Te encontrabas de nuevo en el Orleans, en la sala de juego. Tu padre no había cambiado para nada su rutina; seguía con sus puros, su copa de ron, y disfrutando al máximo del juego de la ruleta. Se le daba bien animar el ambiente, cosa bastante curiosa para tratarse de un dios de la muerte. Los dioses de la muerte de los otros panteones eran muchísimo más lobregos y siniestros. Cuando te vio aparecer, se despidió de sus compañeros de juego y te señaló una mesa vacía con un cartel de "reservado"
Al entrar en el lugar no puedo evitar sonreír al ver a mi padre jugando y divirtiéndose. No esperaba menos de él.
Todavía con la sonrisa pintada en la cara, me acerco hasta la mesa y me siento.
-Bien padre, ¿Cuál va a ser mi reto? Debo confesar que estoy un poco nerviosa, quizás algo de beber me calme...
Eugene se saca una petaca del bolsillo interno de su chaqueta y te la pasa
- Échale un trago. Es una reserva especial que guardo para mi uso personal; te gustará
Sonrío. ¡De su reserva especial! Sin hacerle esperar, cojo la petaca y le doy un trago.
El ron está fuerte, meloso, medio dulce y medio picante. Es de lo mejor que has probado nunca
Cuando termino de beber, un escalofrío recorre mi espalda y sonrío a mi padre.
-¡Esto está buenísimo! No me extraña que sea de tu reserva personal, siempre has tenido muy buen gusto.
Le vuelvo a pasar la petaca con cierta pena. Yo también quiero mi reserva...Pronto Bern, pronto.
-Bueno, cuéntame. ¿En qué va a consistir mi tarea?
- Quédatela -dice con una sonrisa enigmática- Te servirá en el futuro
Se ajusta los guantes y pide otra copa a una de las camareras
- Bueno Bern, ya sabes que yo opino que la vida es frágil y breve, y que por ello hay que disfrutarla todo lo que puedas. Pero cuando llegue la hora, está en el orden natural de las cosas entregarse al abrazo de la muerte y dejar que el ciclo continue. Sin embargo, a veces hay gente que no respeta ese ciclo.
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Sonrío y me guardo la petaca en el bolso. Después, escucho a mi padre con tranquilidad y asiento de vez en cuando para que sepa que le presto atención.
-¿Y mi tarea va a consistir en hacer que alguien respete ese ciclo?
Ah mierda. Como lo leí no me salía en novedades y se me olvidó contestar T-T
- Así es. Parece que unas cuantas personas han decidido aprovecharse de mi ausencia en Guinee para seguir divirtiéndose en el mundo de los vivos cuando ya deberían haber cruzado las aguas que rodean mi reino.
Guinee: inframundo del panteón vudú
Sonrío y apoyo la cabeza en mis manos con cierta sensualidad. Todos estábamos cortados por el mismo patrón.
-¿Y cómo debo hacerlo? ¿He de obligarles o convencerles?
- Siempre convencerles, hija. Deben aceptar cual es su lugar en el mundo.
Sonrío con delicadeza y asiento a mi padre. Después, le muestro la petaca antes de guardarla en el bolso.
-Muchas gracias por esto, y descuida, haré mi trabajo lo mejor que se.
Me levanto a abrazar al barón a modo de despedida.
-Tómate una copa a mi salud.
Alza la copa con una sonrisa
- Dalo por hecho
Pues nada, tu decides por donde empezamos xD
Ya me estoy alejando de mi padre cuando caigo en la cuenta de que no se por donde empezar.
-Padre, ¿Podrías darme alguna pista de donde pueden estar esos...insurgentes?
- ¿A donde irías si estuvieses muerta y te hubiesen dado una "prórroga"?
Edward no te olvides de esto xD
Sonrío, algo aturdida.
-No se...¿De fiesta? Pensar nunca ha sido lo mío, eso es más para Marielle...Puede que también hubiese ido a ver a mi familia, mis seres queridos, sitios muy importantes para mi en vida...
Me encojo de hombros.
- La gente viene a esta ciudad precisamente a esconderse de su familia y sus amigos; lo que ocurre en Las Vegas se queda en Las Vegas. Ya has obtenido tu respuesta -dijo sonriendo enigmáticamente.
Sonrío.
-¿Y alguna forma de identificarlos?
Señaló la petaca de ron que te había dado
- Arroja un poco de licor al suelo, y si hay alguno cerca el líquido se deslizará hasta él. No te preocupes, se rellena solo
-¿¡Se rellena sólo!?
Sin querer, he subido la voz, pero es que la posibilidad de bebida ilimitada a cualquier momento del día me ha emocionado demasiado. Recobrando la poca compostura que me queda le doy dos besos a mi padre, me despido y salgo de la habitación. Bien, ¿Por dónde empezar y cómo hacerlo discretamente?
Creo que las salas de juego serán la mejor idea...me dirijo a ellas a ver cómo está el panorama.