Partida Rol por web

Asintió un poco ante el gesto del anciano y echó a andar, todos en silencio. Mas por una vez no era un silencio tenso sino uno lleno de pensamientos sin formular. Por su parte, el temor de haber cometido un error irreparable la asfixiaba pero se decía que no había marcha atrás y que aceptarla en el grupo podía ser un error del mismo calibre.

Sin embargo, sus compañeros parecían haber aligerado la carga que portaban en su corazón, pues Jack había vuelto a bromear con Morrigan y la guerrera parecía algo más cómoda con el grupo que la rodeaba. Incluso le mostró su aprobación por una vez, aunque lo que hizo que su expresión ceñuda pasara a sonrisa fue el comentario de que lo más difícil había sido entenderse.

- No te falta razón - comentó mientras seguía andando, esforzándose por ignorar el dolor de pies y de articulaciones. Fue entonces cuando Morrigan pareció ponerse nerviosa y sugirió andar en fila, haciendo que Vahala la mirara con seriedad. A ella le parecía que de ese modo eran más vulnerables para alguien que pretendiera atacar desde los flancos pero la verdad era que no tenía ni idea...y se fiaba de Morrigan en ese campo. Así que asintió y tomó la segunda posición antes de decir -: No es que tenga enemigos en la ciudad, aunque está claro que alguien asesinó a mi madre ahí, es que estoy segura de que ahora mismo hay enemigos en todas partes. Aunque el hecho de que la Emperatriz ha sido sustituida por su hija durante siglos es un secreto, es difícil de creer que no lo sepa quien ha planeado esto. En palacio sólo había una persona que sabía quién era y... - guardó un momento de silencio, conteniendo sus emociones -...aunque tratará con todas sus fuerzas no desvelar nada de mí, no sé con qué medios cuentan para saberlo. Lo lógico es creer que ahora mismo tienen una descripción de mi apariencia y saben lo que pretendo.

El viejo escucha la conversación entre Morrigan y Jack, y sonríe. Después de todo, puede que al final cruzarse con esa extraña haya servido para algo...

—Mientras no nos paremos, iremos bien —dice a la pregunta de Morrigan—. La voluntad, como os he dicho, es lo más importante para llegar a Aknosh. En cuanto a lo de andar en fila, no tengo inconveniente. Iré delante, si queréis...

Se gira hacia Vahala.

—Lamento de veras tu pérdida —le dice, serio—. Me parece aberrante que alguien haya podido acabar con la vida de la Emperatriz. Desde luego, el peligro es terrible... pero debes ser fuerte, joven. Mucho depende de ti, e incluso en este primer paso que es llegar hasta la Ciudad Perdida, tú debes ser la que lleve la voz cantante. Sé que es cruel ser tan directo... pero me temo que no tenemos otra opción.

No quiere que sus palabras suenen como un reproche, sólo que Vahala tenga muy claro lo que todos deben saber. Que en esa situación, aunque necesite la ayuda de sus compañeros, ella es la pieza clave para salvar todo lo que conocen.

Y, tras ese encuentro inesperado, el grupo de 4, que antes fuere de 5, emprende el camino guiados por Valtorn, Primer Hechicero de Aknosh, y su conocimiento de los caminos. Frente a ellos incertidumbre. Tras ellos, el saber que el peligro acecha entre las sombras. Y en sus corazones, la certeza de que al final del camino se hallarán todas las respuestas. 

Solo hay ahora una pregunta que se hacen, ¿cuánto tardarán? ¿Llegarán a tiempo para salvar el mundo que conocen o sucumbirá esa tierra a la oscuridad que mora al otro lado del Velo?