Partida Rol por web

Arsenios termina la última cerveza que estaba a su alcance y mira alegre a la multitud de soldados. Todo es festejo esta noche, ha sido un día largo y glorioso, lleno de emociones... sería esto la vida en el ejercito? ... sintió que había sido una buena idea haber salido de las islas para enlistarse. Dió una palmada a Orestres en la espalda e hizo un gestó de agradecimiento a Orión por el compañerismo, al principió le temía y ahora sentía que podía confiar en él. Se levantó de la mesa y con su habitual perfil bajo se encaminó a sus habitaciones, pocos pasos detrás de Bartos. 

Robb llegó al comedor sin que nadie contestase sus preguntas. Los veteranos lo dejaron caer sobre la mesa mientras se reían. Robb no pudo evitar soltar un quejido al caer sobre la mesa y notar como algo duro le golpeaba el hombro herido. El capitán brindó en honor a los novatos y todo el mundo estaba bebiendo o borracho mientras gritaban repitiendo las palabras del capitán. 

Idiotas. - pensó mirando a los veteranos que le habían tirado sobre la mesa Robb mientras se frotaba el dolorido hombro con la mano intentando vanamente que dejase de dolerle. Molesto y con gesto serio en el rostro se bajo de la mesa sin decir nada y se apartó de la multitud. Nunca le había gustado ser el centro de atención y tampoco le hacían gracia los borrachos así que esa fiesta no tenía ningún atractivo para él.

Una vez apartado de la multitud pudo escuchar los comentarios de sus compañeros todos ellos ansiando otra batalla u otra pelea. Claro que los que abrían la boca eran los que habían llegado tarde. Su pelotón había sido el primero en llegar y eran los únicos que habían recibido heridas. Robb había visto con sus propios ojos como uno de los osgos casi le arrebata la vida a Raelos de un mazazo y había sentido en sus carnes la fuerza de los osgos cuando se había metido a rescatarle. Habían tenido mucha suerte de no tener bajas pero eso no parecía importarles a ninguno. El joven apoyó la espalda contra la pared, contrariado por como se desarrollaban los acontecimientos.

Mientras subía vio como Bartos se desplazaba de un lado al otro de la escalera a paso lento. Se apresuró para ponerse justo detrás de él. - Parece que tanto ruido te ha desorientado...- y sonríe amigablemente - vamos, te doy una mano hasta la habitación... creo que tu amigo Helios tardará en venir a ayudarte - y le acomoda el brazo para que se apoye en su hombro. 

¿Amigo? esa palabra es entonada con asco- ja, esa rata so_olo es amigo de su anillox ¡hip! y xu ego. Y gracias pero puedo solo. rehuye del ofrecimiento de Arsenios por que su orgullo le impide mostrar se débil. Mañana la resaca será tan o más insoportabe que el "amigo" y no me extrañaría que tocaran diana muy pronto.

Arsenios lo deja ir, y camina rumbo a su habitación - estos dos terminarán matándose entre ellos...- murmura por lo bajo.

Luego de pasar parte de la tarde buscado el club, cantina o bar dentro de aquel complejo militar, sin éxito, preguntando a los veteranos descubrió que de camino a la ciudad había un bar, pero no tenían permiso para salir de la fortaleza, por lo que Sargon así como sus compañeros se dispersaron por aquel lugar, volviendo justo a tiempo para cenar, se encontró con la sorpresa de que tanto los veteranos, así como los tenientes y el capitán ofrecían un brindis luego de la cena a los novatos por el excelente desenvolvimiento en la batalla contra los Osgos.

Cantando y brindando, se notaba la alegría y la satisfacción, así como el orgullo de haberlo hecho bien. Sin embargo no podía obviar el hecho de que el grupo de contacto directo contra los Osgos había salido muy mal parado y algunos de ellos como Robb, mal heridos, La indiferencia y la cara de consternación que tenia Robb para el momento en que fue llevado desde la enfermería hacia el lugar de celebración, eran evidentes, por lo que se acerco a Robb diciendo.

Amigo buen trabajo el que hicieron ustedes, siento que no hallamos podido evitar vuestras heridas, pero por lo menos creo que logramos evitar que fueran asesinados por aquellas bestias, y doy gracias a dios de que ninguno de ustedes este muerto, las heridas sanaran y esto sera un experiencia mas como militares que somos, nada cuesta sonreír y relajarse un poco, disfruta de otro día mas de vida, ya que en este oficio no sabemos cuanto tiempo mas permaneceremos vivos, tras cada combate la muerte ronda y danza a nuestro derredor.

La noche se presentaba, su estado le impedía discernir entre lo correcto o lo incorrecto, sabía que su cuarto sería el único que podría entrar con la llave que portaba, pero a esas horas y con el mareo que llevaba le costo saber cual era el suyo, fue probando un par de puertas intentando no llamar mucho la atención* por si el cuarto no fuera el suyo, y a la tercera se abrió, supuso que era su cuarto y se tumbo a dormir, o eso intentó, por que la idea de hacer una visita a la taberna del pueblo le seguía rondando su cabeza, pero aun no sabía si ir solo o esperar a que alguien se le uniera, entre tanto pensar al final se quedo dormido.

Robb giró la cabeza para mirar a quien se acercaba a hablar con él. Inconscientemente imitó a Sargon y el gesto de su cara se relajó un poco. - No te preocupes Sargon, sabía cuando me alisté que no iba a ser un camino de rosas. Mi cara no tiene nada que ver con lo que ha pasado hoy, cumplimos con nuestro deber como soldados. Tan solo no me gustan demasiado las fiestas. - dijo mientras agrandaba un poco su sonrisa. 

Y el negro Orión que había perdido de vista a Robb mientras su capitán hablaba fue a su encuentro, cerveza en mano y otra más para él. Con una sonrisa atípica y unos ánimos que parecían no pegar con aquel tipo se presentó delante suya. BEBE! Hoy todos somos hermanos, hemos manchado nuestras espadas, hemos perdido la virginidad! decía con una gran sonrisa ofreciéndole una cerveza... Sin duda el pobrecito no había escuchado nada de lo que había dicho a su amigo Sargon.

-Las órdenes eran luchar y luchamos.-Digo levantando la copa.-Las órdenes eran sobrevivir y sobrevivimos.-Añado alzándola un poco más.-Ahora las órdenes son beber, ¡Bebamos! ¡Por Etrexia, por nosotros y por el rey!

Robb miró a Orion que le traía una cerveza y luego escuchó a su compañero de pelotón. - Que demonios, una cerveza no puede hacer mal a nadie. - pensó mientras cogía la cerveza que le ofrecía Orion. Alzó la copa a la par que la de Inex diciendo simplemente. - Por vosotros, amigos, que sigamos luchando juntos durante muchas batallas. - dijo con timidez y seriedad a la gente de su alrededor con la copa alzada esperando un brindis. 

¿La cuarta jarra? No, quizás la quinta. Lo cierto era que no sería la última, al fin y al cabo aquella era una noche de celebración. Un pequeño lujo lo podía tener cualquiera sobretodo si era para festejar un gran triunfo.. además, si era el capitán quien les insistía en beber, ¿por qué iba él a negarse?

-¡Por Extrexia.. - Dijo con tono algo ebrio contestando a uno de sus compañeros - .. por nosotros, y por el rey!

Brand no estaba acostumbrado a beber. Probablemente para la mañana del día siguiente, con el dolor de cabeza y los mareos consecuentes de una noche de borrachera, se odiaría a sí mismo por haber perdido el control.. pero hasta entonces seguiría festejando con sus compañeros por aquel grandioso día.

Orestes rió cuando vio aparecer al Robb manteado por sus compañeros. Por un momento olvidó que la muerte le había hecho una fugaz visita ese día. Por suerte solo estaba de paso y continuó su viaje en busca de otro destino. Bebió un par de cervezas mientras festejaba la victoria con sus compañeros, aunque no tan efusivamente como el resto. A pesar de no haber sufrido heridas, sentía una gran angustia en su interior, como si algo trágico hubiera estado a punto de suceder. Y esa sensación le recorría todo el cuerpo a cada instante. La alegría era contenida, aunque sabía disimular se pesadumbre...

Por Etxeria....!!!!  Gritó respondiendo a la arenga de Inex 

Y tras dar la jarra a Robb y gritar POR ETREXIAAAA!!! bebió un buen trago y luego se subió a una de las mesas.
¡HOY! ¡Ya no somos los novatos! Como una virgen hoy es nuestra luna de sangre. 

¡HOY SOMOS GUERREROS DE ETREXIA! ¡HOY SOMOS HERMANOS! Su voz era fuerte. Salía de los más hondo de su ser y hacía el ambiente más pesado. Miró a todos sus hermanos y continuó.
¡BAEZAR! Aprende esta canción...
 

Somos el bastión,

Somos el terror,

Somos la salvación, 

¡Etrexia! ¡Etrexia! ¡Etrexia!, 

¿Cuál es nuestro rugido?

(Esperando que todos respondieran)

¿CUÁL ES NUESTRO RUGIDOOOOO???

¡Urka! ¡Urka! ¡Urka!

¿Cuál es nuestro emblema?

¡¡'NUESTRO EMBLEMA!!!

¡Muerte! ¡Muerte! ¡Muerte!

Somos el bastión...

Entiendo Robb, respondio Sargon...

En medio de la cortas palabras que intercambiaba con Robb, Orestes se acerco hacia donde estában animando a Roob mientras le ofrecía una jarra de cerveza, entonces el rostro de nuestro amigo se noto mas animado, todos muy alegres comenzaron a brindar, mientras Sargon fue a tomar otra jarra de cerveza, sumando su voz al brindis colectivo grito, "Por el Rey, por Extrexia y por nosotros".

Orestes comenzó a cantar, la letra era muy animada y ademas, Sargon camino hacia atrás del grupo observando calladamente, aquella cancion le parecía algo inocente desde su punto de vista, pues todos se sentían muy fuertes y valientes, pero aquel enfrentamiento con los Osgos no era nada comparado con una verdadera batalla, en especial si los Osgos o cualquier otra raza enemiga pretendiese hacer una invasión y/o un ataque frontal, correría la sangre y la muerte en ambos bandos.

Bebí cuando el capitán bebió y pronuncié aquellas palabras que el capitán nos dio para que repitiéramos, no era muy versado en gritos como mis compañeros, me gustaba estar entre ellos pero me mantenía siempre retraído aunque me gustaba sentirme vivo, había estado durante largo tiempo sólo y ahora pertenecía al ejército que era como una familia, me encontraba a gusto con ellos aunque no lo transmitiera tan efusivamente como mis compañeros.

Vi como Robb al principio no le sentó muy bien que lo cogiéramos y tumbáramos en la mesa, pero se fue acomodando a su celebración, los enfermos formaban parte del ejército quizás la parte más importante pues con su valor habían demostrado lo duro que eramos y con sus vidas glorificaban el nombre.

Levanté varias veces la jarra felicitando a los presentes y a mi compañero herido, la cervezas que seguíamos tomando nos hacían sentirnos cada vez más felices aunque era más el fervor que se veía en los soldados después de haber visto la muerte en su rostro, era una noche para festejar que seguíamos vivos para seguir combatiendo.

Y la fiesta se alargó hasta que finalmente el Capitán dio la orden y todos marcharon a sus habitaciones, a dormir por el resto de la noche. Al día siguiente quizá tuvieran algo de reposo, pero después continuarían con sus entrenamientos, más duros que los anteriores. Habían cosechado su primera sangre, por lo que ahora eran miembros en pleno de la unidad, pero todavía les quedaba mucho por aprender.

La noche termina, y así poco a poco se acostumbraron a la vida en la fortaleza, aunque todavia les quedan muchos lugares por explorar, y cosas por ver. Los entrenamientos se harían más intensos, y tendrían que esforzarse al máximo. Pero eso vendría más adelante, aquella era su noche.