Partida Rol por web

El mediano aún visiblemente alterado por haber visto a un hombre ser enterrado como muerto viviente y sin poderle dar el descanso merecido, subió a su habitación a darse un baño caliente. Se quedaría dentro del agua hasta que ésta se quedara fría y luego intentaría dormir algo. Estaba demasiado agotado mentalmente y el pantano sólo le había dejado ánimos para dormir en algo más cómodo que el frío de la cienaga. - Buenas noches, mañana interrogaremos a todos los que queráis, por ahora me iré a dormir yo también. Bjorn no te nos pierdas con la cerveza... ni con la tabernera - Terminó con una sonrisa pícara hacia la moza.

La noche trascurre sin ningún sobresalto, es la primera noche que podéis dormir de seguido. Aunque los colchones de paja no son de la mejor calidad son mucho mejores que el húmedo suelo del pantano.

A la mañana os reunís en la sala comunal donde sirven el desayuno, ha bases de gachas, leche y algo de beicon frito. Katha pasea de un lado a otro, pero se pasa la mayoría del tiempo en la cocina, al parecer están preparando la comida. En la sala solo os encontráis vosotros, ya es media mañana, el cansancio os ha pasado factura y os ha hecho dormir hasta tarde.

Tras levantarme de una noche con mucha cerveza después de mucho tiempo, me levanto tarde y hago mis oraciones diarias dando las gracias a Moradin por mantenerme con vida a mi y a mis compañeros y pedirle que me de fuerzas para ayudar a este infeliz pueblo a poner fin a su sufrimiento y al de sus habitantes que vuelven tras la muerte natural.

Llego abajo y empiezo a tomar un desayuno sin perder las formas, un trozo de cada y repito de todo lo que pueda, pero sólo una vez, no hay que abusar:

- Anoche hablé con un comerciante y me dijo algo que entendí como si en esta ciudad hubiera un almacen regentado por enanos, ¿Qué os parece si nos pasamos tras hablar con el alguacil o de camino si queda de camino?

Miro si puedo hablar con Kathya o algún responsable de la hacienda para preguntarle sobre el almacén y sobre los enanos.

En una de las rápidas pasadas de Katha, esta se detiene un momento, y confirma la información del enano. En la ciudad hay un almacén general regentado por enanos, también os da la situación de este.

En cuanto Katha confirma mis ideas se me ilumina la cara pensando en que haya enanos por aquí, y empiezo a impacientarme.

- ¿Bueno salimos ya?

Según camináis hacia la casa del aguacil, encontráis a este agachado en  un callejón, cuando os ve pasar se incorporara y os saluda con firmeza. El suelo y las paredes del estrecho callejón están salpicados de un color marrón rojizo. Tras él hay una gran mancha de la misma sustancia, aparentemente sangre seca. En el centro de la mancha hay un trozo de brillante regaliz rojo.

Como ven esta ha dejado de ser una tranquila aldea. Dice con cierto tono de tristeza. Entre las muertes y los asesinatos, pronto nadie querrá quedarse en ella. Con este ya son seis los aldeanos que han desaparecido.

 Etaliun se queda contemplando las manchas parduzcas mientras escucha al alguacil, tras mustiar un apagado saludos.

 El guerrero da un vistazo a las manchas de sangre, imaginando que tipo de ataque las puede haber realizado, salpicaduras en las paredes, un charco en el suelo, buscando algún rastro de sangre hacia alguna dirección.

 - Fallecido querrá decir, desaparecidos... por lo que sé unos cuantos están en el campo santo, ¿no?

Observo si peude saberse algo más de ese "asesinato" mientras saludo al alguacil:

- Buenas alguacil, ¿creo que debe ponernos en atecedentes para poder ayudarle a su paz habitual a esta aldea? Soy Bjorn Svalbard, servidor de Moradin, dios de los enanos y constructor del mundo.

Tyfan observa la escena, se mantuvo apartado dejando que el enano y el humano llevaran el grueso de la conversación. Nadie les había dicho nada de asesinatos, sólo de la plaga de muertos que se levantaban... habría alguien detrás de todo esto? Esperó con paciencia a ver si el alguacil respondía a las preguntas mientras los ojos no podían alejarse de tanta sangre o lo que fuera aquello.

Después de las presentaciones se acercó con cuidado - Nos dejaría mirar un poco a ver si vemos algo de interés?

- Buf... - murmuré al despertarme en la habitación de la posada. - Realmente necesitaba esto. - pienso al desperezarme. Me levanto, me aseo un poco, y empiezo con mi estudio matutino, mientras Chip corretea a mi alrededor, visiblemente hambrienta. Una vez termino de estudiar mis conjuros, me visto con la muda roja con la capa blanca y bajo a desayunar.

- ¿Qué tal? ¿Habéis dormido bien? - digo a mis compañeros, mientras me siento a la mesa para desayunar. Doy buena cuenta de las gachas con leche, y dejo para Chip la mayoría del bacon. - Yo parece que he dormido en el lecho de un rey, de verdad. Necesitaba esto como el comer.

Después de desayunar salimos de la posada y vamos en busca del alguacil, sólo para encontrárnoslo en la calle junto a unas manchas de sangre. - Esto va de mal en peor, maldita sea.

- Buenos días, alguacil, aunque realmente no lo sean. ¿Sabe quién ha sido la víctima en este caso? - me acerco un poco a la escena, aunque me quedo más lejos de lo que está el alguacil - Y esto...¿regaliz? ¿Le dice algo el trozo de regaliz en medio de toda esta sangre?

En un primer momento se gira al guerrero con su manto verde, Han muerto súbitamente nueve personas, Su voz suena quebrada al pronunciar la palabra muerte, contando al pobre Jeremiah d´Gris, que fue enterrado ayer.  Pero también han desaparecido cuatro personas, contando esta. Junto con los artículos que pertenecieron a las personas desparecidas, siempre se han encontrado regalices rojos, mucha sangre, y nunca se ha recuperado el cuerpo.

Los regalices rojo, se queda pensado, son comunes por la zona los hace Louise d´Cann, el panadero, mucha gente del pueblo los compara.

Hola servidor de Moradin, espero que el dios guardián de los enanos también quiera proteger esta aldea. Todo empezó hace tres semanas, Hogarth el campesino, murió, se pudrió rápidamente y se levantó como un zombi. Desde entonces esto ha barrido la aldea, su cara, hasta ahora serena, se tuerce en un gesto de dolor, incluso mi hijo ha muerto por culpa de esta extraña enfermedad.

El aguacil se gira, parece estar a punto de llorar, podéis mirar todo lo que queráis, lo siento tengo que irme.

No conoces ningún conjuro que utilice regaliz rojo como componente. La sangre tampoco sigue ningún patrón concreto parece totalmente  normal, fruto de un apuñalamiento violento.

Después de buscar un buen rato no encuentras nada más interesante, aparte del regaliz rojo.

Aparte del regaliz rojo, encuentras una huellas que no concuerdan con los reunidos y con la posible víctima, son huellas de botas ligeras de viaje de buena calidad.

Miro el regaliz rojo y si nadie lo hace lo recojo del suelo para examinarlo más de cerca:

- Creo que deberíamos ir a hablar con ese panadero, aunque no se si antes o después de ir al almacén. Según venga de camino. ¿Qué os parece?

 Etaliun miró con semblante triste al alguacil, parecía asfixiado y roto. A todas luces el tema se le escapaba de las manos pero no por ello dejaba de sentir el peso de la responsabilidad sobre sus hombres, como si de un yunque se tratara. Por no hablar de la tortura que debe ser sobrevivir a los hijos.

 - Claro señor, claro. No tiene de que preocuparse por nosotros. Vaya atender sus deberes.

 Dijo en tono neutro, manteniendo las distancias del hombre de ánimo quebrado.

 Cuando este se largó, Bjorn se acercó al regaliz para inspeccionarlo detenidamente. A sus palabras respondió.

 - Sugeriría seguir nuestra idea inicial, ir a ver al cerebrito a ver que no cuenta y luego ya veremos por donde seguir nuestras pesquisas.

Tyfan pasa unos momentos registrando el lugar y se queda muy pensativo hacia el suelo. - Creo que tendríamos que buscar a alguien no muy pesado y con unas buenas botas, de buena calidad por el rastro que ha dejado...- dice indicando un rastro difuso en el suelo dejado por unas botas. - Tendremos que ir mirando el calzado de pueblerinos-  Sonrie

Es una pequeña cabaña de una sola estancia, un hombre bajo de cara alargada que viste una túnica gris os saluda efusivamente, se presenta como Es una pequeña cabaña de una sola estancia, un hombre bajo de cara alargada que viste una túnica gris os saluda efusivamente, se presenta como Mordu, el erudito del pueblo. Os deja pasar dentro de la cabaña, las paredes están llenas de estantes con libros y pergaminos, en el centro hay una mesa cubierta de papeles, y donde además hay un bote de cristal que contiene varios regaliz rojos.

Os pregunta con voz melosa; ¿en qué puedo atenderos mis queridos viajeros? Siempre es de agrado tener la visita de gente nueva, en este pueblo tenemos muy pocas visitas.

Me alegro de llegar a un lugar donde vive un erudito, sin duda será un buen lugar para intercambiar impresiones sobre lo que ha sucedido y sobre historias y leyendas que puedan ayudarnos a solucionar varias cosas. En cuanto entro y veo los regalices rojos frunzo el ceño y tuerzo la boca. Empiezo a buscar cualquier pista de si este hombre es el asesino, miro sus pies a ver si corresponden con lo que dijo Tyfan.

- Buenas erudito, Bjorn Svalbard, servidor de Moradin.

En cuantro entraron en la cabaña, Tyfan se mantuvo detrás del resto de compañeros, si le iban a tomar por un chiquillo en ese pueblo tal vez tendría que intentar sacarle provecho. Al momento pues no había mucho donde mirar en aquella instancia tan pequeña, el mediano reparó en los regalices rojos... podría ser todo tan fácil? sin querer sus ojos se fueron a los pies del individuo pues si tenía unas botas de buena calidad y el hombre era ligero... Aún así intentó sacar algo de información de un rápido vistazo a la habitación.