Esta vez abriré yo la veda de caza. Que eres demasiado impulsiva. Está bien... sé que seré un poco obvio, pero ¿por qué no usar la idea del nombre de la propia partida? Ya sabes, "Intranquila".
Oh, genial. Soso. Pero genial. Demos un poco más de vida a la 'amenaza': "Esta falta de calma me está matando". ¿Qué te parece? Es lo mismo, pero suena más amenazador. ¿No?
Bueno, al menos vamos por el mismo rumbo. Pero si quieres algo más amenazante podrías decir "La ansiedad atenaza el corazón de los inocentes". ¿Te gusta? Implica que nunca se sabe qué va a pasar, que son los inocentes los que pagan, una verdadera amenaza contra la que es difícil luchar. Algo invisible, presente, que extiende todos los tentáculos por la ciudad y que cuando menos lo esperas comienza a hacerte presión, a dejarte sin aliento a...
¡Basta! Lo he entendido. Está bien, es una buena idea. "La ansiedad atenaza el corazón de los inocentes". Como aspecto, rasgo visible y corto que influye, podría ser, siguiendo tu razonamiento, "La Ciudad Intranquila". Y ya sólo falta definir algunos rostros, gente que represente esa intranquilidad, por uno u otro motivo. Tal vez esa ansiedad derive de un conflicto de intereses permanente.
Ok. Genial. Tenemos una idea, un aspecto, y faltan unos rostros. Con sólo poner el nombre y un concepto general debería bastar. No olvidemos que esto afecta a toda la ciudad, con lo cual sería normal que a todos les sonasen dichos nombres. Además, ya habrá tiempo para dedicarles a ellos en breve. Comenzaré por elegir el primer rostro. Será Noah Dumas, sí, aprovechando el nombre que no me han elegido. Su concepto será el de Inspector Jefe de la Policía. Por que claro, a muchos la policía les pone nerviosos, pase lo que pase.
¡Guay! Pues para generar conflicto, crearé otro rostro, pero un rostro del que sólo se conoce el nombre. Valentina. La líder espiritual de Las Aves, un grupo que está en conflicto con Noah Dumas -le saca la lengua al contrario, evidentemente en broma-, por ahora esos dos podrían ser los rostros de la amenaza La Ciudad Intranquila.
Perfecto, pues hemos terminado. ¡Ahora les toca a los presentes!
Hace una reverencia a modo de ceder el turno, y de despedida.