Partida Rol por web

Al poco rato uno de los compañeros de Cherlish se acerca y habla en su extraño idioma. La cara de de vuestra compañera alienigena tiene tintes de preocupación. Asiente, responde con pocas palabras y se gira hacia vosotros.

Al parecer tras activar el ordenador para lograr acabar con esta amenaza me temo que enviasteis un mensaje con las coordenadas de este planeta. Pensamos que con nuestro código sería suficiente para impedir esto mas temo que nos hemos equivocado. Me temo que vamos a tener muchos problemas cuando lleguen. Nuestra alianza no ha terminado, todo lo contrario. 

Habéis sido muy útiles y a pesar de que vuestra raza espera poder llegar a este planeta para iniciar un nuevo tiempo en paz me temo que no va a ser posible. Tendré que avisar a los míos y os ayudaré a poneros en contacto con los vuestros para comentar las nuevas y a partir de ahí decidir que hacer. 

Así que los alienígenas esos quieren guerra... buf. Y yo que pensaba que vendríamos aquí a olvidarnos de todo eso... pero quizá es el momento de darnos a valer.

Como has podido ver, pese a que nuestra tecnología es inferior, con vuestra ayuda hemos terminado con la amenaza sin mayores problemas. Evidentemente, esto era una fuerza de reconocimiento. Ya ha quedado claro lo que podrían hacer con nosotros sin vuestra tecnología, pero también, creo yo, ha quedado claro lo que podemos hacer combinando ambas.

Si algo caracteriza a los humanos es nuestra constante lucha. Nuestra historia se mueve de guerra en guerra, de conflicto en conflicto. Esto, que en principio no diría mucho a nuestro favor, ya que estas guerras siempre han sido entre nosotros, sin embargo os puede indicar que no somos una raza que se deje amilanar ni avasallar. El principio entre nosotros no fue bueno dice, mirando al mercenario, pero estoy seguro que aquí comenzará una alianza y una amistad que hará que ambas razas logremos la victoria. Quizá está hablando de más, él no tiene el poder de decir eso, pero... bueno, él espera que sea así.

Y aquí concluía la llegada de los humanos al que sería su nuevo edén. Sin embargo, no era todo lo que relucía en la tierra prometida. Ahora debían enfrentarse a nuevos retos. El primero y mas importante: instalarse en lo que esperaban ser su nuevo hogar -siempre y cuando sus nuevos e imprevistos aliados se lo permitiesen-. 

Después de ello deberían prepararse para lo que se avecinaba: una guerra contra unos nuevos y completos desconocidos enemigos. Esta misión no había sido muy complicada pero dudaban de lo que vendría a continuación fuese fácil. 

Pero no les quedaba otra que luchar. Su supervivencia estaba en juego. Y eso harían. Ganar o morir, esa era la cuestión. 

Zack permaneció en silencio todo el rato, asimilando cada una de las nuevas noticias que recibían. Todo aquello no había hecho nada más que empezar. Parecía que la raza humana no podía escapar de su destino. Huía de un planeta que ellos mismos habían destruído, buscando un nuevo comienzo, una nueva esperanza... y se encontraban que debían volver a luchar, pero esta vez contra un enemigo que desconocían. 

El soldado se quedó pensativo. Era su deber y obligación luchar hasta el final... y eso haría.

Aeryn se sintió algo decepcionada. Si bien esto había sido bastante fácil, esperaba que después de esto todos pudiesen vivir en paz y que todos saliesen ganando. Pero resultó que esto no era más que la punta del iceberg que se les venía encima. Al ver a aquellos seres salir de la nada, le recorrió un escalofrío por todo el cuerpo. Ninguna buena señal seguro y ahora que Cherlish les había dado esa información, aún sus miedos eran mayores.

Suspiró e intentó coger fuerzas de no sabía donde. La cosa aún no había terminado y Aeryn odiaba dejar las cosas a medias.

Camina al lado de Cherlish con una sonrisa que denotaba cierta tristeza, aquél era un éxito vacuo, deberían continuar la lucha y cabía la posibilidad de que se recrudeciese cuando aquellos seres llegasen con su ejército de máquinas infernales.

- Sería magnífico, - dice ante la oferta de la alien de ayudarles a comunicarse con la nave - pero debe saber que en nuestras naves sólo un pequeño número de los humanos son soldados, - explica mirando al suelo ligeramente - la gran mayoría son civiles, personas que buscan un nuevo mundo, una nueva oportunidad. - suspira al recordar que toda su familia iba en aquella nave, acercándose más y más a un planeta que se sumiría en una gran y devastadora guerra - Aun así, puede contar conmigo para luchar contra esa gente.

Vivirían otro día, alguno que otro tal vez. Era el sino de todo soldado, luchar y luchar, no le preocupaban Sánchez ni el resto, sin embargo los científicos y civiles eran otro asunto. Deberían esperar la decisión del mando a bordo de la nave, pero como viejo lobo conocedor de su manada, estaba seguro de cual iba a ser; ir a la guerra. No había vuelta atrás, las naves no podían volver a la Tierra y aunque aquellos nuevos aliados tenían la tecnología para reabastecer las naves, volver a un planeta agonizante no sería más que retrasar la muerte de todos ellos. 

Cuando el coronel mencionó a la gente que estaba abordo... algo cambió en la cara de Zack. Un gesto de preocupación, de aprensión.. y miró a Aeryn, que parecía inquieta y preocupada. Instintivamente, la cogió de la mano.

- Todo irá bien - le dijo. Se avecinaban tiempos difíciles, sobretodo porque habría que defender más que nunca a los seres queridos.