El grupo estaba reunido en el lugar, parecia que estaban preparandose para algo pero sin duda era bastante importante lo que sucederia ahi.
-Podemos decir que todos estamos de acuerdo en algo, la orden atacara tarde o temprano y aunque no sabemos si se estan valiendo del ejercito de Vermas o no, si sabemos que trataran de evitar el espiritu guardian que protege el templo. Al parecer en el anterior ataque lograron evitarlo y seguramente ahora hagan lo propio, por tanto podemos suponer que aqui actuaran de forma similar. De hecho tienen dos opciones segun yo veo para evitar esto, una es desviar la atencion de la criatura hacia otra parte o bien acabar con la vida de la guardiana la cual es la unica capaz de invocar a este gran espiritu
Yui asiente y seguidamente mira a sus compañeros para decir:
Por lo que se, unicamente a la persona que Zaibacher le ha otorgado su bendicion puede invocar a las bestias elementales, y la bendicion unicamente se le otorga a la Guardiana Celestial, en otras palabras, a la suma sacerdotisa de cada templo la cual por lo que lei hace tiempo es por decirlo de alguna forma elegida desde su nacimiento y no tiene porque ser alguien del templo. - mira a Khan - Por cierto la criatura guardiana de este templo no es Ifrit, ese espiritu es el guardian del templo del fuego, si no me falla la memoria es Eolos el protector de este tiempo, el gran espiritu elemental del viento
En ese momento se escucha a alguien toser y mirar para otro lado, se trata de Kayla la cual dice con un tono bastante desagradable
Mejor que no le digas nada a este, que seguro que ira a informar a la orden
La primera en reaccionar es Hack que mira extrañada a Kayla y dice:
Kayla a que te refieres? que es lo que pasa? - mira a Khan- que ha pasado para que Kayla diga eso, conozco a Kayla y dudo que haga una acusacion asi por las buenas
Kayla +1 de experiencia por la pifia y si, el comentario de ella es por la pifia
Cuando pasan cerca de una de las ventanas de la Posada, Tenebrae veia al grupo reunido y eso era una buena señal, ahorraba tiempo en tener que buscarlos por todo el lugar y de esa forma, mirando a los paladines y a la Sacerdotisa, les hacia una señal de que estaban alli.
Es Mejor que ustedes se queden en la entrada, es mejor que entremos la Señorita Beatrix y yo.
Les indicaba mientras caminaba hacia la puerta de la posada, pero se detenia antes de seguir adelante, en ese momento miraba a Beatrix recordando la forma en que consigui entrar al Templo en la noche anterior. No era algo digno de mencion caer por la fria tormenta por lo que en ese momento, se acercaba despacio a ella para susurrarle algo al oido.
Si evita mencionarles la forma en que nuestros caminos se cruzaron, se lo agradeceré.
Le decia antes de mirar de nuevo hacia la puerta y sin dudarlo, apoyar sus manos sobre la misma para abrirla con total seguridad y asi, entrar en ese sitio con su exprecion lleno de indiferencia y la espada sobre su hombro. El consiguio lo que se propuso, ignoraba que habrian hecho la hechicera y la samurai, pero aun asi gracias al salir a buscarlas lo consiguio...
lo puse solo para dire pero si quieres, puede sponerlo para todos si corresponde
La conversación continúa, pero me resulta repetitiva y carente de interés. Datos que no necesitamos, que no nos sirven para nada, y cosas que ya se han comentado. Esto no avanza, y me temo que pasaremos mucho tiempo discutiendo qué hacer.
Y de repente, la conversación se desvanece cuando una voz se impone a las otras. No por su tono, no por el volumen, sino por sus palabras.
¿Kayla...?
Ya está, todo ha terminado. No lo esperaba, quizás porque había comenzado a aprender a confiar por primera vez en mi vida. Ha sido mi error, aunque reconozco que fue bello mientras duró. Es una lástima, porque creo que podría haber hecho grandes cosas junto a ellos.
Miro a mi alrededor. En otras circunstancias me plantearía tratar de escapar. Una maniobra de distracción, algunas armas arrojadas, y una carrera sobre las mesas hasta la ventana más cercana. Pero no, hay motivos de sobra para desistir. El primero es que carezco de la voluntad necesaria, tras la traición -¿puedo hablar de traición, siendo el mayor traidor de todos?- de la maga. Pero hay más, no deseo causarles daño con mis dagas, y mi pierna no está recuperada.
De todas todas no tengo forma de escapar.
Ni quiero hacerlo.
Mi confesión sale sola, como anoche mismo, un peso que quitarme de encima. Mis ojos se cierran, en un acto instintivo cuando temo no ser capaz de controlarme. Al menos tendré suficiente orgullo para no llorar. En la Escuela nos adiestraron para este instante, cuando fueramos descubiertos y capturados, cuando nuestro honor solo pudiera ser satisfecho mediante la muerte honorable.
Miro a Hack, y luego a Kayla, y cada uno de sus rostros me duele en el alma más que el anterior.
Solo me resta terminar con honor, mostrar mi orgullo en los momentos finales, por cortos o largos que puedan ser. Mientras espero la sentencia, comienzo a desabrochar los arneses y a depositar mis armas sobre la mesa.
El grupo puede ver como Tenebrae entra acompañado por una mujer
Tras el asentimiento de la sacerdotisas ambos entran en la taberna
ahora puedes postear para todos y todos posean par ake tu tambien lo leas
Una vez dentro de la posada, los pasos seguros de Tenebrae guiaban a la Sacerdotisa hacia donde se encontraba aquel grupo, inesperadamente no pudo evitar pensar que al final no paso la noche con ellos y eso, era un alivio ya que no se veia aun compartiendo el descanso con ese Asesino.
Les presento a la Sacerdotisa Beatrix, es una sacerdotisa de la Luz.
Les indicaba mientras se hacia a un lado para que esa mujer pudiera verlos mas de cerca como tambien, dejar que ellos vieran a Beatrix. Pero antes de dejarolos hablar y mientras sus ojos trataban de ver en que condiciones estaban ellos, el volvio a hablar para indicar el porque ella estaba alli.
La Señorita Beatrix los guiara hasta el Templo, alli hablaran con el segundo al mando en la Orden de Paladines, ya esta informado de la peligrosa situacion que nos acecha, pero desea saber mas sobre lo sucedido en el Templo de las Sombras.
No habia saludos por parte de Tenebrae, el estaba alli y ellos tambien por lo que no habia que perder mas tiempo del que ya perdieron, era una situacion peligrosa y habia que actuar en consecuencia. Aun asi el parecia estar bien y por suerte, podia disimular bastante bien el resfriado que tenia.
Tarde, las palabras habían salido. No tenía intención de contarle a nadie lo que sabía de Khan, pero a veces la cabeza seguía otros dictados que no eran los de la razón. Creía ser capaz de aguantar a aquel traidor, vigilarle y pasado un tiempo determinar si merecía ser dado una segunda oportunidad. Pero la fría lógica era difícil de ser llevada a la práctica. Una niña que se había visto obligada a crecer antes de tiempo, sin nadie que la enseñase y que ahora demostraba que no era capaz de aguantar el dolor y seguir adelante.
Sabía que Khan no negaría la acusación. Quizás fuera orgulloso y siguiera su propio código de honor. Esperaba que huyera. Era la forma más fácil de resolver el asunto, no volver a verle. Pero nada era tan fácil. Hizo lo mismo que la noche anterior había hecho Kayla. Se rindió ante su destino.
No tenía nada que decir. La verdad había sido revelada. El qué hacer ya no estaba solamente en sus manos, sino en las de todos.
Fue un mal momento que eligió Tenebrae para aparecer. El ambiente estaba tan tenso como la cuerda de un laúd, que podía romperse en cualquier instante. Y la ceguera del mercenario le impidió ver que no era el momento para presentaciones ni puestas al día. Kayla ignoró a Beatrix y se dirigió a Khan. Ya no confío en ti.
Lo que no se había atrevido a decir en la orilla del lago; que había jugado con ella. El hombre-gato se había ganado su confianza, siguiendo la misión encomendada por la orden. Había empezado a sentir unos lazos cálidos que les unía, que día a día se iban haciendo más fuertes. Como con Hack, que por mucho que discutiesen, sabía que siempre se tendrían la una a la otra.
Eso era lo que más la había hecho odiar a aquel ser. No su pasado; ¿que más da que fuera un ninja?, o que perteneciese a la orden, eso no la importaba. Había jugado con ella, con sus sentimientos. Y la inocencia se había truncado como un árbol joven, que a partir de entonces crecería torcido.
Recoge tus armas. Si has de morir, será luchando contra aquellos que dices haber dejado de lado.