Partida Rol por web

Una vez que todos estuvieran preparados, tanto Buri como Karel en su lugar correspondiente, este preparó aquel truco mágico para atraer a aquellos dos goblins. Y aunque tenía distintas ideas de qué era lo que podía hacer, desde algún delicioso animal salvaje que asomaba la cabeza desde los arbustos hasta la creación de un Goblin femenino, finalmente decidió por algo más característico.

Las voces de unos pequeños niños humanos, diciendo cosas ininteligibles para que aquellos goblins pensaran que estaban extraviados y que, por azares del destino, habían llegado perdidos hasta la cueva. Esperando que esto fuera lo suficientemente bueno y creíble para que estos dos salieran a husmear en la zona donde Buri y Karel estaban ocultos.

Mientras Buri se coloca en su posición ve como Finn comienza a hacer de las suyas, pero nadie le había dicho cómo iba a distraerlos. En un instante, se deja de oír el viento meciendo las hojas de los árboles y se comienzan a escuchar voces de niños... niños jugando y correteando...

¿Cómo habrían llegado hasta allí? Condenados niños... - Pensaba Buri mientras seguía sin quitar los ojos de los goblins.

Esas voces se acercaron a ellos y... en el instante en el que Buri se distrajo porque parecían tan reales, los goblins ya habían comenzado a acercarse. Cuando el enano se dio cuenta de que ese era el truco del mediano, casi le había pasado el primer goblin

- ¡AAAAGGGHHH! - saltando de su escondite y empuñando ambas hachas, levantó a Venganza e impacto dando un tajo que podría haber partido a un jabalí a la mitad. Vergüenza fue empuñada con el mismo ímpetu, pero no con la misma suerte. El goblin se había alejado un poco de la posición óptima de ataque debido a que Finn había conseguido engañar hasta a Buri, pero con un arco horizontal bien descrito, el filo de ésta llegó tan justa que logró rozarle en un brazo, haciéndole una herida de esas que duelen más que la propia muerte.

Tras esto y con ambos goblins sorprendidos, Buri adopta una pose de ahorcajadas, con ambas hachas a los lados, provocándolos para que lo ataquen.

- Venid malditos goblins... - siseó - ¿No podéis con un mísero enano?

aaaa

Brent se agazapa junto a Buri y Karel en la zona en la que se espera que aparezcan los goblins. A diferencia de estos, intenta pasar desapercibido para poder atacar desde las sombras.

Tras observar desde lejos la presencia de al menos un goblin de guardia, tal vez dos o más. Pensáis como hacer para entrar en la cueva, y tras un rato trazáis un plan. Finn realizará una distracción que atraiga a los vigilantes al exterior. Donde el resto del grupo esta oculto y preparado para atacarles por sorpresa. Cuando todo está listo, Finn crea una ilusión de niños jugando en el exterior de la cueva, tan real que más de uno de sus compañeros tratan de ver donde están los dichosos niños. Los goblins son muy reacios a salir a la luz del sol, pero tras unos instantes no pueden evitar salir a ver donde están esos niños. Primero sale uno, y tras cerrar prácticamente del todo los ojos, se ve que con gran esfuerzo intenta ver donde puedan estar los infantes. Un poco más tarde sale su compañero. Se trata de pequeños hombrecillos de color verde, parecidos a los demonios de algunas leyendas. Podéis ver sus dificultades para tratar de adaptarse a la luz solar, pero tras unos instantes siguen la dirección de las voces de los niños que parecen venir de unas cercanas rocas. Y en ese momento Buri, que ya no puede contener mas sus ganas de matar, carga contra uno de ellos destrozándole con sus dos hachas. Y Karel que no quiere ser menos que su colega, sale de detrás de las rocas a las que se dirigían los goblins y ensarta con su lanza al segundo goblin.

Todo ha transcurrido en unos segundos, los dos goblins yacen muertos en el suelo, y parece que ya nadie vigila la entrada de la cueva. Así que os acercáis a la entrada, donde podéis ver los restos de una gran hoguera que habrá sido la responsable de la luz que habéis visto durante la noche. Esta se encuentra casi apagada, pero al fondo se ve que hay algunas antorchas en las paredes. Hay luz, no mucha, pero la suficiente para ver en el interior de la cueva, una vez que vuestros ojos se adapten a la penumbra que allí reina.

La cueva prosigue, adentrándose en el interior de la montaña.

Día 20 de julio pasado el mediodía. Ahí dentro no será fácil haceros una idea del paso del tiempo.

FIN DE LA PRIMERA ESCENA