Cuando observo esto, me pongo a vigilar el lugar en el caso de que se acerque algun ser, ya sea bestia o humano que no hallamos visto, y a esperar a que Arn cure a aquel hombre.
Me hubiese gustado postear mas a menudo, pero no era plan que hubiese mas post mios que de mi compañero, por eso espere un poco
El Bandido se siente aliviado cuando Arn le quita las armas y le deja ir sin más. Parece que incluso se siente mal por lo que ha hecho, se queda unos segundos pensando. Le han quitado la vida a un hombre por un puñado de oro, y además algunos de sus compañeros han muerto. Esta vida no esta hecha para él. Mientras Arn se ocupa del viajero, él abandona el lugar un tanto desalentado.
Arn pronuncia una plegaria, sus manos adquieren un color azulado tenue. Al tocar al objetivo este parece que se siente aliviado y recobra el conocimiento. No obstante sus heridas son demasiado profundas y no parece que vaya a aguantar mucho tiempo.
Hombre-Viajero:¡Gracias por vuestra ayuda! Me temo que no voy a sobrevivir a esta... Por favor escoltar a mi familia hasta Norerdia.
Dicho esto el hombre se despide de su esposa que llora desconsoladamente, ante su muerte. Los intentos de los dos protagonistas por salvarle la vida resultan inútiles, sus heridas son mortales. No obstante parece que su rostro refleja cierta tranquilidad al partir.
El grupo se sume en un aire de tristeza. No es la primera vez que los dos héroes presencian una escena similar y su corazón es sin duda más fuerte que el de los demás.
Normalmente se necesita una tirada para realizar los conjuros, pero al ser una situación no hostil he decidido que no es necesaria.
Sobre el conjuro de curar, decir que los PV son como la sangre para que nos entendámos. Si te hacen una tranfusión pero sigues teniendo una herida enorme poco haces.
Al observar esta escena, miro al paladin y luego al hombre que se halla moribundo, le dedico unas palabras en elfico al hombre que esta vez ha muerto(palabras de despedida de forma ceremonial) y le digo a Arn"Si pretendes enterrarle, hazlo ahora, no es conveniente que las bestias sepan que la comida esta con nosotros" mientras miro el cadaver de aquel hombre, luego desvio la vista de la mujer y sus hijos, indicandoles a que se acerquen.
Arn le dió la extrema unción al hombre, como hombre religioso que era. Entonó unos salmos para que el hombre descansara en paz y preparó el cuerpo. Una vez preparado lo enterró en un hoyo muy muy profundo, ya que el olor podria animar a las bestias y desenterrarlo. Cuando terminó el improvisado entierro, expresó sus condolencias a la familia, siendo amable y respetuoso.
- Vamos a Norerdia... ¿Podeis caminar? - Preguntó el paladín, pues al parecer la carreta había quedado destrozada, y de necesitarlo él dejaria que al menos dos montasen su caballo. De necesitarlo él iria andando.
Norion observa el entierro con tranquilidad, sabiendo que la muerte era un ciclo natural, al igual que la vida, pero esta vez sabia que esta habia llegado de forma tan rapida y que se habia llevado a varios en este dia, en ese instante se desmonta del caballo y le dice a la mujer "subete, sube al caballo tambien a tu hijo pequeño", luego le dice a Arn "tengamos los sentidos agudos paladin, no sabemos si el peligro ha terminado, aunque deseo que fuese asi", luego le indica a su mascota que no se aleje de el.
Nosotros podemos andar, son solo unos golpes. Nuestro hermano pequeño probablemente necesite utilizar alguna montura.
Venimos del pueblo de Per-hales, la seguridad en el pueblo se ha visto muy resentida. Por eso hemos decidido mudarnos, nos dirigimos a la ciudad a visitar a nuestro tío Harl, él es el propietario de la posada las tres espadas.
Gracias por todo.
Después de unos minutos, el grupo reemprende la marcha escoltados por los dos bravos aventureros. Por suerte los días de viaje transcurren sin ningún incidente. Los héroes llegan a la ciudad de Norerdia, Capital del Gran Reino de Aerdia del Norte.
La ciudad se haya fuertemente amurallada y defendida, a lo lejos puede verse el impresionante castillo que se alza en el centro de la misma. Desde ese castillo el Rey Eduardo III el Sabio gobierna el reino, tiene la fama de ser un rey excelente pero le ha tocado reinar en una época muy complicada para su reino.
La población de la ciudad ha aumentado bastante debido a que muchos ciudadanos de las partes más inseguras del reino están emigrando hacía ella. El rey Eduardo III esta haciendo todo lo que puede por lograr y mantener un ejército numeroso y competente que pueda hacer frente a la amenaza de los muertos vivientes y a los numerosos grupos de bandidos.
Los aventureros entran en la ciudad sin ningún problema y caminan por la calle principal hasta llegar a la posada las tres espadas. El edificio es bastante grande, su fachada es de piedra gris con diversas ventanas y unas escalinatas conducen a la doble puerta principal, el tejado esta compuesto por tejas de un color azulado que llaman bastante la atención.
Con Esto el prólogo queda cerrado. Esta noche o mañana postearé el mensaje que dará inicio a la partida.