Partida Rol por web

Al salir de la mina, los primeras luces del alba despuntan en el horizonte.

El viaje de vuelta a Cima del Salto no os lleva más de seis horas, caminando campo a través y con el intenso frío matutino azotando vuestras caras. 

Al llegar a la villa la noticia de la liberación de los enanos empieza a correr como la pólvora. Llegáis directos a la posada El Unicornio de Plata, a descansar como los dioses mandan. Sentados en torno a una mesa, con jarras de cerveza y vino corriendo de un lado a otro y raciones de patatas con huevos y carne asada, todo por cuenta del bueno de Nochecobriza. El ambiente empieza a ser cada vez más festivo cuando en cuestión de una hora se presenta ante vosotros el Señor Guardián de Cima del Salto Farn Markelhay, un hombre bien vestido que va acompañado por cuatro guardias.

- Me enorgullece que el Gremio de la Espada y la Vara haya mandado a gente tan competente para llevar acabo esta tarea, sabía que hacía bien en pediros ayuda. Es un placer volver a ver a mis hombres, más a salvo que sanos, de vuelta en la villa. Y por supuesto, me llena de gozo ver que nuestro amigo Kavalar Nochecobriza y sus valientes trabajadores sigan de una pieza - El Señor Guardián de Cima del Salto deposita sobre la mesa una bolsa de cuero que cae de forma pesada con el inconfundible sonido de monedas en su interior - Ahí tenéis el pago por vuestros servicios a nuestra comunidad. Ha sido un placer contar con vuestra ayuda. Hasta siempre señores- dice haciendo una reverencia antes de salir por la puerta...

Kuori regreso junto con los demás compañeros y los prisioneros que había tomado la Dragona y sus hordas como esclavos o vete a saber, incluso podían haberse convertido en su alimento si así lo hubieran querido.

El Goliat a pesar de todo había disfrutado del trabajo, pues había echo que se esforzara bastante. Tal vez hubiera deseado encontrar más oponentes, pero a pesar de todo ello estaba más que satisfecho.

Tras ver el recibimiento que habían tenido en el regreso, en el rostro del Bárbaro apareció una sonrisa de gratitud. Estaba más que dispuesto que a derrotar a sus compañeros enanos en una lucha abierta de bebidas. Por lo que esperaría a tener ese tiempo ahora o en el Gremio para el enfrentamiento.

Tras la décimo sexta... o décimo séptima... quien lleva la cuenta? Travok se levanto con la jarra en mano que parecía un tonel y balanceándose se levanto de su asiento
- Doy grachia a Moradin por haberme reunido con tan valiente...gurrp!!.. grupo de héroes en tan noble michion, espero que chos vuelvan a juntar de nuevo en prospera aventura. Por vosotros (y da un gran trago) POR MORADIN!! Y se acaba todo lo que le queda en la jarra cayéndose de bruce contra el suelo y riéndose a carcajada. Era feliz, habia salido victorioso en un combate sin igual, regresado de la muerte y en buena compañía, que mas se puede pedir... si, una gran enana robusta.

Clevor decidió pedir una jarra abundante de vino caliente especiado, acompañado con pan caliente y nabos flotando en mantequilla amarilla. El contrato había sido arduo de completar, y eso había abierto su apetito. Ya ataviado solamente con ropas cómodas y acolchadas, mostrando los colores de su tierra y los emblemas de su familia, se dispuso a disfrutar de la aromática bebida, cargada con miel y clavo de olor y a saborear de su cena.

Su jarra se vaciaba rápidamente, mientras se bamboleaba y chocaba repetidamente con las de los enanos que festejaban allí por el desenlace de la amarga situación con el dragón.

¡Por el gremio de la Vara y la Espada y las minas de Nochecobriza! Saludó, con un grito triunfal al dar el último trago a su vino. Luego se dispuso a ayudar al buen Travoka llegar a sus habitaciones sin matarse en el intento.

Había sido una excelente incursión, era hora de volver al gremio a seguir entrenando, pronto llegarían nuevas aventuras.

Observaba satisfecho  a sus compañeros mientras el resto de sus congeneres enanos victoreaban y festejaban con abundantes manjares  el rescate. Aceptó de buen grado  las  cervezas invitadas por Travok y Nochecobriza, mas las fue tomando poco apoco para evitar que el alcohol le subiese a la cabeza.

Victoreo como el que mas  cuando Travok  levantó su jarra en honor a Moradin y al grupo aqui reunido. Intercambió anecdotas y leyendas con Nochecobriza y alguno de sus camaradas, las c uales le sacaron mas de una vez una sonora carcajada.

- Camaradas, como ya he dicho con anterioridad, en un placer volver con el deber cumplido; sobre todo si se está acompañado por tan nobles y aguerridos personajes.- levantó su jarra por ultima vez , al ver como Clevor y Travok comenzaban su peregrinaje a los aposentos mas cercanos.- Por El gremio  de La espada y la vara, por Moradin, por la aventura, Por el trabajo bien hecho, Salud!.-

Aunque la fiesta continuó despues de su brindis, Tordek se despidió de sus anfitrión , dio las buenas noches y siguió los pasos del humano y el enano  embriagado. Habia sido una gran aventura,unos fantasticos compañeros y  Moradin habia estado con ellos.