Partida Rol por web

La luz ya entra por las ventanas junto con el sonido de una tormenta de arena que ya se termina... Un nuevo día comienza, quizá, uno especial.

...Amanece. Por curioso que paresca ya estás despierta y no sabes desde hace cuanto.

Un sueño o algo más, en el que un adulto preguntaba por tu madre en la cantina de Mos Eisleii... Un hombre con aspecto amigable, tanto más que los que has conocido en presencia de tu padre.

Cuando te percatas de que estas sola en el cuarto que compartes con tus hermanas, en el umbral de la puerta aparece Lynn con cara de pocos amigos, la misma que utiliza cada vez que debe darte una regañina

¡Pequeña haragana ya está todo listo para ir a la ciudad y tu durmiendo! Le diré a mamá que no me has escuchado cuando vine a despertarte...

Miré a mi hermana con ojos expresivos pero aún pensando en el sueño. Quizás mi madre no se enojara si le contaba lo que había soñado pero mejor no molestar con aquello.

-¡Espera, Lynn!-salté de la cama sonriendo.-Te contaré algo si no le dices nada a mamá y esperas a que me vista rápido, muy, para salir.

Esbocé una sonrisa enorme, esperando que mi hermana se sintiera tocada y no me delatara con mamá.

Tu hermana se gira para marchar fuera del cuarto dàndote la espalda, luego se gira con una àmplia sonrisa en el rostro, en efecto le has tocado.

Se te acerca y se sienta a los pies de tu cama.

Anda, que tienes que contarme pequeña dormilona...

Con una impostada cada de mala te dice

No vayas a mentirme eh? que puedo leer tu mente! Diminuta y todo!

Con la voz en susurro, para no alertar a mi madre, fui relatándole a mi hermana lo que creía haber soñado o recordaba, o lo que fuera. Mientras, me vestía rápidamente para salir de casa. Una vez que terminé de vestirme, me acerqué a Lynn, me senté junto a ella y la abracé, luego susurré en su oído:

-Es un secreto-y a continuación hablé naturalmente.-¡Estoy lista!

Tu hermana te mira extrañada y asiente. De tanto en tanto se le da bien algo distinto de ser una muchacha cascarrabias contigo.

Cuando ambas se preparan para salir de la casa, se escucha el motor de un speeder al frenar fuera de vuestra morada.

Tu hermana cambia su actitud por completo.

Los hombres del Hutt... Si no vienen a buscar a papá, seguro que nos vienen a vuscarme a mi o a Lune... Tienes suerte de ser tan pequeña hermanita...

A continuación, prosiguen con sus quehaceres y salen al patio esperando encontrarse con alguno de los habituales bandoleros de Jabba. Sin embargo, el inidividuo que afuera platica con vuestra madre es alguien nuevo y, por curioso que parezca, está hablando en su idioma, por lo que alcanzan a entenderlo perfectamente aún con su tonada.

-"¡No mimporrtann lohh problemahh de ehhe vago! Aunque podría decir a mi jeffe que no he encontraddo al ganddul... Por... Mil créditohh... Eho le daría, una hhemana mahh...Ehho o hhu cabeza ahora..."

El aspecto del alienígena es intimidante y amenazador.

Tu madre asiente con la cabeza y parte a toda velocidad al interior de la casa, en tanto Lynn te dice que aguarde allí mientras ella busca a tu padre en el taller.

Los soles de Tatooine ya dejan ver por qué es tan árido el planeta, con su incandecente castigo.

A pocos metros de ti, sentado como al desgano sobre su speeder, el matón aguarda, por sus créditos o por tu padre... Apenas si se detiene un instante a mirarte entre tanto revuelo.

Lynn me dijo que no me moviera y aunque veo con intriga al hombre que fue por la cabeza de mi padre, no me atrevo a acercarme. No quiero darle más dolores de cabeza de los que ya tiene a mamá. Me recargo de la pared esperando por mi hermana, me estoy aburriendo y miro en dirección a donde se ha ido. Cómo tarde más, no me resistiré a investigar un poco más por mi cuenta. Discretamente me quito de donde puede verme o al menos eso creo y lo observo desde donde según yo, no puede.

En el preciso momento en que se te hace irresistible el meterte en líos, escuchas como un speeder se acerca a enorme velocidad. El duro parece haber oido lo mismo pues se para con actitud hostil, blaster en mano cubriéndose detrás de su moto.

El otro speeder frena a unos quince metros y de él baja una figura encapuchada, cubierta con una túnica marrón.

El duro le grita desde su posición algo que entiendes como "La cabeza de ehhte vago ehh mía, no he venido hahhta aquí por nada" sorprendida por lo violento del alienígena, ves atónita sin poder siquiera articular palabra que apunta al desconocido y dispara...

La lanza de energía que sale del blaster corto va directo a la figura que no parece inmutarse hasta un instante antes de ser alcanzada, momento en el cual, de su manga derecha ves extenderse un as de luz verde que desvía sin problemas...

La figura encapuchada camina hasta el duro que intenta nuevamente impactarlo, pero otra vez su intento es fallido a causa de la extraña arma incandecente.

Se va aproximando alarmantemente a paso lento y crees que va a cortar al duro en dos... Pero en ese momento, hace un ademan con su mano izquierda (la cual ves similar a una garra peluda, pero evidentemente humanoide) y el agresivo cazarecompensas sube a su speeder y se larga...

El as de luz desaparece como apareció y el encapuchado camina rumbo a la casa, puntualmente al ingreso por el que se perdió tu madre...

Mientras observo con los ojos como un plato, intento no gritar, así que pongo una mano sobre mi boca pero la verdad es que no sólo estoy un poco temerosa, sino que más bien estoy encantada, algo maravillada. Más cuando todo termina y el encapuchado entra por donde entró mamá, no puedo mantenerme más en mi lugar. Miro a todos lados a ver si no viene Lynn y cuando me cercioro de que no es así, echo a andar rumbo al punto por donde entró aquel ser.

Me fijo en el umbral antes de entrar y muy lenta y sigilosamente empiezo a adentrarme, lento, pues no quiero prevenir a nadie. Pienso en si mi madre estará en peligro o mi hermana; la sensación que tengo es de opresión, de temor pero la curiosidad es mayor. No pienso en las consecuencias y quizás me vaya a llevar una buena regañina pero eso sería lo menos. ¿O no?

Entras tratando de hacer el menor ruido posible, la figura se encuentra a un par de metros, escrutandolo todo con la mirada... No logras ver su rostro, pero sin duda está completamente atento a su entorno... O quizá a algo más que eso... Le ves sacudir la cabeza y hasta tambalearse...

Apoya una garra peluda pero sumamente prolija en la mesa que ha visto a tu familiar hacer las cuatro comidas desde siempre y lo ves nuevamente sacudirse como de un mal presagio.

¿Me habré equivocado?

Murmura mas para si que para alguien más en una lengua tan distinta a la de los Twi´leks, pero que has oido antes entre los "compinches" de tu padre.

Por un momento me quedé parada allí, congelada como si nada más sucediera a mi alrededor sin que yo lo permitiera, como si eso fuera a hacer que aquel personaje no me viera. ¿De qué se había equivocado? ¿De qué estaba hablando? No lo sabía pero si quería saberlo, no tenía que dejar que me viera, lentamente empecé a echarme hacia atrás y a un lado, rogando que no me escuchara.

Escuchas la voz de tu madre, como nunca antes la has oido...

QUIÉN SE CREE QUE ES? VINO A POR MI MARIDO VERDAD? NO CREA QUE SE LO LLEVARÁ ASÍ COMO ASÍ!

Ves en sus manos un blaster pesado... Parece temblar del miedo o de la ira.

El encapuchado descubre su rostro y resulta ser un Bothan al que no has visto en tu vida -si bien has visto otros de este tipo antes, con tu padre- en este alienigena notas una paz poco esperable para alguien encañonado a poca distancia.

Me mantengo impávida aunque ver a mamá en aquella posición me hace tambalear en mi decisión de que nadie me vea; además, ese personaje parece tan extraño, da un poco de miedo. Aún así, no dejaré que le haga daño a mi madre o se lleve a mi padre, no sé cómo lo haré pero lo conseguiré. Miro en derredor a ver si consigo algo con qué sorprenderle y golpearle.

Observas muy cerca tuyo un palo de amasar aún cubierto de harina... Sin mayores problemas podrías alcanzarlo y tratar de golpear un flanco del bothan... No su cabeza salvo que lo arrojaras, pues aún estas pequeñina...

La voz del peludo suena melodiosa y habla un perfecto twi´lek

No vengo a llevar a nadie Señora, de hecho, he espantado a un Duro bien hostil de allí afuera que parecía venir a por una recompensa.

Ves a tu madre bajar un poco el blaster, parece dudar...

En realidad he venido a observar a su progénie. Me es preciso hacer un testeo de miriclorios... Es decir... No vale la pena que lo explique.  Mi nombre es Nar-Rmalo y soy un Jedi.

Ahora sí que no logras saber qué sucede, ya que tu madre deja el blaster pesado en una mesada como con verguenza y asco por ese objeto, luego hace una prolija reverencia al desconocido...

Sigues sin ser vista.

Me mantengo en mi lugar y cuando estoy por coger el artefacto, escucho nuevamente con atención. Mi madre ha cambiado de actitud y aunque no entiendo nada de lo que dicen, me planteo si entrar en escena o no. Finalmente decido que sí, aunque seguramente madre me retará.

-M-madre...-titubeo y salgo hasta donde me pueden ver.-¿Qué sucede?

Miro fijamente a mi madre pero no a los demás.

Oh... Aryem... Em... Maestro, esta es la más pequeña de mis niñas... mirandote con una sonrisa maternal en el rostro Pequeña, el señor te hará unas pruebas. Es un jedi... Un guardian de la paz en la galaxia, confía en él, yo buscaré a tus hermanas... tu madre está por dejarlos solos cuando el bothan la detiene con un gesto en la mano.

Gracias señora, pero sus hijas ¿Son mayores que la pequeña? dice el peludo mientras parece entrecerrar los ojos para ver dentro tuyo Ya que de ser así, solo ella me interesa. Te saludo ¿Aryem? Lindo nombre pequeña. Ven, debo tomar una mustra de tu sangre, apenas si dolerá.

Miro a mamá y no es que no le tenga confianza al señor Jedi pero... ¿Sangre? Lo miro con aire cierta negación en el rostro, eso de no dolerá es muy relativo pero me acerco lentamente.

-¿Estás seguro de que no dolerá?

Retiro de nuevo mi cuerpo un poco.

-Seguro que a mis hermanas por ser más grandes no les duele y puede sacarles toda la que quiera...