--- Que suerte, a sido todo un acierto salir del lugar....- murmuro mientras me deslizo por los callejones, mi mente ahora estaba completamente confuso ¿ Que era lo que habia ocurrido exactamente? Tenia que saber la verdad, sea cual fuera. Tenia varias opciones, o bien, recaudar información ya sea usando todos los contactos posibles o hablando con algun gremio que posellera dicha información o hablar personalmente con Arnold y sacarle la verdad...
Sacudo lo cabeza, no, lo primero es encontrar una posada y luego pensar en el siguiente movimiento, dicho esto, voy en busca de una posada de calidad " buena" para alquilar la habitación, ya luego buscaria información acerca de algun gremio que manejara información
Méredith asiente ante las palabras de la sacerdotisa y le habla en voz baja -Mi señora... como sierva de Loviathar no espero gloria ni reconocimiento, os estaré eternamente agradecida- hace una reverencia y se retira.
Méredith abandona la sala ataviada con una fina capa púrpura, aseada y descansada, su rostro vuelve a recuperar parte de la belleza que había perdido bajo tierra. Parece sumida en sus propios pensamientos, cuando se percata que frente a ella están sus antiguos compañeros, Yibril, Kobalos y Bargoth. Los mira y... sonríe...
...posa dos dedos en sus labios de forma sensual, los besa y les lanza el beso con un grácil gesto de la mano.
Acto seguido camina contoneando las caderas hacia las puertas de la ciudad hasta perderse entre la multitud.
Arnold Shwain chasquea la lengua en forma de queja y mira su puro ignorando la hechicera que acaba de salir por la puerta... vaya.. me he quedado sin tabaco...
Sr Khan... es su turno
Yibril avanza hacia la sala viendo como desaparece la bruja sin fijarse demasiado en ella, pues sigue creyendo que es una bruja y no hay que fiarse de ella, y hubiera sido mejor detenerla y encerrarla por sus acciones, hayan sido o no de manera voluntaria.
La puerta se abre y ante ti contemplas una sala de unas dimensiones que jamás te habrías imaginado para una construcción humana.
Todo es nácar, mármol y baldosa pulida. Podrías perderte en aquél lugar... pero ves que al fondo hay una gran tarima y encima de ella una enorme mesa en la que se sientan a modo de jueces siete magos encapuchados y a los laterales ves clérigos de Waukeen, Helmo, Cyric, Loviatar y Lathander.
Tus botas resuenan en el suelo y te detienes delante de la gran mesa. Allí te detienes firme, con la lanza a un lado a la espera de lo que digan aquellos personajes.
La voz de un mago encapuchado te habla... pero no sabes de qué figura es... es más ni siquiera sabes si es sólo un mago o te están hablando todos a la vez. La voz suena con respeto, tratándoos de vos, algo que jamás había hecho nadie por ti.
Sr Khan, habéis luchado con valentía, reprimiendo vuestros actos en muchas ocasiones para obedecer a una justicia mayor. Seréis recompensado por vuestras acciones. Si queréis podéis añadir algo a las historias que los demás nos han contado antes de ser liberado de nuestros acuerdos.
Puedes hablar y luego en notas decir si quieres explicarles algo, omitir algo o hacer énfasis en algo... así no te llevará 10 días hacer el post explicando vida y más
Viendo a los presentes pienso que lo mejor es contarlo todo tal y como fue y marcharse a trabajar cuanto antes mejor, eso si tras un merecido descanso de aquella extraña aventura.
- No creo que debe tener que explicar nada más de lo que han dicho mis compañeros, pues viendo a los presentes creo que estaría de más hacer juicios que no me corresponden si ustedes han decidido hacerles regalos a todos y perdonarles la vida o su encarcelamiento. No seré yo el que juzgue sus actos aunque no los crea apropiados, los destinos de los dioses suelen ser mucho más intrincados de lo que los simples humanos podemos entender.
Una vez explicada toda la historia tal y como yo la recuerdo intentado decir la verdad en todo momento, me inclino y saludo a los magos. Sin esperar una respuesta o veredicto o un regalo por su parte, pues no veo que puedo necesitar para seguir con mi vda, me doy media vuelta hacia la puerta y empiezo a andar despacio por si requieren alguna cosa más.
Nadie dice nada. Se cruzan miradas y quizá pensamientos pero sólo el Alto Sacerdote de Helmo se levanta.
Un momento hijo.
El sacerdote, a pesar de su veterana edad se mueve rápido y enseguida llega donde estás tú, que por respeto te detienes a escucharlo.
Aquí no decidimos el destino de ningún mortal pero sí que ayudamos a dirigiros en lo que mejor podamos. Honrarás el nombre de mi iglesia si aceptas ser recompensado por tus actos de bondad y justicia.
- Me parece bien, aunque no necesito nada. Tan sólo un poco de descanso y volver a trabajar en mi forja para igualar a los señores enanos en su manufactura. Lo único que buscaba en aquella cueva era metal estelar, nada más, ni riquezas ni objetos ni gloria.
El Sacerdote de Helmo te mira, se saca uno de sus anillos de la mano y dice:
Toma este anillo... así jamás dudarás en saltar a un pozo. Por lo demás esto te ayudará a construir la mejor herrería de tu comarca. Dicho esto se descuelga su bolsa del cinturón. Es pequeña pero cuando te la entrega ves que tiene un peso considerable.
Que los dioses te sean propicios. El sacerdote se aparta con un puño en el pecho, saludo de los soldados.
*Anillo caída de pluma
Bolsa de Contención Tipo 1 con 1000 po
Si te vas puedes describirlo en un segundo post a tus compañeros, explicando que sales, cómo sales y tal... a todos menos a Astaroth, que seguramente estará chuscando con Helenya. Tampoco pongas a Méredith que vete a saber donde ha ido.
Miro al hombre y le saludo con una reverencia mientras digo:
- Le digo de verdad que no necesito estas chucherías, aunque si es una ofensa para usted que las rechace me las quedaré. Yo sólo quería metar estelar y quizá unas herramientas o materiales que me permitan hacer mejores mis trabajos. Sin duda esta bolsa puede serme de utilidad, pero soy herrero y guerrero, prefiero cargar con el peso real. Y lo de saltar a los abismos, espero no tener que hacerlo.
El Sacerdote no habla, sólo te mira y unas palabras llegan a tu mente.
"Algún día quizá vuelvas a aquél lugar, pues el trabajo no está acabado y entonces lo necesitarás"
Resignado coges los objetos.
Vuelvo a decirte lo de antes... haz un post de salida y quizá incluso de despedida a Bargoth y Kobalos.
El herrero sale de la gran sala con una bolsa en su mano y un anillo nuevos. Se acerca a sus compañeros y les dice:
- Bueno señores, aquí se separan nuestros caminos, yo me vuelvo a mi hogar para descansar y seguir trabajando en la forja par allegar al nivel de habilidad de los enanos. Si no tenéis dinero, ya que no nos han pagado nuestro trabajo, y necesitáis cobijo, podéis venir conmigo hasta que os podáis comprar una casa o decidáis dónde ir o volver a vuestros lugares de origen.
El herrero mira a Arnold le saluda con una reverencia de su cabeza y empieza a andar hacia su forja.
Hasta la vista... dice Arnold con una sonrisa nenes. Estoy seguro de que en el futuro nos encontraremos de nuevo. Volveréis.
-Yo te acompañare, amigo. Ya que hemos compartido tanto, no nos despidamos aun para siempre. Seguro que el camino nos provee de entretenimiento, JAJAJA
-Adios, Kobalos! Que el gran dragón de orpel vuelva a querer que se crucen nuestros caminos.