Una hora más tarde, aproximadamente, todos los sobrinos se encuentran de nuevo en la gran mesa del comedor con varias intenciones en mente: desayunar, discutir un tanto acerca del tema del asesinato, e incluso empezar a beber alcohol a pesar de que practicamente acaba de amanecer.
Los primeros en presentarse en el comedor son Fiona, que se separó del grupo de aseo para ir más rápida y así poder llegar cuanto antes, y el Doctor, que practicamente fue directo al mueblebar para tomarse un copazo tras su encontronazo con el cadaver ensanguinolentado.
Poco más tarde el grueso del equipo de limpieza hace su aparición, todos completamente aseados y vestidos como debe ser. Los criados pronto empiezan a servir el desayuno y a atender vuestras indolentes exogencias, apenas interrumpidas por los pensamientos involuntarios dirigidos al cadaver del abogado, que descansa en una cama, practicamente rebozado en si mismo, a pocas habitaciones de distancia. Afortunadamente el olor no llega hasta aquí, aún.
Para desayunar hay comida abuntante y sabrosa, aunque mucho más cotidiana que el pequeño banquete del día anterior. Fuera continua el repiqueteo ambulante de la lluvia y el rasgar de los relámpagos ocasionales. Los mayordomos están nerviosos con todo lo ocurrido, y vosotros, quien más quien menos, también.
Harvey está en su habitación, solo.
No le marquéis en principio a menos que yo diga que aparece.
Estás solo en tu habitación, alumbrado lúgubremente por el candil, los rescoldos de la chimenea, y una escueta luz solar que se cuela por las contraventanas cerradas. No se oye nada a excepción de tu propia respiración, el palpitar de tu corazón, y el repiqueteo de la lluvia en el exterior sazonado con algún que otro trueno. El día parece tan nublado y turbio como el anterior. Empiezas a sentir hambre por el desayuno. Alguien llama suavemente a la puerta con los nudillos, es Enriquetta.
-Señorito Harvey ¿Baja al salón a desayunar? -inquiere nerviosamente la ancana criada-
Estás en el primer piso. El comedor en la planta baja.
Un planito de la mansión.
Hay un sótano, la planta baja, y un primer piso.
La habitación #1 es la de las chicas.
La habitación #2 es la del Doctor y Jack.
La habitación #3 es la de Harvey.
La habitación @4 es la del Lord.
El master Bedroom es la habitación de vuestro difunto tio.
Executor es la habitación del abogado.
Butler´s Room es la habitación del matrimonio de criados.
Sí. Enseguida. Respondo mientras le incorporo de la cama y comienzo a ponerme la ropa.
Rápidamente, salgo de mi habitación y bajo por las escaleras, en dirección al comedor.
¿Qué encontraré abajo?
¿Otro cadáver tal vez?
Harvey se incorpora al comedor, donde se topa con sus familiares disfrutante de un obtuso desayuno.
Hola primos. ¿Qué tal habéis dormido? Les digo a todos los presentes mientras me siento en una silla a desayunar.
¿Alguna novedad del caso de asesinato?
Sydney con la boca ocupada por un buen cigarrillo, lo unico fiel de esa casa, se mantenia callado como el resto de los presentes, intentando observar mas alla de sus miradas, uno de ellos podia ser el asesino y el no pensaba dejarse matar tan facilmente.
-¿Dormir? ¿Acaso has podido conciliar el sueño sabiendo que un asesino ronda la hacienda? ¿Me estas diciendo que eres el ultimo en llegar por que estabas durmiendo?- Dijo sin quitarse en ningun momento el cilindro blanco de la comisura de sus labios.
-Bueno Sydney tienes que entender que Harvey esta acostumbrado a dormir como un bebe luego de a ver explotado a varios cientos de trabajadores, pagándoles sueldos mínimos y con condiciones laborales de dudosa calidad... ni siquiera le teme a su propia conciencia, le va a temer a un asesino
Luego se mete un gran bocado de panqueque de manzana, mastica desaforadamente tragandose el panqueque casi completo
-A todo esto, tendremos que ir todos juntos a la policía o mandar a el mayordomo... seria terrible perder la herencia por incumplir el testamento
Je, je, je. Rio entre dientes ante el comentario de Sidney.
Si, claro que he dormido como un lirón. ¿Tu no? ¿Acaso tienes la conciencia intranquila? Yo estoy muy tranquilo, y si llega mi hora, ¿que mejor momento para morir que estando dormido soñando con alguna belleza del teatro?
Continúo bebiendo de mi café mientras escucho las palabras de Jack, las cuales me parecen acertadas.
Creo que deberíamos llamar a la policia, pero nadie debería salir de esta casa. ¿Y si es nuestro amado mayordomo el asesino y sabiendo que no podemos salir utiliza el ir a la policia como excusa para escapar?
Sonrio ante la entrada triunfal de mi primito Harvey y más aún tras las ulteriores palabras de Jack. Me parece que Jack está en lo cierto, tanto por su afirmación de que es inconcebible dormir en una situación como la que estamos viviendo, como más aún respecto al tema de llamar a la policía.
Si tenemos que permanecer en este recinto lo mejor será que el mayordomo salga a dar parte a las autoridades. La familia de ese abogado tiene que estar preocupada por su tardanza y dado que ya será bastante el dolor que les produzca conocer de su muerte no creo que sea humano prolongar el sufrimiento por su ausencia. Dice en su tradicional acento inglés, se ajusta el monóculo y emulando a su primo Sydney, abre su pitillera plateada y coloca uno de sus caros cigarrillos ingleses en su boca. Nuevamente vuelve a guardar la pitillera en su bolsillo interior...
¡Click!
Lily entra con timidez en el comedor. No ha dormido mucho, y se la ve pálida y ojerosa. Se sienta a la mesa, con un suave:
- Buenos dias.- Y se queda mirando la comida sin acertar a decidir lo que va a comer.
- Hablabais de avisar a las autoridades.... ¿están ya de camino?- levanta la vista de la mesa para observar a su familia.
Todavía no hemos llamado a la policía Lily, y ni siquiera sabemos si lo vamos a hacer -le digo con un nuevo cigarrillo en la mano menos mal que traigo tres cartones de tabaco-
La situación no le gusta nada a Lily, que se vuelve a pasar una mano por el vientre y vuelve a mirar a Fiona. Su voz suena algo más arisca:
- ¿Qué quieres decir con eso de que no sabemos si lo vamos a hacer? Aquí ha habido un asesinato. ¿Qué hay que decidir? Tendrá que venir la policía. Y deja de fumar en la mesa. A algunos nos molesta especialmente. Y vosotros también Jeffrey, Sidney.
Querida prima, hay un asesino en la casa, no sabemos quien es, no podemos enviar a los criados porque podrían ser ellos y, por lo tanto, podrían escaparse o hacernos creer que han avisado a la policía para sembrar una falsa esperanza y así matarnos a todos. Tampoco podemos ir ninguno de nosotros porque, en ese caso perderíamos la herencia. -le digo con voz de aburrimiento- Y si te molsta el humo abre las puertas para crear corriente y apártate de los fumadores. A mí me tranquiliza fumar y no lo voy a dejar porque a ti te moleste el olor.
El desayuno, aunque variado y abundante, llega a su fin con la desaparición de prácticamente todo lo que había sobre la mesa. Un poco más y Harvey hubiera tenido que pedirle a Enriquetta que volviera a la cocina a prepararle algo.
Los mayordomos esperan pacientemente, y en silencio, junto a la pared a que los comensales se levanten para empezar a recoger.
El ambiente se tambalea entre lo distendido y lo cargado. Algunos no podeis evitar pensar que todo esto no es asunto vuestro, y que si no fuera por la herencia los restos mortales del abogado podían irse al infierno ¿Pero qué hacer? El cadaver está a pocos metros de vosotros, exactamente en la habitación de al lado. Casi se puede sentir el hedor que emana desde el comedor.
Bueno. Es hora de pensar que hacer. No podemos salir de la casa si queremos cobrar la herencia, así que nos queda la posibilidad de llamar a la policia, pero claro, nos pueden llevar a declarar a comisaria, perdiendo la herencia. O mandar a alguien, con la posibilidad de que escape si es el asesino. Digo casi en un susurro.
Yo voto por llamar a la policia... ¿quién está conmigo?
Elabogado no dijo que no pudierais salir de la casa :)
Yo estoy contigo. La cuestión es cómo lo hacemos.
- Yo también estoy con vosotros. Si nos quedamos aquí todo el fin de semana con un cadaver, y no avisamos hasta el lunes, va a parecer que lo hemos matado entre todos.
Lily se ha acercado a abrir la ventana para evitar el humo del tabaco.
- No creo que el problema sea salir de la casa, siempre y cuando volvamos y terminemos el fin de semana aqui. Además, una vez avisemos a la policia, probablemente vendrán también a la casa. Será más difícil que el asesino vuelva a atacar.
Aunque habla con voz tranquila, parece querer convencerse más ella, que a los demás.
Un reloj de cuco, que suena en algún rincón extraño de la casa, empieza a dar las horas.
¡Cu-cu! ¡Cu-cu! ¡Cu-cu! ¡Cu-cu! ¡Cu-cu! ¡Cu-cu! ¡Cu-cu! ¡Cu-cu! ¡Cu-cu! ¡Cu-cu!
Son evidentemente las diez de la mañana. Ya es un poco tarde para estar sentado en la mesa del desayuno, pero bueno. No es lo más excéntrico que algunos de los presentes han hecho.