Partida Rol por web

       - ¡Sin lugar a dudas son muchos a los que nos enfrentamos Bertrand!      Pero me preocupa más que esa cantidad tipos armados parece preparada para tomar el palacio, así que debemos avisarles tal vez a tiros a la familia, los criados, guardias y navegantes de la casa D'Allander para que no sean tomados por sorpresa indefensos, distraídos y vulnerables -     Responde Leonorilda gritando a su medio hermano mientras que continúa montada a caballo y recarga su pistola antes de apuntar a su espalda para disparar al tipo más cercano del grupo que les persigue, esperando que si cae se lleve a algunos otros detrás de él.     Pero al parecer la ansiedad de la escena le ha afectado al actuar de Leonorilda, quien con trabajos podrá mantenerse en el caballo montada y sus tiras han sido errados

          - ¡Esta bien padre, ya solté a tu pequeña princesa mimada desde antes de que tú me lo pidieras, pero te recuerdo que yo también soy tu hija y solo le pedía por favor a Helene que reuniera con discreción a algunos guardias disponibles entre el servicio y los marineros que la conocen mejor a ella que a mí, debido a que te vi cuando llegué rodeado de algunas personas desconocidas con tus armas ocultas debajo de la mesa y eso me puso en alerta debido a que cuando venía llegando aquí a caballo divise a la distancia un grupo numeroso de tipos armados que estaba acechando los caminos muy cerca de aquí, por lo que tuve que evadirlos para que no me atacaran! -        Comienza a aclarar Amanda a lord D'Allander mientras que le mira baja un poco apenada la cabeza que se rasca antes girarse hacia Helen de nuevo para decirle con tono más bajo pero sincero parece que busca las palabras correctas para disculparse:

          - ¡Por favor perdona me hermana por mi violenta reacción!     Pero me saco de quicio que no solo ignorases mis palabras de advertencia por la seguridad de nuestro padre y el resto de la familia, sino que me trataras de esa manera tan despectiva para que no te estorbara - 

- Estás en lo cierto Leonorilda, debemos llegar a Briselac! No malgastes más balas y céntrate en cabalgar hacia casa. Si llegamos a los muros, estaremos a salvo unas horas, hasta que puedan preparar un ataque. Y conocemos nuestras tierras, tenemos ventaja.- dijo colocándose a su altura, por si tenía que auxiliarla.

La airada conversación entre Rolland y Amanda se interrumpte al oír los cascos de los caballos de sus hijos volviendo a la finca, así como los gritos de alarma que dan.

¡Enemigos a las puertas! El intruso descubierto por Helene era solo un espía, la avanzadilla de una fuerza mayor, acampada en las cercanías!

- Pero, ¿quiénes son esa gente? ¿Qué les hemos hecho? ¡Si hay paz en todo el reino! ¡Ay, Señor, protégenos!- llora vuestra tía.

- Serán bandidos o piratas... Quizá se los pueda convencer con dinero de que se vayan...

- Los intendentes del rey hereje me han dejado sin un doblón. Solo tengo plomo para la gentuza. ¡Deprisa cerrad las puertas del patio con cadenas y las demás puertas. Mosquetes en cada ventana. Disparad contra todos los que se acerquen a mi casa. ¡Deprisa! Y una botella de vino enseguida!

        - Familia D'Allander y sus criados tomen todos alguna arma para defender desde las almenas del palacio su seguridad y la nuestra de un ataque sorpresa! -      Grita con aplomo y seguridad Amanda mientras que busca armarse para poder realizar varias cargas de disparos desde la cobertura estratégica de las almenas junto a su padre, Rolland D'Allander tan pronto les es posible tomar posiciones defensivas, asegurándose de armar a cada persona que pude usar un arma para defender el sitio, pero antes de asegurar las puertas la Sota y ahora bien cubierta por su armadura Eisana indica al criado que la apoye:

           - Se cierran las puertas tan pronto regresen los nuestros.     !Así que apúrense!

Mas muerto que cansado, entro rápidamente a la casa y busco con la mirada a la señora Hélène d'Alander.

Pasamos a la siguiente escena ASEDIO DE BRISELAC.