Partida Rol por web

Faki se levanta al ver que Jaali asiente y se acerca a el.

- Omar vino a mi buscando información sobre lo que le ocurrió a su tío Haidar hace seis años. Haidar era un seguidor de Nethys y cuando tuvo problemas acudió a nosotros. Yo entonces era joven y un amigo del viejo emir, juntos buscamos en los sitios más oscuros de este templo como acabar con su maldición sin éxito. - el viejo sacerdote no puede evitar que su discurso se tiña con tono de nostalgia - No logramos nada, pero descubrimos la existencia de un viejo monasterio, el templo del Ojo que todo lo ve. Hace cientos de años, un grupo de monjes de Nethys, construyo en medio del desierto, un templo para estudiar la dualidad de Nethys y de la propia magia. Un lugar seguro donde experimentar con los aspectos más peligrosos de nuestro dios. El monasterio se dividió en dos partes, en la superior, en la superficie se experimentaba sobre los aspectos protectivos de la magia, bajo suelo sobre los destructivos.

- Pero lo que nos interesa del templo, es el Aliento de Nethys. Se dice que transpira desde el suelo y que regala visiones enviadas por el dios de la magia a cualquiera que duerma en el. Haidar, tras abdicar, se fue allí, buscando ayuda de Nethys para obtener una curación a su problema. Nunca volvió. - por primera vez el viejo parece transmitir sentimientos, probablemente al recordad una juventud con amigos y una vida más allá de la pirámide. Con una voz mas neutra, recuperado el control añade - Le he contado lo mismo al joven Omar. Creo que ha ido a buscar a su tío. El templo se encuentra en una zona de colinas, a unas dos millas al noroeste de Solku. Os daré un mapa con la localización lo más detallada posible.

- Ahora por favor, acompáñame a mi estudio, donde nos encargaremos de la otra parte del trato. - con la mano hace un gesto a Jaali para que entre por la puerta trasera del despacho.

Interesante... Muy interesante - Jaali empieza a pensar en las posibilidades de visitar un complejo del Dios de la Magia. Que secretos conseguira encontrar alli?

Quizas pueda quitarme el conjuro de Quest. Habra que intentarlo

Entiendo que el Templo estara en ruinas y no sigue en activo, por lo que cuentas. - Continua Jaali mientras sigue al sacerdote - Solo dos preguntas: Por que no nos has querido ayudar directamente, siendo amigo del viejo Emir? Y para que quieres la daga? Tengo la sensacion de que la respuesta a ambas esta relacionada.

Tras escuchar al viejo y sentandose para recibir el conjuro, Jaali dice en tono casual aunque este cagado por el conjuro que le van a lanzar

Por cierto, ya viste lo magicofobo que era el enano. Tres semanas de viaje hasta Solku por el desierto con el... No tendras algun repelente de enanos o algun objeto magico que me ayude a sobrevivir, verdad? Si me mata, no consigues la daga.

Jaali entra en la estancia contigua, donde se tumba en una mesa. Faki coge varios libros y pergaminos de una de las estanterías y empieza el ritual.

- Ya no soy el jovencito de antaño - contesta Faki con cierta tristeza - Ahora no valoro tanto los sentimentalismos.

El ritual continua a lo largo de varios minutos, velas, símbolos extraños, cánticos incomprensibles y finalmente, con una tinta negra, Faki inscribe una extraña runa en la palma de Jaali. Tras eso se aleja, y le hace señas para que se levante:

- Con el enano tendrás que lidiar tu. - comenta al acabar el ritual, mientras se seca las manos sudorosas con una toalla - Sin embargo, dado que tu vida me es útil, tendrás acceso a la zona de libros de hechizos biblioteca del templo. Supongo que en la sección de novatos habrá cosas que te resulten útiles.

Jaali, embargado por la excitacion de poder acceder a todo ese material magico, ni siquiera se da cuenta de que le ha llamado novato.

Gracias, Faki - Dice cogiendo el mapa de la localizacion del templo - Ire a encontrarme con mis compañeros para que sepan a donde vamos mañana y volvere a ver si encuentro algo de interes en la biblioteca.

Dicho esto, y frotandose la mano de la runa, sale a ver a sus compañeros

Dorwas esperaba sentado en un banco en el exterior, los ojos cerrados y el rostro hacia el cielo, dejando que los rayos del sol oscureciesen su piel aún más, de forma que las cicatrices fuesen visibles más aún.

Sobre sus piernas, descansaba desenfundada la cimitarra, una mano sobre el canto, la otra sobre la empuñadura.

Mientras, silbaba una alegre canción.

Jaali sale del templo, todavia frotandose la mano. Ve al enano a un lado de la entrada, con los ojos cerrados y la cabeza hacia arriba.

Este se ha dormido. Mejor que en el desierto haga la primera guardia, si queremos sobrevivir

Despierta, Dorwas! - dice sin acercarse al enano - Donde has dejado a Raffius? Tenemos que reunirnos con los demas. Ya sabemos donde fue Omar - dice ondeando el mapa. - En cuanto os fuisteis y pudimos hablar como magos, se aclaro todo muy rapido. - se encoge de hombros - lo normal, por otra parte, ya que entre tu y Morbo lo unico que habeis hecho ha sido calentar el ambiente... Menos mal que hay alguien que representa la voz de la razon.

Dorwas abrió levemente un ojo, formando una sonrisa en su rostro, según comenzó a hablar Jaali. ¿Qué te contó el amistoso sacerdote?

Me conto que como vuelva a verte a ti o al feo de nuevo, no salimos del templo con vida. Tambien me conto, despues de usar un poco de persuasion, hacia donde se ha encaminado Omar. - A Jaali no le gusta la sonrisa del enano... Que leches, lo que no le gusta es el enano - Vamos a la posada, a esperar al resto del grupo y os lo cuento alli.

¿Solo del templo? repitió Dorwas levantándose y envainando la cimitarra lentamente sin dejar de mirar a Jaali con su sonrisa inmutable. Entonces, se encogió de hombros mientras comenzaba a avanzar y añadió en un murmullo claramente audible. Tú tienes muchísimos más sitios de los que es posible que no salgas con vida...

Mientras avanzaba, gritó ¡Pequeñajo! ¡Volvemos a la taberna a por otro vaso de leche! ¡¿Vienes?! sin saber muy bien dónde estaba Raffius.

Jaali reflexiona con un escalofrio sobre las palabras del enano

Si, basicaménte cualquier sitio conocido en este plano a partir de dos meses...

Sin embargo le responde mientras se encaminan a la taberna

La vida y la muerte no son decisiones nuestras. La cobardia, sin embargo, si. A ti te veo que eliges mucho, Dorwas.

Sin ni siquiera detener su paso, mientras se ajustaba el fajín que le hacía las veces de cinto y del que portaba su cimitarra, Dorwas ladeó la cabeza y respondió al mago.

No voy a volver a repetir esto pero la proxima vez que esa lengua tuya te pierda o que se te ocurra hacer un juego de palabras tratando de burlarte de mi, lo pagarás con acero y sangre. sentenció.