De momento, nada más. Oficiaré la misa por la mañana, para todo aquel que quiera acudir. Podéis correr la voz.
Me giro tras saludar al guardia, y digo- vayamos a descansar y a comer algo. Hoy a sido un día duro, y hay temas que debatir con vosotros dos -señalo con un dedo a Obsidian, y con el otro a Balbo- Ahora, vamos. Algo caliente en el estómago os sentará bien...
Creo que se puede cerrar ya esta escena.