Esta partida está en revisión. Si el director no da señales de vida o es aprobada por un cuervo será borrada esta noche
Has recorrido casi todo el continente buscándote la vida,y ahora mismo te encuentras en Kordava,es una ciudad muy animada pues posee el mayor puerto de Hiboria,te has dirigido aquí con el objeto de buscar trabajo,siendo una ciudad tan grande y ajetreada no debe faltar quien requiera los servicios de un experimentado guerrero como tu.
Ahora estás en el mercado que rodea el puerto.
Por fin estoy en Kordava, capital de la nación Zingara. No hay mejor sitio que este para buscar trabajo. Su puerto es uno de los más prestigiosos del continente, y el movimiento de nobles, mercaderes y ladrones es continuo. Además, los zíngaros siempre andan enzarzados en sus absurdas guerras de poder y ridículas disputas internas, por lo que un mercenario extranjero siempre es bien recibido. O al menos, mejor que en Cimmeria y Aquilonia, donde no he sido capaz de encontrar un trabajo digno y bien remunerado.
Encamino mis pasos al mercado de pescado del puerto, uno de los lugares más importantes de la ciudad. Si quiero un trabajo decente, probablemente tendré que buscarlo allí. Si no es decente, seguro.
Cubro mi rostro ligeramente con mis ropas. Intento pasar desapercibido, y a su vez trato de aliviar el terrible hedor que emite el pescado. Ninguna de las dos cosas funciona. Soy demasiado alto y corpulento como para no ser visto entre la multitud, y la peste del lugar ya se ha introducido por mis fosas nasales.
Todos hablan y sobre todo gritan en idiomas que jamás he escuchado. No me gusta este sitio, demasiada gente y demasiado desorden. Busco algo que me indique por donde empezar. Acabo de llegar, pero ya tengo ganas de salir de este lugar...
Recorres el mercado,todo está lleno de puestos,gente y bullicio.Piensas que lo mejor para relajarte quizás sea echar un trago.Ves varias tabernas al final de la calle.
Has entrado a un lugar llamado "El buen descanso"
Siento que tengas que esperar un poco pero todos os reuniréis en esa posada y algunos se están retrasando en llegar a su destino.
No hay mucha gente en El buen descanso. Ese es el nombre de la taberna. No es demasiado acogedora, pero estoy casi seguro de que en esta ciudad hay lugares mucho peores.
No creo que encuentre nada interesante en este sitio, pero lo cierto es que necesito sentarme y tomar algo fresco. Preguntaré al dueño si conoce de alguien que pueda requerir los servicios de un tipo como yo. Nunca se sabe.
Busco un buen sitio y me siento. No puedo evitar emitir un suspiro de alivio cuando piernas y espalda logran por fin relajarse. Me doy cuenta de que estoy más cansado de lo que pensaba.
- Trae algo de beber y pon también un poco de carne cocinada. Y que no sea pescado - Me dirijo al que parece dueño del lugar. No ha dejado de seguirme con la mirada desde que entré.
No te preocupes, esperaré lo que haga falta :)
El tabernero se acerca hacia tu mesa,tiene cara de pocos amigos,lleva una bandeja con una jarra de cerveza y un plato de carne cocida con un cuscurro de pan.
No tardan demasiado en traerme la comida. El tabernero parece tener malas pulgas, y por su cara diría que no tiene demasiadas ganas de hablar.
- Eh, tabernero. Se puede saber a que viene esa cara? Tanto te molesta servirme la comida? - No puedo evitar preguntarle, aunque en el fondo sé que no es la mejor idea.
Justo cuando el tabernero va abrir la boca para contestarte se abre la puerta del establecimiento y aparece en el umbral una mujer bastante exuberante,vestida con una infima cota de mallas y con una actitud claramente desafiante.Cuando entra en la taberna puedes ver que tiene una larga melena pelirroja y que su cuerpo bien moldeado es sin duda alguna el resultado de largas horas luchando con la espada larga que lleva colgada junto a una de sus piernas.La mujer se dirige hacia una de las mesas mientras toda la gente que habia en la taberna empieza a rumorear,ella se sienta en la mesa y mientras pone una de sus largas piernas sobre esta pide a voces una cerveza.El tabernero se dirige raudo hacia el mostrador.
Introduzco un pedazo de carne en mi boca y mastico despacio mientras espero la respuesta del tabernero. Escucho de fondo como alguien abre la puerta del local, y miro de reojo instintivamente. Cuando descubro quién la ha abierto, trago de golpe la comida y examino a la joven de arriba a abajo. No soy capaz de sostener un pequeño resoplido de asombro, y mis ojos siguen a la mujer hasta que llega a una de las mesas.
Olvido la comida por un momento y me centro en ella. No me doy cuenta, pero la estoy mirando fijamente como si fuese la primera mujer que veo. Tengo ganas de levantarme y acercarme. Siempre tuve éxito con las mujeres del norte. Por qué no iba a tenerlo con ella? De todas formas, soy consciente de que mi aspecto no es el mejor, e instintivamente olfateo el desagradable olor a pescado de mis ropas. De momento me limito a observarla, fijándome especialmente en sus curvas femeninas. No pienso disimular, prefiero que me vea...
La escena acaba aquí ahora abriré la nueva en la que todos os reunis en la posada.