Partida Rol por web

Largos fueron los días y eternas las noches que pasaron en el calabozo de ciudad Robleda.El monstruoso verdugo era el encargado entre otros guardias de la ciudad de vigilaros por turnos.Os habían desprendido de todos vuestros bienes, y apenas unos pobres harapos cubrían vuestros cuerpos.

La alimentación era monótona e insípida, siendo siempre las gachas el principal alimento, acompañado por un agua turbia.La única luz que rozaba vuestra piel, era el tenue reflejo de las velas a lo lejos, iluminando todo el material de tortura del que disponía el verdugo.El sonido que acompañaba a vuestro descanso, no era más que el continuo goteo del agua por la roca, los chillidos de las ratas que se paseaban libres por la oscura y húmeda sala y finalmente los gritos agónicos de los torturados.

Vuestras muñecas y tobillos se encontraban engrilletados y unidos entre si por una corta pero pesada y robusta cadena para evitar una posible huida.No visteis rastro alguno del burgomaestre, parecía haberse esfumado o no parecía preocuparse por vuestro estado.Finalmente había llegado el día de vuestro juicio y sentencia tras intensas jornadas de debate por parte del tribunal.Fuisteis escoltados hasta el excelentísimo edificio, siendo cegados por la luz del Sol debido a la casi total oscuridad a la que vuestros ojos estuvieron expuestos días atrás.Una vez os adentrasteis en el edificio, os parecía ver la parte opuesta a la prisión.Si aquella cárcel podía ser fácilmente el oscuro averno donde la gente sufría y pagaba por sus pecados, el edificio del tribunal era el luminoso cielo, con aperturas en su techo y grandes ventanales en sus paredes, dejando pasar los haces de luz que le daban un aspecto aún más divino y celestial.Un pabellón compuesto por grandes salones divididos por robustas y gruesas columnas que sujetaban los cimientos de aquel importante edificio, donde a los delincuentes se les juzgaba y sentenciaba.

Cruzasteis el salón, pudiendo apreciar su máximo esplendor y su exquisito terminado en mármol y marfil, hasta llegar finalmente a la alta mesa del tribunal ejecutor, donde varios sabios, nobles y gente de gran poder político como representantes del pueblo, la dirigían, todos ellos ataviados con túnicas de un blanco puro y con decoraciones y bordados en oro.El líder del tribunal se levantó de su silla mientras que a vosotros os obligaron a arrodillaros.El anciano poseía una larga barba blanca como la nieve que hacía juegos con sus cabellos peinados hacia atrás, mirada severa pero profunda, y en ese momento agarraba en una de sus manos un misterioso bastón de oro y marfil con una peculiar gema negra incrustada en él.Su túnica destacaba sobre las demás debido a unas decoraciones extras a modo de escamas plateadas.

-Se os acusa de graves crímenes de guerra, uso de magia o brujería contra edificios oficiales de la Marca, conspiración, traición y rapto de importantes líderes militares- la voz del sabio anciano, gracias a la altura del tribunal, resonaba por toda la instancia como una voz omnipotente y cavernosa, como si fuese el mismo Valion el que juzgaba desde las alturas, a los criminales.

-¿Qué tenéis que decir en vuestra defensa?- preguntó mientras el eco de su voz perduraba por los pabellones durante los siguientes segundos.

La llegada a la prisión, Lia se dejaba llevar sin protestar. Estaba como ida. Ensimismada en sus pensamientos. Pero tras días de silencio y oscuridad, se dedicó a pensar: Pensar en como salir de allí, en como resolver este problema, en como les habían tratado a pesar de ayudar en la defensa de la torre y en lo que había en la torre.

Nos habían acusado de manera errónea, las apariencias engañaban. Pero la acusación había sido demasiado rápida, sin una premeditación adecuada, lo que hace pensar que el que acusaba necesitaba un cabeza de turco. La que decía ser la líder dudó, pero su consejero enseguida la cortó y nos acusó. Luego era él el sospechoso. Si hay algún traidor, es él. Pero si voy directa con la acusación, quedará como una excusa desesperada. La única manera es desbaratar las posibles pruebas y acabar con la sorpresa final.

Días sin peinarse ni asearse, provocaron que el aspecto de Lia se asemejara más a una neardental que a un muchacha de su edad y características físicas.

La muchacha levantó la mirada al Juez, a pesar de su aspecto desaliñado, aun tenía fuerza en los ojos.

Creía que esta era una ciudad justa que presentaba unas pruebas antes de dictar sentencia. Pero se nos ha encerrado durante días sin saber los cargos hasta hoy.

Decís que estamos acusados de uso de una magia tal capaz de destruir un torreón de 30 metros de altura de pura roca. Cualquiera que supiera un mínimo de magia, sabría que alguien capaz de realizar tal proeza, no sería capturado por simples lanzas de madera y puntas de metal, por un ejercito de caballería que precisamente no utiliza el sigilo para acercarse a sus presas. Puede que sea rápido, pero al igual que destruye el torreón, destruye a los caballeros que con sus brillantes armaduras se creen inmortales.

Se nos acusa de uso de brujería. ¿Qué brujería? ¿Volver a mis aliados en mi propia contra? ¿Qué clase de brujo idiota haría eso? ¿No sería acaso, que un brujo enemigo volvía a nuestros aliados en nuestra contra? Provocando que nos tuvieramos que pelear entre nosotros para ganar tiempo para capturar al Álferez Drago.

Así pues ¿Qué pruebas tenéis de las acusaciones tan graves que nos hacéis?

Ridgern no se sentía del todo mal en aquellas mazmorras. Al fin y al cabo era un enano y estaba acostumbrado a la oscuridad y la piedra. Pero la situación le desesperaba. Los días se hacía eternos con la única compañía de Lia, con la que ya no sabía de qué hablar. Al menos aprendió algo de cómo funciona la magia, cosa que le sería de utilidad días más tarde para defenderse de las acusaciones. Preguntó al verdugo por el Burgomaestre, pero éste parecía haberse olvidado de ellos, incluso se le pasó por la cabeza si seguiría vivo. Lo que el enano  tenía claro es que alguien quería hacerlos desaparecer, aunque todavía no llegaba a entender el porqué. Muchas preguntas sin responder ¿Quién era aquella mujer? ¿ Quién era su hermano? ¿ Por qué no siguió al hechicero orco? ¿Por qué no les visitaba el burgomaestre?  ¿Por qué los habían encerrado?
Por fin llegó el día en el que podrían dar respuesta a muchas de esas preguntas. Fueron guiados hacia un majestuoso edificio donde les esperaba el famoso tribunal ejecutor, que esperaban no hiciera honor a su nombre.
El juez empezó a hablar y Ridgern tuvo que morderse la lengua sabedor de que en ese momento estaban en desventaja y que cualquier salida de tono podría perjudicarles. Intentó contenerse y cuando Lia expuso sus argumentos el enano empezó con los suyos.
- Quien nos haya acusado de todo eso está claro que miente y que quiere deshacerse de nosotros . No sé qué Importantes líderes militares han sido raptados. Los únicos que conocí en el fuerte murieron en la batalla. Lo vi con mis propios ojos. Tan solo el Alférez  sobrevivió, pero pude ver como el brujo orco causante de la destrucción del fuerte, lo cogía por su cabellera justo antes de huir. Se lo advertí a la capitana de la caballería, pero no pareció importarle. Solo mostró interés en apresarnos, cosa que hizo inmediatamente y sin hacernos preguntas sobre lo ocurrido, lo que me hace pensar que ya lo tenía previsto. ¿Ustedes conocen lo que ha pasado de verdad o les han mentido? . Piensen en quién se ha beneficiado de esos raptos y traiciones y encontrarán al culpable. El jefe Petrus fue el primero en caer a causa del fuego que el hechicero orco provocó en la torre lanzando bolas de fuego. El Capitán Helms también cayó, éste desintegrado por un rayo mortal del brujo. Eso sí, antes se llevó por delante a uno de los campeones de los orcos, le debemos la vida.... Después cayó el Conde, a la vez que acabó con su enemigo, otro de los héroes de los orcos. El Alférez parecía haber derrotado a otro de los campeones, pero la torre se derrumbó y ya no pude saber de él más de lo que he contado. La caballería entró y nos apresó inmediatamente. Por tanto no sé a qué líderes se refiere, el resto de los guerreros eramos soldados sin rango que solo obedecíamos órdenes. Pregunten al burgomaestre, me gustaría saber de él, ya que nos contrató en tres ocasiones, parecía muy agradecido por todo lo que conseguimos. Sin embargo no se ha dignado a hacernos una visita en sus propias mazmorras. O ha muerto también o tiene algo que ocultar. Y sobre el uso de brujería y magia contra edificios de la marca... joder, esto es increíble!!!! No ven que soy un hombre de armas!!! Y esta joven... Sí, maneja la magia pero ¿ De verdad la creen capaz de tener tanto poder? ¡¡ Pero si es una cría!!! - Ridgern empezaba a encenderse y subir el tono de su voz.
 - Supongo que durante el tiempo que nos han tenido apresados habrán indagado un poco sobre nosotros. Supongo que sabrán que somos forasteros aquí y que llegamos a Robleda hace poco, cada uno por sus motivos. Supongo que sabrán que fuimos contratados por el burgomaestre para ir a la cabaña de Mara, la anciana de la ciénaga, a por un arma que parecía muy valiosa e importante y que entregamos al burgomaestre. Mucha gente de la ciudad nos vio volver con prisioneros y nos  felicitaron por ello. Supongo que conocerán a Riselna, la guardiana de los bosques. Ella nos conoció y si han hablado con ella les habrá contado que nos tuvo que ayudar a ocultarnos, a preparar una emboscada y a luchar para poder derrotar a 6, si a 6, solo a 6 trasgos.  Si fuéramos capaces de raptar a líderes militares y poseyéramos brujería poderosa ¿No habríamos sido capaces de acabar con los trasgos sin su ayuda?
Tras eso el Burgomaestre nos contrató para proteger una caravana, liderada por Dereck. Supongo que le habrán preguntado por nosotros y les Habrá contado que durante el viaje fuimos atacados por una docena de Huargos y Calagors. Éramos bastantes guerreros, pero aquel encuentro fue una carnicería. Tuvimos muchas bajas y todos estuvimos a punto de morir, incluido el propio Decker. ¿De verdad creen que si fuéramos una amenaza para héroes militares de Robleda y con la magia que poseemos, ese combate habría terminado así de mal? Pero si la chica "Bruja" se pasó el combate defendiéndose con una daga debajo de un carromato!!!
Sin apenas descanso, tras volver de la caravana fuimos contratados para luchar en el Fuerte, donde creo que pasamos tan solo una noche ¿ me pueden explicar cómo hemos podido conspirar contra nadie si apenas hemos estado en la ciudad, siempre viajando de un lado a otro y rodeados de personas a las que pueden preguntar?
Y sobre esa batalla ya he contado lo importante. La única magia que utilizó la chica fue para crear ilusiones que despistaron a los orcos. Gracias a su magia tuvimos más tiempo para atacarles y su gigante cayó rápidamente atravesado por un certero disparo del conde con la ballista,  gracias a que ella  lo distrajo también con una ilusión.
Allí luchamos en primero línea, primero en las murallas y luego en el patio. El único que utilizó magia poderosa fue el brujo, que destrozó la torre con bolas de fuego y rayos de energía. Y por si fuera poco hechizó a los pocos arqueros que quedaban y los lanzó en nuestra contra. Pregunten a algún superviviente y ellos les contarán. Solo los que estuvimos allí sabemos todo lo que se sufrió y lo que tuvimos que hacer para  defender el lugar y derrotar a los orcos.
Además, Ustedes saben mejor que yo  cómo funciona esto de la magia, tienen las pertenencias de la joven y habrán visto su libro de conjuros, sus ingredientes y esas cosas que usan los magos ¿De verdad creen que ella es capaz de hacer todo eso de lo que se le acusa?
Aquí los únicos que hemos sido traicionados hemos sido nosotros, que arriesgamos nuestras vidas luchando hasta el final por esta ciudad y por el futuro de sus gentes y así nos lo han pagado. ¿Dónde está el burgomaestre?  Que diga si lo que he dicho es o no cierto. Ahora entiendo la cara que puso cuando aceptamos el trabajo. Para mí que algo sabía y no nos lo quiso decir. No me extrañaría que tuviera algo que ver con esto. Ya lo he dicho antes, me parece muy raro que no quiera saber nada de nosotros después de todo lo que hemos conseguido ¡¡¡ Pero si nos dio el rango de adalides de Robleda!!!. Nos hemos comportado como verdaderos  héroes y estamos siendo  tratados  como villanos. ¡¡¡¡ Debería darles vergüenza!!!!!!
 

Una voz familiar para el enano cortó su última frase, entrando por la puerta principal del salón siendo acompañado por varios guardias.Si los aventureros se giraban, verían que era el caballero que le propinó aquellos golpes a Ridgern antes de traerlos presos.

-Con la venia de esta excelentísima sala y de su excelentísima señoría, ruego interrumpir este juicio para aportar claras pruebas que dejan como clara culpable a esa bruja, de haber incendiado el puesto avanzado, impedido el paso de la caballería y destruido el importantísimo torreón de la fortaleza empalizada- el caballero avanzaba por la sala, con su brazo alzado, enseñando el libro de conjuros de Lía.Finalmente se pone al nivel de los apresados aventureros, arrodillándose sobre una de sus piernas para mostrar su máximo respeto y pleitesía a aquel jurado y a la justicia que representaba.

-He aquí el libro de conjuros de la bruja, dónde podrá ver con total claridad que posee un hechizo ígneo de bola de fuego- el caballero abrió el libro por la hoja adecuada, avanzó unos pasos y enseño el contenido mientras giraba sobre si mismo a todos los presentes en la sala, incluidos los aventureros, los cuales pudieron apreciar que claramente allí había un conjuro de bola de fuego y que el libro era el de Lia.El dedo de la mano opuesta a la que sujetaba el libro, golpeaba con su punta la hoja delatora del crimen.

-No hay trampa ni cartón su excelentísima señoría, aquí podrá verlo de primera mano- dijo acercándose al tribunal, dónde le pararon los pies unos guardias de élite, los cuales se encargaron de recoger el libro y entregárselo al jurado, el cual comenzó a murmurar y lanzar miradas indiscretas intentando aguantar aquella sorpresa.

Golpeó con la base de su bastón el suelo, provocando un sonoro ruido cavernoso y firme que hizo acallar las voces y murmuros desmedidos del tribunal.

-¡Señorías, Señorías, mantengan la calma por favor!- ordenó conforme golpeaba el suelo con severidad y suficiente autoridad como para que todos se quedasen callados y prestando atención.Acto seguido, el libro llegó a sus manos, contemplando con claridad que efectivamente allí se encontraba el conjuro.Se quedó pensativo mientras leía la hoja y observaba a los supervivientes intermitentemente.

-No hay duda de ello, y del resto de sus alegaciones, ¿qué tiene que decir?- volvió a preguntar al caballero que miraba al tribunal, y en ese momento se dio la vuelta para observar a los supervivientes y quitarse el yelmo para así descubrir su rostro ante ellos.Aquella vez portaba la misma armadura pero decorada con algunas finas telas y cota de malla más fina para su mejor comodidad.Era un hombre joven aunque su rostro ya se veía curtido por mil batallas.Sus cabellos eran dorados como el oro, y sus ojos azules como el cielo, no obstante parecían rodearles cierto halo de oscuridad.

El hombre que había arruinado la vida del enano se encontraba ahora frente a él, mirándole fijamente a sus pequeños ojos.Había vuelto para terminar el trabajo.

-Así es su señoría.No se encontró rastro alguno de un hechicero orco entre las filas enemigas, pero la última vez que se vio al ilustre alférez, fue en el interior de la empalizada, dando la casualidad que era allí dónde se encontraban los acusados.Por lo tanto, ante la clara inexistencia de ningún hechicero, está claro que los únicos los únicos y posibles culpables de su desaparición, son los únicos que se encontraban en el interior del mismo recinto, y he de obviar, que no fueron los arqueros malheridos y maltrechos, por cierto, por un arma contundente tipo mayal como la que portaba el enano- añadió mientras se paseaba lentamente de un lado a otro y miraba tanto al tribunal como a los aventureros, hasta que se paró y señaló al enano y al maga con su dedo índice acusador.

-¡POR ESO SON CULPABLES DE ESE RAPTO PREMEDITADO Y DE CONFABULARSE CON EL ENEMIGO PARA DESTRUIR NUESTRO PUESTO AVANZADO!- elevó más su voz en esta parte para otorgarle más énfasis a su sentido.

-Todo lo que hicieron anteriormente no fue más que una tapadera para ganarse la confianza de nuestro pueblo.Pero al final ya vimos cuales fueron sus intenciones, su señoría.No tengo nada más que decir- finalizó poniéndose ahora a un lado para esperar el veredicto definitivo.

-El burgomaestre ha estado ocupado con asuntos de la guerra y se tuvo que marchar hace días, pero volverá hoy si tanto os preguntáis su ausencia en este pleito- añadió antes de responder al caballero.

-De acuerdo, lo último que dijo concuerda con la información que se nos ha sido proporcionada. El tribunal procederá a evaluar la información recopilada y a elaborar su respectiva sentencia- informó por último antes de que el tribunal de nuevo comenzase a murmurar, hasta que finalmente todos asintieron mientras se miraban entre ellos, susurrando finalmente la respuesta final al juez superior.

-La sentencia está decidida...- carraspeó y miró con seriedad y severidad a los condenados-.Por vuestros crímenes en el territorio de la marca, por confabulación, alta traición, rapto y destrucción de importantes edificios militares, yo os declaro culpables, y por el poder que me ha sido concecido por Valion y el pueblo de la Marca, os condeno a muer...

.....................¡ALTO A LA CONDENA!........................

Una voz desde la puerta cortó la sentencia del juez superior.Anduvo apresurado hacia el tribunal.Era el burgomaestre...

-No culpen a estos aventureros de lo ocurrido.Si han de condenar a alguien,que sea a mí,pues yo fui con los contrató y envió a la fortaleza- aclaró conforme se acercaba a ellos.Al ponerse a su altura, les miró con seguridad y complicidad, decidido a sacarles de aquel entuerto.Se postró ante el tribunal y acto seguido explicó....

-No hicieron nada que no se les ordenase.Nunca vi en ellos malicia alguna, y cumplían mis trabajos con eficacia y exactitud.Nunca mostraron interés por esta guerra, fui yo quien les insistió en que me ayudasen y acudiesen a la defensa.Estas acusaciones son una insensatez.No hicieron nada malo, arriesgaron su vida por la Marca y por la prosperidad de ciudad Robleda.Por ello, como burgomaestre de esta ciudad, me opongo a este juicio y exijo...- tragó saliva, parecía dudar de llevar a cabo la decisión que debía tomar, pero era lo mejor para todos, era lo más justo para aquellos aventureros que tanto le ayudaron.

-Suplico....que...- se arrodilló e inclinó la cabeza mostrándose derrotado-...se aplique la ley "ultimo deseo" del Burgomaestre...- ante tal decisión, el tribunal de nuevo se exaltó y comenzaron a hablar entre ellos totalmente anonadados ante la petición de Camil.

-¡¡Silencio, silencioooo!!- golpeó de nuevo el suelo con su bastón, acallando las voces.Julien miró con indiferencia, intentando camuflar el odio que ahora crecía en sus ojos mientras se mordía el labio.

-Si ese es su último deseo, este tribunal se acogerá a su palabra, y por lo tanto, los aventureros quedarán exentos de la pena capital, pero serán desterrados de estas tierras y despojados de sus bienes.Por otra parte, usted ahora se hace cargo de los delitos nombrados anteriormente, y por ello, se le condena...........a muerte- golpeó el suelo con su bastón para así cerrar la condena y el juicio.

¡Pero su señoría!- replicó Julien al juez superior

-¡La condena ya está ejecutada, caballero!

En ese momento, los guardias del tribunal inmovilizaron a Camil, lo engrilletaron y agarraron por los  hombros, encaminándolo hacia el exterior del edificio.El burgomaestre giró por última vez su rostro hacia los aventureros, y asintió con una amarga sonrisa, pero con una mirada esperanzadora, transmitiéndoles su gratitud y el deseo de que siguiesen vivos pues algo le hacía presentir que serían importantes para la Marca.La silueta del burgomaestre se fue alejando de los aventureros, sumergiéndose en la masa de luz que entraba del exterior a través de las puertas la cual dificultaba ver lo que había más allá.           

¡¡¡¡¡ FALSO, FALSO!!!!! TODO LO QUE DICE ESTE... HOMBRE ES FALSO!! EN UN EMBUSTERO Y UN LADRÓN!!!! - gritó el enano exaltado  al ver que el caballero que les acusaba era la misma persona que tiempo atrás le arrebató el arma de su padre - AHORA LO ENTIENDO TODO SEÑORES. MI PADRE, EL AFAMADO TARIL CABEZAYUNQUE, FORJÓ UNA VALIOSA ESPADA PARA ESTE BELLACO, PERO NO QUISO PAGAR SU PRECIO Y ME LA ARREBATÓ EN UNA LIZA EN LA QUE ME DIO POR MUERTO. PERO SOBREVIVÍ Y AHORA SABE QUE ESTOY EN SU BUSCA. POR ESO QUIERE DESHACERSE DE MÍ, PORQUE SABE QUE ESTOY TRAS ÉL Y TRAS LA ESPADA. - Y dirigiéndose directamente al arrogante Julian le dijo - VERGÜENZA DE CABALLERO ESTÁS HECHO. MIENTES MÁS QUE HABLAS. SABES QUE ESA PRUEBA QUE TRAES ES FALSA Y TODA TU HISTORIA TAMBIÉN. EL FUEGO LO CAUSAMOS NOSOTROS MISMO PARA DEFENDERNOS DE LA ENTRADA DE LOS ORCOS Y GRACIAS A ESO PUDIMOS PARAR SU OFENSIVA Y ACABAR CON MUCHOS DE ELLOS. NOSOTROS NO ESTABAMOS ALLÍ POR CASUALIDAD DESGRACIADO!! ESTÁBAMOS COMBATIENDO A MUERTE CONTRA LOS ENEMIGOS. LAS MARCAS DE LOS ARQUEROS SON DE MAYAL. CLARO QUE SÍ, Y DE DAGAS Y ESPADAS DE NUESTRO LADO PORQUE COMO YA HE EXPLICADO, EL BRUJO ORCO LOS HECHIZÓ Y LOS LANZÓ CONTRA LOS QUE QUEDÁBAMOS. LA TORRE SE DERRUMBÓ A CAUSA DEL DAÑO QUE LAS BOLAS DE FUEGO Y EL RAYO MORTAL DEL BRUJO  LE CAUSÓ. Y EL ALFÉREZ SEGURAMENTE FUE SECUESTRADO POR EL MISMO HECHICERO, AL QUE VOSOTROS DEJÁSTEIS HUIR. ¿ A CASO NO CONFABULÁSTIES VOSOTROS CON ÉL Y LO DEJÁSTEIS MARCHAR CON EL ALFÉREZ PARA QUE TODA ESTA PATRAÑA DE HISTORIA QUE NOS HABÉIS CONTADO TUVIERA SENTIDO? ME GUSTARÍA SABER QUIÉN ESTÁ OCUPANDO EL PUESTO DEL ALFÉREZ AHORA ¿ A CASO NO SERÁ ESTE EMBUSTERO? ESO PUEDE EXPLICARLO TODO TAMBIÉN...

QUE ME PARTA UN RAYO AHORA MISMO SI  LO QUE HE DICHO AQUÍ NO ES CIERTO. TIENEN QUE CREERME A MÍ Y AL BURGOMAESTRE, NO A ESTE FARSANTE!

LIA ¿RECONOCES ESE LIBRO COMO TUYO? DEJEN QUE LA CHICA LO VEA DE CERCA PARA QUE PUEDA DEFENDERSE DE LAS FALSEDADES DE ESTE IMPOSTOR.   

Lia vio sorprendida como el libro contenía el hechizo de que le acusaban.

No puede ser mi libro. Si yo no he aprendido a dominar esas esferas de magia. Ya me costó horrores preparar los pergaminos de Fuerza fantasmagórica y son mucho más débiles.

De todas formas, la acusación no puede hacer de testigo. De ser así, acuso a ese caballero de robarme el libro de conjuros y añadir conjuros a drede para inculparme. Y la prueba es que el tiene mi libro de conjuros y lo ha abierto sin mi consentimiento. Cosa que por cierto no debería poder hacer a no ser que yo esté muerta.

Se calla un momento pensativa y luego añade.

No. Ese no es mi libro, si hubiera tenido ese hechizo desde el principio no habría estado malgastando fuerzas, esfuerzos ni tiempo en crear ilusiones ni aprendiendome todos los detalles de movimientos del Alferez. Directamente habría lanzado las bolas de fuego al gigante y a los orcos para que huyeran.

Guarda silencio unos segundos y luego prosigue.

Y ahora me surge una reflexión, si se condena a muerte al Burgomaestre y resulta que nosostros somos inocentes y ese hombre ladron y deshonroso-Señala a Julian- es el culpable de todo lo que se nos acusa, la muerte de un buen hombre solo serviría para perder poder militar y estratégico y además hacer que el enemigo sea más poderoso.

Puestos a condenar a muerte, condenalo a luchar en el frente. Si lo que dice el señor iluminado roba libros y engañatribunales es cierto y no sobrevivió nadie en la batalla, mandarlo a frente es igual a sentenciarlo a muerte. Sin embargo, si resulta que el caballero de plateada armadura tiene el alma mas oscura que la obsidiana y nosotros somos inocentes, el señor Camil tendrá alguna oportunidad de sobrevivir a un castigo a todas luces injusto y basado en falsedades.

¿Y cómo podríamos demostrar nuestra inocencia? os preguntaréis.

Guarda silencio unos segundos de nuevo para captar la atención de los presentes

Trayendo de vuelta a la ciudad al Alferez Drago, pero para ello necesitamos una muestra de confianza por vuestra parte y devolvernos nuestro equipo. Y cuando digo nuestro equipo, me refiero a NUESTRO EQUIPO, no el que decida él -Señala de nuevo al caballero- que es nuestro equipo.

-Vuestras acusaciones son serias- respondió a Ridgern-.Estáis acusando de hurto,estafa e intento de asesinato sin pruebas materiales de ello a un noble de esta ciudad...- recalcó el juez con severidad y algo de sorpresa ante la desfachatez de Ridgern.

-Muchacha, creo que no entendéis bien la importancia de este jurado y las leyes sobre la que se construye todo el estado de derecho de la Marca.Las leyes están para cumplirlas, y una vez se realiza la condena, no hay vuelta atrás.Se ha de acatar la norma con todas sus consecuencias, por funestas o injustas que le parezcan a uno.Lo que usted propone joven bruja, es un castigo o pena contemplada para delitos menos graves.Si deseáis traer de vuelta al Alférez, sois libres de hacerlo, pero no os llevaréis vuestras pertenencias, seguís siendo delincuentes en estas tierras y dicha expropiación es parte de vuestro castigo, pues habéis causado grandes gastos para la Marca.Si demostráis que sois inocentes con dicha gesta, se os devolverán y se os recompensará por los daños y prejuicios causados.Hasta entonces, tenéis un día para partir de la Marca.Se os proporcionará comida para un día.Si cometéis la osadía de volver al territorio de la Marca sin las pruebas necesarias para demostrar vuestra inocencia, se os ejecutará por quebrantar vuestro exilio.Este tribunal no tiene más que decir.Guardias, acompañadlos a su celda- ordenó finalmente el juez para sentarse en su silla y suspirar mientras frotaba su frente manteniendo la paciencia.

-No....no os preocupéis su excelentísima señoría- interrumpió las palabras del juez cuando iba a aplicar un castigo al enano-.Dejadlo, están enajenados y desesperados, no merece la pena.Que se vayan y dejen en paz a las tranquilas gentes de la Marca- se mostró entristecido, enseñando como se compadecía del enano y se preocupaba por su estado.

Los guardias, ante la última orden de juez, os empujaron y arrastraron a la celda

Los aventureros pasaron su última noche en Robleda en aquella celda de nuevo.Fueron muchos los pensamientos que pasaron por sus cabezas, muchas las emociones y sentimientos que les hicieron llorar, odiar o sentir cosas que jamás pensaron que llegarían a sentir.Amaneció un nuevo día y los guardias os sacaron de allí, proporcionandoos lo que se os prometió.Os acompañaron hacia el portón exterior de la ciudad.Cuantiosas eran las enormes nubes grises que cubrían el cielo y tapaban el Sol.De vez en cuando se podía escuchar algún rayo en la lejanía.

Los guardias os llevaron por un camino que cruzaba la plaza principal, dónde pudisteis ver a una gran cantidad de gente reunida, rodeando un cadalso de madera, dónde allí se encontraba el verdugo con su gran hacha.A su lado, un par de guardias que sujetaban el cuerpo maniatado de Camil.Frente a él, se encontraba un pedrusco rectangular con una semiconcavidad en uno de sus lados donde los condenados apoyaban su cuello.Encima del cadalso también se encontraba el más alto cargo religioso de Robleda, que pareció bendecir el cuerpo del burgomaestre con ciertos salmos y gestos con su mano.Para terminar, se encontraba el escriba, que con un pergamino en la mano, gritaba a todas voces tanto el motivo de la ejecución como todas sus causas.Una vez terminó de hablar, los guardias arrodillaron a Camil, el cual miraba impasible a todo el gentío, a aquellos por los que había dado su vida y había jurado defender.Apoyó su cuello sobre la piedra, mientras que el verdugo alzaba su hacha hacia lo más alto.Conforme Camil cerraba sus ojos, la hoja del verdugo comenzó a bajar a cámara lenta.En sus últimos segundos de vida, Camil no pudo evitar esbozar una leve sonrisa, con una agridulce sensación de haber hecho lo que consideraba correcto.

La hoja cortó su cuello de cuajo a la vez que un poderoso trueno sonaba sobre la ciudad.Poco a poco comenzaron a caer gotas de agua, lo que hizo que los allí presentes levantaran sus cabezas, con mirada molesta o asustada, provocando así que la gente comenzara a marcharse de la plaza y ocultarse en sus hogares.Pocos fueron los que se quedaron allí presentes, ofreciendo sus últimas oraciones y recuerdos al que fue uno de los mejores burgomaestres de la ciudad, pero probablemente pocos podrían sentir tanto respeto como lo hacían los aventureros, que absortos, no tardaron de despertar de su trance debido a los empujones o tirones de los guardias, dirigiéndolos hacia el exterior de la ciudad.

Lia retiró la mirada cuando el hacha del verdugo seccionó la cabeza del burgomaestre. No quería recordar a aquel buen hombre así, sin cabeza.

Los empujones le hicieron reaccionar para moverse. Tenían un día para salir de la marca, y tenía que darse prisa para llegar cuanto antes al campo de batalla donde había sucedido antes. Tenía que encontrar a Perchita; con un poco de suerte, habría escapado por el hueco de la empalizada abierto por el gigante. Y con mucha más suerte, habría sobrevivido estos días en su ausencia. Su yegua tenía en las alforjas el libro de conjuros que cogió del cadáver del elfo Zirodel. Aunque no tenía tantos hechizos como el suyo propio, le valdría para retomar su vida e iniciar su venganza. Así se lo hizo saber a Ridgern y le indico un lugar en el que encontrarse unos días después para retomar la búsqueda del Alferez Drago.

Sin emabrga, a medida que se dirigía hacia el norte, trepando a algún arbol para descansar unas pocas horas y comer las pocas reservas de comida su mente se fue fragmentando y rumiaba frases inconexas Así es la justicia aquí.... es un noble... intocable... ya veremos...

Cuando finalmente llegó a las ruinas de la fortaleza, se dedicó a buscar el acceso a los sótanos. Ya no le importaba su yegua, ni lo que contuvieran sus alforjas. Sólo buscaba una cosa: encontrar al elfo muerto viviente y entregarle las almas de todos y cada uno de los ciudadanos de Robleda con tal de que le enseñara la nigromancia. Ese mundo no era justo, ella enseñaría al mundo lo que era justicia. El que no se doblegara ante su voluntad y la de su señor elfo, lo haría como muerto viviente.

Nota: Si los orcos hubieran tomado las ruinas, Lia se acercaría con intención de unirse a ellos y usaría su hechizo de Sueño (el cual aún no ha gastado) para demostrar que es útil. Tras unos días buscando las alforjas donde estuviera el libro de hechizos, habría bajado al sotano con alguna patrulla y entregado las almas de esos primeros insensatos en acompañarla e iniciar su etapa de muerte, esclavitud y destrucción.

Varios soldados fueron necesarios para para a un colérico Ridgern que se negaba a aceptar el veredicto de ese injusto juicio, por la sencilla razón de que el enano sabía que se equivocaban. El inconformista guerrero terminó malherido e inconsciente fruto de la paliza que tuvieron que darle para apaciguarlo.

Despertó dolorido al día siguiente cuando un cubo de agua turbia lo despertó para ir a presenciar la muerte de su salvador. Ahora Ridgern se arrepentía de haber inculpado al burgomaestre y para el que solo tenía palabras de agradecimiento. Aunque Camil nunca pudo escucharlas, pues el verdugo supo hacer rápido su trabajo. El cielo rugió como si protestara por la muerte de un inocente, pues los dioses sabían que lo era.

Tras eso las autoridades cumplieron su trato y entregaron a la pareja algo de comida para pasar ese día. Despojados de sus pertenencias y todo honor que hubieran podido adquirir durante aquellos inciertos días en los que sirvieron al burgomaestre, los dos aventureros se separaron tomando cada uno su camino. Ridgern no olvidaba las palabras de su Tío y se le ocurrió que la anciana quizás podría ayudarle. El enano pretendía encontrarla e informar la vieja Mara de lo sucedido con el burgomaestre con la intención de ofrecerle sus servicios a cambio de algún mejunje curativo que pudiera ayudar a su padre. Aunque para eso necesitaría armas y al saber que Lia tenía pensado volver al fuerte, Ridgern la acompañó para recuperar algún arma decente entre  las cientos que había quedado sin dueño en el campo de batalla.

Los aventureros marcharon de las Tierras de la Marca.Les habían arrebatado todo, hasta el honor que habían podido conseguir entre sus gentes.Ahora vagaban sin un rumbo aparente, siendo Lia la que inconscientemente parecía moverse hacia la fortaleza de madera impulsada por sentimientos y pensamientos que trascendían de su habitual manera de pensar.Aquellos sueños e ilusiones, las aspiraciones de los aventureros, ahora ya quedaban lejos, pues sobrevivir era el mayor de sus problemas.La comida que les dieron duró un día, a partir de entonces tuvieron que alimentarse de hongos y plantas que crecían en los bosques.

El trayecto fue duro y cansado, apenas con un calzado mediocre en sus pies, llegaron a la fortaleza con estos sangrando.El enano fue arrastrado por la impulsividad y los sentimientos negativos de la maga, que por alguna extraña razón, parecía anhelar cada vez más llegar a la fortaleza asolada.Ridgern se cuestionaba también los motivos por los cuales deseaba volver a aquella zona, que ya desde lejos pudieron ver que estaba totalmente devastada y arrasada.Una zona que había sufrido el bocado de la guerra, y ahora yacía muerta, con su terreno carbonizado por el fuego, los troncos de la muralla con restos de sangre y abundantes flechas clavados en ellos.Escombros, cascotes y cuantiosos cadáveres aún poblaban el terreno, alimentando a los parásitos y los gusanos a la par que nutriendo la tierra con sus despojos.

El graznar de los cuervos era lo único que se podía escuchar en el lugar, pues el silencio reinaba casi en su totalidad.La estampa del resultado de aquella batalla era desoladora...

Lia atravesó el hueco del antiguo portón que cerraba la muralla y se aproximó a las ruinas de la torre.Los cadáveres de los líderes eran los únicos que no se encontraban allí.Pues en unos días realizarían una ceremonia para darles entierro y descanso dentro de los muros de Robleda.Las manos de la maga parecían acariciar los cascotes, los examinaba en busca de alguna apertura, llegado el punto de incluso arañarlos sumida en un ataque de locura y desesperación, con la intención de apartarlos de en medio, y cuando todo parecía perdido, sin una entrada posible, os percatasteis de un estrecho pero peligroso recoveco bajo las más grandes piedras que aguantaban todo aquel montón de cascotes y restos.No sabríais si aquel túnel llegaría a algún lugar o solo sería un callejón sin salida rodeado de muerte.Aún así, nada quedaba ya atrás y corriendo el riesgo, los aventureros se adentraron en aquel oscuro y alargado hueco.Gateando e incluso en algunos momentos soltando el poco aire de sus cuerpos para reducir el volumen de este, llegaron a la zona de las escaleras, por donde se escurrieron.Lograron bajar antes de que todos aquellos escombros cedieran y taponaran la única salida que habíais localizado, levantando una nube de polvo que llenó el lugar.

Los aventureros bajaron las escaleras, una y otra vez, cuantiosas plantas hasta llegar a una misteriosa caverna de obsidiana y otros minerales tan pulidos que reflejaban una tenue luz azulada.

Al fondo de la caverna, unos enormes portones de piedra tallada y cincelada con relieves macabros, parecían alabar a Penumbra, el Dios que encarnaba a la oscuridad, la contraparte de Valion además de runas de una desconocida lengua.Un par de antorchas de un fuego fatuo azul, reposaban en ambos lados de aquellos férreos portones.Todo parecía estar en silencio, solo el sonido de las gotas escurriéndose o cayendo por las estalactitas era lo que predominaba junto con algún murciélago.Pero de pronto, los aventureros pudieron escuchar susurros, surruros muy lejanos, indescriptibles para el enano, pero de algún modo Lia podía entenderlos, era una voz que le resultaba familiar, una voz que helaba la sangre, que denotaba la pérdida de humanidad hacía ya mucho tiempo atrás.Y en una extraña lengua, acariciaba el oído de la maga.

Aaaaaaaaaassssssshhh....thraaaaaackk.......gul....uk....naaazaaaaaaaagg.....Uuuummmm.....buuurz....at

Fue en ese momento cuando Lia se dio la vuelta y miro a Ridgern.Su mirada parecía estar imbuida en un profundo odio, poseída por unos fuertes sentimientos de venganza, anhelando algo que estaba más allá del alcance de sus manos y de su imaginación....Fue en ese momento cuando Ridgern supo con total seguridad que algo oscuro moraba en aquellas cavernas y que probablemente su vida allí correría peligro.