Partida Rol por web

Bien, veo que tus informadores no han perdido el tiempo-Dijo en tono tranquilo, no le sorprendia que se hubiera enterado de lo que pasó con Zoe, lo que si le sorprendia era que se hubieste enterado tan rápido-Tengo que decir...-Continuó hablando con tono tranquilo y serio demostrando que no tenia miedo a hablar con sinceridad-Que en el asunto de la ex-chiquilla de West, soy inflexible.-Su tono se volvió duro, amenazante casi-Cualquiera que quiera hacerle daño a ella, primero tendrá que matarme a mí. Desengañate Blaise, no soy leal a nada, tan solo soy leal a mis principios y a la gente que me importa, durante el mandato de Leonar , sobre todo en los ultimos tiempos creí haber olvidado esto ultimo, pero creeme cuando te digo que no volverá a ocurrir.

Hablas de una prueba a mi lealtad, pero ya me has escuchado. No haré nada en ese sotano que entre en contradicción con mis principios. Estoy harto de mancharme las manos de sangre para nada. Iré a la mansión y veré con mis propios ojos de lo que hablas y entonces actuaré en consecuencia. No consideré oportuno matar a la chiquilla de West y si tampoco considero oportuno acabar con esto último...-Hizo una pequeña pausa. Quería sonar tajante-No lo haré.

En otro orden de cosas...No se si Lavenko es fiable, pero si me parece que los Grangel deberian volver cuanto antes. Sin ellos no podremos defender la ciudad de una ataque a gran escala...Los tremere no me importan, explicame sobre que experimentan y te daré mi humilde opinión.

Paró un poco para pensar acerca del sustituto para Alexia y en ese momento lo vió claro.

Tengo un candidato, Adam. Es leal y bastante capaz, haría cualquier cosa que yo le mandase. Es un brujah, y como tal no esperes tacto de él, pero si sabría mantener el orden de puertas para adentro en el Eliseo...Y bien, dime que piensas...

La pelota se encontraba ahora en el campo de Blaise.

El príncipe escuchó pacientemente a Traika, analizando cada argumento e integrándolo en su gráfica mental. Las opniones del brujah añadían una nueva paleta de colores a sus barras, porcentajes y hojas de cálculo.

- Comprendo... Respecto a Adam, lo mejor será que tenga una entrevista personal con él. Confio en tu opinión y quiero saber si cumple con todas las condiciones para el puesto, que no sólo requiere imparcialidad y responsabilidad, sino también educación y tolerancia. Envíamelo pero, si mi intuición es correcta, tenemos guardián del Elíseo, y puedes anotarte ese punto. El tema de la chiquilla de West es más complicado. En lo personal, comprendo y respeto tus principios y decisiones. Posiblemente, si estuviera en tu lugar, haría lo mismo; nada me horripila más que la obligación a matar a un Vástago joven, y no dejo de ver la injusticia en la petición que te hizo Leonard. No obstante, lo que discutimos aquí es una decisión política; una de las más duras que se pueden tomar. Necesito que te pongas en mi lugar por un momento para que entiendas la importancia que tiene este asunto.

Sanford se levantó y paseó, con las manos a la espalda, mientras tratanba de hacer entender a Traika lo delicado de la situación.

Si me he enterado tan rápido, es porque hay quien sabe todo esto. Si te respaldo como sherif a pesar de haber demostrado una falta de lealtad, la primogenitura se lanzará contra mi cuello, y no podré poner en marcha todas las medidas de cooperación y desarrollo que tengo planificadas para nuestra sociedad; medidas que te beneficiarán directamente, pues apunto a una igualdad entre hermanos. No pretendo, como hizo Leonard, caer en una escalada de poder, en una búsqueda de mi propia gloria; mi objetivo es que haya paz y consenso en la ciudad. Creo que es un ideal que merece la pena defender. Para ello te necesito. Necesito que tu nombre esté limpio, pues eres un idealista reconocido. Si fueras un hipócrita adulador, no me interesaría tu consejo ni tu aportación a este gobierno.

Se acercó al Brujah y le miró fijamente a los ojos, en un ruego silecioso por la comprensión. Sabía que Traika tenía su propio código, y sentía un completo respeto por él pero era necesario algo más.

Abre tu mente, Traika... esta es una oportunidad dorada para que tus ideales personales se hagan grupales, para que las voces de los gangrel, de los brujah, de los malkavian... de los menos escuchados por nuestra sociedad, se hagan oir, y para que podáis reclamar vuestros derechos con total libertad. Si existe sobre tu persona la más mínima sombra de duda, de sospecha... si tu autoridad en el cargo no es completa, las voces de aquellos que sí han demostrado su lealtad de forma continuada serán más fuertes, y tendré que hacer concesiones a grupos que no deseo.

En ese momento suavizó el tono. Se sentó junto al brujah y jugueteó con su anillo de casado mientras hablaba.

Sé que es duro ver el cuadro global, y que es más fácil refugiarse en una ideología personal pero, si no empujamos todos juntos, este gobierno va a caer en manos del sabbat por culpa de las diferencias internas. Tienes una de las llaves para alcanzar un nuevo estado de paz, lejos de las ambiciones personales de muchos Vástagos... sólo te pido que seas intachable en tu comportamiento. Para eso, debes demostrar tu valía. Siento mucho tener que pedirte esto, pero no puedes pretender desobedecer al príncipe depuesto y mantener tus mismos privilegios sin mostrar tu buena voluntad mediante un acto simbólico y necesario.

Blaise se volvió oscuro, frío, misterioso. Había algo clandestino en su forma de expresarse, como un ladrón compartiendo un secreto con otro.

Para que quede clara mi buena voluntad, voy a hacer una concesión, pero será la única que haga en este sentido. El problema que dejó Leonard en su mansión de verano debe ser resuelto, y es tu responsabilidad como sherif resolverlo. Si consigues arreglarlo sin romper la legalidad de la camarilla ni tu propio código ético, yo estaré de acuerdo. Si ambas cosas son incompatibles, y consigues que la solución no nos manche y me permita defender tu nombre, lo haré. Sin embargo, si decides ignorar mi orden y esto se convierte en un escándalo, tendré que tomar medidas. Piénsalo, Traika... te estoy abriendo una puerta que ningún otro príncipe te abriría jamás. Espero que sepas valorarlo, como yo estoy valorando tus ideales y tu criterio.

Esta idea le hizo rebobinar, volver al principio de la conversación.

Respecto a la chiquilla de West... en ningún momento te he pedido que le hagas daño, ni que la entregues a su sire. Al contrario. Ella no es ni un problema ni un riesgo real para nosotros; tenemos que ir a por West. Si estás protegiéndola, cosa que personalmente comprendería, asegúrate de que ningún Gangrel pague por tu compasión, pues son ellos los que están ahora mismo en peligro por este asunto. West ha secuestrado a varios miembros de este clan y, si no recupera a su chiquilla, puede destruirlos. No accederemos al chantaje de West. Pero tampoco vamos a permitir que ejecute a nuestros hermanos. ¿Comprendes? El cuadro completo siempre es más complicado. Debemos ser inteligentes en nuestras acciones y, cuando la situación requiere frialdad, no podemos dejarnos llevar por determinadas pasiones. Sin embargo, la ética debe imperar sobre todas ellas. Así, y sólo así, conseguiremos un gobierno justo y equitativo.

Se volvió a levantar, caminó hasta el otro lado, y contempló al Brujah con las manos sobre la mesa.

Creo que he sido claro contigo. Este es mi plan. Si estás conmigo, si superas tu propia desconfianza, podemos conseguir cosas muy importantes aquí. Si, por el otro lado, decides quedarte anclado en una ideología exclusiva para tí... me dejarás sólo en esto, y no podré realizar la obra que tengo en mente... la obra que nos beneficiará a todos definitivamente.

Haz lo que creas conbeniente, Sanford-Trakia no se levanto de la mesa, impasible-Pero aquí, desgraciadamente no tienes nada  que hacer, sabes que los mios me respetan, me seguiran adonde me tengan que seguir. ¿Perderá la ciudad a los brujah como perdió a los Grangel? Si eso sucediera, tu mandato duraria apenas dos noches, puedes creerme.

Hizo una pausa en sus palabras, imitando a Blaise. Siempre le habia divertido mostrar un pequeño tono burlon en presencia de las clases altas de la ciudad.

En cuanto a West, estoy de acuerdo. Vallamos a por él. No accederemos a su chantaje, yo mismo podría intentar resolver el asunto. Dame a unos hombres capaces y te traeré su cabeza, si es lo que quieres. Pero, escuchame bien Sanford. Zoe, ahora está bajo mi protección, con todo lo que ello conlleba. ¿Crees que me importa algo mi nombre? No me importa nada, si alguien quiere el puesto...es suyo. Simplemente dejadme no-vivir en paz.

A este paso, dime. ¿Cuanto crees que tardaré en sucumbir a la bestia? 50 años, 75, 100 quizás? No amigo, no voy a convertirme en un zombie por un juego politico o por una puta ciudad, si no hago estas pequeñas cosas que hacen que me sienta vivo de nuevo...hace tiempo que tendriais que haber mandado a alguien para que acabara con mi bestia. Es lo que puedes esperar si te pasas la existencia bañado en sangre.

Por fin se decidió a levantarse y a mirar directamente a los ojos al nuevo principe.

Necesitas un ejercito y un general leal, no te servirá de nada mandarme a la cloaca si no tienes antes algo de esto. No lo olvides.

Blaise cerró los ojos mientras el Brujah hablaba. En su cabeza, las fichas de este complejo tablero se movían y bailaban a su antojo. Con un esfuerzo de voluntad, consiguió paralizarlas, dejarlas fijas en una posición para estudiar el cuadro más detenidamente. Volvió a abrir los ojos y miró con fría intensidad al sherif.

- Te estoy abriendo puertas, y estás escupiendo en ellas. Te estoy regalando oportunidades, y tu cierras tus oídos. Tu actitud, Traika, me parece injusta. Tú, más que nadie, deberías estar interesado en lo que propongo y, sin embargo, te empeñas en defender argumentos que ya he dado por zanjados. Odio repetirme, pero me obligas a ello. La chiquilla de West es tuya. Haz con ella lo que quieras. Creí haberlo dejado suficientemente claro. El otro 'problema'... haz lo que te plazca, siempre y cuando no nos manche. Puede que a tí no te importe tu imagen, pero de ella depende la seguridad y las libertades de tus hermanos, esos que dices que te importan tanto. No deseo que manches tus manos de más sangre que de la de West. Como bien dices, necesito un general leal. Esa es la posición que te estoy ofreciendo. Eso es lo que significa ser un sherif hoy en día. Empeñarte en ser un extraño, en ir por libre en la sociedad, es un acto de cobardía, y una traición a tu clan, no a la Camarilla.

Suspiró profundamente, controlando su mal humor.

- Te voy a pintar una situación hipotética: imagina por un momento que los Tremere, los Toreador y los Nosferatu muestran su desacuerdo con tu posición, y me reclaman que te deponga para nombrar un sherif más competente; alguien que no tenga un historial de probada deslealtad. Perfecto. Tú consigues lo que quieres: eres libre. Yo nombro a otro. Los brujah, que te respetan como a un líder, quedan sin poder en el consejo de gobierno; su voz no es escuchada, cualquier problema que tengan, no podrá llegar a mis oídos. ¿Deseas eso? Puede que tu reputación no te importe, pero es clave para defender a tus hermanos. Sin ella, yo no puedo hacer nada por tí... y es mucho lo que debo hacer para asegurar vuestros derechos y libertades. Asume que eres un líder... no te escondas bajo una máscara de ideales y humanidad. Dices ser respetado y seguido por los tuyos, sin embargo te comportas como un cazador solitario. Ellos dependen de tí. Si tu figura cayera, y los brujah se vieran forzados a abandonar la ciudad, mi gobierno se desmoronaría, como bien sabes pero... ¿estás dispuesto a pagar el precio que supondría para toda tu gente un éxodo de este tipo? No quieres mancharte las manos de sangre; quieres mantener tu integridad ética... pero no te das cuenta de que tu propia inacción puede llegar a mancharte de muchísima más sangre de la que jamás imaginarías.

Tomó aire. Se separó de la mesa y miró al techo, como meditando.

- Los gangrel no están perdidos. Son recuperables. Son nuestros hermanos y tenemos la obligación de salvarles. Yo al menos lo veo así. Espero que coincidas conmigo en este punto... no me entra en la cabeza que seas capaz de ignorar el peligro en que se encuentran. Puedo asegurarte que un sherif Tremere no movería un dedo por ellos. Tú, sin embargo, tienes humanidad, e inteligencia. Demúestrala. No te defiendas de mí, que no soy tu enemigo; haz tu trabajo, sé un líder para los tuyos y un general para los demás. Salva a los gangrel y a tu querida Zoe. Te estoy dejando todas las oportunidades para hacerlo. ¿Por qué te empeñas en luchar sólo cuando te dan la mano?

Se levantó y se dirigió a la puerta, dando por zanjada la conversación.

- Tengo muchos asuntos que atender. Medita sobre lo que te he dicho. A muy pocos Vástagos se les concede la libertad de acción que te estoy ofreciendo. Vivimos en tiempos peligrosos y, si trabajamos juntos, podemos conseguir que venga una nueva época de paz y properidad para todos. Los tuoys incluídos. ¿Les negarás eso por tu negligencia y egoísmo? No hace falta que me respondas. Te veré en la reunión de la primogenitura.

Esperó pacientemente junto a la puerta, sin suavizar la dureza de su mirada. Había vuelto a convertirse en ese rey poderoso que asomaba en determinados momentos.

No te iva a responder de todas formas-Estaba cabreado y apenas podía disimular -Tan solo ten en cuenta una cosa, hasta los lobos solitarios cazan en manada. Adios.

Trakia se largo dando un rotundo portazo. Casi te relajaste un segunto antes de ver una sombra deslizarse en tu campo de vision. Al girarte le visto sentado sobre la mesa.

Samuel, primogenito malkavian... miraste al rededor, el siempre iba acompañado de su gemela, aparentemente mucho mas centrada en la realidad que el pero no estaba alli.

- Siento la forma de entrar señor nuevo principe pero crei oportuno avisarle de un problemita que se cierne sobre su ciudad. ¿Adivina que? No es sabbat, no son los gangrel, no son los lupinos.... Dice como un niño mientras sus piernas cuelgan jugetonas al borde de la mesa.- Oh, lo siento, ¿Una mala noche? Bueno, se lo dire. Su problema es la abeja.- dictamina de forma tajante.

Sanford casi soltó un grito al ver al Malkavian, pero consiguió reprimirlo.

- Ahora esto... van a acabar con mi cerebro a este paso... Piensa, Blaise, y no pierdas el norte.

En el fondo, pese a la tensión contenida que iba acumulando reunión tras reunión, estaba disfrutando de aqullo. Por fin se veía enfrentado a retos de su categoría. Hizo un repsao mental de conocimientos variados, afiló su arsenal para enfrentarse a la locura personificada... ¿Por dónde le saldría?

- Según Einstein, si las abejas desaparecieran, el ser humano no duraría más de cuatro años en la tierra. Nosotros aguantaríamos unos meses más pero... Perdona mi descortesía, Samuel. Bienvenido a palacio. Es un placer recibirte. ¿Y tu hermana? ¿Se encuentra bien?

Tomó asiento, alejando la silla un metro de la mesa para tener perspectiva del primogénito.

- Agradezco el aviso. Si hay algo más grave que el problema lupino - gangrel - sabbat, obviamente deberé prestarte toda mi atención. ¿De qué abeja estás hablando?

Lucius asintio a la teoria de Einstein.- Cierto, cierto...

Despues contesto tus perguntas.- Mi hermana se encuentra bien, me dijo que era descortes colarse y que debiamos esperar audiencia... Tiene razon, como siempre pero hay veces que la razon es poco razonable cuando no hay mucho tiempo para razonar.- dice con total seguridad.

- Os hablo de la abejita roja, naturalmente, un ser inofensivo que todos piensan que es dulce como la abeja maya pero olvidan cosas importantes. Tiene un aguijon muy afilado y alguien a susurrado a su oido palabras con veneno. La abejita ya no se conforma con ser la mimada del panal, quiere ser reina y ha entrado en juegos peligrosos.... ¿Sabeis que hacen las abejas reina? Ponen huevos, cientos de ellos...Llenan el panal de vastagos exclavos para asegurarse su fidelidad... Teneis que tener mucho cuidado con la abejita señor.

Solo una pregunta señor.- dijo el malkavian sobiendo sus gafas por el puente de la nariz con un solo dedo.- ¿Donde esta ahora, exactamente, la abejita?. Os regalo la pregunta para que podais hacerosla o formularsela a otros, espero que siga en el panal todavia y no sea tarde.

- Os agradezco el trato y dare recuerdos a mi hermana de su parte, os comprendo cuando afirmais no comprenderme pues sucede amenudo que yo mismo no me comprendo, ni acierto a comprender el mundo y mucho menos a quienes me rodean. La comprension de lo complejo es complicada y compleja.- Afirma con la seguridad de un sabio mientras se dirige a la puerta.- Por eso no me fio de quien afirma comprenderlo todo o saberlo todo pues de todo solo se comprende y sabe la parte que se ve, la que no se ve queda oculta y de ella, ni se sabe, ni conoces ni comprendes... ¿Cierto?.- pregunta ensimismado por sus propios pensamientos filosoficos.

- Buenas noches señor, gracias por todo, pensar en lo que os dije tanto como en lo que no dije, seguramente os sera de ayuda.- Concluyo saliendo por la puerta de tu despacho.

Tras la salida del Malkavian, Blaise pasó un largo minuto sentado, meditando acerca de todo lo que había aprendido en esas reuniones. ¿Dónde estaba Amanda y qué demonios estaba haciendo? ¿No estaba Sophie Allister vigilándola? ¿Qué le pasaba a Traika que se negaba tan rotundamente a colaborar, aunque le pintara el cuadro completo de forma tan explícita? ¿Y Lavenko? Parecía que los otros eran incapaces de pensar con objetividad; veían conspiraciones y complots donde no los habían... eran incapaces de reconocer un gesto de buena voluntad aunque les golpeara en la cara con una mesa de mármol.

El Tremere le preocupaba aún más. Era poderoso, y trabajador. Podía ser un aliado formiadble, pero la información que le había dado Lavenko le descalifiacaba completamente para el puesto. Asímismo, Lucius había sido realmente generoso con la información que le había dado. ¿Qué pretendía? A estas alturas no podía creerse que nadie le diera una mano gratuitamente.

Se dio cuenta. Descubrió repentinamente que sus colaboradores más cercanos (Traika, el sherif, y Lavenko, su futuro Senescal) no tenían ninguna preocupación por el futuro de la ciudad y de la sociedad que la componía; estaban atrapados en una absurda y egoísta lucha de egos; competían con Blaise por cada cosa... no tardó ni un segundo en aplicar la etiqueta 'envidia' a estos dos Vástagos. Ambos habían sido candidatos al principado. Ambos habían perdido en la carrera. Blaise se había visto coronado con un poder que no deseaba, alejado de su plan original... una psición que podría llegar a enfrentarle con su sire. Y había accedido a este puesto por sus capacidades, pese a su petición explícita de no ser príncipe. Los dos, Lavenko y Traika, se habían visto coronados por un segundo, se habían imaginado a sí mismos gobernando... Mussolinni y Roosevelt... el primero, un tirano dominado por su ego y su vanidad; el segundo, un hombre de acción que dependería de sus consejeros hasta para bajarse los pantalones... No estaban capacitados, y no eran conscientes.

Se maldijo a sí mismo por un momento. Deseó estar en su cargo anterior, que Leonard viviera todavía. El Toreador había sido un gobernante pésimo, pero la vida de Sanford era más cómoda antes. Prefería tratar con mortales, manipular a las masas... eso de vivir colgado de otros Vástagos le molestaba mucho.

Sabía que, a la larga, debería destituir a Traika, pero para eso tenía que ganarse a los brujah, ponerlos en contra de su líder. Adam podía ser clave en esa maniobra. Tenía que jugar bien esa carta... quizá tomando las mismas palabras del sherif... su preocupación por su humanidad, por la salvación de su alma... podía presentar la destitución como un favor personal... Eso funcionaría.

Se arrepintió de haber ofrecido el puesto de Senescal a Lavenko. Había esperado más colaboración por su parte, pero el perro sólo sabía morder la mano que le daba de comer. No importaba cuántas muestras de buena voluntad mostrara... su vanidad era mayor que su inteligencia... le había medido mal.

Había otra alternativa, otro camino... mucho más oscuro y peligroso... pactar con West. Zoe, su chiquilla, estaba en manos de Traika. Podía llegar a un acuerdo con el Gangrel pero... si era descubierto, pagaría con su propia cabeza. Descartó la idea por el peligro que suponía, pero la dejó guardada en su cajón interno de 'planes posibles'.

Tendría que ponerse en contacto con la Arconte para informarse acerca de Amanda... si la Ventrue había fallado, ya no podría confiar casi en nada de nada.

Ahora faltaba Freeds. Tenía una carta a su favor con el Nosferatu. Debía jugarla con inteligencia, porque le necesitaba. Cogió su teléfono y llamó al Nosferatu, convocándole con carácter urgente... había cosas que no podía hablar si no era en persona.

El nosferatum llego a la sala de reuniones del principe, se le hizo esperar un rato antes de pasar, nada fuera del protocolo habitual....

El nuevo príncipe hizo pasar al Nosferatu con una amplia sonrisa en la cara. Realmente deseaba hablar con él de una forma privada desde hacía ya algún tiempo.

- Por favor, Galvan, pasa... ponte cómodo.

Se sentó frente a él, pero del mismo lado de la mesa, sin que nada se interpusiera entre ambos.

- Es un placer recibirte, y quiero disculparme por la urgencia de la llamada; lo más educado habría sido convocarte con más tiempo, pero temo que hay muchos asuntos que tratar que deben ser resueltos cuanto antes. Lo primero es disculparme en nombre del gobierno de esta ciudad. Leonard te hizo el vacío de forma sistemática durante años, y sé que has sufrido por eso. Quiero que sepas que estoy absolutamente en desacuerdo con esta actitud y que mi objetivo es corregirla y compensarte por estos años de falta de atención.

Crujió sus nudillos de forma ruidosa y se puso serio.

- Ahora tratemos temas de interés para todos. Estamos atravesando una grave crisis, y sólo podremos resolverla si trabajamos juntos. El Sabbat se está infiltrando de forma insidiosa, los Lupinos amenazan la seguridad de la ciudad, hay guerra interna entre clanes, los Vástagos que tienen poder sólo lo están utilizando para su propio beneficio... por no hablar del problema económico al que nos enfrentamos... Leonard vació las arcas a conciencia. Tenemos que tomar muchas medidas de emergencia, y no consigo los apoyos necesarios para hacer esto.

Se inclinó hacia atrás, dejando reposar sus brazos en su regazo.

- Pero no te he convocado para que hagas mi trabajo. Sólo quiero ser transparente y mantenerte informado; no quiero que desperdicies ni tu tiempo ni tu talento averiguando cosas que puedo contarte de primera mano... economicemos recursos y energía. Nos enfrentamos a más problemas... El primero de ellos es el regalito que nos ha dejado Leonard. Posiblemente sepas ya esto, pero te lo cuento de todas formas. Recientemente, abrazó a una niña de forma clandestina. Esta chiquilla está encerrada en su mansión de verano. No conoce nada de las costumbres de la Camarilla y está muriendo de hambre. Su mera existencia es un insulto a tí y a las normas de nuestra sociedad. Por eso mismo, he pedido al sherif que la destruya. Lo he hecho como castigo, por no cumplir con su deber cuando se le encomendó la destrucción de la chiquilla de West. Sin embargo, me sorprendería mucho que Traika cumpliera con su cometido; su historial de deslealtad ya es largo y se ha puesto muy amenazador conmigo cuando le hice el encargo... eso es un problema.

Reflexióno un par de segundos. Su mente iba rápida, pero debía encontrar las palabras precisas para comunicar al Nosferatu todo sin tapujos.

- Le expliqué la situación que atravesamos, la necesidad de tener un sherif fuerte, con buena reputación, pero hizo oídos sordos, alegando problemas de conciencia. La chiquilla de West vive, y éste la reclama con chantajes. Amenaza con matar a varios gangrel que tiene secuestrados si no la devolvemos... no podemos acceder a las demandas de un terrorista, pero tampoco podemos permitir que mate a nuestros hermanos. En tiempos de dificultad, debemos mantenernos unidos... Si Traika comprendiera sólo esto... Necesito asegurarme de que cumple con su cometido... y encontrar a la chiquilla de West, que Traika custodia como si fuera su propia progenie. Por esto te he llamado.

Suspiró y miró fijamente a los ojos de Freeds.

- Debo pedirte esto como favor al gobierno. Es un asunto de estado. Nadie en esta ciudad está tan cualificado como tú y los tuyos para atar estos dos asuntos. Necesito asegurarme de que Traika cumple con su misión y, si no lo hace, tengo que saberlo. También debo encontrar a la chiquilla de West. Son temas de la mayor prioridad en este momento.

Volvió a relajarse. Echó una ojeada a su alrededor... esta sala de reuniones estaba convirtiéndose en su refugio desde que había sido nombrado príncipe... pasaba más tiempo allí que en ningún otro sitio.

- Hay otro tema... Amanda Weiss... Han llegado ciertos rumores a mis oídos... rumores de traición. Dicen que está abrazando nueva prole de forma indiscriminada, quiere dar alguna clase de golpe de estado. Me sorprende que Sophie Allister, encargada de vigilarla, no esté cumpliendo con su labor pero... tengo que asegurarme de que sólo son rumores, o tomar medidas drásticas al respecto.

Se inclinó hacia adelante, acercándose a Freeds.

- Galvan, tu sabes que yo no deseaba ser príncipe. No tengo ambiciones personales que no pasen por la manipulación de los Mortales... la política interna de la Camarilla no es mi objetivo. Por eso mismo estoy luchando por mantener la paz, por conseguir la concordia entre hermanos. Soy consciente de las injusticias que cometió Leonard y pretendo solucionarlas. Ayúdame, y yo te ayudaré a ti. Sabes que estoy en una posición que me permite hacerlo. Te lo ruego, ayúdame a que esta ciudad salga adelante... por el bien de todos.

Apenas comenzo la reunion el telefono de Blasie sono, era importante, era el telefono de las cosas urgentes.

- Señor, se a visto a la arconte seguir a un posible miembro del sabbat y entrar en un bar de dudosa reputacion... una sala de intercambio de parejas que el antiguo principe tenia montada para... bueno, ya se lo puede imaginar, creemos que es un trampa o que ella esta con el sabbat ¿Que hacemos señor?

Blaise escuchó pacientemente al teléfono, mirando fijo a Freeds, sin parpadear.

- Nada. No hagas nada. Te llamo de vuelta en diez minutos con instrucciones.

Colgó y meditó unos segundos, luego se dirigió al Nosferatu.

- Lo siento, Galvan, ha surgido un asunto de la mayor urgencia... espérame aquí; en unos minutos estoy de vuelta.

Sanford salió de la sala de reuniones.