Esperó hasta que vehículos pasaran, y tras eso, regresó al almacén, con la idea de aparcar donde la segunda vez, lo había realizado y dejarlo donde lo había hecho poco antes.
Ya esto empezándome a instalar en el destino nuevo.
Regresas a toda velocidad hasta la fábrica aparcando en el mismo sitio que la segunda vez. La cosa no ha variado mucho. Tras la puerta principal, el guardia situado dentro de la caseta ha terminado de ver el partido de fútbol y ahora está viendo un programa de variedades. Una pareja haciendo la ronda por el perímetro pasa junto a ti charlando en voz baja y relajada. A los pocos segundos se alejan de allí. El coche de Chilikov sigue donde lo dejó.
Me acerco para intentar entrar con la tarjeta, como si fuera un trabajador de allí, con lo mejor ocultas que pueda, tanto mi arma vieja y pequeñita como el regalito que ,e dejó el terrorista.
Te acercas a la verja como si estuvieras trabajando allí de toda la vida. Usando la tarjeta robada al guardia, la insertas en la caja de seguridad de la puerta de entrada. La luz roja cambia a verde y se escucha un chasquido al moverse la verja. El guardia de la caseta apenas te echa un vistazo. Le saludas haciendo un gesto con la mano y caminas hacia la fachada principal del edificio. Los guardias del perímetro se encuentran ahora al otro lado del edificio. El coche de Chilikov está a tu derecha un poco más adelante, a unos diez metros. La entrada a la fábrica está frente a ti a unos veinte.
Primero al coche.
Intento abrirlo tras un primer vistazo a través de los cristales (y si no hay nadie dentro).
Pues lánzame 1d100 a ver si logras abrirlo por las buenas.
Motivo: a sus ordenes
Tirada: 1d100
Resultado: 28
El coche está vacío y bien cerrado. Sin las herramientas apropiadas (y sin las habilidades apropiadas, dicho sea de paso) te es imposible abrirlo. Mientras estás manipulando la cerradura, escuchas a tus espaldas los pasos de los guardias que hacen la ronda, regresando.
Me oculto al otro lado del coche y tumbado. Si fuera a rodear, y me pilla, le digo que si me puede ayudar, que me han caído las llaves, y en cuanto se acerque lo "neutralizo" a porrazos (y ya lo desarmaría).
Si pasa de largo, iré, con sigilo hacia la nave.
Tumbado junto al coche, observas como los guardias pasan junto a ti haciendo la ronda sin percatarse de tu existencia. Una vez han vuelto a girar tras el edificio, te encaminas hacia la fachada donde está situada la puerta principal. De nuevo la tarjeta robada te da acceso al interior. Ante ti se extiende un pasillo sucio, apenas iluminado con unas grandes lámparas que hay en el techo a intervalos regulares. El pasillo tiene unos quince metros y termina en una doble puerta que da interior a la nave propiamente dicha.
El arma "capturada" es empuñada con firmeza, y con sigilo y discreción, intento buscar algo que pueda delatarme o entorpecer mi camino mientras sigo avanzando.
Con la Uzi en la mano, recorres el corto pasillo hasta la doble puerta frontal. La traspasas con precaución y ante ti se abre el interior de la nave en su totalidad. Deben ser unos doscientos metros cuadrados de espacio, ocupados por varias maquinarias de envasado en cadena. Tal vez en otro momento fuera una fábrica de enlatado de conservas. Un grupo de hombres uniformados de azul claro parece que han terminado de trabajar con una de las máquinas y se dirigen hacia la parte norte del complejo, donde parece haber una serie de oficinas construidas con paneles prefabricados. Unas pasarelas sobre tu cabeza forman un rectángulo a unos diez metros de altura. Hay un par de guardias en las pasarelas, aunque parece que todavía no te han visto.
Desde el pasillo, sin llegar a entra en la nave, para evitar que se me vea, intento trazar una ruta por la que pueda estar bien escondido, y además llegar a las máquinas. No creo que las hubieran limpiado al 100% y seguro que puedo ver que son.
- ¿Qué raro que tengan tanta seguridad para unas simples sardinas? Piensa Bond para si, sabiendo que era una ironía y que allí se "cocía algo".
Desde allí, examinas todo el lugar, trazando la mejor ruta que te lleve hasta las maquinarias sin que los guardias que patrullan encima por las pasarelas te descubran. Crees poder conseguirlo.
Tiramos por Evasión. 1d100, como siempre.
Motivo: evasión
Tirada: 1d100
Resultado: 17
Te escabulles entre la maquinaria oxidada acercándote hacia el centro de la nave industrial. En esa parte de allí, la maquinaría ha sido reemplazada por otra mucho más nueva. Te fijas en que ha sido usada recientemente y en el suelo hay marcas de que se han arrastrado cosas muy pesadas en dirección norte de la nave. Hacia allí hay una pequeña división prefabricada que sirve de almacén provisional y oficinas.
Poco más puedes sacar examinado la maquinaría, sólo que se usa para el procesado industrial. Así que lo que quiera que estuvieran haciendo, lo estaban haciendo en grandes cantidades.
Buena tirada, una categoría de éxito 3. Las tiradas cuanto más bajas sean, mejor.
Intento hacerme con una muestra de lo que estén fabricando (y meterla en el bolsillo de atrás del pantalón. Da igual que esa polvo, arena ... o lo que sea ... y que quepa).
Estaba claro que había que acercarse a las oficinas y hacernos con papeles.
Te acercas a las cadenas de embalado y, efectivamente, hay restos de algún tipo de residuo arenoso. Tomando una muestra, te la guardas en el bolsillo antes de seguir hacia el norte de la fábrica donde están situadas las oficinas.
Esta zona está dividida en paneles prefabricados, creando módulo independientes para las oficinas. Están cerradas con puertas acristaladas. Traspasas la principal y te encuentras con diversos despachos. Hay voces que provienen de varios de ellos. Los trabajadores que viste están todos en una especie de sala común donde descansan, comen o hacen los cambios de turno. Todavía nadie te ha visto, pero eso puede cambiar en cualquier momento.
Entro al despacho más sigiloso que hubiera con disimulo y busco cualquier documento. Tras meterme varios en los bolsillos, le prendo fuego.