¡Bienvenido a tu rincón personal!
Puedes usarlo para tomar notas, debatir conmigo detalles de personaje o de narración, dar avisos, o incluso para garabatear las paredes. ¡Eres completamente libre de divagar en este lugar hasta el fin de los tiempos!
Según tu historia, mi pequeño Padawan... ^^
- Tus orígenes son en la subciudad, tu nombre real es Ilya Petrowsky.
- Tu identidad "común" tras el evento de tu pasado que te hizo salir por patas es Kasch Eberhard.
- Versión ampliada de la parte de Héctor...
Cerca de mi piso hay una tienda que me llamó la atención. Es la típica tienda de antigüedades, pequeña y con estantes repletos de cosas diversas, aunque había un par de detalles que me llamaban la atención. Ya hace más de un año que desde la primera vez que me fijé, y siempre, siempre esta cerrada. El escaparate está repleto de polvo y se ven telarañas por doquier, pero si ignoras los objetos de muestra del escaparate y te esfuerzas en ver los del interior... están limpios, y cuidados. Una noche al pasar en frente de ella me encontré con la puerta ligeramente abierta. Por suerte volvía de... ehh... bueno, de un sitio al que prefiero que no me relaciones, y por eso iba disfrazado de Hector.... Asi que, bueno, ya que tenía un disfraz y la puerta estaba abierna, ¿por que no entrar y echar un vistazo?
El interior de la tienda estaba limpio y ordenado. Había multitud de estanterías repletas de trastos de cualquier tipo: junto a varios libros escritos en latín había una especie de cáliz tallado en una calavera, un puñado de dados de marfil, un espejo que me devolvía mi imagen distorsionada y en tonos púrpura, una especie de huevo metálico con runas dibujadas en su superficie y más cachivaches de cualquier tipo. Antigüedades, probablemente. Quizás me había encontrado con un almacén del mercado negro o algo por el estilo. De repente oigo un ruido a mi espaldas, alguien hablando y que se está acercando, así que llego a la conclusión de que es hora de pirarse, no sin antes llevarme un par de souvenirs... bueno que puedo decir, hay costumbres que nunca se pierden. Además, tenían siete dados, por dos menos no lo iban a notar.
Cuando llegué al piso que utilizo como "casa de Hector" Me di cuenta que en los bolsillos, además de los dados, me había llevado el huevo, aunque juraría que no lo había tocado. Ese objeto era... extraño. Parecía hecho de bronce, pero el metal estaba muy frío al tacto... Por toda la superficie tenia una especie de grabado, una filigrana de metal que, al tocarla, estaba muy caliente, y que parecía moverse y cambiar. No, de hecho se mueve y cambia constantemente, formando lo que parecen letras en un lenguaje extraño. Interesante si no fuera porque, bueno, la filigrana se calentaba cada vez más, empezó a brillar con fuerza y la mesa en la que la había dejado empezó a humear. Mal rollo tio, mal rollo. Así que, bueno... lo metí en un cubo con hielos dentro del congelador y me fui de allí.
- Versión ultraresumida de la parte de Héctor...
>> Héctor es tan sólo una fachada para algunas de tus fechorías... con un piso alquilado y todo eso. Sin embargo, desde lo del huevo... no ha vuelto a ser lo mismo.
Es justo lo que había entendido...
Lo preguntaba un poco para saber como enfocar el tema de como había llegado hasta la cafetería...
Si lo hacía como Héctor porque venía de investigar algo... igual llevaba un tipo de ropa más "informal" por decirlo de alguna manera... de esta forma, se explicaría también de porque cuando se volvieron a encontrar Inoa no lo reconoció.
De todas formas, el primer esbozo que estoy haciendo a ratos es con Kasch... aunque lo puedo adaptar si te parece buena idea lo de Héctor.
Realmente ambas ideas me parecen genial.
Puedes querer investigar algo y que eso explique el porqué no te reconoció. O puedes ir con Kasch y que sencillamente la memoria juegue una mala pasada (algo normal cuando te tiras al río... pero quizá te tiraste por que a una parte de tí le sonaba su cara). Todo puede tener su lado bueno. ;)