Esperamos al frances y al piloto?? u os vienen siguiendo??
Es verdad, ya me había olvidado de esos dos. Pues habrá que esperarlos. El bote ya está preparado.
Andrés, voy a aprovechar para echarle un vistazo a tus heridas.
Me acerco a él e intento curarle con lo que tenga a mano.
Tirada: 1d20+10
Motivo: Curar heridas
Resultado: 17+10=27
-Yo no se donde andan pero deberíamos esperarlos-Me bajo del caballo y le digo:-Bueno amigo,sería genial que vinieses conmigo pero no creo que quepas en el bote-
lo siento Pedro no haber contestado.gracias yo habria vuelto al bote de todas maneras
Guillermo atiende el rasguño de su hermano, que mejora visiblemente ante su trato. Mientras tanto, aprovecháis para recobrar un poco el resuello y las presentaciones.
Los hermanos de Torres y Sancho os presentan a un ansioso caballero (por decir algo) que resulta ser Adolfo Cascabel, y que está deseoso de marcharse. Es más, sugiere rápidamente:
-¿Por qué no vamos yendo algunos al barco y luego que vuelva uno con el bote para esperar a los demás? La guardia podría aparecer de imprevisto.
No pasa nada Danny :)
Cuando Bill baja del caballo, lo mira, mira al suelo, mira al cielo, mira a su alrededor...
Dios! Estoy deseando volver al mar...
-Muy bien Adolfo,puede que tengas razón,marchad al barco entonces.Yo me quedaré aqui por si bienen mientras estáis en el mar.-miro alrededor y añado:-me esconderé por aqui por si se acerca alguien que no espero.-
Daniel, agradezco tu oferta, pero no creo que debas quedarte sola. Si me lo permites, te acompañaré en la espera.
De eso nada, no vamos a separarnos de nuevo. Todos entramos en el bote asi pues esperaremos todos. Yo al menos me quedo y me gustaria que el Señor Cascabel nos explicase de que escapabamos
-Bah, detalles, ¿No queréis que la guardia nos alcance y nos encuentre aquí? ¡Ya nos haremos amigos y todo eso en ese barco que decís que tenéis!
Mientras Cascabel refunfuña, oís que alguien se aproxima a vuestra posición.
Miro hacia de donde proviene el ruido, y escucho con atención.
Tirada: 1d20+11
Motivo: Avistar
Resultado: 18+11=29
Tirada: 1d20+8
Motivo: Escuchar
Resultado: 1+8=9
-¿Qué es eso?- dice mientras se lleva la mano al trabuco, un tanto estresado. -Deberíamos irnos al barco-
Seguro que son nuestros compañeros, algo me dice que ese frances sabe cuando debe volver. Además hemos causado bastante revuelo, puede que hayan sabido de nosotros.
Desenvaino rápidamente al mismo tiempo que me giro para ver quien se acerca.
Te parece distinguir claramente el ruido de un mosquete cargándose.
¡Un mosquete! ¡Van a dispararnos! ¡Todos a cubierto!-les digo.
Tiro a Cascabel dentro del bote para esconderlo a salvo, y luego agarro a la persona más cercana y hago que se agache en el suelo junto a mí.
Mientras reaccionáis impulsivamente al grito de Guillermo, veis como aparecen dos figuras procedentes del lugar del ruido. La más baja reprende con el dedo a su compañero.
-Oh, mon dieu, tú eres un cochon, ¡tápate cuando eructes maldito cocinero!
Por respuesta, Malc sonríe como lo haría un niño y tira al suelo la botella cuyo contenido, según adivináis, Malc acaba de agotar de un sólo trago.
-Ah, estáis aquí-dice Sèbastien-¿Volvemos?
Resoplo con hastío. Si el sonido de los eruptos de Malc me han parecido un mosquete cargándose, debo de estar con los nervios de punta.
Por favor. Vayámonos.
Y me dispongo a empujar el bote hasta el agua.
Ayudo a Guillermo tras ver a los visitantes, espero que podamos alejarnos rapidamente, aunque a fe mia que este no es el tipo de visita que esperaba.
Ayudándoos conseguís poner en marcha la embarcación y poner rumbo al barco de Velas Celestes. Mientras os alejáis observáis como aparece en la cala Manuel Guerra, el capitán de la guardia que ha hecho honor a su apellido durante vuestra estancia en Cádiz, junto con algunos de sus hombres. Guerra hace aspavientos con la mano mientras os señala, y no podéis evitar saber que no os guarda demasiado cariño y que éste ya no es un buen puerto en el que recalar.
Al llegar al barco, el Capitán Stephen os da la bienvenida y, ante las someras descripciones que le dais de lo acontecido, pone rumbo lejos de tierra sin tiempo siquiera de hablar con Adolfo Cascabel en condiciones. Poco a poco Cádiz se difumina ante vuestros ojos y antes de que os deis cuenta estáis de nuevo en mar abierto.
¿Vuestro próximo destino? Sólo El Capitán Stephen lo sabe. ¿Vuestra meta? El tesoro de la Desesperanza. El viaje acaba de comenzar.
FIN DEL ACTO I