura, la chica estaba con mala cara y con ojos llorosos mirando a Benjamín, ambos estaban en la calle, era en cierta forma extraño, sentados en un banco, la chica le mira y apenas conteniendo las lágrimas dice:

• ¿Porque? ¿Porque esa chica tuvo que morir?... no había forma de salvarla?

La chica parecía realmente desconsolada, y Benjamín sentía como si le faltara algo, como si le hubiesen arrebatado algo y no supiera realmente que es lo que era.

Brian se despertó en su habitación, estaba un poco aturdido, realmente no entendía que era lo que había pasado, no sabía si el sueño había sido real o no, lo único que sabía es que estaba en su cama, en su habitación de siempre y con las cosas de siempre, ¿había sido un sueño? ¿Había sido real todo lo que había vivido?, realmente no lo sabía, solo sabía que en su interior tenía una cierta sensación de vacío y realmente no comprendía el porqué.

Henry se despertó sobresaltado en su cama, estaba sudando y miro a todas partes, no pudo ver el hacha, todo estaba como estaría un día normal, era por la mañana. El hombre se sentía extraño, notaba como si le faltara algo, como si en su interior algo faltase, pero no sabía realmente el que.

Aturdido se levanta y se dirige al cuarto de baño, allí lo ve, una extraña cicatriz a la altura del pecho, no sabía realmente a que se debía, era como una marca, pero no le dolía ni le molestaba, con cuidado se observa y puede darse cuenta, sus manos están manchadas de sangre, no le resulta fácil quitársela, pero finalmente lo consigue, es en ese momento cuando se da cuenta, en su espejo hay escrito un mensaje con la sangre

Solo tienes que desearlo y será tuyo pero tu alma no es tuya

Luna se despierta sobresaltada, realmente se sentía angustiada, mira a su lado y allí puede ver a Megumi, la chica tiene una expresión dulce y calmada, con las manos en el pecho durmiendo, o al menos aparentemente ya que cuando se acerca puede comprobar que no respira, la chica tenía una nota sostenida entre sus manos.

Gracias… anoche me quedo muy claro que es lo que sucederá esta noche… no puedo intervenir en la decisión y cuando la tomasteis lo comprendí, o mejor dicho, lo recordé. La forma de salvar a la humanidad no es exactamente como pensábamos, si todos os poníais de acuerdo en no matarme la humanidad se salvaría e incluso evolucionaria a algo mucho mejor, a algo que nunca soñamos ser, de la misma forma que si todos decidíais matarme, la humanidad se atrasaría y estancaría, incluso podría llegar a desaparecer, lo que sin duda sucederá es que os enfrentareis entre vosotros, en ese caso se hace imprescindible mi muerte… será como un “sigue intentándolo”.

Es la primera vez que se lo explico a alguien, pero tú has sido muy importante para mí, me has dado apoyo y no me has abandonado, has incluso intentado ser mi amiga y eso es algo que nunca antes me había sucedido, por eso te doy las gracias. Por favor olvídame y sigue tu vida, espero que puedas continuar y ser una gran persona y una gran doctora como deseabas.

PD: Hemos pasado la noche juntas y no sé qué sucederá con mi cuerpo, pero por favor, me gustaría poder descansar en la tierra donde nací, donde nací realmente por primera vez, a los pies del Monte Fuji.

Morten se despierta sobresaltado, está en su casa, a su alrededor todo esta como siempre, todo parece normal, como antes de empezar a tener los sueños, sin embargo, en su interior siente algo, como si hubiera perdido algo, como si algo muy importante que ahora no recuerda que es se le hubiera sido arrebatado, ya no tiene la herida que siempre tenía por las noches, está perfectamente, pero entonces se da cuenta de algo, en su mesita de noche hay una tarjeta

Gracias, es un buen hombre… espero que pueda continuar su vida en paz.

Takeshi se despierta en su casa, realmente estaba un poco aturdido, se sentía mareado y notaba como tenía el pulso acelerado, el japonés no sabía realmente si el sueño había sido real o no, sin embargo, si sabía algo, notaba que estaba cansado y tenía la sensación de que había perdido algo, no sabía que era, pero algo había perdido, fue entonces cuando una especie de flash le vino a la mente, estaban él y los que habían defendido a Megumi a los pies del Monte Fuji, allí todos parecían guardar respeto ante una tumba, una tumba muy antigua.

Estaba realmente molesta, de verdad esperó ser capaz de salvarla, ¿tan difícil era solo no matar? Le dolía el pecho e intentó reanimar a la chica por un momento, le dolía la garganta, un ligero quejido parecía rasgarla, como podría llamarse doctora si perdía una segunda persona en tan poco tiempo justo a su lado.

Con todo el cuidado del mundo cogió la nota y la quemó, no quería que pensaran que había sido un suicidio, ella estaría bajo sospecha un tiempo, y lo prefería así, de ese modo lograría que llevaran el cuerpo repatriado a Japón, y solo le quedaría gastar sus ahorros en una tumba lo más cercana al monte fuji que se pudiera permitir.

Era injusto, al menos para quienes habían muerto, y Megumi incluida. ¿Tanto pedir era tan solo envejecer o al menos poder vivir un tiempo? Se vio obligada a llamar a la ambulancia, mientras apuntaba en un papel los síntomas más visibles, y tras ello, solo le quedó hacer lo único que podía en espera de la ambulancia, insistir en una reanimación que no creía demasiado posible, sería agradable seguir en ese sueño y poder controlar su alrededor, ni de broma le hubiera dejado morir.

Si moría no sería, por no intentar traerla de vuelta.

Buscó lo internet, varios Enrique Lopez, y cuando por fin dio con uno que se parecía a aquel hombre, le escribió un mensaje.

Spoiler (marca el texto para leerlo):

Buscó información de los demás, pero no teniendo suficientes datos, no encontró nada. Por lo que no pudo dar las gracias, ni criticar las conductas de cada uno. Al menos esperaba que pensaran en la posibilidad de que por su errática conducta, ya eran asesinos, al menos, tres de ellos.

Releo incrédulo el mensaje del espejo. ¿Me pregunto si...? El sonido de mi móvil rompe mi pensamiento. Entro en mi cuarto y compruebo el teléfono. Luna... Todo fue real. Entonces... la maté yo.

Regresé al baño y volví a mirar el espejo, a leer aquel mensaje sanguinolento. Sabía lo que había perdido, lo notaba dentro, muy dentro. Pero las palabras de Megumi, mis dudas finales...

No pierdo nada por intentarlo y estoy seguro de que Luna me avisará si cambia algo.

Me miro en el espejo, cierro los ojos y comienzo a pensar y a desear que Megumi viva nuevamente, una vida larga y próspera, en la cual sepa lo que es la vejez y morir de forma natural. Una vida libre de sacrificios y seres que la persigan. Unas vacaciones de su tortuoso y cruel karma.

Abrí los ojos, deseando realmente que aquello se cumpliese. Luego limpié la sangre del espejo y me di una buena ducha. Debía prepararme para mi nueva vida. Mi nueva y última vida.

Me desperté con un dolor de cabeza increible, pero rapidamente me recompuse. Cogí el telefono y llamé a la escuela, solicitando permiso para tomarme unos dias libres. Hice una mochila con lo necesario y tome un coche en alquiler. Viaje hasta el monte Fuji, en busca de aquello que había visto en los sueños. Y una vez encontré la tumba, encendí un incienso en ella, y recé.

Esto no tenía que haber acabado así.