Husbai es un pueblo fronterizo de la parte oriental del reino, sus gentes son de mente abierta debido al alto comercio con otras gentes y ser zona de paso para muchos viajeros.
Es un pueblo de tamaño medio con una guarnición de unos 50 hombres liderado por Thabard, el comercio de lana y telas son su mayor fuente de ingresos.
Últimamente los rumores de que algo se avecina en la región atrae a muchos viajeros en busca de fortuna.
He estado en este pueblo?
Hace varios años si, conoces las rutas entre algunos de los poblados, pero la zona del interior te es desconocida
Cuando me levante al alba no pude imaginar la pesadilla en la que iba a convertirse un día apararentemente normal. Todo empezo como cada mañana, como capitán de la guardia de Husbai di las instrucciones rutinarias a mis hombres, el día transcurria normal sin mayores sobresaltos que los habituales hurtos en el mercado, hasta que el ocaso trajo consigo el sordo grito del centinela en lo alto de la almenara.
Rápidamente me dirigi a lo alto del muro norte del bastión de mi señor, siguiendo las señas del centinela divise a lo lejos lo que parecían varios hombres armados. Sus sincronizados movimientos no me dejaron lugar a dudas, no se trataban de simples bandidos que se conformarian con un pequeño botín, rapidamente di la señal y la campana de alarma alerto a los habitantes del poblado.
Los habitantes rapidamente dejarón todo y corrieron al refugio de las humildes murallas a sabiendas de lo que aquel sordo sonido significaba, la calle principal era un hervidero de gente corriendo por sus vidas mientras los atacantes tomaban posiciones al fondo de la calle.
Mis pocos hombres formaban en la muralla y en la entrada del bastión a fin de asegurar la defensa, pero derependente un grupo de hombres se interpuso entre los asaltantes y nosotros, seguramente un grupo de aventureros de los que tanto abundaban por aquellas tierras pero sin duda jamás había visto a nadie tan desafiante como aquel enano.
Probablemente se encontraba ebrio o simplemente era un loco, desde mi posición veía al menos una treintena de hombres por las distintas calles del pueblo perfectamente sincronizados, varios hombres dispararon sus flechas contra los asaltantes alcanzando a alguno de ellos pero rapidamente se dieron cuenta que lo que estaban viendo solo era una avanzadilla.
Uno de los hombres parecía intentar decirnos algo pero no fui capaz de escuchar sus palabras al igual que el no me escuchaba advertirle de que eran demasiados, el enano parecía perdido cuando tres hombres se avalanzaban hacía él, cuando todo parecía perdido otro enano y un hombre que no vi de donde salia acudieron en su ayuda dandole una oportunidad, rápidamente acabarón con dos de los asaltantes con certeros golpes.
Otro de los hombres al intentar flanquear a los asaltantes se dio cuenta que cada vez eran más así que avisando al resto comenzaron al fin la retirada, aquellos enanos con sus cortas piernas tan solo tendrían una oportunidad de salir con vida, ordene disparar a mis arqueros junto con las flechas de sus propios arqueros haciendo retroceder a los asaltantes en persecución.
El último de ellos lanzo una última daga que surco el cielo en busca de sangre enanam pero esta vez la suerte desvio aquella daga a una de sus piernas por lo que pudo salir con vida, una vez entro el último hombre ordene cerrar las puertas.
Ahora el enemigo toma posiciones a nuestro alrededor, no podemos hacerles frente en campo abierto esta será una larga noche...
El Sol caia sobre el horizonte dejando paso a la luz de las antorchas de quienes nos acechaban, algunos pequeños incendios acababan con algunas de las humeantes cabañas. Por unas horas se mantuvo una tensa calma, la puerta principal permanecia fuertemente custodiada por mis hombres y los arqueros hacían cuenta de cualquier imprudente que intentaba acercarse.
Pero en mi interior sabía bien que esta sensación de seguridad pronto acabaría, la noche se cernía con celeridad y la visibilidad de mis arqueros disminuia cada vez más, el número de antorchas de esos endiablados crecia cada vez más, los hombres se preparaban para la defensa en el patio de armas, ni tan siquiera podiamos dislumbrar el número de asaltantes pero no me arriesgaría a una lucha en campo abierto.
La oscuridad por fin llego y decenas de luces se encendieron para poco después surcar el cielo en busca de mis hombres, el silencio de la calma espera se rompio con el fugaz sonido de las flechas al surcar el cielo, los gritos al otro lado del muro anunciaba que el asalto había llegado...
El silencio de dentro de la casa del señor contrastaba con el bullicio del patio, los hombre iban y venian tomando posiciones en las murallas para repeler el ataque, en medio del patio Taldor colocaba a sus hombres para repeler el ataque.
Pero sin saber como, la lucha se hizo patente en el interior de la casa, el griterio de los guardias discutiendo me llamo la atención cuando vi que varios hombres armados discutián con ellos. Casi sin mediar palabra los pequeños enanos forrados de hierro golpearon a los guarias haciendoles caer, mientras tanto otras dos figuras inmovilizaban al otro guardia a quien habian clavado una flecha.
No sabía muy bien que hacer así que corri en la dirección contraria a esconderme, mientras corria pude sentir como venían en mi dirección así que me agache detrás de una mesa con la esperanza de que no me vieran, eran unos cuantos hombres, elfos y enanos, parece que el hijo del señor y su consejero iban con ellos.
Los guardias de la torre sur del dieron el alto, no pude oir que decian pero uno de los guardias salió corriendo y al rato volvio con algunos hombre más, lo que no parecio gustar a aquellos hombres ya que empezo una lucha. Uno de los barbaros lanzo una espada sobre unos de los guardias quien le respondio con un poderoso golpe que le atraveso uno de los muslos haciendole caer en un charco de sangre.
Los hombres parecían nerviosos y mientras los enanos acaban con los últimos guardias uno de los elfos parecía atender al hombre caido, despúes desaparecieron de mi vista. Tarde un rato en atraverme a levantarme no sin antes ver a varios guardias dirigiendose hacia allí, por una de las ventanas alcance a ver como se escapaban hacia el bosque seguidos por dos guardias no pude ver nada más pero por los gritos seguramemente los soldados ya estaban muertos...
A que esperaban, al menos 200 antorchas se distinguian en la lejanía, pero los atacantes apenas habían hecho dos timidos intentos de asaltar la empalizada. Pasada la media noche una sirvienta pedia salió al patio del interior de casa pidiendo ayuda, en ese momento entendí lo que pasaba. Nos habían atacado desde dentro, y el ataque externo era tan solo una distracción... como pude ser tan estupido.
Al parecer un grupo de personas había tomado al principe y al mayodomo personal del señor como rehenes. La sirvienta pudo distinguir al menos dos fornidos enanos, dos elfos y algunos hombres entre los asaltantes, no había tiempo que perder así que inmediatamente mande abrir las puertas.
Me ajuste la armadura lo mejor que pude mientras atravesaba la puerta junto a mis hombres, tras una intensa escaramuza quitamos la máscara al enemigo, su número era muy inferior al que aparentaba y enseguida al verse descubiertos huyeron entre la oscuridad dejando un ejercito de solitarias antorchas tras de si.
Nos llevaban mucha ventaja, mande a los 5 exploradores de mi guarnición en busca del rastro del principe. No tardamos en encontrarlo ya que dos de mis hombres marcaban el inicio de su huida con su propia sangre. Aquel grupo que huia llevaba un herido como los restos de sangre señalaban. Empezamos la persecución y aunque de noche era necesario seguirlo a pie no nos fue muy dificil pues aquel grupo tenía más prisa que cabeza para ocultar sus huellas.
El rastro nos llevo hasta una vieja cabaña de leñadores, donde encontramos a un hombre y una mujer enterrando unos cuerpos, al parecer alguien había asaltado la cabaña. Todo hacia pensar que habían sido los miembros del ejercito fantasma o un grupo de personas que había dormido allí aquella noche según nos contaron. Por poco acaban con ellos pero consiguieron huir ya que no parecian muy interesados en ellos, parece ser que distinguieron a humanos y a un enano aunque no pudieron ver a nadie más, es más que probable que sean los que buscamos.
Tras descansar lo estrictamente necesario mientras algunos exploradores se cercioraban del camino que siguieron, nos pusimos en marcha de nuevo. Ellos iban de pie y tenian un herido por lo que era cuestión de tiempo que les alcanzaramos, tras unas horas uno de los jinetes de avanzadilla nos alcanzo al galope. Al parecer el rastro se perdia en un camino sin motivo aparente, o habían detectado nuestra presencia o habían dejado el camino que seguían para ir monte a través.
Los otros soldados del grupo de avanzadilla esperaban nuestra llegada para recibir mis ordenes, no estaban lejos así que espoleamos nuestras monturas lo máximo posible. No tardamos en llegar cuando vimos lo que andabamos buscando, al parecer nuestra avanzadilla había encontrado a aquellas sabandijas, se habían hecho fuertes en la orilla del río.
Ordene para a mis hombres, mientras uno de los elfos parecía amenazar al mayordomo. La cosa se ponía tensa, el mayordomo amenazó con matar al principe si no le dejaban, pero que sentido tenía aquel acto? La situación era confusa pero no podía poner en peligro al principe, baje de mi caballo con la esperanza de que se rindieran. El principe parecía tranquilo, hasta que derrepente el mayordomo se desplomo en el suelo sin motivo aparente.
El principe entro en pánico mientras trataba de llegar hasta mi, uno de los elfos me hablaba sin aparente agresividad, no como la de sus compañeros prestos para el combate. Aquel elfo quizás era lo suficientemente listo como para intentar evitar la horca ahora que se habían quedado sin opciones dejando libre al principe o había algo más detrás...