Llevaba el uniforme de faena y había dejado todo su equipo en la zona de carga, no llevaba demasiado ya que su misión era de reconocimiento, las armas y armadura de combate, municiones, equipo de zapador, comida y agua. - Haremos todo lo posible, señor. - sonríe con amabilidad a su superior inmediato, pese a que comparten rango mientras observa el hangar y sus ocupantes.
"¿Blanquito?", seguramente decirle ahora yo "Negrito" no suene muy bien... mejor no.
Sonrio y alargando la mano para darle un fuerte apretón de manos le contesto. - ¡Hola! Soy Topper Harley. Un placer.- Dejo mis cosas en su sitio y me ofrecezco para ayudarle con las comprobaciones. - ¿Quieres que mire algo en concreto? ¿Te ayudo con algo?
Zack acató las ordenes casi de inmediato y dio las propias al resto de soldados. No debían perder el tiempo, así que fue claro y conciso.
- Soldados, terminen de prepararse, partimos enseguida.
El joven piloto con el que había dialogado se le acercó y saludo, respondiendo Zack educadamente, aunque en esos momentos estaba cerciorándose de que ningún soldado se distrajese, cosa que no sucedió. Tan pronto cómo Topper se marchó hacía su posición se le acercó una joven, la cuál debía acompañarle, según órdenes de Michelle. Era una joven de indudable belleza, aunque eso poco importaba ahora, al parecer era mecánica, algo que no aparentaba a simple vista. Sin embargo, si estaba allí, sería por algo.
- Señorita, si me sigue le llevaré con el otro mecánico - miró si portaba algo pesado - ¿Puedo ayudarla en algo más? - Sus palabras eran amables, así como su disposición a ayudar. Pero su voz era fría y carente de matices
-¿Qué espero encontrar? Ullric mira a su alrededor, más pensativo que porque le preocupe quien haya, antes de contestar. Más que lo que espere encontrar, me da miedo lo que podemos encontrar. Efectivamente, un mundo nuevo, plantas nuevas, animales nuevos. Eso siempre me interesa. Lo preocupante es precisamente los animales. Está claro que si hay animales, hay carnívoros.
Por poner un ejemplo práctico. Antiguamente, cuando se empezaba a explorar las islas del Pacífico, los exploradores oyeron de los nativos historias sobre grandes pájaros que no volaban y se comían a la gente. Nunca lo creyeron, hasta que un grupo desembarcó en Nueva Zelanda. Cuando un ave del terror, que era como se llamaban esos seres, se comió a casi toda una expedición, entonces sí supieron que aquello era real.
Pero, casi lo más preocupante, es la ausencia de seres inteligentes que nos pudieran contar esos detalles, ¿no cree? Tendremos que aprender sobre la marcha. En la tierra nos contaron, "será como cuando colonizaron América". Falso, allí había nativos para avisar de los peligros.
Miro esperanzado al destructor, mientras sigo hablando.
Al menos, estamos bien preparados... y, casi hablando para mí mismo, tan bajo que es poco probable que Mark lo escuche, añado espero.
Observaba con velada curiosidad la cantidad de libros con las que el biólogo cargaba, a diferencia de ella que lo tenía todo convenientemente almacenado en la memoria gracias al implante cerebral que poseía y que le permitía rápido acceso a todo el contenido. Por lo demás se mantuvo silenciosa, observando como era su costumbre, un tanto aislada pero no porque le disgustaran las otras personas sino porque le costaba relacionarse con la gente, su personalidad nunca se había caracterizado por ser extrovertida, y su natural timidez -que enmascaraba muy bien tras un fuerte carácter- veíase acrecentada.
La pregunta de Mackeyn la obligó a romper su mutismo.
— Así es, coronel, está en el memorándum que le envié. Laura está más que calificada para asumir la responsabilidad y cuenta con todo mi apoyo y confianza. De todos modos, y siempre que las comunicaciones nos lo permitan, contará con mi asistencia remota, de no ser así, y si se ve superada por alguna situación, la he autorizado para despertar al doctor Smith que es quien debe sustituirm
Para referencias del implante y dispositivo de almacenamiento que hago mención, así como de otras "tecnologías", recomiendo visionar la serie Continuum.
Michelle se acerca al grupo donde se encuentran el coronel, la doctora y el jefe de la expedición - Josh Franks-.
Señor, todo listo para el despegue- le dice al coronel.
Creo que vuestro viaje va a comenzar ya- dice el coronel- id acomodándoos en el vehículo y buena suerte. Confío plenamente en vosotros.
Estaba todo preparado y listo para iniciar el viaje. Cada uno fue directamente al lugar asignado en la nave de transporte, y tras abrocharos los cinturones, ahora solo faltaba la señal de salida. Todo estaba en manos de los pilotos.
Despejen la zona- oís claramente por el intercomunicador. Fuera de la nave, comienza la actividad para quitar todo de por medio y que todo vaya en orden para el despegue. Mientras, en vuestra nave, los pilotos comprueban que todos los sistemas están operativos.
Central, aqui Borkman, todo preparado y listo para el despegue- dice el piloto- abran el hangar.
Con esta simple orden, las puertas de la Noe se abren, mientras el Rhino sale de la misma... rumbo a su nuevo destino.
Cambio de escena.