Partida Rol por web

Después de un buen rato siguiendo las marcas de la carreta, el cansancio y la maltrecha salud de alguno de los compañeros hicieron mella. Ralf vio como Lohengramm se preocupaba por la salud de Xivar, que aún seguía malherida. Afortunadamente encontramos, en la zona, un lugar resguardado en el que podíamos descansar.

—No sé cuanto más nos llevará seguir el rastro..— dijo el mediano a sus compañeros —..quizá sería una buena idea descansar y reponer fuerzas— A continuación, se dirigió al saliente de rocas que habían visto y se sentó en una gran piedra, después metió la mano en su mochila —Me eché esto a la mochila antes de salir..— dijo mientras escarbaba en su interior —..como hemos estado consumiendo en las postas y del cargamento de provisiones que nos dio Berracus, están aún sin tocar.. — dio un tirón y sacó un par de raciones de comida envueltas en un paño —..¿queréis?—

El explorador, cansado, miró al grupo mientras Schwarz y Dos Bigotes hablaban. Aunque el guerrero se había recuperado bastante gracias a la ayuda de Fiduchia, esta última seguía bastante tocada. Y aún así, sea cual fuere el estado, la larga jornada y la tensión de la lucha, así como los "horrores" del día, seguro que habían hecho mella en todos. El mano, Donatello, parecía también aquejado de algún mal temporal, mareado o similar. Toca descansar, pensó para si, y sus pies reafirmaron el pensamiento.

-Estoy de acuerdo contigo Ralf, deberíamos descansar. De nada nos sirve llegar agotados junto al enemigo. Por mi parte..- dijo mientras rebuscaba también en la mochila- también me he metido algo de comida en el equipaje, y estaría encantado de compartirla también. No obstante, tampoco deberíamos relajarnos demasiado, y que nos pillen por sorpresa. Sería bueno hacer guardias. No me importa hacer la primera.

Dijo mientras empezaba a comerse la ración, pero de pie, vigilante.

Eran las 6 de la tarde y yo estaba arrastrándome como podía más pálida que un vaso de leche. Por suerte parecía que llovía cada vez menos *malditos bandidos de m**|#~a   la madre que los  p*@#€ió... - pensaba agotadoramente a cada paso que daba.

Cuando llegamos a lo que parecía ser una posible zona de descanso, el gigantón de Schwartz von Liechtenstein Lohengramm me preguntó si estaba bien y sus palabras resonaron como en eco en mi cabeza. Me costó tanto entenderle como intentar deletrear su nombre, pero si lo hubiese entendido hubiese tenido un Dejavú de cuando le pregunté si estaba bien tras vomitar un día antes. Por un momento me lo imaginé sujetándome de la coleta como si hubiese arrancado una zanahoria del suelo, para así no cansarme tanto al caminar - Creo.. creo que... necesito un descanso... - y me dejé caer boca arriba en aquel espacio plano. PLof! Sonreí ante la preocupación de Schwartz von Liechtenstein Lohengramm *que majo el tío éste, de verdad. Y que vergüenza de clérigo que no puede sanarse ni a sí misma ya - No te preocupes... tengo agua... - aunque al parecer no hacía falta gastar la cantimplora, bebí agua del río y rellené mi cantimplora con ella para mantener el agua lo más fresca posible. 

Iba a sacar mi propia comida de viaje que tenía guardada, pero al parecer Ralf había sacado ya para compartir. Y me estaba muriendo de hambre. Ni siquiera tuve energías para rechistar o soltar una bordería, cuando sacaron la comida para compartir - Que hambre tenía! menos mal que hemos parado... - empecé a masticar mansamente, a la velocidad a la que me permitían mis fuerzas. 

-Lo que más me preocupa es que vuelvan a hacernos tanto daño, tengo unas cuantas vendas pero ya sólo me queda un milagro para hoy, y como os he dicho es Defensivo u ofensivo, no sanará las heridas de nadie. Tenéis que tener cuidado si les encontramos!... - el día estaba siendo demasiado largo teniendo en cuenta lo mal que había empezado, y mi cara de cansancio solo mejoró un poquitín después de la comida.

La caminata me había venido bien para despejarme, aunque habría podido pasar si la lluvia, y la falta de costumbre hacía que me dolieran los pies. Xivar y Schwartz parecían bastante maltrechos, la suma de las heridas y el cansancio tenían que estar machacándoles. Aún así, me alegró algo ver que el guerrero se preocupaba por la gnoma, era el primer atisbo de una emoción que no fueran las ganas de beber que veía en nuestro fortachón compañero.

- Me ofrezco entonces a hacer la segunda guardia. Si Ralf hace la tercera, podemos dejar que la señorita Fiduchia y el señor von Liechtenstein Lohengramm se recuperen esta noche.

Descansemos, pero diría de avanzar un poco más e internar avanzar lo máximo posible y descansar una vez la noche entre en punto álgido. Que los heridos vayan en mitad del Grupo para ir más resguardados. Pienso que si les damos demasiada ventaja nos esperarán preparados. 

-ESStoy de acuerdo! - dije soltando un gallo con la voz y señalando al aire, con gesto cansado - sólo son las 6 de la tarde... no es como si pudiéramos ponernos a dormir ya... esto es un breve descanso... luego seguiremos y atraparemos a esos malditos cobardes! - *y luego si podemos nos piramos a toda pastilla para enviarle una carta al Sargento para que sepa qué está pasando.

Tras todo el día caminando, con una pelea de por medio, y todo ello aderezado con lluvia y barro, al encontrar un lugar seco donde descansar, vuestros cuerpos se rindieron al cansancio. Hubo tiempo para comer, poca cosa, pues habíais salido de forma apresurada en mitad de la noche, pero con algo de comida y agua, unas vendas limpias y un rato tumbados, recobrasteis bastantes de las fuerzas que os habían abandonado. De hecho hasta os dio tiempo a dormir un rato. Poco a poco dejo de llover, aunque el cielo seguía cubierto. Y de nuevo a caminar, por el embarrado camino, en el que eran claramente visibles las huellas de los ladrones y los profundos surcos dejados por las ruedas de una carreta.

Tras un par de horas, justo a la puesta del sol, Hadron, Markusy Ralf ven unas huellas que les llaman mucho la atención. Parece como si un grupo hubiese venido en vuestra dirección, pero por algún motivo se dieron la vuelta. Podrían ser entre 8 y 12 personas. Tras un rato, la noche ya ha caído, pero una luna llena proporciona bastante luz, y el cielo se ha ido despejando. Escucháis lo que podrían ser gritos, en un primer momento no tenéis claro de que se trata. Pero tras unos minutos de marcha, esta claro que ahí delante esta ocurriendo algo gordo. Hay gritos, alaridos de dolor y el sonido de armas entrechocando. Estáis muy lejos para oír o ver nada. Pero os queda claro, que no muy lejos hay un combate muy sangriento.

Día 4 (18 de Julio) primeras horas de la madrugada. 

Vuestro turno.

Hadron observó las huellas. Algo olía mal.

-Es extraño, alguien parece haber llegado cerca de nuestra posición y haber dado la vuelta. Una de dos, o nos estaban buscando y se rindieron justo antes de encontrarnos, o nos vieron y realmente no les interesamos.

Justo en ese momento comenzaron los ruidos. Hadron se llevó la mano a la oreja, señalando a los demás lo obvio.

-Parece que hay lío ahí adelante. Puede que nuestros ladrones se hayan topado con resistencia. Sea como fuere, el enemigo de mi enemigo es mi amigo, no? Quizá podamos acercarnos con sigilo y ver que pasa, para saber como proceder. El grupo que se frenó y dio vuelta en nuestra dirección es bastante grande, no creo que lo pudiésemos manejar.

Hadron sacó una flecha del carcaj y puso el arco en su mano, toda precaución era poca.

El guerrero y ex-aventurero, se pasó el resto del viaje fijándose en Xivar Fiduchia, pues este estaba agradecido que le hubiera tocado la cosita para sanarle las heridas, y esperaba poder devolverle el favor en algún momento, si compartir la cantimplora de agua, si ayudarla a cargar algún que otro objeto

-No. -Indició Schwartz von Liechtenstein Lohengramm- Si están robando a los ladrones son otros ladrones. Esperemos a que gane un bando y acabemos con ese bando. Nuestro objetivo es hacernos con los carros. Y entrará en conflicto directo con el objetivo de estos nuevos ladrones. Así que no son aliados.

Su posición siempre iba a estar al lado de Xivar Fiduchia, su objetivo sería protegerla en el próximo combate. Atacando a quien osara a acercarse a ella.

Tras el breve descanso aún pude seguir, pero para el final, llegamos a las primeras horas de la madrugada y mi chufo verde parecía una planta maltrecha y se balanceaba a medida que caminaba como una zombie con el alma saliéndoseme por la boca.

Por alguna razón Schwartz von Liechtenstein Lohengramm no me quitaba de ojo de encima, y por más extraño que pareciese eso me hizo sentir a salvo y segura.

Entonces oímos barullo, y estaba claro que había una lucha por alguna parte. No iba a cometer el mismo error que en la incursión anterior, yo me iba a quedar en plena retaguardia. Cogiendo aliento dije - los que... podáis atacar a distancia y con magia... o el explorador... que se asomen y echen un vistazo en silencio... quizás son... bandidos contra Goblins?... - estaba totalmente de acuerdo con la idea de Schwartz Von Liechtenstein Lohengramm  de dejar que se matasen entre ellos, pero no había que olvidar que habían los hijos de la granjera con ellos. Hijos? cuantos eran? mi mente estaba embotada de tanto caminar.

- Estoy de acuerdo con Hadron y Xivar, espero que no os importe que os tutee, deberíamos acercarnos los que podemos atacar a distancia, que además coincide que no estamos heridos, y echar un ojo. Es posible que estén luchando bandidos entre ellos, pero también es posible que estén atacando a ciudadanos inocentes. – Echo mano de mi honda mientras me preparo para avanzar sigilosamente. – Aún me queda poder suficiente para lanzar de nuevo el conjuro de Sueño, esperemos que esta vez caiga más de un enemigo.

Hadron, Donatello, vayamos nosotros 3 un poco por delante en modo sigiloso. Somos los que podemos atacar a distancia, por lo que si nos encontramos a los enemigos podriamos reducir un poco el grupo antes de entrar al cuerpo a cuerpo. Lo que si optaria es por ir por fuera del camino, oculto entra la maleza y los arboles para evitar ser un blanco fácil. Cuando esteis listos y decidamos como ir partamos. No hay tiempo que perder. 

Preparo mi arco y me preparo para partir en cuanto el grupo este preparado. 

El descanso había espabilado a Ralf. Cuando oyó el ruido de batalla que se estaba produciendo unos metros más adelante se preparó para actuar.

—Vayamos paso a paso, todavía no sabemos qué está ocurriendo. Puede ser que otro grupo de soldados haya encontrado a los ladrones antes que nosotros, ¿no dijo Berracus que había enviado a otro grupo además de nosotros?; o puede ser que esos bastardos se estén matando entre ellos por el oro, sea como sea habrá que luchar..— dijo esto último mientras sacaba su espada —..yo iré detrás de la primera línea, atacaré en cuanto hayáis disparado. Vamos—

Hadron, Markus y Donatello, toman la delantera, y avanzan hacia los ruidos del cercano combate. No hacen demasiado ruido y pasan desapercibidos. La luna llena en un cielo casi despejado de nubes proporciona bastante luz para que los humanos puedan andar y ver los alrededores. A unos cientos de metros alcanzan la cima de una colina, y desde ella pueden ver antorchas y fuegos en lo que parece ser un campamento en la siguiente colina. El movimiento de antorchas y los gritos y ruidos del combate les indican que hay dos bandos en disputa. Uno son los ladrones, y el otro lo descubren pronto, cuando ven en el camino varios goblins y bandidos muertos.

Los goblins han atacado a los ladrones al amparo de la noche, y a punto han estado de tomar por completo su campamento, pero luego un grupo que había ido en vuestra dirección, alertados por el ladrón que escapo, se topo con la vanguardia goblin que bajaba de la montaña y se unió a la defensa del campamento.

Estáis aun lejos, pero os da la impresión de que los goblins se están retirando hacia la montaña, y que la lucha en el campamento de los ladrones está bajando en intensidad.

Por detrás de ellos, a unos metros se encuentra el resto del grupo.

Hay que bajar la colina en la que estáis y subir la otra para llegar al campamento de los ladrones. Si comenzáis a bajar, sin esperar, es muy posible que os metáis de lleno en el combate, ya que están los goblins en retirada aun combatiendo con los ladrones. Mientras que si esperáis un rato, sin llamar demasiado la atención, es posible que podáis llegar hasta el campamento de los ladrones, sin veros implicados en ningún combate.

Día 4 (18 de julio) Sobre las tres de la mañana, noche de luna llena con pocas nubes en el cielo.

Vuestro turno.

Quedándose en la parte trasera del grupo pues no deseaba separarse demasiado de Xivar Fiduchia luego de que esta decidiera tocarle en sus partes privadas con sus manos mágicas, literalmente, Schwartz von Liechtenstein Lohengramm se encontraba un poco ajeno a todo lo que estaba ocurriendo con los goblins y los ladrones.

El objetivo que este se había puesto era salvaguardar la seguridad de Xivar Fiduchia, por lo que dejarla atrás y saltar a la batalla no era una opción que tuviera en mente, ni tampoco en el rango de posibilidades hasta que los compañeros más adelantados voltaran y le comentaran de lo que estaba pasando o estos más retrasados llegaran a alcanzarles y verlo por si mismos.

Ralf observa como Hadron, Markus y Donatello se detuvieron a observar. El mediano, picado por la curiosidad, se acerca a ellos con sigilo y observa la escena de batalla.

—Vaaya..— dijo en voz baja —..parece que los goblins también tienen algo que decir..— a continuación miró a sus compañeros y les preguntó —..esperamos ¿no? con un poco de suerte se matarán entre ellos—

Hadron se pausó en su camino, al ver la curiosa imagen de lo que sucedía en la siguiente loma. Escuchó a dos bigotes.

-Estoy totalmente de acuerdo, no tiene sentido que nos metamos, ambas partes de la contienda, como apuntó Schwarz, en este caso, son enemigos. Que se maten entre ellos, y lo que quede vivo, intentamos rematarlo. Podría decirse que ha sido un golpe de suerte, nos están haciendo el trabajo.

- No puedo estar más de acuerdo. Observemos escondidos que es lo que pasa. Parece que por una vez, hemos tenido un golpe de suerte. - Me tumbo en la colina de para poder ver el final de la contienda sin que me detecten desde abajo. - Cuando terminen, podremos recuperar lo robado, y acabar con la amenaza al condado.

-Lo sabía!! malditos goblins - medio susurré. Esperé ahí y dejé que el resto del grupo decidiera que hacer. Realmente lo mejor era esperar a que se matasen entre ellos y no meternos de por medio, así que me oculté todo lo que pude. Al mirar arriba, la visión era demasiado enorme como para no mencionarlo. - Schwartz von Liechtenstein Lohengramm agáchate más! eres demasiado grande! - Le estiré un poco, con la poca fuerza que me quedaba, de aquella tela roja que le colgaba del cinturón (falda, pero no falda) como intentando que se ocultase más agachándose entre los árboles y arbustos.

Solo esperaba que no nos vieran al pasar de largo huyendo de la pelea.

Al avanzar logramos observar lo que parece ser un pequeño asentamiento de los ladrones. Pero para nuestra sorpresa no están solos, parece ser que han recibido visita de los goblins de la zona. Por lo que podemos escuchar y ver están en disputa, por lo que lo mejor es esperar tal y como comentan mis compañeros, al fin y al cabo nos están quitando problemas mutuamente. 

Estáis en lo cierto, no es necesario meternos entre medias de una disputa innecesaria, al fin y al cabo están haciendo parte del trabajo por nosotros. Así que lo mejor es esperar y ver que ocurre para rematarlos al final.