Partida Rol por web

Walter entró el primero y los demás le siguieron despacio. La habitación de atrás de la casa tenía en un rincón una estrecha abertura en el suelo desde la que descendía hasta el sótano un empinado tramo de escalera. En el techo se encontraba la trampilla que daba al desván y cuyo marco de madera también estaba decorado con los mismos grabados ocultistas que podían verse sobre las puertas y ventanas de la casa.

Se notaba que había habido alguien desde hacía poco. El polvo había sido apartado a patadas y podían verse huellas recientes. En la gran chimenea estaban las ascuas de un fuego apagado no hacía mucho. Cerca de ella había una gruesa manta nueva de lana junto a una lata vacía de judías con carne de la marca Campbell. La salsa que quedaba en su interior todavía estaba fresca.

Pero aún habían más cosas: una caja de cerillas medio vacía, un abrelatas, una navaja deslustrada, una cuchara sucia, el cabo de una vela y varias fotos arrugadas de anuncios con jovencitas atractivas. Además, en una estantería alta se podía ver una caja de puros de madera y un fajo con unos cuantos papeles amarillentos.

En ese momento oís como si algo se moviese o tropezase en el sótano.

Al momento de escuchar el ruido, mi postura cambia y me transformo en un perro de caza. Saco mi arma y le hago señas a mi compañeros para que guarden silencio, también le hago señas a Walter para que recoja la navaja.

Antes ir hacia el sotano me acerco a Harry para susurrarle ve afuera y vigila que nuestro huesped no se escape, si no tienes tu arma agarra el martillo que compre.  

Había alguien viviendo en la casa. Lo más probable que fuese un vagabundo que no tenía donde dormir. Lo malo era que había elegido el peor sitio para hacerlo. Harry sacó la pistola de la funda en cuanto escuchó el ruido. Siempre iba con ella, era su compañera del alma. Salió de la casa y buscó un punto desde donde se viesen las dos puertas por donde podía salir el sujeto.

Miro a Harry retirarse, yendo hacia afuera de la casa. Mis ojos, posteriormente, se posan sobre Scott, a quien le dirijo unas señas mientras comienzo a moverme lentamente y haciendo un ángulo, para finalmente alejarme un poco de la abertura para cubrir otra posición.

"Maldito miedo, un simple ruido y ya... pasará mucho hasta que pueda acostumbrarme a este nuevo trabajo", pienso al momento en que me quedo quieto observando la entrada al sótano. Saco mi arma y apunto al lugar... tal vez sea sólo una persona que esté viviendo en este lugar porque no tiene otro... pero no puedo confiarme, no podemos.

Es mal momento para recordarlo, pero los sonidos del sótano me recuerdan al señor Corbitt momificado en un ataúd cerrado con cemento...

- ... Eeeh, si nos os importa voy a intercambiarme con Harry. No quiero volver a un sótano, y menos a éste sótano.

Y salgo por la puerta. Tal vez sea visto como un cobarde, pero eso es mejor que quedarse paralizado cuando Scott o William me necesiten.

- ¡Un momento, Harry! -digo apresurándome para alcanzarle.- Será mejor intercambiar puestos: yo llevaré el mazo y vigilaré las salidas, tú coge la navaja y apoya a los señores Spencer y Kramer. Es más probable que haya enfrentamiento abajo que arriba, sería jugar con desventaja dejarle a usted fuera...

Eso y que no quiero volver a un sótano o a lugares bajo tierra en mucho tiempo.

- Déjeme las llaves para abrir el maletero, si está cerrado.

Miro a Walter y me quedo en silencio un momento, contemplado cuales eran mis opciones Necesito a Harry afuera pero tampoco te necesito a ti ahí abajo. Puedes quedarte aquí o ir a preparar la soga por si la cosas se ponen tensas termino susurrandole.

- Me quedo aquí afuera. Si sale alguien por alguna de las puertas desde aquí no fallaré. Dijo a Walter. Si hay cualquier problema dentro, entraré corriendo para ayudar.

Trago un poco de saliva y comienzo a caminar hacia la entrada al sótano.

"- Alguno debe abrirla- le susurro a Scott-. Lo haré con el mayor cuidado y veremos que hay ahí... no estoy confiado entrado por aquí, tal vez sería preferible trabar esta entrada e ir por el otro lado donde no estaríamos tan desprotegidos- continúo diciéndole mientras sigo caminando hacia la puertilla".

No me convence la opción elegida, que solo Scott y William exploren el lugar de dónde surge el ruido. Pero tampoco quiero bajar al sótano, así que voy a coger la soga del coche y prepararla.

Aunque no sé que se podrá hacer con una soga...

Walter fue a buscar la cuerda al coche y se acercó a Harry el cual se había alejado de la casa para tener a la vista tanto la puerta principal como la de atrás. Mientras, en el interior, Scott y William bajaban por la empinada escalera en dirección al sótano intentando evitar que los viejos peldaños de madera crujiesen demasiado.

El sótano era espacioso y estaba casi en penumbras ya que apenas entraba la luz de la tarde por alguna rendija. Habían cajas, muebles viejos y otras cosas sin identificar. Aún así, Scott pudo distinguir una silueta con forma humana en un rincón, acechando con un palo en la mano.

Con el arma arriba, muevo mi cabeza de un lado a otro tratando de mejorar la visión en el sótano, tratando de que mis ojos se acostumbren a la falta de luz.

"- No veo nada raro- le susurro a Scott-. Puede que haya sido sólo una rata".

Veo el rostro de mi compañero que aún se baña de los reflejos luminosos que provienen de la casa... tiene algo, como si fijase su vista en un punto. Observo en la misma dirección pero aún no logro distinguir mucho en este subsuelo... simplemente, golpe un poco su brazo con mi codo.

Escucho a William y sonrío cuatro ojos son mejores que dos Yo si te veo digo en voz alta apuntando al extraño no queremos hacerte daño, somos los encargados de la propiedad y nos sorprendió que alguien hubiese usurpado la casa aunque considerando si estado actual, es un milagro que algún vagabund no hubiese soltado a la bestia si nos dices quien eres  y cuanto hace que estas aquí podrás irte sin problema, incluso puede que ganes unos dolares si nos ayudas, que dices? tal vez podamos sacarle algo.

La figura comienza a temblar y se le cae el palo de las manos. Después, emitiendo un grito incoherente, echa a correr en dirección a las escaleras intentando esquivaros.

Espera, espera! que te pasa! no queremos hacerte daño, tranquilo! le digo al ser cuando intento frenarlo.

El golpeteo de un palo en el suelo me es suficiente para mirar en la misma dirección que Scott y divisar cómo, entre las sombras, la figura de un hombre se acerca profanando alaridos. Mi mano tiembla un momento y trato de gatillar, pero los movimientos del hombre demuestran que, mas que atacarnos, lo que intenta es huir. Y es mi compañero quien se lanza audaz a tratar de impedírselo, mas yo sólo atino a bajar el arma a prisa mientras doy unos pasos atrás, intentando ayudar a Scott bloqueando el camino del extraño.

Scott y William se lanzaron sobre el desconocido como si fueran los entrenados defensas de un equipo de fútbol americano. El extraño no era más que un hombre. Por sus ropas andrajosas y la barba profusa que tenía, presentaba el aspecto de ser un pobre vagabundo que había encontrado la casa por casualidad. Sin embargo, gritaba incoherencias, tenía los ojos desorbitados de terror y se debatía en los brazos de los dos compañeros.