Partida Rol por web

Ya empezaba a estar cansado de esos solados. ¿No pueden meterse en sus asuntos? Joder, no se puede ni disfrutar de una jarra de cerveza tranquilo... pienso para mis adentros.

Parece que no van a irse así que me levanto de forma un poco agresiva pero cuando empiezo ha hablar lo hago con la máxima tranquilidad y suavidad que puedo. -Señores, señores... No necesitamos juzgar ni arrestar a nadie, sólo estamos bebiendo y conociéndonos un poco antes de marchar a una expedición, que tengan por seguro, será más peligrosa que estar en la ciudad intimidando a pobres campesinos con ésas espadas...

Hago una pequeña pausa para pensar qué decir y sigo con mi discurso. -Así que nos gustaría seguir hablando y bebiendo como lo hacíamos hasta ahora. ¿Qué me decís?

¿y a ti quien coño te ha dado vela en este entierro?*

Cómo os metáis en problemas os haré el viaje imposible... algunos soldados comenzaron a mirar a sus pies avergonzados. Pues los únicos que habían entrado a causar problemas eran ellos...

Sí... yo iré con vosotros y me aseguraré que cumpláis con el puto trabajo que se os ha encargado... 

Si nadie más quiere añadir nada... se irán... 

Los animalotes de Helm salen de la posada... cruzándose en el camino a la puerta con el clérigo Liam Silverhand, al parecer le ofrecen un saludo educado... sabiendo que es una persona respetada de la expedición...

Me habia callado al escuchar las palabras de Astaroth. Valoro a la gente que no se deja pisotear y el tiflin habia defendido dignamente su orgullo. Por otro lado, Kalehid habia mediado exitosamente y rebajado la tension para solucionar el problema sin llegar a las manos.

-Bien dicho, Astaroth! Y tu tambien, Kalehid. Me parece que nos vamos a llevar bien. Me gusta la gente con carácter.

Me volvi a sentar dejándome caer pesadamente en el asiento. El peso combinado de enano y  coraza casi acaban con el taburete pero mi cerebro ni se entero.

Liam llega con retraso. ha tenido que oír la confesión de un mercader. Tras haberle impuesto la penitencia de rezar 20 orobenditos, y declarar concurso de acreedores, se presenta en la taverna. Saluda a los veinte tiparrones de Helmo y entra.

- ¿Qué puedo ofrecerle?- pregunta la camarera.

- Eso da para hablarlo largo y tendido... Pero de momento una cerveza irá bien. Rubia como mi diosa. Gracias. - Se sienta en la mesa.- Caballeros, buenas. Soy Liam Silverhand y creo que seré vuestro compañero de expedición. Espero que nos llevemos bien. No ronco y se montar una tienda.

¿Otro clérigo? pienso bastante sorprendido. Cierto que no confíen mucho en mi, pero podrían haber buscado alguien mas útil para la faena que nos concierne...

Al mirarlo más de cerca reconozco vagamente su cara. A éste me suena haberlo visto antes por la ciudad pero no recuerdo haber hablado nunca con él...

-Esperemos que sepas hacer algo más que montar una tienda. -digo, finalmente, con tono burlón. -Yo me llamo Kalehid y creo haberte visto antes. ¿Venías a ver los alumnos alguna vez o es que me suenas de haberte visto por la ciudad?

Veo como el soldado  se marcha con el rabo  con las piernas y espero para que este  lejos y no pueda oirme.

--- Soldado de mierda... -digo mientras veo que se acerca un nuevo clerigo, le miro de mala manera al ver como se dirije a  la camarera- oh no.... no me vas a privar de  una noche de diversión, clerigo- digo en voz suficientemente alta para que los de la mesa me oigan pero lo suficientemente baja para que no me oiga.

apuntes: una vez vea que estáis todos os daré ciertas pautas sobre mis manías o raros detalles de cómo ambiento el juego

la imagen de master la he cambiado por la de una gran personalidad, no me gusta el libro soso de master, el primero que adivine de qué personaje se trata se lleva 10 po extras...

estoy ordenando las historias y poniéndoos mi parte a la vuestra en "notas", bargoth ha sido el único que lo ha hecho solito, será el menos atacado por los enemigos xD

Kalehid, tu parte de la historia que te une al grupo no la encuentro por ningún lado... no se si al imaginármela creí que te la había contado... >_<" maldito alzheimer!

Liam, sabes que los sacerdotes de Waukeen atraparon a Astaroth al llegar a Athkala, es un ruin ladrón, pero muy bueno en su trabajo. Ahora está bajo arresto trabajando para la expedición. Su condena si no aceptaba esta misión era la pena de muerte. Él no sabe que tú lo sabes.

Es el viejo maestro, Tolkien, ¿no?¿Como se cambia esa foto para cambiarla tb en mis partidas?

ule! 10 po pa tí, aunque seguro que otros lo sabían pero no pueden contestar

pues he creado un pnj, es rollazo y a veces se me pasará por alto usarlo, pero si me acuerdo lo usaré, espero que no cree confusión...

Veis entrar por la puerta un hombre robusto de pelo largo y oscuro, con anchos hombros y brazos como martillos, avanza con un paso decidido y marcial hacia la barra. Va bastante tiznado y con ropas de herrero. Su mirada se aparta de ruidos y gente chillona, sin fijarse demasiado en todo lo que sucede llega  a la barra donde pide hidromiel fresca.

Desde el Sacerdocio de Helmo se estudia la posibilidad de llevar una expedición al sur, a unas antiguas ruinas que hace poco han aparecido. 

El problema es que existe una oscura magia en su interior y se desconoce si los jóvenes sacerdotes de Helmo están preparados para la magia oscura. 

Se realizó una reunión con los adoradores de Velsharún, Cyric, Torm, Helmo y Waukeen para hablar de las extrañas ruinas aparecidas al sur de Amn. Todos estaban allí reunidos bajo un juramento de silencio y un pacto para no usar la información contra otras deidades. Fue una sorpresa cuando el metaclérigo de Velsharún dijo que sabían de las ruinas, pero que hace tiempo se envió una expedición apoyada por ciudadanos de Tezhyr y que desapareció por completo.

Entonces se propuso llevar allí a una nueva expedición, con la ÚNICA misión de inspeccionar la zona y volver. Esta vez sólo irían novatos pues eran pérdidas permisibles. 

Kalehid era uno de los acólitos que acompañaban al metaclérigo de Velsharún y él sería el representante de su templo en esta azaña. Sabía que era una misión un tanto suicida, pero confiaba en sus posibilidades y en el apoyo de su dios. 

Nadie sabía que uno de los Tezhyrianos en la antigua expedición era su padre, nadie pudo pensar que Kalehid tenía intenciones personales en esta misión.