-Pe-pe-pero yo quiero que llame a mi mamá... Estoy mala y me tiene que cuidar... O lla-llama a Da-da-dani...- Otra vez el llanto se iba filtrando por su voz. Los hipidos se mezclaban con el tartamudeo del miedo, haciendo aún más ininteligible su habla.
Al poco, prorrumpió en un llanto fuerte y desasosegado.
Tengo que esperar aquí...
Tengo que quedarme quieto un rato, pero también tengo que moverme para entrar en calor...
Por lo menos aquí dentro no me mojo, aunque también es verdad que no podré secarme la ropa si sigo aquí.
Me quité la camiseta y la estrujé con fuerza, para quitarle el agua y me la volví a colocar, ahora un poco menos mojada.
Tampoco dejaré que me atrapen. No lo permitiré... ¿pero dónde estara mi hermanita? ¿Qué estará haciendo?
Si puedo evitar que me descubran y me dejen en paz, podré entrar nuevamente para ayudarla...
Ahora mismo, sólo puedo esperar y esconderme entre los juguetes rotos, los cuales me darán un poco de calor mientras espero.
Al escuchar que nos iban a castigar, Pedrito sólo puede pensar en correr. En correr mucho, y muy rápido. Pero... ¿no es mejor estar con las chicas? Estar sólo le da más miedo que estar con ellas.
Sabe que puede meterse en algún lio más al hacerlo, pero no se va a quedar con las ganas. Avanza hacia el director, y le da una patada en la espinilla.
- ¡Eso por mentiroso!
Después, como resignandose a su suerte, sabedor de que a no ser que quiera estar castigado de alguna forma peor, debe fastidiarse, intenta que Mady deje de llorar, abrazándose a ella.
Enfermar es un buena opcion, varios dias sin colegio suena genial, tiempo para pensar en como no volver nunca.- ¡No pienso entrar!.- grito y tomo de la mano a Mandy, tirando de ella hacia la caseta. Si pedrito esta alli al menos ganaremos tiempo. ¿Quien nos dice que ese profesor no este compinchado con el monstruo? ¡Corre Mady, mejor enfermas que muertas!