Partida Rol por web

El grupo de patrulleros del tiempo es llevado al despacho de Salvador

(Arte conceptual por Carlos Salgado)

-Buenos días, don Salvador -saludó Faustino, con su tono siempre servicial y adulador.

La misión para salvar la vida de Abderramán había sido todo un éxito, y el pícaro podía considerar que se había estrenado en aquel trabajo por todo lo alto. Le sorprendió advertir que en aquella misión sus compañeros de grupo fueran otros, pero no le importó demasiado.

-Buenos días tengáis tós... -saludó a los otros agentes, de forma educada.

Había pasado unos cuantos días sin hacer nada, tenía ganas de entrar en acción, precisamente estaba hablándole a Salvador de ello cuando llegó otro agente. —Hola —respondí al saludo. —Soy Pedro Bencomo —.

Salvador choca sus dedos una mano contra otra nervioso, Ernesto tiene la cara como un poema mientras examina una tableta digital, cuando los agentes llegan, Salvador no alza la vista, si acaso un pequeño movimiento de cabeza puede asimilarse con un saludo...- Existen momentos en la Historia, que transcienden por dejadez...otros por su importancia a efectos de los hombres...pero en cuanto la Historia de un gran esfuerzo pasa a ser, la Historia de la dejadez y estupidez, ese momento particular es el que llama más mi atención y mis esfuerzos...Alfonso I de Aragón ha fallecido, en 1134 como dice la Historia.

- El problema es la cuestión sucesoria, a su muerte le dejó todo a la Iglesia, y los nobles no aceptaron esta decisión, fueron en busca de su hermano Ramiro y lo hicieron rey.

Salvador alza la vista para dirigirse a los agentes...- El caso es que el hombre era monje, obispo nada menos y como que no le hacía mucha gracia, pero aceptó...el caso es que ahora se ha plantado en decir que "no" y efectivamente, no quiere marcharse de la sede...y sino consiguiese la corona entonces toda la Historia de ese reino se nos vendría abajo y la reconquista con ello pues son sus sucesores los que la continúan... Ernesto le mira serio ...bueno la conquista cristiana, Ernesto, no es día para lecciones históricas... tras eso los agentes reciben la tarjeta para acudir por el equipamiento.

Había saludado con su seriedad habitual a sus nuevos compañeros de misión. La mayoría bien le sonaba sus caras de haber compartido momentos, clases o de haberse cruzado por los pasillos pero en general María no era mujer de muchas palabras y, a decir verdad, sí de mucha desconfianza.

Así que entró en el despacho de Salvador quedándose en seguida en un segundo plano, con la noción de lo que las mujeres debían hacer hacía unos cuantos siglos. Por supuesto, que una mujer de su época tampoco hubiera asistido a una reunión en entorno tan extraño y con compañeros tan variopintos, menos si todos ellos eran varones.

Pronto empezó la lección de historia, a la cual María se limitó a escuchar, sin demasiadas nociones más que lo que había estado aprendiendo en los últimos tiempos. Los tejemanejes de aquel pasado tan lejano siempre se le habían antojado inciertos, vagos y de poco interés para su vida pero cabía suponer que su presencia allí no radicaba en sus conocimientos de historia antigua. Y, mucho menos, historia moderna.

Anterior a mi tiempo y de nuevo la religión cristiana metida en medio, esa religión de paz... —Bueno, entonces, se trata de convencerle —hice incapié en la palabra, —para que acepte el trono —, miré alrededor, no sé si alguno de los presentes es de la época.

—No soy de esa época, espero que nos podamos aclimatar bien y pasar desapercibidos —dije mientras cogía la tarjeta de equipamiento.

Faustino escuchó las explicaciones de Salvador y Ernesto con los ojos como platos. Para un hombre del siglo XVII, que era prácticamente analfabeto, aquellos nombres de antiguos reyes de España le sonaban casi a chino, por lo que escuchaba a sus superiores con la misma emoción que un niño en su primer día en una clase de Historia.

-Pues no paece mu complicada la misión -asegura el pícaro, sintiendo que, después de haber estado rodeado de musulmanes en su misión anterior, acudir a la Aragón del siglo XII debe de ser pan comido-. Si solo tenemos que convencerle, es cosa sencilla. Eso en un poco rato lo apañamos bien.

Negué con la cabeza. —Dudo que sea tan fácil. No creo en los dioses cristianos, pero sí tengo creencias. Y las creencias pueden marcar más que la espada —me mesé la barba —quizá esté siendo amenazado —.

Negó con la cabeza ante la pregunta de la época, a sabiendas de que aquello le quedaba muy lejos y su desconocimiento al respecto era amplio. Sin embargo, la presencia de Pedro, a pesar de su desconfianza general hacia el género masculino, le daba cierta sensación de aplomo. Tal vez fuera porque las distintas situaciones la habían forzado a estar más en contacto con él que con otros miembros de aquel singular grupo pero el hombre parecía poseer el don de hacer un análisis certero de la situación.

- En mi opinión deberíamos averiguar la causa que lo disuade de seguir el camino que han escogido para él antes de decidir qué debemos hacer - concluyó con voz suave, a favor de Pedro, sobre todo en cuanto había leído parte del archivo de la misión que había estado ojeando en silencio mientras los demás hablaban.

 Vestimenta masculina: Un pantalón de tela negra pensada, un jubón de piel sintética con peto. Botas altas de piel sintética marrón. Podrán llevar ropa interior convencional.

Vestimenta femenina: Vestido alargado blanco con ribetes, cerrado arriba y atrás como era costumbre, el color es ligeramente apagado, con paño de algodón interno, podrá llevar ropa interior convencional.

Un acceso secundario de una choza mal hecha en medio de el praderio, un pastor de ovejas os mira con una paja en la boca, os saluda, parece un agente fijo del Ministerio en esa época, de no ser así dificilmente se podría explicar que un grupo de adultos pudiera salir de tan solo 2 m2.
La información es bastante sencilla, la sede del obispo está a 2 kilómetros de allí aproximadamente, es un espacio sacro de gran importancia en la región por lo que está un tanto aislada, y no es de extrañar, en el presente ni si quiera hay carretera, y la población es menor a cien personas.
En los últimos días, el número de asaltantes se ha multiplicado por estos lares, no queda muy claro que es lo que buscan, pero pueden ser molesto si hay que andarb por los campos y bosquejos del lugar.
Se requerirá de una orientación buena (dificultad 15), sino al andar por los caminos despistados, 3 asaltantes no tardarán en dar acto de presencia.

El pícaro se sentía muy perdido. Él era hombre de mundo, había recorrido muchos caminos, pero aquel mundo era varios siglos anterior al que él conocía y no tenía ni idea de por dónde avanzar.

-Vosotros dos tenéis cara de inteligentes -le dijo a María y a Pedro, convencido de que eran mucho más letrados que él-. ¿Por dónde decís que habría que tirar pa' llegar a la sede del obispo? Que yo de cosas de la vida sí sabré, pero de orientación estoy mu perdío. Si ya lo decía mi madre: "Faustino, hijo, tú a las Américas no puedes ir. ¡Si te pierdes en cuanto sales de la mancebía!"

Moví la espada en el cinto hacia un lado para salir caminando de aquella estancia, y con gesto regio miré hacia el horizonte.

Después fijé mi mirada en el pastor al que saludé con la mano. A continuación me giré hacia Faustion y negué con la cabeza, —no es mi cometido, en mi época tuve gente bajo mi mando que tenía esa función —entrecerré los ojos en la dirección que estimaba podía estar el obispado.

Di unos pasos hacia el joven Freyr, —muchacho, necesitamos de tu instinto. Hay que buscar un edificio grande, escondido, la sede del obispo. Pregunta al pastor —.

El joven Freyr se aproxima a hablar con el agente, mantienen una conversación bastante breve y por el gesto hacia la derecha creo que no hacia falta saber mucho más...no obstante el agente vuelve a prevenir al joven nórdico del asunto de los asaltantes y de lo peligroso que puede ser si se desvian mucho de la ruta, en cualquier caso parece que como es costumbre el peligro acechará en el transcurso de la misión.

Ante ellos se plantea entonces la duda, de ir por el centro del bosque o desviarse hacia el camino más próximo y andar por el, aunque eso puede suponer una derivación importante.

Aquellos viajes a través de la puerta lograban dejarla desconcertada, pues el cambio en el entorno era tan brusco que no parecía ni siquiera real. Aunque a aquella altura, ya nada se lo parecía. Era como si siempre viviera una mentira y en ocasiones se preguntaba si no seguiría en aquella celda, medio muerta y enloquecida hasta el punto de haber buscado un modo de abstraerse de la realidad en forma de mundo de fantasía. Por supuesto luego recordaba que su imaginación nunca había sido su punto fuerte con lo que era incapaz de semejante imaginario.

También la perturbaba el hecho de que varios de sus compañeros parecieran tan bien adaptados a los cambios. O, por el contrario, felizmente inadaptados. Ella no lograba sentirse cómoda con ninguna situación, ni incluso en ese instante en que el paraje que se mostraba ante sus ojos presentaba cierta familiaridad en comparación con el entorno urbano del siglo XXI. Pero por lo menos estaba viva y más valía esforzarse por dar motivos al Ministerio para no reenviarla a su época y a su muerte.

- Siempre he conocido el lugar al que iba - negó con la cabeza suavemente ante las palabras de Faustino -. Pero si el camino que debemos transitar es el que se dirige hacia la sede del obispo será el que esté en mejor estado y el que tenga más marcas de carruajes o caballos - al fin y al cabo, no cualquiera podía permitirse un caballo y cabía suponer que la sede del obispo recibiría con asiduidad alimentos, pergaminos, tinta,...el tipo de bienes que no podían hallarse en cualquier sitio. O cualesquiera que fueran los útiles que se utilizaran en aquella época.