El camino al pueblo se os hace bastante corto, probablemente porque ya es de día, ya conocéis (más o menos) el sitio o que tenéis ganas de llegar; el asunto es que llegáis al pueblo y os dirigís casi directamente a la taberna.
Por las calles no hay mucha gente, probablemente se levanten un poco más tarde. De todas maneras apenas cruzáis la puerta de la taberna véis a Lytton sentado en uno de lso taburetes de la barra, con un vaso de bourbon en la mano (y la botella medio vacía al lado) y charlando tranquilamente con Joe, el propietario del bar.
Un ruido en la puerta interrumpe tu charla con Joe haciendote volver ligeramente la cabeza. Se trata de Marvin, Montesco y Stones, que acaban de entrar por la puerta.
Nota para todos: Ahora mismo son las 8:45
coge el vaso de la barra, le da un ansioso trago y mueve la mano invitando a sus compañeros - Acercaros, acercaros - Les dice en voz alta mientras vuelve a mirar a Dickinson a los ojos - Joe una ultima cosa.... te dice de algo la palabra "Wherington"... -
El tabenero se queda pensando unos minutos y responde -Nop.-`al tiempo que mueve negativamente la cabeza. Luego mira a los recién llegados -Buenos días señores ¿Os pongo algo?-
Marvin ha vuelto. Sus palabrotas y expresiones malsonantes son una marca de la casa. Con una sonrisa en el rostro, niega con la cabeza al escucharle. En el fondo le divierte.
- Enseguida os alcanzo, tengo hambre y quiero un buen desayuno - se lleva la mano a las costillas y el dolor le hace aguantar la respiración un instante, con una mueca de evidente dolor - pero antes tengo que ir a ver a Giblin o este dolor me va a matar
Acompaña a sus compañeros hasta que se desvía para dirigirse a la consulta del doctor, donde la mañana anterior habían despertado tras el accidente.
Creo que yo no debería leer los últimos mensajes
No pasa nada. Los has dejado justo a las puertas de la tabera, por lo que lso oyes (pero a partir de ahora estás solo)
Ahora justo tengo que salir, pero esta tarde te actualizo la acción.
-Para mi un buen desayuno porfavor, tengo tanta hambre que podría comerme un cordero entero -dijo tras lo cual rió un poco.
Caminas no más de un par de calles cuando te encuentras precisamente con el médico, quien parecía dirigirse a la taberna y al verte te saluda con la mano.
-Enseguida hombre!- responde Joe aparentemente contento de empezar tan bien la mañana y casi de inmediato se pone a preparar el café, poner un poco de pan a tostar en el horno y va calentando la leche.
-¡Joder con el remilgado de Lytton! Exclamó Marvin al ver la botella al lado de su compañero en la barra del bar. ¡Tú sí que sabes empezar bien el día muchacho!
Marvin ocupó su hueco junto a los demás.
-Para mí lo mismo. Le dijo al camarero una vez se puso a preparar un desayuno en condiciones para Stones. Tengo ganas de llenar el puto buche. ¿Qué os contáis por aquí? Preguntó.
-La verdad es que desde que se fueron anoche hasta esta mañana no ha pasado gran cosa... - responde Joe quien evidentemente esa mañana se ha levantado de buen humor, ya que se lo ve la mar de contento. Casi al segundo de responder le acerca a Stones una enorme taza de café con leche humeante, un plato con cuatro tostadas, mantequilla, una mermelada de color naranja y coloca en la sartén bacon y un par de huevos. Luego vuelve a empezar el ritual del café, las tostadas y la leche para Marvin.
-Escuché algo curioso, quizá usted que es lugareño pueda informarme mejor. ¿Quien era el señor Westly de la casa abandonada de las cercanías? ¿Hay alguna especie de historia negra sobre su familia?
Conforme comenzaba a comer y a alegrar el corazón, la curiosidad natural de Stones comenzó a rondar las palabras que había leído. Necesitaba saber mas.
-Westly... si no me equivoco era una familia bastante antigua de por aquí que murieron sin dejar herederos.... al menso que sepamos.- y mientras pone a Marvin su racíon de café con leche, tostadas y lo demás continúa -¿Historias negras?¿De los Westly? La verdad es que no conozco ninguna.- termina pensativo mientras os deja un plato con bacon y cuatro huevos fritos para que lo compartáis.
Y con esto pasamos a la siguiente escena: Segundo día en Halpin.