Partida Rol por web

-Las manos donde pueda verl...-

Empezó a decir el tipo cuando Bartimeo le lanzó el dardo mortal con la cerbatana. El dardo pasó cerca de la capucha del hombre, pero no impactó en su objetivo. Como respuesta, el hombre azotó su caballo contra la carreta y golpeó con sus patas a Bartimeo, cayendo éste al suelo y perdiendo la cerbatana.

Se va a enterar el idiota este de lo que vale un peine, ¡nadie trata así a Bartimeo!, ¡¡NADIE!!

Rapidamente y sin mediar palabra, excepto una queja sorda, meto la mano en el bolsillo de la pernera izquiera y saco un puñado de balines toxicos que tiro contra el encapuchado para cegarlo y que se intoxique (teniendo en cuenta que tiene que estar enfrente mia para haberme golpeado, le las tiro a la cara, para que se asfixie más)

Por los dioses. Esto se veía venir. - Mascuyo contrariado mientras desenvaino el bastón estoque y lanzo un tajo contra el jinete. Me pongo de pies, lo que me deja a su misma altura.

Maldito bartimeo, no va a ser facil salir de este lio.

Maese Tomás intentta golpear a su oponente pero falla igual que su compañero. Somos estudiosos, no soldados. ¿Por qué pensé ni por un momento en que este bastón estoque me iga a servir para algo? Salto a la parte trasera del carro y cojo mi odre de fuego griego y un fósfolo, dispùesto a rociar a la montura de nuestro atacante con un chorro de líquido ardiendo. De este modo no acabaré con él, pero al menos el caballo se encabritará y con un poco de suerte saldrá corriendo o derribará a su jinete.

Mientras Bartimeo es derribado por el golpe del caballo, Tomás saca su espada camuflada en el bastón e intenta dejar fuera de combate al misterioso agresor, desgraciadamente los reflejos del sabio ya no son los que eran y el golpe es demasiado débil.

Ya en el suelo, el encapuchado azuza a su caballo de nuevo para pisotear de nuevo al desprotegido Bartimeo, mientras este busca en sus bolsillos los balines venenosos. Todo ocurre a la vez, los balines impactan en la cara del agresor y las duras herraduras del caballo aprisionan el pecho del ingeniero, dejandole fuera de combate.

Aprovechando la confusión del momento y de que el agresor está temporalmente cegado por el humo tóxico, Tomás moja el lomo del caballo y le prende fuego. Una pequeña pero fuerte llamarada surge de la nada y el caballo se encabrita, rebuznando gravemente y saliendo corriendo. El agresor no es capaz de contener a su animal y es dirigido sin rumbo fijo por una callejuela secundaria.

El pobre bartimeo no puede aguantar tantos golpes seguidos, puede que éstas sean sus últimas palabras.

-Me cago en la puta madre que pario a maldito caballero de los cojones, maldito sea el y maldita sea su casta..... - de repente se me ocurre una idea desespera, probablemente futil, pero para menos da un ladrillo - compañero, ¿te importaria acercarme el estimulante y darmelo para beber?, quien sabe si pudiera salvarme, sino, por lo menos morire a gusto....

 Claro compañero, amigo. presto os traigo el reconstituyente, pues varios huesos habeis de tener rotos por la fiereza de la bestia de ese hombre. -Rebusco entre los objetos del carro hasta que encuentro el potingue y se lo llevo al hombre moribundo. 

Bebed, y mientras, recordad que este hecho es culpa de vuestra irreflexiva conducta. Sin duda estos hechos nos traerán funestas consecuencias. Cargo con el cuerpo muerto de Bartimeo y lo coloco suavemente en el carro. Monto después en el pescante del carro y azuzo a los caballos. Alejémonos de aquí lo antes posible. Ya lo decía el sabio literato Don Isahak Asimov*- Pienso en voz alta para mi compañero.-, autor magnífico de novelas de caballerías. Como he dicho, así rezaba en su conocida obra "La fundación":  "La violencia es el último recurso de los incompetentes".

Nos dirigimos a buen paso hacia la posada cara. Este ya no es un lugar donde podamos albergarnos. 

Desde luego, ¿te parece que esa es manera de hablarle a un moribundo? - le pregunto entre estertoreas carcajadas que interrumpo abruptamente pues hacen que me duela aun más el cuerpo - Amigo mio, en estos ultimos instantes me doy cuenta de que he tenido una vida plena y maravillosa, llena de inventos, ingeniosidades, drogas y alguna que otra noche de putisferio. Pero todo toca a su fi, podria hecharle la culpa a mi ansia de violencia, a que robamos el oro del rey o a mi incompetencia para la lucha, pero se que realmente la culpa es de ese hijo de puta a caballo, que espero que se halla quemado junto con su inunda bestia...

Dejo de hablar pues estoy muy cansado, realmente muy cansado.

Creo que me hechare una siesta un rato...

Intento dormir, pero veo que a pesar de estar casi muerto no puedo, a pesar de ello estoy euforico

Cierto se me olvidaba, ese maravilloso brbaje, de las mejores drogas que he hecho

Con Bartimeo en el carro inconsciente, llegais a la posada "El coloso", es una posada magnífica, con paredes de roble y piedra. Tiene un gran establo en su lateral y la entrada está franqueada por dos grandes tipos que miran el carro con desaprovación.

Buenos señores, he hayado a este hombre medio muerto en la calle, parece haber sido atacado por amalandrín en busca de dinero facil. Digo con tanquilidad a los dos hombres de la puerta. En verdad creo que necesita de una cama donde descansar y de las atenciones de un sanador. No se preocupen, hoy pagaré yo su cuenta, hasta que esté repuesto y pueda devolverla. Parfece un hombre sabio y de buen hacer, búsquenle una habitacin mientras yo guardo mi carro en las caballerizas. Y denle algo ligero de comer...un caldo por ejemplo.

con esto introduzco el carro en el establo, suelto a los caballos y les doy algo de comer. Luego entro a la posada atento a todo lo que me rodea.

Terminas de atar a los caballos y estás dandole algo de alfalfa para que coman cuando escuchas a lo lejos alguien gritando en la calle de detrás. Súbitamente levantas la mirada y te das cuenta de que hay un tipo encaramado a una de las ventanas del establo apuntandote con una ballesta.

Perfecto! De mal en peor. ¿Que será lo siguiente?¿Felipón en persona con toda su corte? Seguro que vienen hasta los enanos bufones. En fin... Levanto las manos tranquilamente y me dirijo hacia el hombre de la ventana. Disculpe buen hombre, creo que eso con lo que me está apuntando pincha. En tono airado: Que forma de recibir es esta a un honrado mercader! Primero me veo envuelto en una trifulca y sin comerlo ni beberlo aparezco en esta posada para auxiliar a un pobre hombre herido y lo que me encuentro es un fulano apuntándome con una ballesta. Camino hacia la puerta de la posada. Posadero! Grito. ¿Ese de la ventana está a su servicio o por el contrário trátase de su huesped? En cualquier caso deberíais exigir modales a aquellos que entren en vuestra posada. Me habían hablado de este establecimiento como un lugar respetable.