Partida Rol por web

La cafetería estaba abarrotada de gente como todas las mañanas, el olor ha cafe y cigarrillos se extendía por el local mientras la camarera iba de un lado para otro rellenando tazas de café y sirviendo platos calientes. Todo parecía un día igual que los demás, la clientela era la misma de siempre... ¿toda? No, una pequeña mesa cera de la ventana acomodaba a cuatro personas. Y no eran personas que se reuniesen ahí habitualmente ni mucho menos.

El grupo ya estaba preparado para empezar con su investigación, y mientras sorbían el caliente café discutían sobre como proceder.

Al llegar a la cafetería compruebo que no ha llegado todavía nadie. Cosa que no me extraña puesto que todavía faltan 15 minutos para la hora acordada así que me siento en una mesa apartada y pido un café.

Poco a poco van llegando los que serán mis compañeros en esta investigación.

Cuando finalmente estamos todos empezamos a compartir información.

- Lo primero que deberíamos hacer es compartir toda la información recibida. Una vez tengamos todos los datos podremos plantearnos la forma de actuación más eficaz.

Cuando llegué a la cafetería ya había gente levantada. Me había levantado muy temprano para ir a la biblioteca local a investigar sobre el pasado de la casa y su construcción y aún no había desayunado.

Muy buenos días señores -saludo sonriente mientras me siento- Hace hoy un clima bastante inglés. Llamo la atención de la camarera para que me sirva y tras darme la carta y leerla rapidamente la poso elegantemente en la mesa y sin perder la sonrisa comienzo:

-Por favor, pongame un café solo bien cargado, una tostada, y un par de frutas de temporada. Gracias -Miré a mis compañeros mientras comentaba. Yo fuí esta mañaa temprano a la biblioteca local para enterarme de quien construyo esa mansión y los datos históricos relevantes.

El padre Alexander se tomó un poco del café mientras escuchaba a la señora Leefort.

Desde luego había sido madrugadora para hacer todo eso.

Ahora entiendo por qué no la encontré esta mañana. Ha sido usted muy madrugadora. Una buena cualidad para una mujer, y ya sabe, Dios ayuda al que madruga.

Después del comentario se dirigió al resto.

Señor Rogers, me temo que no he podido investigar nada antes de llegar aquí. Mi intenció era revisar los archivos de la policía para hacerme una idea más objetiva de lo que sucedió en la casa y mucho me temo que sin la intercesión del agente Parker me es imposible ver esa información.

Cuando volvió a llegarle el olor de su café, Alexander no pudo resistir beber otro sorbo.

También estaría bien realizar una visita al vendedor, si fue bueno se tomaría cierto interés en saber qué estaba vendiendo.

En la biblioteca publica puedes ver, inlcuídos en su hemeroteca, varios artículos interesantes. Todos ellos se publicaron en diferentes periódicos.

- En 1835, un próspero comerciante construyó la casa, pero cayó enfermo inmediatamente y vendió la propiedad al señor Walter Corbitt.

- En 1852, los vecinos de Walter Corbitt se querellaron contra él y exigieron que se marchara obligatóriamente del lugar "debido a sus repugnantes hábitos e impropio comportamiento"

-También has visto una entrada referente a otra querella en 1866 pero lamentablemente no has tenido tiempo para buscar toda la información.

Bién señores, comienzo tras dar buena cuenta de la tostada y bebiendo un sobro de café. No he tenido mucho tiempo de mirar todo a fondo, pues no quería llegar tarde a nuestra reunión. La puntualidad era una de mis virtudes, como buena inglesa.

No obstante he podido recabar estos datos:

En 1835, un próspero comerciante construyó la casa, pero cayó enfermo inmediatamente y vendió la propiedad al señor Walter Corbitt.

En 1852, los vecinos de Walter Corbitt se querellaron contra él y exigieron que se marchara obligatóriamente del lugar "debido a sus repugnantes hábitos e impropio comportamiento"

En 1866 se resolvió otra querella

Lamentablemente, no disponía de tiempo suficiente para revisar esta última. Parece que ciertamente, la casa ha tenido una historia....intensa

Mientras Sibyll enumeraba los datos que había podido conseguir, Michael entró en la cafetería y buscó con la vista hasta que localizó al grupo. Se aproximó con paso tranquilo y se quitó la gorra para sentarse.

- Perdonen la tardanza, me han retenido en la comisaría antes de poder venir.

Hizo un gesto de disculpa a Sibyll, ya que era consciente de que la había interrumpido, y levantó la mano para pedir un café al camarero.

No se preocupe-digo acercandole el cuaderno con las notas que había tomado por si quería mirarlo. Dudaba mucho que le interesase ya que simplemente venía a "vigilarnos", pero sería realmente grosero no enseñarselo.

En mi opinión, la casa fue comprada por una familia que tenía...digamos...aficiones extrañas. Aficiones extrañas y mala suerte. ¿usted ha descubierto algo relevante profesor?

Alexander escuchó los detalles que la señora Leefolt había recopilado. En tan poco tiempo había recabado datos interesantes.

Desde luego está más habituada a localizar información de lo que su papel de esposa de un escritor le exigiría.

Después de este pensamiento se centró en el trabajo que tenía que hacer. Hábitos repugnantes. Qué podía significar aquello.

- La verdad es que no he tenido mucho tiempo de buscar información. - digo meneando la cabeza. Apenas he tenido tiempo de recoger el Material que tenía disperso entre el despacho de la Universidad y mi casa antes de venir aquí.

Ya veo, salvo la señora, ninguno va a poder aportar mucho de momento.

Pues si me permiten, creo que lo mejor sería visitar la casa ahora que todavía tenemos tiempo y pospongamos la documentación para esta tarde. Con el sol del día pueden verse mejor los detalles. Además, si la visita nos da una orientación de lo que tenemos que buscar, podremos documentarnos a lo largo del día.

Alexander se terminó el café y lo dejó en la taza cuanto terminó de hablar.

Michael miró a todos mientras se tomaba su café y sugirió algo que venía muy a cuento de lo que hablaban.

- Tal vez encuentren algo más en los archivos de la comisaría, como sugirió el padre Bradt -dijo con una mirada al sacerdote-. Si van todos seguro que serán más eficaces a la hora del convencer al sargento Thompson, el encargado de los archivos. Y después de todo, fue el alcalde el que insistió en la implicación del Departamento. No habrá más que decirle eso para que colabore...

También apuró su café y dejó la taza en la mesa.

- Pero estoy de acuerdo en que lo mejor será echar un vistazo a esa casa primero.

Como quieran señores. Quizas en comisaría podamos ver algo más sobre los "habitos detestables" de la familia Corbitt. Ya saben, los datos que no fueron dados a la prensa.

Termino rapidamente las piezas de fruta que me habían pedido y digo.

Cuando quieran

- Yo también iré a la Comisaría. Cuanto más sepamos de la casa mejor podremos actuar.

Alexander había perdido la esperanza de poder echar un vistazo a aquellos informes. Pero parecía que estaba equivocado.

Muy bien, agente Parker, si es tan amable de guiarnos.

Michael se levantó para marcharse de la cafetería, poniéndose de nuevo su gorra reglamentaria.

- De acuerdo -dijo-. Podemos ir en el coche patrulla, así llegaremos sin problemas.