Partida Rol por web

La mayoría están enfermos. Solo queda el jefe y la cocinera. La señora está en el sótano. Dejadme ir, no quiero quedarme más aquí

-Si le dejamos ir es posible que vaya a por refuerzos. -dijo Svalk, mirando al hombre con expresión hosca- Y aúnque no lo hiciera, volvería a sus andanzas de asaltar, violar y asesinar a los viajeros. -agregó mientras apretaba con fuerza el arco.

¿De qué están enfermos?, pregunta Thandril.

¿Y qué nos puedes contar de tu jefe?
 

Asperi mira al explorador reacio a tomar en cuenta lo que le parece que está proponiendo y comenta mientras, poco a poco, se va regularizando su respiración

- Pero nosotros no somos como ellos - trata de explicar su posición - En mi mochila tengo una cuerda. Y también un saco de dormir. Quizás si lo metemos allí adentro y luego lo atamos nos podremos asegurar que no vaya a buscar a nadie. Y amordazándolo no podrá, tampoco avisar a cualquier refuerzo que pueda haber cerca -

Tras cerrar los ojos un momento y volver a echar un vistazo a su alrededor continúa - Cuando rescatemos a la prisionera podremos liberarlo. O mejor, llevarlo al poblado para que rinda cuenta de sus actos -

Tanto tiempo con esas criaturas heladas y este frío infernal han hecho que enfermen de escalofríos. Los hemos encerrado en el dormitorio del sur. El jefe ha dicho que no los saquemos de ahí hasta que se curen o palmen. Para él le valen igual vivos que muertos.

Svalk ladeó la cabeza hacia Asperi, pero sin perder de vista al bandido, y asintió.

-De acuerdo, me parece bien. -le respondió al joven bárbaro.

Luego se dirigió de nuevo hacia el hombre tumbado en el suelo.

-Háblanos de vuestro líder. ¿Dónde se encuentra ahora? ¿Es un fuerte guerrero? -le preguntó.

Rohkar es un tipo siniestro, adora a Norgorber y se hizo nuestro líder cuando mató a nuestro jefe. Yo seguía con él por miedo a que me convirtiera en uno de sus zombies. Está en el piso de arriba,seguro que pensando como librarse de sus nuevo aliados congelados. Confiesa el bandido, intentando caeros lo mejor posible.

¿Norgorber? ¿Zombis? Esto no está mejorando mucho... ¿Nos puedes decir si hay alguna entrada secreta? Si de verdad quieres librarte de él, te conviene ayudarnos. De lo contrario, no creo tarde mucho en pensar que le resultas más útil muerto que vivo... Después de todo, lo conoces mejor que nosotros.

Poco a poco Asperi comenzó a respirar más lentamente y sintió como su cuerpo se comenzaba a recuperar del combate.

Escuchando a sus compañeros y al prisionero no puedo menos que asentir a las propuestas del mago. Con cuidado sacó su saco de dormir y la soga de su mochila y se las lanzó a Svalk - Aunque parece que quiere hablar, no me termino de fiar. Asegurémonos que no pueda escapar -

Mirando al prisionero intentó explicarse - Creo que te conviene dejarte atar. Será más seguro para nosotros. Y también para ti - Con cuidado se puso de pie y verificó que sus piernas lo sostenían antes de acotar - Zombies? Aliados helados? Estos últimos deben ser esas cosas que nos emboscaron allá atrás. Esto se está complicando más de lo que pensaba -

Tras pensarlo un poco agregó - Si la prisionera está en el sótano quizás deberíamos ir por ella y esperar que el resto no nos vean - Mirando al prisionero le preguntó - Hay forma de llegar allí sin que nos detecten el resto de los... eh... zombies y aliados helado? Si nos ayudas te sacaremos de aquí. Puedes venir con nosotros al pueblo y presentar tus motivos allí. Seguramente la prisionera pueda hablar en tu favor... si es que nos ayudas a salir de aquí sin más problemas -

¿Si os ayudo a rescatar a la Señora. Me dejaréis marchar? Este lugar está condenado, acabaremos todos enfermos del frío

Sería una manera de redimirte por aliarte con malas compañías.

Thandril mira a sus compañeros.

¿Qué decís?

Ajena a la conversación de sus camaradas con los bandidos que quedaban, la bruja comenzó a concentrarse en sus poderes mágicos, apuntando con sus manos a Asperi, mientras gesticulaba con ellas. De pronto, una pequeña sensación agradable comenzó a correr por el cuerpo del bárbaro, cerrando en parte sus heridas.

- Eso es todo lo que puedo hacer por el momento, Asperi. Era mi último hechizo de curación... - Comentó a su compañero de búsqueda.

- No lo sé - contesta Asperi, aparentemente recuperado de sus esfuerzos - No nos corresponde a nosotros decidirlo. Quizás deba hacerlo la principal afectada, cuando la recuperemos -

Encogiéndose de hombros aclara - Mas allá que intentó herirme, aceptaré la opinión de la mayoría. Después de todo, si nos guía exactamente a donde está la prisionera, y evitamos más problemas en el camino, habrá pagado su deuda... por lo menos conmigo. Eso si, si vienes con nosotros, vienes con las manos atadas. Y si intentas avisarle a alguien. Bueno, en ese caso serás el primero en caer -

- Gracias - le dice a la bruja al notar que algunas de sus heridas se han cerrado. Aferrando su mangual con fuerza se prepara para ingresar a la cabaña - Supongo que lo mejor es avanzar antes de que alguien nos vea aquí, preparándonos -

Muy bien. Pues si te portas cómo es debido, parece que salvarás tu vida. Demuéstranos cuánto la valoras. ¿Por dónde conviene que entremos?

-Estoy con el muchacho. -expresó Svalk, tan serio como de costumbre- Si nos ayuda a rescatarla, por mí ha pagado su deuda. Pero la palabra última la tendrá Lady Argentea. -miró severamente al bandido- Así que pórtate bien con ella cuando la encontremos.

La trampilla está bajo la piel del oso en la gran sala de donde hemos salido nosotros. ¿Hay trato entonces?

Sí, vamos. Tú irás delante, ya que te conoces el lugar.

- Y con las manos atadas. Y yo iré tras tuyo - aclaró el bárbaro mientras volvía a empuñar su pesado mangual a dos manos y movía la bola con pinchos por delante de su cuerpo, demostrando la habilidad que poseía con el arma.

- Adelante. Y espero por tu bien que no nos quieras llevar a una trampa - más allá de sus palabras previas, Asperi no podía dejar de sospechar que el bandido podía intentar engañarlos.

- Solo debes llevarnos con Lady Argentea sin que nos descubran tus compañeros y ella decidirá tu futuro. Si lo haces bien, le contaremos sobre como nos has ayudado -

Guiados por el bandido os adentráis en la casa. En la sala hay una gran mesa con dos bancos bajo un techo de 20 pies de altura. Al oeste se ve una chimenea y una alformbra con forma de oso. Una escalera asciende a una balconada que permite otear toda la sala. Junto a las puertas dobles hay una caja con dos viales en su interior. Si es cierto lo que os ha dicho el truhan bajo la alfombra debería haber una trampilla

Asperi se mantiene tras el bandido, con su mangual empuñado y mirando hacia todos lados, preocupado por la posible presencia de más bandidos emboscados.

- Bien, por ahora no hay nadie... esperemos que esto siga así - comenta sin dejar de mirar a su alrededor,