Partida Rol por web

John se había ido acercando poco a poco con las muletas hasta vosotras. Se quedé apoyado entre la pierna buena y una de las muletas, relajando uno de los brazos.

Primero se dirigió a ella – Nada de héroe, simplemente pisé donde no debía – Quiso quitar importancia al asunto.

Y quizá para cambiar el tema de la conversación luego se dirigió a ti - ¿Aventurero? - Rió – Inquieto más bien. Bueno, en realidad soy organizador de safaris, en cuanto me ponga mejor organizaré safaris fotográficos.

-¿Y qué hay de tí, Samantha? ¿Cómo has pasado este tiempo? La guerra aquí ha sido difícil, sobre todo el bloqueo.. En Europa tuvo que ser espantoso. ¿Tienes alguna noticia?

Me preocupaban verdaderamente mis padres y hermanos, mis amigos.. Liverpool tuvo que ser asediada, y no tenía ninguna noticia. Ardía en deseos de escribirles, ya que llamar por teléfono desde África era poco menos que una fantasía.

Recordé a aquellos amigos riccos de Paige.. quizás ellos tuviesen teléfono. Lo averiguaría.

- Aburrida, muy aburrida sin haber podido viajar – Te dijo sonriente – En Sudáfrica no hubo mucha acción la verdad – Dijo casi como si lo hubiese echado en falta - Se reforzaron las defensas en el puerto y hubo tensión en la zona costera, pero poco más.

- Si, muchas ciudades de Europa han sido destruidas. Un horror, sobretodo por los bombardeos – Continuó.

- Bueno qué. ¿Me invitas a algo? Tengo solo dos o tres horas, he de volver que a la noche el barco prosigue su ruta hasta Gibraltar – Samantha no tenía problema en autoinvitarse, aunque también era cierto que la relación entre vosotras era buena.

Me alivió el saber que las noticias no eran tan funestas como me había figurado. Una guerra nunca es cosa baladí, pero mi imaginación y la falta de novedades sin duda exageraron los resultados, por suerte. Aún así, me moría por saber con exactitud qué había pasado.

Mi guerra fue muy distinta a la que vivieron en la vieja Europa.

-Por supuesto, querida amiga. De lo poco que hay, toma cuanto necesites. Es una lástima que no tengas más tiempo. Regresas a Europa.. ¿Irás a Inglaterra?-dejando pasar a John delante, caminé hacia nuestra casa. Me daba algo de reparo carecer de los lujos de una anfitriona acomodada. Al entrar en la casa sólo veía desorden y cosas fuera del sitio.-John, siéntate tú también, por hoy ya has hecho bastante ejercicio.

Saqué la botella de agua, que era fresca y reciente, y una de vino. Llevaba tanto tiempo en la fresquera que una capa de polvo la cubría. La limpié con un trapo antes de servirla con cuatro copas.

-Tomad, elegid lo que os apetece. El vino lo trajo Abú un día pensando que nos gustaría, y lo guardamos inconscientemente como para celebrar algo. Hoy es un buen día para abrirlo.. Miraré si Paige está por aquí.

Me asomé al otro cuarto:

-¿Paige? Tenemos invitados.. ¿Te unes?

Caminasteis a ritmo lento pues tampoco era cuestión de dejar a John atrás, que al menos debía de volver a la enfermería.

Allí le presentaste a tu colega de trabajo – Un segundo – Le lavó las menos pues había estado manipulando elementos de la enfermería y saludó a Samantha como es debido – Las amidas de Beth son bienvenidas – Le dijo de forma cordial.

- Disculpa nuestra modestas existencias. Pero siempre hay té si quieres acompañarnos...

John se disculpó con que quería descansar un poco tras el paseo, aunque sospechabas que os dejaba intimidad para hablar de vuestras cosas.

Samantha aceptó con gratitud y prosiguió con tus preguntas que se habían quedado sin responder - Si, efectivamente, vuelvo a Inglaterra. He de comprobar en que estado quedaron mis propiedades... - Te respondió la intrépida rubia.

Te acordaste de cuando la conociste en el barco. Tan independiente. Parecía algo muy difícil de conseguir. En cambio ahora después de este tiempo no parece tan imposible.

Entonces de forma espontánea te propuso - ¿Te vienes conmigo? No creo que haya problema en arreglar tu pasaje, en el barco hay camarotes de sobra. Estaría bien volver a viajar juntas. Y tal vez quieras saber que ha sido de los tuyos.

Vaya. De pronto tenías que elegir que hacer. Por un lado te sabía mal dejar a John y la enfermería. Por otro lado si que era cierto que habías dejado de saber de tu familia. Pero partir ahora suponía hacer la maleta ya. Tardarías meses en volver, eso si querías hacerlo claro. Debías tomar una decisión.

La visita de Samantha fue tan inesperada como intensa. De pronto me veía teniendo que tomar una decisión tan importante casi de improviso, y no estaba preparada.. ¿O quizás no quería?

-Samantha, gracias por la oferta. Sin duda ver a mi familia es lo único que podría llevarme a Inglaterra de nuevo. África es ahora mi hogar.. Nunca creíste que pudiese decirlo cuando nos conocimos, ¿verdad?-sonreí, evocando a la miedosa chica que una vez subió a un barco para cambiar su mundo.

-El viaje será muy largo, y sé que si regreso no querrán que vuelva. Pero éste es mi sitio ahora. Mi vida, y mi gente. Sí que te pediré un favor.. ¿Podrías llevar una carta para mis padres de mi parte, y enviarla ya en Inglaterra? Seguro que llegará antes de ese modo. Intentaré contactar telefónicamente con ellos, de todos modos, y hablar de lo sucedido.

Samantha sonrió de forma comprensiva. Su rostro reflejó algo de admiración incluso. En realidad te habías convertido en una especie de Paige. Mujer independiente, aclimatada a este país y a sus cosas buenas.

- Está bien. Estaré encantada de hacer llegar tus recados. Yo de todos modos volveré y haré escala en esta ciudad, siempre hay tiempo para visitar a una amiga.

Habías tomado una decisión. Tal vez no fuese la definitiva, pero por primera vez en mucho tiempo sabía perfectamente hacia donde te dirigías. Saber el futuro ya es otra cosa, pero aquí tenías objetivos, metas y posibilidades, como ayudar a cierto americano en su recuperación. Y tal vez, tal vez alguna posibilidad más. Pero desde la libertad y sabiendo bien lo que querías para ti. Te sentías bien contigo misma y esto solo era el principio de una vida feliz.