Suspiro y cierro el libro que he estado leyendo las ultimas 5 horas.Un mes investigando en los archivos mas secretos del Vaticano y apenas tengo ninguna información útil o nueva que pueda usar. Como siempre, el paranoico que hay en mi teme que le hayan ocultado información. Como siempre, me esfuerzo por no pensar demasiado en ello.
Todo el mundo dice que tengo una suerte increíble. Tocado por la Gracia divina o por la mano del diablo. Según a quien le preguntes te dirá una cosa u otra.En este edificio te darán incluso mas respuestas, todas para nada...como mi investigación.
Siempre he confiado en mi suerte, nunca me falla. Pero tener suerte no lo es todo, también hacen falta pruebas. Sospechar que un cardenal no es lo que parece es fácil. Demostrar que esta poseído por un astuto demonio no tanto. He recogido rumores que dicen que lo que antes eran misas privadas para los amigos y protegidos del cardenal, ahora son orgías y bacanales como no se veían en Roma desde los tiempos de Caligula. He intentado que me hagan caso, pero por desgracia no es tan raro que un alto cargo de la iglesia se descarrié. Eso y que los demas no quieren creer que uno de los suyos haya sucumbido a la tentación.
Me temo que esta noche debo colarme en la casa del cardenal. Hoy se celebra su siguiente "misa".
Una carta se cuela por debajo de la puerta.
El sello: del Vaticano. La tinta fresca, el papel arrugado y húmedo.
Señor Solomon Kane.
Un espía de los protestantes ingleses se encuentra en Lugiria, buscando transporte para ir a Toscana. Se le darán más datos cuanto más se acerca al espía.
Objetivo: buscar, encontrar y eliminar.
En nombre de Nuestro Señor Jesucrito.
Amén.
Abro la puerta nada mas llegar a la puerta, incluso antes de leer lo que contiene la nota.Cuando no veo a nadie por el pasillo frunzo el ceño y leo la nota con tranquilidad.
Cazar a un espía protestante?. Eso esta dentro de mis habilidades, aunque lejos de mis responsabilidades comunes. Por mucho que los protestantes sean herejes, no son demonios y esto parece una maniobra para separarme de mi propósito original.
Aun así, si ignoro la nota tal vez caiga en una de las maniobras políticas que tanto gustan a los cardenales y tanto aborrezco yo. Pero Luguria esta muy lejos para ir sin motivo.
Medito sobre ello mientras camino a mis aposentos , a preparar mis cosas.
Un caballo negro como el carbón espera en la calle para Solomon.
No tiene nombre. Se le ve tan relajado y estático que parece una figura allí plantada. Pero en cuanto sea montado por quien debe, comenzará a galopar como si cada pisada de sus cascos le quemasen. Hasta reventar de agotamiento.
Frunzo el ceño al ver al caballo que espera en el exterior de la biblioteca. Un caballo negro como este...casi parece un mal presagio.
O una invitación. Suspiro medio resignado y me echo la bolsa al hombre,montando después en la bestia y azuzándola para que cabalgue. Seguiré la costa hasta Luguria, esperando encontrar su rastro para seguirlo y terminar con este sucio asunto cuanto antes.
El caballo corre tan deprisa que parece acortar distancias gigantescas con cada paso que da. Se ve el aliento del animal en forma de vaho ante su boca. Una capa de sudor cubre su pelaje aterciopelado. El jinete de tan bravo animal debe apearse con fuerza a él para no caer en un salto de algún obstáculo en el camino.
Las encías le sangran, de su boca sale espuma, sus ojos parecen brillar.
En un par de horas ya han cruzado toda la Toscana por la costa. Se adentran en Liguria y San Remo. A un pueblo del destino, el animal cae desplomado en medio de un camino perdido en la nada. Da un par de coces tirado en el suelo y su corazón se para por completo.
Copio esto en Liguria que es donde pasa.